Un análisis marxista sobre la «economía social» y el desarrollo de las cooperativas en Venezuela La lucha de los trabajadores de Venepal exigiendo que el estado intervenga, asuma la empresa para que esta sea gestionada bajo control de los trabajadores y se cree un núcleo de desarrollo endógeno cogestionado por el estado, los trabajadores y los sectores populares, ha reabierto el debate en el seno del movimiento obrero sobre las diferentes formas de participación de los trabajadores que recoge la constitución bolivariana (autogestión, cogestión, cooperativas, control obrero,…) y cuáles son las que mejor permiten avanzar hacia una transformación revolucionaria de la sociedad que solucione definitivamente los problemas que sufrimos como clase. Este debate se combina con otro más global: ¿Cómo hacer "la revolución dentro de la revolución" – como ha dicho el presidente Chávez- tambièn en el terreno económico y social?
El debate sobre las cooperativas y la llamada "economía social"
Hay muchas opiniones pero podrìamos resumir tres líneas de pensamiento. Algunos sectores reformistas o procapitalistas de la dirigencia del movimiento bolivariano – a diferencia de lo que ha planteado el Presidente- rechazan absolutamente la idea de expropiar a los capitalistas y estatizar cualquier empresa bajo control obrero. Su objetivo ,aunque no lo digan abiertamente, es frenar la revolución, mantenerse en todo momento dentro del sistema capitalista y ganar la confianza de los capitalistas para que estos inviertan y jueguen un papel preponderante en la Venezuela bolivariana. Este sector procapitalista dice defender las cooperativas pero en realidad las concibe en el marco del capitalismo y como embrión de nuevos empresarios. Este planteamiento, en nuestra opinión, sólo puede llevar a un desastre: la mayoría de las cooperativas compitiendo en un marco capitalista se arruinarían y las pocas que sobrevivan se transformarán en empresas capitalistas igual de explotadoras que cualquier otra. De imponerse estas polìticas resultaría muy peligroso para el proceso revolucionario ya que podría transformar las ilusiones y esperanzas que han generado las cooperativas como alternativa al desempleo y la pobreza en escepticismo y desilusión.
Algunos compatriotas honesta y sinceramente comprometidos con este proceso revolucionario -en su mayor parte intelectuales, tambièn algunos luchadores sociales- parecen pensar que entre lo que ellos llaman la "ortodoxia marxista" y este reformismo de derechas o procapitalista es posible desarrollar un camino intermedio: un nuevo modelo económico mixto basado en una alianza entre un amplio movimiento cooperativista combinado con un sector estatal fuerte y el sector privado "no monopolista". Estos sectores hablan de una " economía social" o "solidaria" como transición hacia un sistema sin explotación, aunque si nos guiamos por la mayoría de los análisis y propuestas que han elaboorado lo que parece desprenderse de ellos es que consideran posible construir una economía mixta , solidaria, de manera progresiva y sin expropiar necesariamente a los capitalistas.
Ante este debate, los marxistas defendemos que el capitalismo -tal y como explicaba Marx, y ha demostrado la existencia de este sistema a lo largo de más de 200 años- es un sistema basado en una serie de leyes inherentes a su propia existencia que se resumen en la búsqueda del máximo beneficio privado y la tendencia a la concentración del capital cada vez en menos manos a través de la competencia. Cualquier intento de desarrollar una economía solidaria basada en cooperativas y otras formas de propiedad colectiva similares (empresas autogestionarias, etc) sin romper con la propiedad privada de los medios de producción que caracteriza al sistema capitalista y expropiar a los grandes monopolios (bancos, grandes empresas, latifundios, multinacionales…) se encontrará con grandes dificultades y contradicciones y no podrá resolver los problemas fundamentales a los que nos enfrentamos los trabajadores y los sectores populares. Es más, incluso puede producir toda una serie de distorsiones en la economía y generar nuevos problemas para los sectores obreros y populares que pueden perjudicar a largo y medio plazo la victoria definitiva del proceso revolucionario. En nuestra opinión estos problemas sólo se pueden solucionar avanzarndo con decisiión hacia una economía nacionalizada y planificada que inicie la construcción del socialismo.
¿Es posible una economía solidaria dentro del capitalismo?
En realidad bajo ese término de "economía social" que últimamente se escucha por todas partes se ocultan cosas muy diferentes según quien hable. Algunos de los intelectuales o economistas que se declaran marxistas y utilizan este tèrmino (los menos) parece que lo conciben como una especie de transición hacia el socialismo "sin decirlo". La mayoría de los que escriben sobre la economía social sin embargo parecen plantearlo como una alternativa, como una especie de economía mixta.Por su parte, los sectores más a la derecha del proceso lo que hacen es apoyarse en ese tèrmino de por sí confuso para poder poder disfrazar mejor sus intenciones de mantener la revolución dentro del capitalismo y frenar cualquier tentación "estatizante".
Este sector procapitalista utiliza una terminología que suena revolucionaria para justificar medidas muy poco revolucionarias. Para algunos de estos sectores la "economía social" consiste en que los sectores populares de una determinada comunidad o colectivo presentan un proyecto "sustentable" y el estado les da una ayuda para empezar. Luego ellos se "autogestionan". Pero mientras los sectores decisivos de la economía sigan en manos de la gran banca, de monopolios como la Polar o el Grupo Cisneros, de las transnacionales, eso que ellos llaman autogestión no quiere decir otra cosa que abandonar a ese colectivo a su suerte y empujarlo acompetir en el mercado capitalista, lo que significarà muy probablemente su ruina.
No deja de ser curioso que estas ideas se presenten bajo un lenguaje pseudorevolucionario. Como el rechazo a la intervención del "estado paternalista", a la alienación que produce el trabajo asalariado, que se afirme que el estado no puede intervenir y asegurar los puestos de trabajo porque "no queremos reproducir pràcticas clientelares y de dependencia del estado adecas o copeyanas", etc.
Que el estado garantice los derechos sociales y laborales, unas condiciones de vida y trabajo dignas a todos los ciudadanos no es paternalismo ni tiene porqué llevar al clientelismo. Todo depende de qué tipo de estado tengamos, a qué intereses de clase responde y qué clase social lo controla.
Del mismo modo, pareciera obvio que el trabajo fijo en condiciones dignas y con un salario que permita acceder a todos los bienes necesarios a cada ciudadano no aliena, lo que aliena al trabajador es la explotación capitalista. Si un estado construido por los trabajadores y controlado por la clase obrera y los sectores populares nacionaliza los medios de producción y los pone bajo el control democràtico de toda la sociedad y esta -mediante representantes elegibles y revocables en todo momento- planifica la economía en función de las necesidades sociales existentes en cada barrio, parroquia, etc lejos de tener paternalismo , clientelismo o alienación tendremos la democracia particpativa y protagónica hecha realidad y llevada a la economía.
De hecho lo que impide el pleno desarrollo de la democracia participativa y protagónica es precisamente el capitalismo. ¿Cómo va a participar en la gestión, en la planificación (local o nacional), o en la contraloría social, alguien que tenga que trabajar diez horas para alimantar a su familia?. O combinar su trabajo normal con obtener ingresos extras "matando tigres". O dedicarse a la economía informal porque el estado no le asegura un empleo, un salario digno y una jornada laboral reducida.
De hecho no hay nada que aliene más que no tener solucionadas las necesidades económicas fundamentales. Podemos tener miles, incluso millones de cooperativas, que si esas cooperativas no sirven para que los que particpan en ellas tengan solucionados sus problemas fundamentales no habremos avanzado nada. De hecho, lo estamos viendo ya. La mayoría de las cooperativas no estàn constituyendo un proceso de participación y organización popular sino que estàn surgiendo como una alternativa desesperada a la que se han agarrado centeanres de miles de desempleados o subempleados para intentar mejorar sus condiciones de vida en un contexto donde los sectores reformistas de la dirigencia del proceso plantean que no se puede ampliar mucho más el sector estatal de la economía nacionalizando empresas y que la alternativa pasa fundamentalmente por las cooperativas.
Pero esto puede ser pan para hoy y hambre para mañana. Entre muchos luchadores sociales y revolucionarios que estàn combatiendo con gran disposición revolucionaria por intentar desarrollar una economía solidaria y un movimiento cooperativista fuerte en Venezuela crece la conciencia de este peligro y la inquietud ante el hecho de que muchas de las cooperativas que se estàn creando no funcionan cómo deberían ni estàn obteniendo los resultados deseados. En muchos casos estos males se atribuyen a la falta de formación y capacitación de los cooperativistas, a la desinformación, a que estamos en medio de una cultura todavía muy individualista, etc. Estos factores pueden existir y evidentemente es una tarea de todos los que apoyamos este proceso revolucionario combatirlos, pero en nuestra opinión no son la causa fundamental. Al contrario, más bien son un reflejo de un problema mucho más general que es el que comentamos al inicio de este trabajo: que las palancas fundamentales de la economía siguen dominadas por los capitalistas. Cualquier sistema económico se basa en unas leyes objetivas, independientes de la voluntad de los hombres y todas las formas económicas que se dén en su seno tienen a reproducir esas leyes.
¿"Economía social"?
En realidad si hablamos de "economía social" estamos haciendo ya una abstracción. Toda economía es social pero eso no nos dice nada sobre el tipo de sociedad que se construye sobre esa base económica. El principal problema de muchos de los camaradas que teorizan sobre la "economía social" es que hacen abstracción precisamente de aquello que determina qué tipo de economía (y como consecuencia de ello qué sociedad) tenemos: la propiedad de los medios de producción. Los medios de producción son aquellos elementos básicos que permiten poner en marcha una economía y generar riqueza en una determinada sociedad: la tierra, los bancos, las fábricas, la mano de obra, etc. ¿Quién (qué clase social) posee los medios de producción y cómo y para qué los utiliza? Esa es la pregunta que debemos hacernos, eso es lo que determina en última instancia todo el funcionamiento de la sociedad. En este momento del desarrollo histórico de la humanidad sólo pueden existir dos economías y -por tanto- dos sociedades.
La economía que hoy domina en practicamente todo el mundo es la capitalista, caracterizada porque la producción es social (es decir, toda la riqueza que se produce la generamos la gran mayoría de la sociedad ,los trabajadores y los sectores populares, con nuestro trabajo)pero la propiedad de los medios de producción es privada (està en manos de una minoría, la clase capitalista). Frente a ello la única economía alternativa que puede existir es una economía socialista, en la que la producción tambièn serìa social pero los medios de producción serían tambièn de propiedad social o colectiva, es decir estarìan en manos de todos los que generamos la riqueza con nuestro trabajo.
Por supuesto, para romper con el capitalismo y construir el socialismo es necesario un período de transición en el que en la economía podemos ver influencias de ambos sistemas pero para que se pueda realizar satisfactoriamente esa transición debe definirse con claridad que el objetivo es ir hacia el socialismo y tomar desde el primer momento toda una serie de medidas básicas que garanticen ese obbjetivo. Esto pasa en primer lugar porque el elemento básico que garantiza la reproducción del sistema capitalista , la propiedad privada de los bancos y fábricas más importantes, especialmente los monopolios y oligopolios, pase de manos de los capitalistas a manos de una nueva estructura estatal creada por los trabajadores en sustitución de la actualmente existente (lo que acá llamamos muchas veces IV República) que ha sido creada por los burgueses y sirve a sus intereses. Esta maquinaria burguesa lamentablemente sigue existiendo todavía en su mayor parte todavía bajo esta V República, en particular esa burocracia que ha denunciado el Presidente en reiteradas ocasiones es un intrumento de la burguesía.
Las cooperativas vienen a ser en última instancia una semilla de otra sociedad, pero como ocurre con las semillas si la plantas en un terereno favorable crece, si la pones en un entorno hostil (con un clima muy seco o muy frío, sin la temperatura adecuada , sometida a vientos y tempestades, etc) muere. El capitalismo es el terreno más hostil posible para que pueda crecer la semilla de una economía solidaria.
Cooperativas y lucha de clases
" La cooperación se desarrolla con la conformación de la clase obrera en los inicios del siglo XIX. La creación de mutuales o de ayuda mutua es anterior al desarrollo de los primeros sindicatos. Las cooperativas y mutuales respondían a la necesidad de mejorar la calidad de vida y la solidaridad de todos los asociados, en un tiempo en donde la miseria y la explotación azotaban a las clases desposeídas. Las cooperativas obreras de consumo o de producción tuvieron su auge en el siglo XIX, especialmente en Inglaterra y Francia. Los principios fundamentales del cooperativismo, en esa época se basaron en: una democracia interna, un hombre un voto, afiliación libre, los fondos pertenecían a toda la sociedad y la “neutralidad política”. En la primera mitad del siglo XIX, se inicia el proceso de expansión del capitalismo, motivado por la libre competencia. Este proceso se intensificó, llevando a la conformación de monopolios y a una mayor concentración del capital. Marx, visualizó esta tendencia del capital, por eso explicó como las cooperativas eran brotes de la nueva sociedad, dentro de la vieja y que no podían sobrevivir como islas en una economía capitalista.Sólo podrían sobrevivir si se extendían a todos los sectores de la producción y se coordinaran a nivel nacional; que en definitiva no sería otra cosa que la articulación de una economía planificada socialista El cooperativismo se deslizaría por dos corrientes: una revolucionaria, que se dirige hacia la superación de la explotación y otra, reformista, que reforzará el sistema capitalista y permitirá la explotación de trabajadores no asociados a la cooperativa. Esta última tendencia se reforzará y potenciará. El marxismo revolucionario no descartara la cooperativa como forma de participación democrática de los trabajadores pero buscara otras formas de gestión obrera que permitan realmente romper con la lógica capitalista, sirviendo de enseñanza y de avance cualitativo en la conciencia política y revolucionaria de la clase obrera. Esa nueva forma de gestión será el control obrero." (Luis Primo, El debate sobre la gestión obrera en Venezuela, http://venezuela.elmilitante.org)
Los sectores reformistas o procapitalistas del movimiento bolivariano apoyan precisamente esa tendencia más derechista, reaccionaria y proburguesa del cooperativismo. En determinados foros es posible escuchar como representantes de este sector presentan a veces como modelo de cooperativas triunfadoras a la Volkswagen (¡¡??) , una transnacional alemana que explota a millares de trabajadores en todo el mundo. Cuando los trabajadores de la Seat-Volkswagen en España se negaron a aceptar trabajar más horas por menos salario la "cooperativa" les dijo que si no aceptaban cerraría la empresa y trasladaría sus inversiones a Eslovaquia , en el este de Europa, pues allí no hay sindicatos y trabajan por salarios de hambre. ¿Es esto lo que quieren para Venezuela estos compatriotas?
Otro ejemplo que se nos da es el de las cooperativas Mondragón o Coren en España. De hecho distintos representantes del Ministerio de Producción y del de Zonas Económicas Especiales,durante la reciente visita del presidente a España se entrevistaron con representantes de estas "cooperativas" y parecieron salir muy satisfechos -según la revista Quantum (nº42) -de esas reuniones. Sin embargo, la "cooperativa" Mondragón es un grupo que poseee infinidad de empresas. Una de las cadenas de supermercados más explotadora del Estado español , Eroski, pertenece al grupo Mondragón. Este grupo es un modelo… pero un modelo de explotación laboral: no hay derecho a sindicatos, (como es una "cooperativa"…¡para qué?), los jóvenes que emplea son contratados por escasas semanas, meses e incluso horas y, si protestan son inmediatamente botados de la empresa. Los salarios son de los más bajos del sector y los beneficios de los más altos. ¿Es este el modelo que proponen los compatrioptas que nos dicen que es imposible nacionalizar nada y que lo revolucionario es desarrollar cooperativas en el marco del capitalismo?
Si se implementan las cooperativas con esta filosofía vamos hacia el fracaso y se puede crear un grave peligro para la revolución. Si convertimos a Venepal, CNV, Cristine Carol o Parmalat en cooperativas a las grandes empresas del sector no les serìa muy difícil apartarlas poco a poco del mercado. ¿Cómo? Tienen muchos mecanismos para hacerlo. En primer lugar estas empresas controlan la mayoría de las redes de distribución. Pero no sólo eso, el crèdito en cualquier sociedad capitalista tambièn està en manos de los capitalistas. Estos preferiràn darle crèditos a grandes empresas con las que tienen años haciendo negocios que a una cooperativa recièn formada que ,además, puede ser un peligroso ejemplo -si de verdad funciona como una cooperativa, de lo que pueden hacer los trabajadores sin los empresarios-. En muchos casos, las propias empresas multinacionales son accionistas de los bancos o estos de las empresas. Por otra parte, las empresas pueden utilizar su capacidad para producir a gran escala y la explotación de sus propios trabajadores para arruinar a competidores incómodos como las cooperativas, vendiendo sus productos por debajo del precio de costo durante un tiempo, llegando a acuerdos distintas empresas capitalistas para elevar o bajar los precios o comprarse productos solamente entre ellas.
No hay que olvidar que la caída de los precios de las materias primas en el mercado mundial , que es una de las razones fundamentales de la ruina de los campesinos y de muchas pequeñas y medianas empresas; así como de la crisis de las economías latinoamericanas y de otras áreas coloniales durante las últimas décadas, es resultado entre otras cosas de estos mecanismos de la competencia favorables a las grandes empresas y de los propios acuerdos monopolìsticos entre las multinacionales imperialistas para arruinar a los pequeños productores y obligarles a vender más barato.
Capitalismo vs. Socialismo
Uno de los aspectos que llevan a cometer más errores respecto a temas como la economía social, las cooperativas, la cogestión o la autogestión es ponerse a hablar sobre estas formas organizativas sin tener en cuenta el marco económico en el que se las pretende implementar. No se puede debatir sobre las formas de propiedad que defendemos para tal o cual empresa abstrayèndolas de las relaciones de propiedad que dominan en toda la sociedad y que inevitablemente condicionaràn su desarrollo.
En una sociedad socialista, como la producción es social y tambièn lo es la apropiación de esa riqueza (lo que todos producimos con nuestro trabajo es propiedad de todos) la clase obrera y los sectores populares, que constituímos la inmensa mayoría de la sociedad, podríamos decidir democràticamente a qué se destina esa riqueza: cómo se distribuye y reinvierte lo que hemos producido trabajando. Una sociedad socialista funcionaría en base a la planificación democràtica con la participación de los trabajadores y los sectores populares y la riqueza serìa reinvertida y gastada en función d elas necesidades sociales que los propios trabajadores y sectores populares organizados en asambleas revolucionarias en cada centro de trabajo, parroquia, barrio, etc determinemos.
Sin embargo, el capitalismo es contrario por naturaleza a esta forma de organización democrática y participativa. Por contra, en el modo de producción capitalista como ya hemos dicho la producción tambièn es social (la riqueza que existe en la sociedad la generamos la gran mayorìa dela sociedad con nuestro trabajo, si hay alguna excepción son precisamente los que poseen las fábricas y latifundios, los capitalistas) pero los medios de producción, las principales fuentes generadoras de riqueza, no estàn controladas por el conjunto de la sociedad sino por su propietario individual y este no las destina a la satisfacción de necesidades sociales sino a la acumulación del mayor beneficio posible , a incrementar su capital.
El capitalismo tiene como motor la búsqueda del máximo beneficio privado por parte del propietario de los medios de producción. Como decía Henry Ford , el magnate de la famosa multinacional automovilística del mismo nombre, "Yo no produco carros, produzco dinero". Esta búsqueda del máximo beneficio obliga a los distintos capitalistas a competir entre sí en el mercado, a luchar hasta por el trozo más pequeño de mercado.
El resultado es que mientras el socialismo es un sistema que sólo puede existir basándose en la planificación colectiva y democràtica de la economía, el capitalismo es un sistema que tiende ,como decía Marx, a la "anarquía de la producción". Cada capitalista intenta producir lo màximo que pueda en el menor tiempo posible y con los menores costes de producción posibles para poder vender más que los otros capitalistas que compiten con él. La competencia capitalista lleva inevitablemente a la concentración del capital cada vez en menos manos. El capitalismo en sus etapas iniciales se caracterizaba por la existencia de miles de pequeñas o medianas empresas compitiendo entre sí, pero a través de este mecanismo de la competencia unas pocas empresas sobrevivieron y se convirtieron en los monstruos multinacionales e imperialistas que hoy conocemos mientras la gran mayoría de las empresas fueron sucumbiendo. La tendencia a la concentración del capital (medios de producción) cada vez en menos manos es algo inseparable de la existencia del capitalismo. De hecho el movimiento cooperativista ha sido de los primeros en sufrir en sus carnes ese proceso: la mayoría de las cooperativas que surgieron a lo largo de la historia del capitalismo han engrosado las filas de las empresas arruinadas y las pocas que sobrevivieron concentraron cada vez más riqueza y pasaron de ser cooperativas a ser asociaciones de capitalistas que explotaban cada vez más mano de obra.
Las propias crisis capitalistas, que se reproducen periódicamente, empujan este procesode concentración del capital cada vez en menos manos. Como quiera que el capitalismo se basa en la anarquía de la producción y la lucha por los mercados entre los diferentes capitalistas individuales es inevitable que sufra crisis periódicas. Estas crisis se producen porque hay sobreproducción, cada capitalista -como decíamos- intenta producir lo máximo posible cada vez en menos tiempo. Ello significa que invierte cada vez más en máquinas que puedan producir muchos más productos en menos tiempo. Estas máquinas es lo que Marx llema capital constante. Frente a esto la otra parte del capital , la constituida por la mano de obra, es el capital variable. El beneficio del capitalista es la parte del salario que este no paga al trabajador, esto quiere decir que sólo el trabajo humano, (el capital variable) produce plusvalía, ganancia para el capitalista.
Empujados por la competencia y la necesidad de acumular beneficios los capitalistas tienen que luchar por aumentar cada vez más su capital. Ello significa renovar las máquinas , incrementar aún más el capital constante -para producir más productos en menos tiempo- intentar extraer más plusvalía (beneficios): explotando al obrero (aumentando la jornada de trabajo o incrementando los ritmos de producción, etc), sustituyendo mano de obra por máquinas (es decir capital variable por capital constante), etc. Eso significa que reducen la parte del capital variable, es decir la que les proporciona plusvalía ( ya que esta es la parte del trabajo del obrero que no retorna a este en forma de salario sino que se la embolsa el capitalista). Por eso tienen que extraer cada vez más plusvalía de cada trabajador ( aumentando las jorndas de trabajo, bajando los salarios, etc) y tambièn tienen que luchar por vender más productos para realizar toda esa plusvalía en el mercado, convertirla en ganancias que puedan reinvertir cuanto antes para volver a ampliar su negocio antes que sus competidores y obtener nuevas ventajas competitivas. El proceso se repite, aumentado, una y otra vez.
He ahí la base para la anarquía de la producción de la que habla Marx. En el capitalismo no hay una planificación que decida qué se produce, cuánto se produce y cómo se produce en función de lo que la sociedad necesita. El resultado inevitable de esto es que en un determinado momento hay exceso de productos en el mercado y este se satura. Los capitalistas más fuertes resisten la crisis ( poseen más reservas de capital, diversifican sus inversiones entre varios sectores, abaratan los precios incluso perdiendo dinero para copar los mercados y desalojar a los más pequeños…) las empresas más débiles y con menos reservas de capital y posibilidades se arruinan y sus mercados (y las partes más rentables de sus empresas) pasan a manos de sus competidores.
Si un capitalista decidiese quedarse como està y no intentar obtener más plusvalìa, acumular más capital, conquistar más mercados, sus inmediatos competidores lo desalojarían inevitablemente al cabo de un tiempo del mercado ya que ellos si incrementarían la producción e intentarían abaratar costes siguiendo todos estos mecanismos que hemos citado y otros más que sería muy largo describir y nos alejaría del objetivo d eeste trabajo. Por eso decimos que son las leyes del capitalismo las que impiden un cambio social y no la voluntad individual de este o aquel empresario. Es un proceso objetivo que no se da porque los capitalistas sean malas personas sino independientemente de sus deseos y voluntad, a causa del funcionamiento mismo del sistema.
Estas crisis de sobreproducción se han sucedido a lo largo de toda la historia del capitalismo. Hoy las contradicciones en el seno del capitalismo se han agudizado hasta un extremo insoportable. Todo esto que decíamos antes y que resume ,de un modo muy simplificado, la teoría marxista sobre el funcionamiento del capitalismo lo estamos viendo en los últimos años. El boom d elas nuevas tecnologías provocó una orgía d e inversión de los capitalistas en ese sector en todo el mundo, lo mismo la subida de la bolsa peroel resultado ahora es que los mercados estàn saturados a escala mundial y los capitalistas de las grandes potencias imperialistas (Europa, EE.UU. y Japóon, con el competidor emergente de China) estàn luchando a muerte por los mercados. Eso es lo que està detràs del ALCA o de los acuerdos bilaterales que impulsa el imperialismo yanqui y tambièn lo que empuja a las burguesías europeas a intentar aumentar su influencia y poder económico en América latina y otras zonas del mundo colonial o ex colonial (negociación con Mercosur, inversiones en Cuba y oposición al bloqueo, oposición a la intervención yanqui en Irak,…)
El capitalismo impide el desarrollo de una economía solidaria
En otros materiales analizamos en detalle este proceso pero lo importante para el tema que nos ocupa es que estamos en una economía mundial en crisis, dominada por 500 transnacionales que concentran el 50% de la producción mundial y el 70% del comercio. Estos gigantes económicos por hacerse hasta con el trozo más pequeño de mercado, arruinando a los pequeños productores de materias primas mediante el descenso forzado de los precios de estas, desalojando del mercado a muchas industrias locales mediante el control d elas redes de distribución y la producción a gran escala que les permite acumular stocks, bajar los precios, etc.
El capitalismo se basa inevitablemente en la división del trabajo y la refuerza hasta sus máximos límites. En la economía mundial globalizada actual lo que existe es una división internacional del trabajo cada vez más fuerte. "Bajo las condiciones modernas de producción, en el capitalismo ningún sector de la producción, ninguna fábrica aislada puede escapar a la división del trabajo que hay establecida. No existe una sola empresa, ni siquiera una sola multinacional en todo el planeta que pueda controlar de principio a fin todos y cada uno de los elementos que intervienen en el proceso de producción de sus mercancías. En otras palabras, ninguna puede ser autosuficiente por sí misma. Ladrillos, concreto, metales, nafta, plásticos, tejidos, cables eléctricos, transporte, venta, etc, es tal la variedad de productos y elementos diferentes que entran en juego en la producción y venta de mercancías que, en mayor o menor grado, cada empresa individual depende de la producción y de la organización del conjunto de la economía capitalista para poder producir y vender sus propias mercancías. Así, por ejemplo, la subida de los precios o la escasez de suministro de la nafta tiene un impacto inmediato en la producción de multitud de empresas; o la escasez de tal materia prima, etc. " (Las ocupaciones de fábricas: Estatización bajo control obrero o cooperativas, Documento "La revolución argentina y las tareas de los marxistas" http://venezuela.elmilitante.org o http://argentina.elmilitante.org)
Este es el marco general en el que las cooperativas o los sectores de economía social autogestionaria deben competir si no avanzamos hacia el socialismo y contruimos un marco diferente. Como dice uno de los ideólogos venezolanos de la "economía social", Carlos Lanz, en el folleto "El desarrollo endógeno y la Misión Vuelvan Caras" . "El capital monopolista cristalizado en los bloques hegemònicos: EE.UU., Japón, Comunidad Europea, en este marco de la división internacional del trabajo, mantendràn la hegemonía, dominando el campo de las tecnologías de punta (…) Este tipo de industrialización tutelada no es otra cosa que la multiplicación de las maquiladoras, la flexibilización o desregulación del trabajo, privatización (…) De esta manera el capital monopolista internacional a través de un sin número de intermediarios controlan a miles de personas (…")
Esto es plenamente correcto y significa entre otras muchas cosas que , en situaciones de crisis aguda, suelen ser las pequeñas y medianas empresas ( o las cooperativas) las más afectadas por los cierres patronales. No es una casualidad que, salvo precisamente el caso de Venepal, el resto de las fábricas ocupadas en Venezuela (CNV, Fénix, Industrial de Perfumes) pertenezcan a este tipo de empresas. Son las que están más expuestas a estas situaciones. Aunque se transformaran en cooperativas, no dejarían de ser pequeñas empresas sometidas, más agudamente que las grandes empresas, a los vaivenes del mercado capitalista, particularmente en una situación como la actual.
"La primera dificultad a la que se enfrentarían los trabajadores de cooperativas sería al boicot que ejercerían contra ellos el resto de la clase capitalista. Los capitalistas considerarían un ataque a sus intereses de clase el que una fábrica sea arrebatada a su propietario por parte de los trabajadores. Tratarían de responder unificadamente, utilizando sus resortes económicos, políticos y judiciales para socavar la viabilidad de la cooperativa. Por ejemplo, los compañeros de Zanón , fábrica ocupada por los trabajadores en Argentina, comentaban que la empresa que les vendía unos envases especiales de cartón para empaquetar los productos cerámicos decidió dejar de suministrárselos, tras una petición de los antiguos dueños de la fábrica.
Para resistir las presiones del entorno y del propio mercado en un contexto de crisis, los trabajadores de cooperativas tendrían que recurrir a la autoexplotación para mantener sus productos competitivos en el mercado: con largas jornadas de trabajo, salarios limitados, etc. Es verdad que no habría un patrón individual, pero resultaría inevitable el surgimiento de cierta mentalidad de pequeño propietario entre los trabajadores de la cooperativa, diluyéndose su conciencia de clase. La formación de una cooperativa tendería además a separar a estos trabajadores del resto de la clase, pues la presión cotidiana del trabajo los empujaría más y más a intentar mantener a flote la cooperativa, a espaldas de lo que aconteciera al resto de la clase obrera de su localidad y del país. " ("Las ocupaciones de fábrica: Estatización bajo control obrero o cooperativas")
La experiencia de las cooperativas hasta el momento
Estas líneas estàn escritas por nuestros camaradas de la corriente marxista El Militante hace cerca de dos años analizando la experiencia de las empresas ocupadas y las cooperativas creadas en el país hermano. Sin embargo, parece como si estuvieran describiendo lo que està ocurriendo hoy con muchas cooperativas en la Venezuela revolucionaria. Decenas de compatriotas implicados en impulsar el movimiento cooperativista o que nos hemos acercado con interés a este fenómeno vemos con gran preocupación problemas como el de que muchas de las cooperativas que se han creado son en realidad empresas convertidas en cooperativas para acceder a las facilidades crediticias que està dando el gobierno bolivariano a travès de Bandes, el Banco del Pueblo, el Banco de la Mujer y otros. Esto es especialmente cierto en el caso de las cooperativas contratadas para realizar determinadas tareas en empresas públicas como PDVSA, CADAFE o incluso para instituciones del estado. En muchos casos son las mismas contratistas que antes hacían el trabajo con la única diferencia de que ahora pagan menos a los "trabajadores" pues estos ahora son "cooperativistas" y no tienen derecho a crear sindicatos, luchar por un salario digno, etc. En otros casos no son las viejas contratistas pero igualito: se trata de "listos" que se montan en la ola de las cooperativas para tener más facilidades para desarrollar su empresa y explotar a los trabajadores, perdón… "cooperativistas".
El camarada Luis Primo, dirigente sindical d ela UNT y miembro tambièn de la dirección de la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR) de Venezuela participó en la Comisión creada por el Ministerio de Trabajo sobre economía social y participación de los trabajadores y conoció de primera mano las experiencias más interesantes de tomas de empresas, cogestión, cooperativismo y control obrero que se han dado en nuestro país. Su trabajo El debate sobre la gestión obrera en Venezuela (http://venezuela.elmilitante.org) es un material de consulta obligada sobre la cuestión del cooperativismo, la autogestión , la cogestión y el control obrero. En este artículo se hace un interesante análisis tanto sobre el desarrollo histórico del coopearitivismo como de las contradicciones a las que este se enfrenta en el marco del capitalismo:
"Las cooperativas aisladas, en un régimen capitalista de gran concentración de capital y altamente monopolizado serán barridas y derrotadas. Las cooperativas deben alcanzar un amplio desarrollo nacional para poder subsistir como opción revolucionaria; pero esto sólo será posible cuando la clase obrera se apodere de los medios de producción y cree unas relaciones sociales colectivas. La cooperativa es una forma colectiva de apropiación. La propiedad no es privada sino social, pero es una socialización que cuando opera en el marco del sistema capitalista (mercado, lucha competitiva, etc.) y no rompe con su lógica resulta contradictoria. La asociación de los trabajadores es su propio patrón, es decir se explota así misma y no tiene otro patrón que los mismos asociados. En el marco de la competencia capitalista esto llevará, en muchos casos, a que los trabajadores aumenten voluntariamente el grado de su explotación para “competir” con otras empresas del mismo sector.
" La lógica del capital no parece abolirse, pero los trabajadores han tocado un elemento fundamental del capitalismo: Las relaciones de propiedad. Dentro de la cooperativa debe ser colectiva, no sólo la propiedad, sino también la organización jerárquica del trabajo y las técnicas de producción. Es decir los trabajadores deben controlar los medios de decisión para evitar que se reproduzcan las relaciones de producción capitalistas y las formas de explotación. Las cooperativas requieren de financiamiento y ayudas del Estado, no sólo para iniciar sus operaciones sino también para invertir en nuevas aplicaciones tecnológicas; estas ayudas no pueden permitir que la cooperativa pierda su autonomía. (…) Las cooperativas de producción tendrán importancia en la lucha de la clase obrera si son parte integrante de las sociedades de consumo, ya que pueden ser instrumentos para lograr la extinción de la ley del valor – trabajo. Además las cooperativas de consumo pueden ser importantes en el apoyo de las luchas obreras y las huelgas. Pero las mejoras de las cooperativas serán insignificantes hasta tanto los medios de producción sigan en manos de los capitalistas. Las cooperativas no son organizaciones de lucha directa y dan la ilusión de que pueden resolver la explotación sin lucha de clases y sin expropiar a la burguesía. El proceso del movimiento cooperativo ha crecido por tres vertientes. Las cooperativas obreras que se desarrollan hacia la superación de la explotación e inmersas en la lucha de clases; las cooperativas burguesas que explotan a trabajadores que trabajan para las cooperativas en beneficio de los asociados; y las cooperativas reformistas que es aquella que se beneficia de la división internacional del trabajo, explota a otros obreros reforzando así el sistema capitalista."
¿Empresarios "bolivarianos"?
Si las cooperativas se desarrollan en el marco del capitalismo es inevitable que estas concepciones burguesas y reaccionarias que el capitalismo introduce inevitablemente en el movimiento cooperativista tiendan a imponerse sobre las progresistas y socializantes. Los representantes del sector procapitalista en el gobierno lo saben y parece que ése es su objetivo en realidad. El Ministro de Producción y Consumo, Wilmar Castro Soteldo decía hace varios meses en Últimas Noticias que concebía las cooperativas como el embrión de "nuevos empresarios bolivarianos" que desarrollasen la economía nacional e invirtiesen. Pero ya hemos explicado cómo funciona el capitalismo y los límites que hay para que esos llamados "empresarios bolivarianos" inviertan y creen unas condiciones laborales distintas.
Esos capitalistas que está intentando impulsar el sector pro-burgués de la dirigencia bolivariana nunca se podràn desarrollar plenamente porque -como explicamos anteriormente- el mercado, las redes de distribución e incluso el sistema crediticio estàn en manos de las multinacionales y la oligarquía. Los bancos poúblicos que se han creado son una hormiga comparados con el poder de los grandes grupos financieros eindustriales nacionales y multinacionales. Por todas las leyes del capitalismo que explicamos anteriormente los empresarios "bolivarianos" -si es que tal cosa puede existir- no pasarán de representar un sector marginal en la economía. Pero es queaunque los capitalistas bolivarianos prosperasen en alguna rama concreta de la economía nunca desarrollaràn el país ni llevaràn a cabo pràcticas diferentes a las de la burguesía venezolana tradicional.
En palabras de Carlos Lanz : "Al no tomar en cuenta el fin esencia de la producción capitalista (la producción de plusvalìa y su conversión en ganancia) las propuestas de desarrollo chocan con las anteriores insuficiencias estructurales y coyunturales que estàn moduladas por los intereses de las diferentes fracciones del capital. No existe ningún patrono que tenga como meta satisfacer las necesidades de la población y no s esabe como se va a conciliar la búsqueda de la máxima ganacia con el interés común. Esto lo vemos muy claramente en la crisis del sector agrícola: mientras la cuota de ganancia en el campo sea menor que la tasa de interès , por ejemplo, los capitales se concentran en la intermediación bancaria sin importarle para nada la seguridad alimentaria o el bienestar de la población" (C.Lanz, op.cit. p.20) . Y un poco más adelante: "…en el régimen capitalista no hay libre competencia ni juego libre d eoferta y demanda sino una tendencia secular hacia la centralización y concentración de la propiedad, de allí la formación de monopolios y oligopolios".
Es decir, mientras la economía la dominen los monopolios y oligopolios (nacionales y foràneos), y -como bien explica Carlos Lanz- esto es consustancial al capitalismo, no hay espacio para una supuesta nueva clase empresarial bolivariana emprendedora, honesta y humana. "El tren de los ricos està full" y no hay sitio para nadie más en los vagones de primera clase. Al que quiera incorporarse lo único que le queda es hacerlo en los de segunda o tercera, en una posición subordinada y dependiente de esos monopolios y oligopolios que obliga a aplicar las mismas polìticas de incremento de la explotación de la clase obrera que los capitalistas estàn aplicando en todo el mundo. Es más , su única opción para intentar competir con capitalistas más fuertes , con más tecnología y reservas, serà precisamente incrementar aún más que ellos la explotación de la mano de obra y precarizar los derechos de los trabajadores. Eso es lo que explica el parasitismo y dependencia que ,históricamente, han caracterizado a la clase dominante venezolana.
Esos empresarios bolivarianos que espera desarrollar el ministro de Producción serán más de lo mismo: unos "bates quebraos" incapaces de desarrollar la economía nacional y generar otra cosa que miseria y explotación. La competencia que genera el propio capitalismo -y la tendencia a la concentración del capital resultado inevitable de esta competencia – se encargaràn de impedir el desarrollo de un capitalismo nacional como lo han hecho durante los últimos 200 años. Incluso en los casos, marginales, en los que, gracias a las ayudas del gobierno y otros factores, pueda ocurrir que algunas de estas empresas disfrazadas de cooperativas, o microempresas, alcancen a convertirse en una empresa más o menos exitosa lo que veremos, más que "bolivarianos" seguidores de Bolívar será "bolivaristas" que lo único que sigan y persigan sea el bolívar. Como se explica en el artículo "En la nueva etapa de la revolución bolivariana ¿Qué hay que negociar con Fedecámaras?" del camarada Maikel Moreno (http://venezuela.elmilitante.org) las condiciones del capitalismo a escala mundial impiden el desarrollo de una burguesía nacional capaz de industrializar seria y equilibradamente el país y resolver los problemas sociales . De hecho incluso en estos momentos que Venezuela experimenta el mayor crecimiento económico del continente la capacidad productiva sòlo se utiliza en un 55% . Es decir, sin invertir ni un bolívar más, los empresarios podrían doblar la producción ya pero no lo hacen porque desde su punto de vista no les resulta rentable. Frente a este dato, la capacidad productiva utilizada en los países capitalistas más competitivos alcanza entre un 70% en èpocas de crisis y un 80-85% en momentos d ecrecimiento. Por si quedaba alguna duda sobre el parasitismo de los capitalistas venezolanos este dato parece bastante elocuente.
En raelidad ya hemos tenido ejemplos de cómo empresarios que se llaman a sí mismos "bolivarianos" reproducen las mismas pràcticas parasitarias y reaccionarias que han caracterizado a la burguesía venezolana desde la època de Bolìvar o Zamora. El empresario de Textiles Fénix -una de las empresas tomadas por los trabajadores- se declaraba "bolivariano", pero cuando los trabajadores – que debían laborar a cambio de menos del salario mínimo y manipular productos químicos sin guantes ni ninguna medida de seguridad (ahí està la tendencia inherente al capital a intentar maximizar su gancia recortando los salarios y derechos del trabajador de la que hablábamos)- empezaron a exigir soluciones y decidieron crear un sindicato, el empresario les botó.
Bolivarianismo, postcapitalismo… ¿socialismo?
Como ha dicho el presidente "en el marco del capitalismo es imposible erradicar la pobreza, el desempleo y la miseria". Pero entonces… ¿con qué sustituir al capitalismo? El Presidente ha hablado en alguna ocasión de levantar un modelo bolivariano o postcapitalista. Todo indica que él mismo , como sectores muy amplios de las masas, està buscando una alternativa. Se podrìa decir que ,como explicaba León Trotsky en relación a las masas en la revolución rusa ( y en general en cualquier situación revolucionaria) saben ya lo que no quieren pero todavía estàn buscando que nombre y características concretas tiene lo que quieren.
Esta búsqueda se ve reforzada por toda una serie de procesos que se han dado a escala mundial en las últimas décadas. El colapso del modelo estalinista y la campaña de desprestigio contra las ideas del marxismo y el socialismo, intentando identificar el modelo estalinista -burocràtico y dictatorial- que fracasó en la URSS y otros países del este de Europa como socialismo, ha tenido el efecto de generar dudas entre muchos sectores de la izquierda hacia las posibilidades reales de construir una sociedad socialista. Pero al mismo tiempo, tras más de una década de polìticas capitalistas que han sembrando la miseria , el caos y el desastre en un país tras otro y especialmente en el mundo colonial, hay un rechazo creciente hacia el capitalismo. Esta contradicción entre el hecho de que las ideas marxistas y socialistas estàn más reivindicadas por la historia que nunca pero tambièn han retrocedido como resultado de la campaña de desprestigio que hemos explicado se resolverà antes o después. Las masas encontraràn su camino hacia el socialismo pero de momento significa que encontraremos planteamientos confusos e intentos de buscar caminos intermedios.
Sin embargo, el ùnico camino alternativo al capitalismo es el socialismo. No puede existir un sistema económico bolivariano o postcapitalista. A través de la experiencia , las masas y el propio Presidente Chàvez estàn experimentando que el capitalismo en ninguna de sus variantes puede resolver los problemas que asfixian a la sociedad venezolana. El bolivarianismo, más que un sistema de concepciones polìticas y económicas acabado, es el nombre que le han puesto millares de revolucionarios a sus esperanzas y a su búsqueda de una alternativa revolucionaria que resuelva los problemas del país. Pero esta búsqueda no puede prolongarse mucho tiempo más, no debe. Si la revolución bolivariana no empieza a aplicar de forma urgente medidas socialistas que empiecen a resolver los problemas de las masas e inicien la transformación económica corre el riesgo de ver amenazado su futuro por la asfixia a la que la somete la camisa de fuerza del capitalismo. Esto lo intuyen las masas y puede incluso que el propio Chàvez. Esa es la razón que ,en última instancia, explica la angustia e impaciencia que se percibe en algunos de los últimos discursos del Presidente y ,desde luego, entre sectores cada vez más amplios de las masas. La construcción de una corriente marxista de masas dentro del movimiento bolivariano que ofrezca una alternativa socialista capaz de resolver los graves problemas de las masas es cada vez más urgente.
La única alternativa a la barbarie y miseria capitalistas es el socialismo. Los intentos de buscar una economía mixta no son nuevos y siempre que se han ensayado han terminado en un fracaso estrepitososo. Un ejemplo es el de Nicaragua o el de la revolución encabezada por un sector de militares en Perú de 1968 a 1975 bajo la dirección de Juan Velasco Alvarado. En ambos casos la economía mixta -independientemente de las intenciones honestas de muchos de los queapoyaban esta opción- fue utilizada por los sectores más a la derecha del proceso para mantener la revolución dentro de los lìmites del capitalismo y ,poco a poco, -mediante el control de la burguesía sobre la economía- desgastar la base social de la revolución y poder recuperar plenamente el control del estado y de la propia economía. Para poder entender porqué no puede existir una "economía mixta" debemos partir una vez más de cómo funciona la sociedad capitalista y del carácter de clase del estado. En la segunda parte de este trabajo, que publicaremos en breve, entraremos a fondo en este debate sobre la economía mixta y desarrollaremos más en detalle las líneas básicas que debe contener en nuestra opinión una alternativa socialista capaz d ellevar la revolución hasta el final.