Tras más de una semana de ruido de sables de Washington contra Hugo Chávez donde se ha expulsado a diplomáticos, Pat Robertson -el célebre fundamentalista cristiano estadounidense- ha vuelto repetir su llamamiento a asesinar a Chávez y Rumsfeld ha co Tras más de una semana de ruido de sables de Washington contra Hugo Chávez donde se ha expulsado a diplomáticos, Pat Robertson -el célebre fundamentalista cristiano estadounidense- ha vuelto repetir su llamamiento a asesinar a Chávez y Rumsfeld ha comparado a éste con Hitler, ahora le toca a Tony Blair. El primer ministro británico, y perro faldero del imperialismo estadounidense, ha decidido unirse a la refriega.
El pasado miércoles en la Cámara de los Comunes, Colin Burgon, parlamentario laborista por Elmet, hizo la siguiente pregunta: “Estoy seguro de que mi honorable amigo y primer ministro comparte la satisfacción que sienten muchas agrupaciones laboristas con el giro a la izquierda que ha tenido lugar en América Latina. Por utilizar una frase, esto es llevar gobiernos al poder que irán a favor de los intereses de la mayoría y no de unos pocos. ¿Está de acuerdo mi honorable amigo en que sería una mala noticia para todos si permitimos que nuestra política hacia estos países, especialmente Venezuela, siguiera la forma de la agenda realmente de derechas de los republicanos norteamericanos?”
Como es habitual, el primer ministro aprovechó la ocasión no para dar la bienvenida “al giro a la izquierda” en América Latina, aborrecido por George W. Bush y la camarilla reaccionaria que controla la Casa Blanca, sino para atacar al presidente Chávez. Adoptando un elevado tono moral, Blair, como algunos maestros pomposos de secundaria, procedió a dar una disertación al travieso Chávez sobre su mal comportamiento atreviéndose a enfrentar al pueblo venezolano contra los dictados del imperialismo norteamericano. “Hasta el punto”, dijo el primer ministro, “que es más importante que el gobierno de Venezuela se de cuenta de que si quieren ser respetados como miembros de la comunidad internacional, deberían atenerse a las reglas de la comunidad internacional”. En otras palabras, Venezuela debe aprender a poner empeño y aceptar los deseos del imperialismo estadounidenses y su gran líder y moralista: George W. Bush.
Después Blair fue a la garganta, de la manera más amable posible, siguiendo la hipocresía de la Cámara de los Comunes británica: “Digo con el mayor de los respetos al presidente de Venezuela”, dijo Blair queriendo decir lo contrario, “que cuando él forma una alianza con Cuba, yo preferiría ver a Cuba funcionando con una democracia adecuada”. Aquí Blair, riendo como el gato Cheshire, apoya completamente la línea de Bush sobre Cuba. En otras palabras, está a favor de derrocar a Castro, de restaurar a los gángsteres de Miami y de la introducción del capitalismo en Cuba, todo bajo los “principios de la democracia”. Ellos quieren transformar Cuba, así como el resto de América Latina, en una colonia de EEUU y están puliéndose los dientes ante las afectuosas relaciones entre Caracas y La Habana.
Estos principios “democráticos”, tan altamente alabados por los imperialistas, fueron utilizados para invadir Irak y subyugar Afganistán. Son utilizados como una cobertura para la agresión imperialista en el mundo.
Como respuesta, el presidente venezolano Hugo Chávez ha acusado a Tony Blair de abrir un frente europeo en sus ataques a Venezuela. Correctamente, describió a Blair como un “peón del imperialismo tratar de arremeter ahora desde Europa” y “principal aliado de Hitler”, en clara referencia a George W. Bush.
Las relaciones entre Venezuela y EEUU han empeorado la semana pasada cuando los dos países expulsaron a respectivos diplomáticos, después de que Venezuela acusara a la embajada de EEUU en Caracas de espionaje. Después, el Secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, comparó al presidente venezolano con Adolf Hitler. Chávez respondió diciendo: “La actitud imperialista, genocida y fascista del presidente estadounidense no tiene límites. Creo que Hitler sería “un niño de pecho frente a George W. Bush”.
Chávez después regresó a Gran Bretaña con los últimos giros de los acontecimientos y contestó: “Esté en su lugar señor Blair, no tiene ninguna moral para hacer un llamado a nadie a respetar las reglas de la comunidad internacional.
“Usted ha irrespetado el derecho internacional, alineado con mister Danger [Bush] para atropellar al pueblo de Irak”.
“Venezuela es una nación libre. ¿Cree usted que aún estamos en la época del imperialismo y el colonialismo?”
Chávez observó que esa declaración viene poco después de que Bush haya pedido el aumento de fondos para una emisora de radio estadounidense que emita mensajes pro-norteamericanos en América Latina. “Esto no es una coincidencia, esto forma parte de la agresión imperial”.
Las bases del movimiento sindical y laborista británico miran con gran simpatía al gobierno Chávez. Instintivamente comprenden lo que hay en juego. Eso explica por qué muchos sindicalistas y sindicatos han dado su apoyo a la campaña Manos Fuera de Venezuela. Ellos comparan las genuinas reformas en educación, sanidad, ayuda a los pobres, ven las expropiaciones de varias empresas que se han puesto bajo el control de los trabajadores en Venezuela, y comparan esto con lo que tenemos en Gran Bretaña, es decir, recortes en educación, sanidad y privatización de casi todo lo que se puede privatizar. Saben de que parte están.
Blair también ve estas cosas pero su reacción es diferente. En realidad, es totalmente la contraria. Ve las reformas en Venezuela como una amenaza, una amenaza a los beneficios de sus maestros. Ve Venezuela como un ejemplo peligroso que está contagiando a toda América Latina y también encuentra eco en el resto del mundo. Se pone al lado de Bush contra los trabajadores y los pobres de Venezuela. Nosotros nos ponemos al lado de las masas venezolanas contra el imperialismo.
Londres, 09 de Febrero de 2006
Rob Sewell, Cooordinador de la campaña «Manos Fuera de Venezuela» en Gran Bretaña