«Es probable que las fuerzas de ocupación ganen la batalla por Faluya. Sin embargo (…) la guerra en Irak también se suponía que había terminado, pero esto claramente no es así. Igual se aplica a Faluya, donde una victoria oficial puede convertirse “Si su ataque va excepcionalmente bien, probablemente se trata de una emboscada” Vieja máxima militar
A primera vista, el sitio sobre Faluya parece estar yendo relativamente bien para las tropas estadounidenses. La mayor parte de la ciudad ha sido capturada y según los medios de comunicación la “Operación Furia Fantasma” será completada en un par de días. Aunque el ejército norteamericano sufrió ayer algunas pérdidas, ésta no es nada comparada con la cifra de 600 insurrectos muertos, probablemente más. Realmente es probable que las fuerzas de ocupación ganen la batalla por Faluya. Sin embargo, las cosas no son tan simples. La guerra en Irak también se suponía que había terminado, pero esto claramente no es así. Igual se aplica a Faluya, donde una victoria oficial puede convertirse en una más bien pírrica.
Atacar y replegarse
Los estrategas militares norteamericanos esperaban enfrentar miles de combatientes de la resistencia iraquíes en las calles de Faluya, no los centenares que combatieron durante las luchas callejeras de este fin de semana. ¿A qué se debe esto? La explicación dada generalmente es que los insurgentes que defienden Faluya simplemente no están tan bien organizados como pensaron originalmente. Sin embargo, dado que las guerrillas han tenido siete meses para prepararse para el asalto, esto es poco creíble. La razón más posible es que los insurgentes simplemente están luchando las fuerzas estadounidenses de la mejor manera que pueden, es decir, con operaciones a escala reducida tipo guerrilla. Habría sido una completa locura que la resistencia se hubiese organizado en formaciones estáticas, que sería invitación al desastre para un grupo de combatientes guerrilleros que está en desventaja numérica así como en armamento. El arsenal del ejército más grande del mundo puede devastar a grandes posiciones y formaciones defensivas. Ése es el por qué operaciones a escala reducida y del tipo atacar y replegarse son un mejor método de lucha, algo que hemos visto en los últimos días -un grupo de una docena de insurgentes que lanzan ataques contra una unidad militar, ofreciendo una resistencia simbólica y rápidamente retirándose a través de las rutas y de los túneles para luchar en otro sitio y en otro momento.
The Associated Press citó al Capitán de Marina John Griffin decir “Siempre ha habido paquetes de resistencia de este tipo de combate, así como sucedía en la II Guerra Mundial, que declararíamos una isla como asegurada y luego de esto tendríamos que continuar luchando durante meses. Asegurar que la ciudad ha sido asegurada no quiere decir que toda la resistencia está de retirada, simplemente significa que hemos asegurado el área y tenemos el control”. El imperialismo norteamericano, sin embargo, todavía no tiene control sobre la ciudad. Podrían tener este “control” oficialmente la próxima semana, pero ¿qué significaría esto? Lo más probable es que la resistencia está simplemente esperando para atacar fuertemente. También parece cada vez más y más probable que la mitad de los insurgentes ya haya huido de Faluya antes del asalto. Simplemente se están reposicionando para luchar en otra parte.
Irónicamente, cuanto más duramente atacan los norteamericanos a Faluya, más violencia estalla en alguna otra parte. Ha habido informes de choques serios en la ciudad norteña de Mosul, en donde miembros de la resistencia atacaron y abrumaron varias comisarías de policías y combatieron a tropas estadounidenses e iraquíes alrededor de puentes a lo largo del río Tigris. Se ha reportado que un grupo en el norte intentó tomar una oficina de la Unión Patriótica de Kurdistan, uno de los dos principales partidos kurdos, y luchó contra los guardias kurdos. El canal de televisión de Mosul salió del aire por una hora y los militares estadounidenses admitieron que la policía iraquí era incapaz manejar la crisis.
El aumento en violencia a través del país ha llevado a funcionarios norteamericanos a indicar que Al Zarqawi, ahora Enemigo Público No. 1, abandonó Faluya, evitando así hábilmente la pregunta de si realmente estuvo alguna vez allí. No se requiere mucha imaginación para saber cuáles serán los pasos siguientes. El sinvergüenza de Al Zarqawi será detectado repentinamente en otras ciudades como Samarra y preparará el camino para otra devastadora ronda de bombardeos en cualquier ciudad en la que se encuentre su próximo blanco. De hecho, el General Myers, hablando a la NBC, declaró “Si alguien piensa que Faluya va a ser el final de la insurrección en Irak, ése nunca fue el objetivo, nunca fue nuestra intención e incluso nunca nuestra esperanza.”
La complicidad de los medios encubre las atrocidades
Los informes sobre lo qué está sucediendo en Faluya son contradictorios. En este momento hay poco o nada de prensa independiente dentro de la ciudad para informar sobre la situación. En cambio, algunos reporteros están “imbuidos” con (en la cama con) los infantes de marina de los EEUU y solamente se les permite escribir bajo el escrutinio de oficiales norteamericanos ¡Oh, destino, de quien se atreva a llamar a esto censura! Fingen traer la democracia -una desvergonzada mentira- y ni siquiera permiten alguna prensa independiente que informe sobre sus acciones.
“Las tropas estadounidenses están allí para preparar el terreno para elecciones democráticas”, declaran los medios de comunicación. “Por lo tanto, tenemos que conseguir librarnos de estos terroristas de modo que Irak pueda moverse hacia la democracia.” Este absurdo es presentado como “información objetiva”. Se le presta muy poca atención a la catástrofe humana infligida sobre la ciudad y la verdadera naturaleza de toda esta operación. Sin embargo, si se mira cuidadosamente en algunos artículos escritos sobre Faluya, es posible hacerse una idea de qué es lo que realmente está sucediendo. Fadhil Badrani, un periodista en Faluya que está reportando para el BBC World Service declaró:
“Para la gente en la ciudad, la vida se ha vuelto más extrema. La distribución de alimentos está muy limitada y las tiendas están todas cerradas… El servicio eléctrico se corta debido a daños a la principal planta eléctrica luego del bombardeo. El abastecimiento de agua también ha sido cortado. Las vías están ahora llenas de cráteres. La gente, particularmente los niños y las mujeres, tienden a quedarse en sus casas por temor a ser confundida con un blanco militar.
Los doctores dicen que las provisiones médicas en el hospital principal, que ha estado en manos norteamericanas desde el domingo, están ya escasas. La mayoría de la población ha dejado la ciudad, algunos partiendo hacia otras partes de Irak, otras, según he escuchado, han salido completamente del país hacia sus vecinos árabes.“
A los civiles que todavía están en su ciudad, ahora sitiada por un ejército extranjero, se les está acabando la suerte. Corren un alto riesgo de ser bombardeados o que les disparen. Como una nota aparte, incluso los perros no corren mejor suerte, pues parece que les están disparando para evitar que sean “armados” con explosivos. Hagámonos la siguiente pregunta: ¿Qué ofensa cometieron los habitantes de Faluya? No amenazaron al mundo con armas de destrucción masiva ni fueron ellos los tumbaron las torres del WTC. Parece ser que su único crimen es presentar resistencia a la ocupación por parte de un ejército extranjero.
Resulta interesante que en uno de los pocos artículos de interés en The Washington Post, uno de los periódicos norteamericanos americanos que abiertamente apoyan la guerra en Irak, leemos que en Faluya la artillería ha disparado cargas de fósforo blanco, las cuales crean una cortina de fuego que no se pueda apagar con agua. Los insurgentes denunciaron haber sido atacados con una sustancia que derretía su piel, una reacción consistente con las quemaduras producidas por fósforo blanco. The Washington Post citó a Kamal Hadeethi, médico en un hospital local: “Los cadáveres de los mujadínes que recibimos estaban quemados, y algunos cadáveres incluso derretidos.” El Post continuó diciendo que “Los vecindarios Jolan y Askali parecían particularmente golpeados por los ataques, con más de la mitad de las casas destruidas. Los cuerpos de los muertos estaban dispersos en las calles y callejones de Jolan, una de los vecindarios más viejos de Faluya. Había sangre y carne salpicadas en las paredes de algunas de las casas, indicaron testigos, y las calles eran llenas de huecos.” Si esta clase de informe logra infiltrarse en la prensa mil millonaria, uno puede tan solo imaginarse qué clase de carnicería es la que realmente está sucediendo en Faluya.
La resistencia es una hidra indetenible
A pesar de que las granadas auto propulsadas y el fuego de armas ligeras forzó a dos helicópteros estadounidenses a hacer aterrizajes forzosos junto a unos veinte hombres, el avance a través de Faluya ha estado yendo relativamente bien para el imperialismo norteamericano. Pero desde su punto de vista, no deberían engañarse. Éste no es el juego final. Después que hayan destruido Faluya “para así salvarla” (!), las fuerzas estadounidenses tendrán que dejar atrás una parte de sus tropas para “asegurar” la ciudad. En ese momento, la resistencia podría salir de sus escondites y atacar las debilitadas fuerzas y volver a tomar la ciudad. Esto es exactamente lo que sucedió en Samarra.
Las fuerzas de ocupación enfrentan el problema que no hay un solo centro de operaciones. Se enfrentan a un enemigo con tantas cabezas como una hidra. No han terminado de cortarle una cabeza cuando ya otras dos o tres crecen en su lugar. Ahora han decapitado a Faluya, pero los llamados paquetes de resistencia (que son de hecho un movimiento de masas) aparecen en otros lugares. En Baqubah, Samarra, Kirkuk, Mosul y Bagdad, los ataques usando carros bomba, dispositivos explosivos improvisados así como granadas autopropulsadas están en aumento, con policía iraquí como blancos predilectos. Hay otras ciudades, tales como Ramada, que han acogido a los insurrectos, esparciendo así las fuerzas guerrilleras por todo el país.
Afortunadamente para ellas, las fuerzas estadounidenses pueden contar en los buenos servicios de la nueva Guardia Nacional Iraquí. Faluya se suponía que iba a ser el territorio de pruebas para el nuevo ejército iraquí. Dejemos que Scott Ritter, antiguo inspector de armas de la ONU en Irak, hable para si mismo:
“La realidad es que no hay ningún ejército iraquí. De las decenas de miles reclutados en sus filas, hay hoy en día solamente una unidad en funcionamiento, el 36to. Batallón.
Esta unidad ha luchado codo a codo con los norteamericanos en Faluya, Nayaf y Samarra. A todas luces, han combatido bien. Pero esta unidad solo puede prevalecer cuando lucha junto a una abrumadora ayuda militar norteamericana. Por sí misma, sería aplastada por los combatientes de la resistencia. Peor aún, esta unidad que es presentada como un símbolo del ideal para el nuevo ejército iraquí es realmente la antítesis de lo que debe ser el nuevo ejército iraquí.
Mientras el gobierno de Bush ha suprimido la formación de unidades de milicia organizadas en líneas étnicas y religiosas, el 36to Batallón debería ser reconocido como lo que realmente es -una milicia kurda, mantenida por los militares estadounidenses debido a que el resto del ejército iraquí no quiere o no puede mantener la lucha contra los combatientes de la resistencia iraquí.“ (Aljazeera.net, 11 de noviembre de 2004)
Los miembros del policía y del ejército iraquí son legítimamente vistos como colaboradores de los invasores. La mayoría de la población los ve como traidores. Eso explica por qué en Faluya no luchó ningúna unidad del ejército o del a Guardia Nacional iraquíes. Stratfor reportó que la Guardia Nacional Iraquí se ha negado a atacar posiciones de la guerrilla; sus comandantes no habían podido hacer que los soldados avanzaran y algunos oficiales se ponían del lado de las tropas. “Sólo la unidad especial de las fuerzas armadas iraquíes, que es principalmente kurda, ayudó, atrás de las líneas de los marinos estadounidenses, en la búsqueda de guerrillas ocultas fuera de la ciudad. Cientos de soldados iraquíes han abandonado bases alrededor del Al Faluya, sug٤n han indicado las fuentes.
¿Elecciones libres?
Se supone que George W. Bush ha ganado las elecciones debido a sus “valores morales”. En Irak vemos cuánto valen realmente estos valores morales. Faluya es solamente un ejemplo de la barbaridad de las fuerzas de ocupación estadounidenses. Sus tentativas de vender esta desastrosa carnicería como “trayendo la democracia” no son más un mal chiste de enfermos. Asimismo, sus llamados sobre tener “elecciones libres” en enero próximo apestan al tipo más putrefacto de cinismo.
El año pasado, luego de la caída de Bagdad, Bush y Blair rechazaran el llamado a elecciones libres y justas. En su lugar, las tropas norteamericanas permanecían inmóviles mientras el país era saqueado. La gente “no estaba lista” para elecciones. Recordemos que fue Donald Rumsfeld quien dijo literalmente que “La libertad no es prolija y la gente libre es libre de incurrir en equivocaciones y cometer crímenes y hacer cosas malas”. En la realidad, las fuerzas imperialistas en el país se aterran que el pueblo iraquí vote por líderes anti ocupación. Solamente aceptarán elecciones arregladas, supervisadas por las fuerzas de ocupación, que cuando mucho permita la elección de un régimen títere al estilo del de Allawi.
A menos que Irak se convierta abiertamente en una dictadura militar, el gobierno interino de Allawi no durará mucho. Ya hay divisiones en el gobierno. El presidente interino iraquí Ghazi al-Yawar criticó el plan para atacar Faluya. “Discrepo totalmente con aquellos que ven una necesidad de decidir esto [Faluya] a través de la acción militar,” dijo Yawar a Reuters. “El manejo de la coalición de esta crisis es incorrecta. Es como el que le dispara a la cabeza de su caballo simplemente porque una mosca se posó en él; el caballo murió y la mosca se fue volando.”
La cuestión de elecciones libres casi nunca se liga a la cuestión del ejército y de la policía. Sin embargo, en última instancia el poder del Estado yace en los cuerpos de gente armada, y es por eso que los Estados Unidos nunca abandonarán estas posiciones esenciales. En teoría, el gobierno iraquí controla al ejército y a la policía, pero en la práctica son las fuerzas de la coalición las que deciden lo que hacen. Aparte de eso, ¿cómo puede ser un país libre mientras permanezcan más de 100.000 tropas extranjeras en su suelo?
Acción y Reacción
La palabra libertad, como es aplicada a la actual situación de Irak, deja un mal gusto en la boca. Han matado a más de 100.000 iraquíes desde que se inició la invasión, mientras que Faluya y otras ciudades están hechas un desastre. Cualquier voz de oposición a la ocupación es aplastada brutalmente. Mientras que justo después del fin oficial de la guerra muchos iraquíes estaban dispuestos a darles a los norteamericanos un cierto crédito, estas ilusiones han sido ahora hechas pedazos por su amarga experiencia con los monstruosos crímenes infligidos sobre ellos.
La actual masacre en Faluya no solucionará nada. Por el contrario, tendrá el efecto opuesto de lo que fueron las intenciones iniciales de la pandilla dominante en Washington. Lejos de debilitar la resistencia, solamente se harán más odiados entre la población iraquí. Más y más iraquíes dejarán de mantenerse a un lado viendo como asesinan a sus parientes en esta guerra sucia. ¿Qué más pueden hacer?
La verdad es que los Estados Unidos no pueden ganar esta guerra. El imperio estadounidense se está estirando más allá de sus capacidades. Las razones económicas que motivaron entrar en Irak en primer lugar no están siendo logrados. Por el contrario, se ven cada vez más y más atrapados en una paradoja irresoluble. No pueden simplemente irse de Irak porque esto iría en contra de sus intereses económicos y estratégicos. Por otra parte, cuanto más aplastan a la resistencia convirtiendo las ciudades iraquíes en polvo, más grande se vuelve la resistencia. Estas verdades elementales no seguirán ocultas por siempre al público norteamericano. Hay un límite en el grado en que los mandatarios pueden engañar a la gente. Y una vez que la clase trabajadora normal tome conciencia de estos hechos, tanto en América como en otra parte, las cosas se moverán a un ritmo acelerado.
Traducción de The onslaught in Fallujah: Shooting at a fly that has landed on a horse’s head