Los ecuatorianos fueron a las urnas el pasado domingo, día 05 de febrero, para las elecciones municipales y para votar en un referéndum de ocho preguntas convocado por el presidente banquero Guillermo Lasso. El partido de Lasso salió de las elecciones municipales completamente derrotado y el SÍ, defendido por Lasso, ha perdido en todas las ocho preguntas del referéndum. Las elecciones fueron un duro golpe a la oligarquía capitalista y sus representantes políticos. 

La factura del paro nacional de junio de 2022 ha llegado a las urnas y se puede hasta que punto Guillermo Lasso está desmoralizado. La brutal represión, las nueve muertes y la incapacidad de atender mínimamente a las demandas de las calles, lo han aislado completamente, incluso sus aliados lo están abandonando.

Las elecciones municipales

La Revolución Ciudadana, el partido del ex presidente Rafael Correa, ha sido el gran ganador de las elecciones municipales. Ha conquistado 9 prefecturas de un total de 23 provincias, ha obtenido la victoria en las tres provincias más grandes de Ecuador: Guayas, Pichincha y Manabí. En estas tres provincias vive 52% de la población de Ecuador. Ha ganado 61 alcaldías, de las 221 ciudades de Ecuador, venciendo en las dos ciudades más grandes de Ecuador: Guayaquil y la capital Quito. En las anteriores elecciones de 2019, el FCS (nombre con el que se presentó el correísmo entonces) apenas ganó 2 prefecturas y 970.000 votos, ahora ha pasado a 9 prefecturas y 2,3 millones. 

La derecha ha gobernado la ciudad de Guayaquil por más de 30 años, era uno de sus feudos electorales, su derrota aquí es una victoria importante del movimiento de izquierdas.

El Pachakutik, el frente electoral de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas), que han tenido un papel de liderazgo en el paro nacional de junio de 2022, ha obtenido la vitoria en 6 prefecturas y 27 alcaldías. Venciendo en las provincias de Cotopaxi y Tungurahua, en la Sierra ecuatoriana, donde el paro nacional tuvo gran impacto, las gobernaciones de estas dos provincias han sido tomadas por los manifestantes. En total ha pasado de medio millón de votos a 770.000. 

El Partido Social Cristiano, el partido tradicional de la clase dominante, ha vencido sólo en dos prefecturas y 32 alcaldías. Ha perdido casi el 40% de sus votos, pasando de 1,9 millones  a 1,2. El Movimiento CREO del presidente banquero Lasso no ha ganado ninguna prefectura y apenas 22 alcaldías, perdiendo el 20% de sus votos. Este ha sido el peor resultado de la derecha en décadas.

El Referéndum 

Lasso había apostado por el referéndum como una prueba de su popularidad. Elaboró ocho preguntas que deberían ser respondidas con SÍ o NO. Las preguntas del referéndum eran tendenciosas, eran preguntas que a primera vista nadie estaría en contra, como reducir los gastos de asambleístas, una mayor participación “ciudadana” en las instituciones burguesas y otras trampas más. El referéndum había sido formulado para que el SÍ ganase, y así demostrar la popularidad de Guillermo Lasso, pero ha sido rotundamente derrotado. El resultado es que el NO ha ganado en las ocho preguntas, contra los pronósticos de las encuestas. Sumando todos los votos el NO ha ganado con 55%.

Después del fracaso electoral, Lasso ha hecho un llamado desesperado a un «acuerdo nacional» para gobernar hasta 2025, pero la Revolución Ciudadana, la CONAIE, y hasta la Izquierda Democrática lo han rechazado. Lasso no tiene ninguna legitimidad para gobernar el país, y es poco probable que gobierne hasta las próximas elecciones. Es la hora de tomar la iniciativa y volver a las calles. Lasso está contra las cuerdas, pero no es lo mismo una solución por arriba a esta crisis, que una solución bajo el empuje de las masas en las calles.

La CONAIE

La CONAIE ha tenido un papel de liderazgo en el extraordinario Paro Nacional de junio 2022, pero al final el movimiento fue suspendido con la promesa de una mesa de negociaciones, que trataría de los diez puntos que, según la dirección de la CONAIE, concentraban las demandas de las calles. En aquel entonces, ya advertimos que sin la movilización en las calles, la mesa de negociaciones no avanzaría en favor de obreros y campesinos.

El balance de la CONAIE en este periodo de negociaciones es que apenas 10% de las demandas han sido atendidas, y que el gobierno Lasso no ha cumplido con sus promesas, y por tanto no tiene sentido mantener diálogo con el presidente. La CONAIE ha anunciado que volverá a la lucha en las calles.

La CONAIE ha hecho una campaña a favor del NO en el referéndum y evalúa los resultados de las urnas como una victoria del movimiento. La CONAIE ha realmente despreciado el llamado de Lasso a un acuerdo nacional y enfatiza en su Comunicado de prensa de 9 de febrero: “La CONAIE no será parte de ningún acuerdo nacional porque la palabra de Guillermo Lasso como presidente no tiene validez”.

La Revolución Ciudadana 

La Revolución Ciudadana ya tiene la experiencia del Gobierno de Rafael Correa (2007-2017), que con sus políticas reformistas, en una época de altos precios de las materias primas, permitió algunos avances para la clase obrera ecuatoriana, pero no ha tocado en la propiedad de la clase dominante, y por tanto no han cambiado de manera fundamental las relaciones de poder y propiedad.

Correa, en 2017, nombró a Lenin Moreno como su sucesor, pero este traicionó el movimiento, pactó con el imperialismo y aplicó un paquete brutal de ajuste y austeridad. Cuando las masas salieron a las calles en las jornadas de octubre de 2019, las reprimió duramente, dando paso a la victoria del banquero Lasso, en 2021. 

Una eventual vuelta de la RC al poder se produciría en condiciones muy diferentes del mandato de Correa: en medio de una aguda crisis del capitalismo mundial que deja muy poco margen de maniobra para aplicar reformas dentro de los límites estrechos del capitalismo. 

La lección que hay que sacar es que en un país de capitalismo atrasado, dominado por el imperialismo y las multinacionales, controlado por una oligarquía particularmente parasitaria y reaccionaria, la única manera de lograr un cambio fundamental de las condiciones de vida de la mayoría es la toma del poder por parte de la clase trabajadora al frente de todos los sectores pobres y oprimidos del campo y la ciudad. 

Esta es además la lección de los acontecimientos recientes en el Perú. Las vacilaciones y concesiones de Pedro Castillo no lograron apaciguar a la clase dominante. No se puede hacer una revolución a medias, hay que expropiar el poder económico y político de la clase dominante de Ecuador para que la clase trabajadora, al frente de todos los oprimidos del campo y la ciudad, puedan verdaderamente tener el control de la producción de los bienes materiales para mejorar sus condiciones de vida.