A mediados de febrero, el Coordinador General de la Central Bolivariana y Socialista de Trabajadores (CBST), Carlos López, anunció en un programa radial que el organismo que representa iba a solicitarle al Ejecutivo Nacional llevar el salario mínimo a 2.000 Bolívares mensuales. También comentó que su meta era “llegar a las condiciones del 2013” ya que para aquella época “el salario era uno de los mejores de América Latina”.
Efectivamente, el monto del salario mínimo del 2013 (equivalente a 325 dólares aproximadamente) era muy superior a los 1,6 dólares de salario mínimo que estuvo vigente hasta el aumento anunciado recientemente. En este sentido, llevar el salario a 2.000 Bs (456 dólares aproximadamente) representaría un aumento significativo y casi lo acercaría al costo de la canasta básica, que, según el CENDAS, estaba, para enero de 2022, en 2.155,11 Bolívares.
El día 3 de marzo del año en curso, el Presidente Nicolás Maduro anunció, en la instalación del II Congreso de la Clase Obrera “José Chino Khan”, un aumento salarial que dejaría el salario mínimo en 126,32 Bolívares o “medio Petro” y los ticket de alimentación en 45 Bolívares.
Vuelve el Petro arrepentido
No es la primera vez que el gobierno nacional anuncia “utilizar” su criptomoneda como “ancla salarial”, ya en 2018 –en medio del lanzamiento del llamado Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica– planteó esa oferta engañosa.
Como señalamos en un texto de entonces: El nuevo comienzo en la política del gobierno bolivariano ¿Hacia dónde nos dirigimos?, el salario y la economía en general nunca se anclaría al Petro, sino que la misma seguiría marchando al ritmo de la cotización del Dólar paralelo, tal y como los trabajadores venezolanos han podido evidenciar en los años sucesivos.
“Desde nuestro punto de vista, la medida de anclaje al Petro, tal y como se ha concebido hasta ahora, no podrá materializarse pues su correlato estabilizador y potencialmente revaluado de salarios va en dirección opuesta a los dictámenes de las leyes del mercado capitalista, las cuales, queramos o no, siempre se impondrán en el marco de las relaciones de propiedad burguesas. A la luz de lo observado y basados en nuestro análisis, los precios en el mercado nacional seguirán convergiendo a las tasas que marque el Dólar paralelo, lo que hasta cierto punto supone un anclaje fáctico al valor directo del dólar y no hacia el Petro, mientras los salarios seguirán hundiéndose en la escoria de la crisis del capitalismo venezolano” (8 de septiembre, 2018).
Vale decir que incluso, en la práctica, es falsa la afirmación de que el valor del Petro obedece a la cotización del barril de petróleo, pues este último en la actualidad –marcada por una crisis energética mundial y la guerra en Ucrania– se cotiza por encima de los 105 dólares en todos sus marcadores, mientras el Petro sigue situado en un monto cercano a los US$ 60 (253 Bs al cambio según la tasa del BCV). Si de verdad el Petro estuviera anclado al precio del barril de crudo su valor hubiese aumentado a la par de las alzas petroleras. También la supuesta “ancla salarial” que como vemos no existe.
La clase obrera no debe depositar sus aspiraciones y demandas a ficciones monetarias, debemos luchar por conquistar un salario mínimo que cubra, al menos, la canasta básica. Este debería ser el criterio a aplicar para calcular los sueldos, para garantizar la satisfacción de las necesidades de alimentación, servicios, transporte, recreación y calzado. Esta reivindicación es además un derecho constitucional, ya que el artículo 91 establece que «El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica».
Dicha política fracasada también la cuestionamos en nuestro artículo del 30/10/2018: El ancla no aguantó ni dos meses. La clase obrera unida debe disputar el timón de la revolución.
La apertura del Congreso de la CBST como escenario para el pírrico aumento salarial
Cuando una dirigencia de cualquier organización obrera pierde su independencia de clase, se convierte en un objeto manipulable por parte de las clases dominantes. Este es el caso de la dirección de la CBST, que mientras contiene cualquier ánimo de lucha reivindicativa y suplica míseros aumentos (realmente migajas), es incapaz de plantearse la tarea de conquistarlos en la calle.
Esta actitud servil y pusilánime de la CBST la denunciamos en enero del 2020 cuando afirmamos: «La dirigencia de la CBST renunció a su independencia de clase y se conforma con ser un apéndice del gobierno y una correa de trasmisión de sus órdenes. Es sin duda un obstáculo para la clase trabajadora. Son básicamente esquiroles, traidores a la clase y cómplices de la más terrible precarización y pauperización que ha vivido la clase trabajadora venezolana en su historia».
Una central obrera que pide un aumento a 2.000 Bs del salario mínimo y solo recibe 126, lo mínimo que debería plantear es una masiva protesta de calle, por no decir una huelga general que ponga la cuestión del poder político en el orden del día de la clase obrera. Pero esta CBST acepta con bombos y platillos a su verdugo, es más, le permite instalar su Congreso Nacional, al jefe de uno de los principales (y peores) «patronos» del país: el patrón-Estado.
La clase obrera debe luchar por barrer de la dirección de los diversos sindicatos nacionales, federaciones y la misma CBST, a estos traidores y cobardes seudo dirigentes enquistados en dichos puestos, que viven de prebendas del gobierno a costa de vender contratos colectivos, traicionar luchas y aplaudir las desmejoras de la clase trabajadora.
Esta burla de aumento salarial debe motorizar más aún la lucha, puesto que la única clase que genera riquezas es la clase obrera y no nos conformamos con las migajas que caen de la mesa de negociación del gobierno con fedecámaras, los gringos y sus títeres en México.
Con el incremento de precio del petróleo y los diálogos entre el gobierno nacional y el imperialismo norteamericano –qué rechazamos de manera tajante– para flexibilizar las sanciones y el consiguiente incremento de la producción petrolera, al gobierno se le acabará la excusa del bloqueo y las sanciones para mantener unos sueldos miserables. La clase obrera petrolera debe ponerse a la vanguardia del movimiento obrero nacional ¡Un bono de 100$ por la página patria sin incidencia salarial no puede desmovilizar a los petroleros!
Frente a la coyuntura actual y las perspectivas abiertas planteamos:
· Impulsar la conformación de los Comités de Defensa Salarial en todas las fábricas, empresas e instituciones, para adelantar la campaña por Salario igual a Canasta Básica.
· Promover las elecciones en los sindicatos con directivas vencidas (la mayoría), en las federaciones y en la misma CBST, para desplazar las directivas patronales que obstaculizan la lucha y movilización de la clase trabajadora.
· Una gran marcha obrera, con independencia y autonomía de clase para el próximo 1 de mayo.
· Contra los despidos injustificados, la represión y criminalización de la lucha obrera!
· Por la derogatoria de la “ley del odio” utilizada para criminalizar la lucha obrera y el nefasto memorando 2792.
· Por la libertad de los trabajadores presos por luchar.
· Contra el ajuste procapitalista y el pacto con el imperialismo.
· Organizar un poderoso frente obrero nacional que se plantee llevar hasta las últimas consecuencias la lucha por el poder político y el socialismo.
· Por un gobierno de los trabajadores.
Desde Lucha de Clases estamos dispuestos a llevar hasta las últimas consecuencias cada batalla emprendida. Luchemos por un salario igual a la canasta básica, si estás dispuesto a organizarte y luchar, no lo dudes. ¡Únete a Lucha de Clases! Escríbenos a cmivenezuela1@gmail.com.
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