No hemos recibido aún las cifras finales de la asistencia a la XV Feria Internacional del Libro de La Habana pero está claro para nosotros que ha sido superior al medio millón de personas que el año pasado pasaron por la enorme feria situada en la pi No hemos recibido aún las cifras finales de la asistencia a la XV Feria Internacional del Libro de La Habana pero está claro para nosotros que ha sido superior al medio millón de personas que el año pasado pasaron por la enorme feria situada en la pintoresca fortaleza de La Cabaña con vistas a la Bahía de La Habana.
La inmensa popularidad de la feria en sí misma es una prueba de una de las principales conquistas de la revolución. Los cubanos son un pueblo muy culto y está muy orgulloso de su nivel cultural, en un país que hizo de la erradicación del analfabetismo una de sus principales conquistas. La feria ha crecido masivamente, de ser hace quince años un pequeño acontecimiento en La Habana, a atraer a millones de personas y hacer una gira por 35 ciudades de la isla.
Durante segundo año consecutivo, la Fundación Federico Engels ha puesto un stand. Una vez más, nuestra presencia fue a pesar del “embargo cultural” decretado por el imperialismo y apoyado por la asociación de editores españoles (que no ve ningún problema en asistir a ferias en países con regímenes dictatoriales y represivos como el de Marruecos). Nuestra presencia, por tanto, también es una declaración de solidaridad con la Revolución Cubana y de oposición al imperialismo.
Nuestro stand estaba presidido por dos imágenes de León Trotsky y el Ché Guevara, que convirtió la fortaleza de La Cabaña en el primer cuartel cuando él entró en La Habana en enero de 1959, después de la victoria de la Revolución Cubana. También había dos carteles grandes de la Fundación Federico Engels diseñados especialmente para la Feria del Libro, defendiendo la Federación Socialista de América Latina. El stand suscitó mucha atención.
Como ocurrió el año pasado, el material que más atención atrajo fueron los libros y folletos de Trotsky sobre su vida e ideas en castellano. Aparte de La revolución permanente y La revolución traicionada, vendimos varias obras más de Trotsky, incluidas las recientemente publicadas: Terrorismo y comunismo y 1905. Muchas personas comentaron que siempre habían oído comentarios negativos sobre Trotsky pero que nunca habían tenido la oportunidad de leerlo.
El interés en las ideas de Trotsky también se pudo ver en el hecho de que vendimos 140 copias del cartel de Trotsky con un extracto de su testamento político. Llevamos los carteles debido al interés que despertó el año pasado pero nunca pensamos que íbamos a vender tantos. Nuestras ventas globales fueron un 50 por ciento superiores a las del año pasado, varios títulos se agotaron, en particular los libros de Trotsky y el folleto de Alan Woods: Stalin, 50 años desde la muerte del tirano.
Aparte de Trotsky, la otra cuestión que despertó el interés de la gente fue la revolución venezolana. El libro de Alan Woods sobre la revolución bolivariana fue nuestro best seller demostrando el profundo interés que ha generado en Cuba la revolución venezolana. Venezuela fue el país invitado este año y el presidente Chávez asistió a la inauguración. La presencia del embajador venezolano, Adán Chávez, en la presentación de la edición cubana de Razón y Revolución, fue un acontecimiento importante en la feria y cubierto ampliamente por los medios de comunicación cubanos y venezolanos.
La editorial Ciencias Sociales ha expresado su interés en publicar la edición cubana del libro de Alan Woods sobre Venezuela. También nos dijeron que Razón y Revolución se estaba vendiendo muy bien y que estaban considerando la publicación de una segunda edición.
La comunista cubana, Celia Hart, también nos acompañó en el stand durante varios días. Su libro: Apuntes revolucionarios. Cuba, Venezuela y el socialismo internacional, publicado por la Fundación Federico Engels, fue otro de nuestros libros más vendidos. En sus artículos Celia ha abierto el debate sobre Trotsky y sus ideas en Cuba, es la primera vez que estos artículos se publican en forma de libro y están disponibles para el público cubano. En la feria también había otro libro de Celia: Haydée, del Moncada a casa, que es un recuerdo de su madre, Haydée Santamaría, la legendaria dirigente revolucionaria de la revolución cubana que participó en el asalto al cuartel de Moncada en 1953.
Entre los muchos que vinieron al stand se encuentra el veterano revolucionario cubano Adalberto Ferrera, activo en el movimiento trotskistas cubano desde los años treinta, el intelectual estadounidense James Petras. También en la feria había varias obras no publicadas anteriormente del Ché Guevara. Están recogidas en un volumen titulado: Apuntes críticos sobre economía política. Algunos eran inéditos y contienen una crítica devastadora del viejo manual estalinista de economía política publicado en la URSS.
El Ché Guevara escribió algunos de estos textos en Praga cuando regresaba de su experiencia en el Congo. Su crítica de la URSS también se basaba en su experiencia como ministro de industria y en los debates que tuvo con sus asesores soviéticos y su experiencia en la Unión Soviética. Se opuso particularmente a la política de “coexistencia pacífica” porque consideraba que no era otra cosa que “vulgar oportunismo”. La publicación de estos textos es muy importante porque nos permite saber más sobre la evolución del pensamiento del Ché Guevara durante sus últimos años.
Otro libro publicado en la Feria fue: Del socialismo real al capitalismo real, una obra muy interesante de Ariel Dacal y Francisco Brown. Trata de las razones y las consecuencias de la restauración del capitalismo en la Unión Soviética. El libro, que contiene un prólogo de Alan Woods, explica cómo la vieja burocracia del PCUS restauró el capitalismo y cómo ellos mismos se enriquecieron convirtiéndose en capitalistas.
Aparte de los actos de presentación del libro en la feria y en las universidades de La Habana y Santiago, también tuvimos una reunión con Armando Hart, una figura histórica de la revolución cubana, ahora a cargo de la Oficina del Programa Martí, junto con Rafael Polanco de la Sociedad Cultural José Martí. Fue muy amable e insistió en que se debe abrir un diálogo.
Una persona muy interesada en la edición cubana de Razón y Revolución fue Fidel Castro Díaz-Balart, hijo de Fidel Castro, que es asesor científico en el Consejo de Estado y es físico nuclear. Insistió en que Alan Woods le firmase el libro. También fue muy amable y expresó su interés en discutir más sobre la relación de la ciencia y el socialismo. Lamentó que Alan no hubiera podido participar en una conferencia que había organizado él sobre este tema la semana anterior y le firmó una copia de uno de sus libros sobre energía nuclear.
En pocas palabras, fue un éxito espectacular. Nos gustaría agradecer a todos aquellos que han hecho posible esta visita, incluida la directora de la Feria del Libro y todos los que trabajan con ella, a la editorial Ciencias Sociales y en particular a Celia Hart que insistió en que deberíamos estar presentes.