La visita del presidente Hugo Chávez a Londres despertó un enorme entusiasmo. Miles de seguidores fueron a ver al presidente en sus dos días de visita, el anfitrión fue Ken Livingstone, alcalde de Londres. Fotos al final del artículo La visita del presidente Hugo Chávez a Londres despertó un enorme entusiasmo. Miles de seguidores fueron a ver al presidente en sus dos días de visita, el anfitrión fue Ken Livingstone, alcalde de Londres.
La Campaña Manos Fuera de Venezuela organizó cinco actos de bienvenida en diferentas zonas durante los dos días, con el apoyo total de los Círculos Bolivarianos y la Campaña de Solidaridad con Venezuela. Comenzaron con un acto fuera del hotel donde se alojaba el presidente en el centro de Londres. Gente con banderas, pancartas y póster, vestidos con camisetas rojas y las caras pintadas. Cantando y gritando durante tres horas hasta que finalmente llegó el presidente, frente a la entrada del Hotel Savoy se podía escuchar continuamente: “¡Uh! ¡Ah! Chávez no se va!”
En nombre de la campaña Manos Fuera de Venezuela, Rob Sewell, del comité organizador de MFV, explicó que esta visita de Hugo Chávez era una ocasión histórica que servía para subrayar la revolución venezolana. “Hace dos noches Manos Fuera de Venezuela organizó en Austria un mitin con 5.000 personas para recibir al presidente. Debemos continuar el recibimiento en Gran Bretaña y que debe ser utilizado para fortalecer el apoyo a la revolución”.
Cuando llegó el presidente la multitud se arremolinó, había unas doscientas personas con pancartas. Cuando el presidente se bajó del coche la multitud avanzó en tropel y fue recibido con un gran apoyo. Era como una melée de rugby. Dejando a un lado todo protocolo, el presidente se mezcló con la multitud, dando la mano y saludando a todas las personas que pudo, en particular a los representantes de Manos Fuera de Venezuela.
Espe Espigares, mimbro del comité organizador de MFV, saludó al presidente Chávez en nombre de Manos Fuera de Venezuela y le extendió la calurosa bienvenida en nombre de todos los allí presentes. Después de su breve conversación él agradeció a la campaña MFV el tremendo trabajo que estamos haciendo para apoyar la revolución venezolana. El presidente Chávez dijo lo siguiente: “Os agradezco el trabajo que estáis haciendo y os animo a continuar porque es muy importante para nosotros y la revolución”.
Debido al retraso en la llegada del presidente, se suspendió la visita programa a Miranda House y la multitud siguió su camino hacia Camden Centre. Cientos de personas esperaban haciendo cola alrededor del edificio gritando consignas y ondeando banderas. Es vergonzoso que los organizadores no hayan hecho caso a las organizaciones de solidaridad que insistían en que era necesario un local más grande. Cuando supimos la noticia, inmediatamente nos pusimos en contacto con el embajador de Venezuela en Londres e intentamos garantizar el Royal Albert may para que Chávez hiciera un mitin de masas.
Desgraciadamente, a pesar de nuestra insistencia el esfuerzo fue en vano. Más tarde nos dijeron que la organización de la visita había recaído exclusivamente en manos de Ken Livingstone. MFV había editado carteles y panfletos para la reunión pero nos dijeron que no se podía hacer publicidad. Aunque insistimos en que fuera un mitin abierto, la oficina del alcalde decidió unilateralmente que sólo podía ser por invitación.
La capacidad del Candem Centre era de 800 personas, pero había más de 5.000 peticiones para asistir. Resulta extraño que el alcalde de Londres no encontrara un local más grande. Cientos de personas no pudieron asistir y MFV sólo recibió cien entradas que se agotaron en menos de una hora.
La sala estaba repleta de una audiencia entusiasmada, con banderas y pancartas. Nos dijeron que no se permitiría ninguna bandera dentro de la reunión pero no ocurrió así, frente al estrado estaba una gran pancarta de nuestra campaña.
Ken Livingstone, que presidía el acto, llamó a dos oradores para presentar el mitin. El primero fue Keith Sonnet, ayudante del secretario general del Unison, representando al Centro de Información de Venezuela y que quería hacer saber a aquellos que amenazaban a Venezuela que se encontrarían con una enorme oposición. El segundo fue Jeremy Dear, secretario general del Sindicato Nacional de Periodistas, representando a la campaña Manos Fuera de Venezuela.
Jeremy dijo que la visita del presidente Chávez estaba teniendo un efecto electrizante. Alabó los esfuerzos de Ken Livingstone pero lamentó que no se hubiera elegido un lugar más apropiado ya que miles de personas querían escuchar a Chávez. “Hay miles de personas fuera que quieren escuchar al presidente Chávez”. Pidió que en una futura visita del presidente se organizara una recepción mucho mayor.
Cuando se presentó al presidente Chávez la respuesta de la audiencia fue entusiasta. Chávez agradeció a la población británica su hospitalidad e inició un discurso de tres horas, subrayando el contexto y los éxitos de la revolución bolivariana. En las primeras palabras de su discurso, Chávez mencionó el mitin de Viena, al que asistieron 5.000 jóvenes. Agradeció explícitamente a Alan Woods y Manos Fuera de Venezuela la organización de ese maravilloso acto.
Hugo Chávez continuó con la revolución bolivariana y las contribuciones de Simón Bolívar y Francisco de Miranda, quienes visitaron Londres. Explicó cómo a gran Revolución Industrial en Gran Bretaña y la gran Revolución Francesa habían atraído a los mayores pensadores de le época. La lucha de Bolívar se inspiró en estos acontecimientos en Europa. Chávez también alabó el socialismo científico de Marx y Engels, aunque no debían ser tratadas como un dogma. Continuó atacando el capitalismo y el imperialismo por la destrucción que estaban provocando del planeta. Hizo referencia a Rosa Luxemburgo y su gran contribución, repitiendo la frase: “Socialismo o barbarie”.
Chávez insistió en su compromiso con el socialismo. “Soy socialista. Todos somos socialistas”. El socialismo, dijo, era la única salida para salvar el mundo, el futuro amenazaba el capitalismo. Continuó diciendo que la idea de que la historia había terminado era totalmente falsa. Haciendo referencia al poder de las grandes ideas, Chávez explicó que Carlos Marx, Engels, Lenin y el Ché Guevara no habían muerto. Viven hoy en sus ideas.
Hugo Chávez hizo una oferta inesperada de combustible barato de las dos refinerías de PDVSA en Gran Bretaña a los barrios pobres de Londres, oferta aceptada por el alcalde. Esto es similar a lo implantado en EEUU. Cuando la reunión llegaba a su fin, Chávez se puso frente al estrado estrechando las manos de sus seguidores. A pesar de todos los problemas el acto fue muy entusiasta.
Chávez y el TUC
Al día siguiente, Manos Fuera de Venezuela convocó un acto de recepción fuera de los locales del TUC en el centro de Londres. Se distribuyeron revistas y panfletos de MFV a la gente que entraba al edificio. Cuando la reunión estaba a punto de comenzar, representantes de la delegación de Chávez invitaron a los seguidores de MFV a entrar en el acto del TUC, junto con los de la Campaña de Solidaridad con Venezuela. Cuando entrados en el edificio los vigilantes del TUC intentaron evitarlo, pero el servicio de seguridad venezolana nos lo permitió. En la reunión había unas cien personas, miembros del Consejo General y otros secretarios generales. MFV se sentó como bloque en la reunión.
La presidenta del TUC, Gloria Mills, presentó la reunión explicando que “el Consejo General del TUC llevaba cincuenta años reuniéndose en este edificio. Debo decir, que para mí esta es la reunión más interesante de este año”. En ese momento Hugo Chávez la corrigió: “¡En cincuenta años!” lo que provocó la risa. El siguiente orador fue Brendan Barber, secretario general del TUC, que dio la bienvenida al presidente Chávez por asistir a la reunión del TUC. Barber pidió un “nuevo tipo de globalización”, con justicia social y derechos para los trabajadores. Después pidió a Chávez que hablara.
Pero Chávez no habló sobre la globalización, sino que dio al Consejo General una lección de historia, comenzando con la Revolución Francesa. Señaló que el gran revolucionario venezolano Miranda había vivido como exiliado político en Londres. Que había quedado impresionado por la revolución industrial y las nuevas ideas asociadas con ella. Incluso entonces, dijo que la sed de ideas iba más allá del marco del capitalismo, fue el punto de partida de Bolívar.
Según dijo Chávez se trataba de un pensamiento esencialmente pre-socialista. Quizás los miembros del Consejo General nunca habían oído hablar de Miranda, pero sí sabían quien era el otro exiliado político que mencionó Chávez: “Carlos Marx vivió y fue enterrado aquí. Fue uno de los mayores ideólogos del socialismo científico. Bolívar sólo fue consciente del socialismo utópico. Pero algunas personas quieren enterrar el socialismo. Pero este no es el caso. Los representantes del capitalismo y el neoliberalismo hablaban del fracaso del socialismo. Pero su teoría ha fracasado”.
Chávez habló después de la sociedad pre-colombina en América Latina y cómo antes de la Conquista, la gente vivía bajo un sistema socialista de sociedad donde no existía propiedad privada. Regresó de nuevo al tema del socialismo, particularmente al socialismo científico (es decir, el marxismo). Mientras señalaba los defectos de la Unión Soviética, dijo que era importante estudiar las experiencias del pasado. Necesitamos nuevas fuerzas, nuevas alternativas para conseguir el socialismo.
“Los trabajadores del mundo incluida Gran Bretaña tienen un papel clave en esto (…) Queremos el socialismo del siglo XXI”. El mundo está amenazado con un desastre ecológico. Tenemos la guerra de Iraq y las amenazas contra Irán. “No podemos garantizar empleos, viviendas o vidas bajo el capitalismo. Esto es absolutamente imposible bajo el capitalismo. Mirad los problemas de los jóvenes parados en Europa, la crisis de las pensiones y otras cosas por el estilo. Somos antiimperialistas. Pero no estamos contra el pueblo corriente de EEUU. Ellos son nuestros amigos”.
En respuesta a una pregunta, Chávez dijo que su gobierno era “un gobierno de trabajadores comprometido con los trabajadores”. Concluyó su discurso con la afirmación: “En América Latina hay un giro dramático a la izquierda. Esto ocurrirá en Europa y espero que en todo el mundo. Esta es la única esperanza para el mundo”. En un gesto de amistad, el Consejo General regaló a Chávez una traducción al español del clásico libro socialista inglés: The Ragged Trousered Philanthropist, de Robert Tressel.
Por supuesto este fue el discurso más radical pronunciado en el Consejo General del TUC en cincuenta años. Debería ser impreso y distribuido a todos los sindicatos como parte del apoyo a la revolución venezolana. Después de la reunión en el TUC los miembros de MFV se dirigieron al City may conde Chávez iba a dar una rueda de prensa y al parlamento para ayudar con la recepción. Cuando llegamos a la rueda de prensa ya estaba parte de la delegación venezolana que había estado también en el TUC, incluido Nicolás Maduro, presidente de la Asamblea Nacional.
Había unas doscientas personas en la rueda de prensa, incluidos invitados. La primera pregunta fue de un periodista de la CNN quien preguntó a Chávez por qué había “desairado” a Tony Blair. Chávez dijo que era una pregunta estúpida y que el periodista debería saber más. La visita era privada y puso objeciones a la forma en que la prensa estaba intentando dar la vuelta a las cosas. Después hubo otras preguntas igualmente provocativas, que incluían una implicando a Venezuela en una forma de actuar imperialista, el uso del petróleo como un arma política: “No tenemos planes para monopolizar el gas y el petróleo. Sólo estamos creando planes de integración, como en Europa”.
Cuando Chávez fue comparado por un periodista venezolano con George Bush, Chávez respondió indignado: “Nunca me compare con él. ¿He atacado o invadido yo algún país? ¿He asesinado a personas? George Bush es un criminal, un asesino. Debería ser juzgado por estas ofensas y enviado a prisión”. Esta respuesta fue recibida por una oleada de aplausos de los invitados e incluso de algunos periodistas, aunque este entusiasmo no era compartido por los periodistas escuálidos que habían preparado las habituales preguntas provocativas.
“Debemos tomar el poder”
Esa tarde hubo una reunión de 150 organizada para Chávez en la Cámara de los Comunes, el anfitrión era el parlamentario Colin Burgon y los Amigos Laboristas de Venezuela. Junto con los parlamentarios John McDonnell y Jeremy Corbyn, MFV fue presentada por Alan Woods, Rob Sewell y Jeremy Dear.
Observando un cejijunto busto de Winston Churchill, Chávez dio el discurso más militante que se ha escuchado en los alrededores del palacio de Westminster. En líneas generales era similar al que dio en el TUC, tratando la historia de la lucha de liberación de Venezuela, los males del capitalismo y la necesidad de emprender el camino socialista. Pero se dirigió específicamente al Partido Laborista y sus tradiciones de clase socialistas y obreras.
“Sabemos de donde viene el Partido Laborista y sus tradiciones”, dijo Chávez, “y nos identificamos totalmente con estas tradiciones”. Y continuó: “No deseo hacer referencia a la política internacional de Gran Bretaña, pero todos hemos oído hablar de algo llamado ‘tercera vía’”, haciendo una referencia clara a las ideas de Tony Blair. “Mi experiencia me ha convencido de que no existe una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo. La única manera de avanzar para la humanidad es el socialismo”.
Chávez explicó después que “intentan asustarnos con el poder del Imperio, pero no estamos asustados. Hay un poder más grande que el imperialismo y esa es la opinión pública mundial, con eso quiero decir el poder de la población del mundo. No debemos limitar nuestra actividad a las calles. Debemos tomar el poder”.
Esta es la primera vez durante generaciones que una persona da un discurso en la madre de todos los parlamentos insistiendo en el socialismo y la revolución mundial. Fue recibido calurosamente y tuvo claramente un impacto profundo en los presentes, especialmente cuando el presidente Chávez describió los acontecimientos del golpe de estado de abril de 2002. “Pensé que ese día iba a morir. En realidad, intentaron asesinarme en tres ocasiones pero fueron detenidos por los soldados que me vigilaban. Finalmente, fuimos rescatados por el pueblo”.
Más tarde fue presentado a John McDonnell de MFV y le estrechó afectuosamente la mano: “Gracias John McDonnell por todo lo que has hecho. Gracias. Gracias”, esto lo dijo en inglés.
La reunión final
Después de esto fuimos a recibirle a un mitin fuera del Banqueting Hall en Whitehall, donde se había reunido un gran grupo para reunirse con el presidente. Fue el último acto de su visita, el objetivo principal era la comunidad empresarial y la necesidad de estimular la inversión en la economía venezolana. Esta vez, el acto de bienvenida se encontró con un pequeño grupo de la oposición de unas diez personas, formada por elementos de clase media. Estaban totalmente desbordados y parecían patéticos.
Cuando llegó Chávez la multitud se dirigió hacia el presidente. Una vez más dio las gracias a todo y estrechó y abrazó a sus seguidores. Se dirigió a la entrada y la multitud simplemente le siguió. Después de una pausa, el equipo del presidente nos pidió que entráramos y nos uniéramos a la reunión. Docenas de seguidores de MFV nos siguieron. Ante el asombro del personal de Canning House, jóvenes con vaqueros y camisetas se unieron a personas como Norman Lamont y otros representantes de la burguesía, que claramente tenían curiosidad por escuchar lo que este hombre iba a decir.
Muchos de nosotros nos sentamos frente a la delegación venezolana. Chávez una vez más nos saludó estrechándonos la mano y con saludos, especialmente a Alan Woods. La sala estaba llena con unas 600 personas, Chávez se subió al estrado con el aire desafiante de Daniel en la cueva del león. Manejó la situación hábilmente, lanzando a su audiencia una batería de estadísticas, una tras otra, las mentiras y las calumnias contra la revolución bolivariana. Como es habitual, habló sin notas, sólo ocasionalmente leía algunas de las estadísticas de su voluminoso número de hojas de papel. Comenzó enumerando los éxitos de la revolución bolivariana. Señaló que era la primera vez que UNICEF declaraba a Venezuela libre de analfabetismo. El 60 por ciento solía asistir a la escuela pero que ahora era el 75 por ciento. El gasto en educación había subido al 8 por ciento del PIB, igual ocurría con el gasto sanitario.
“Estamos promoviendo la salud, el empleo y la educación” dijo Chávez. “Tenemos centros de diagnóstico donde puede ir gratis la población, gracias a Cuba. Tenemos 20.000 médicos cubanos y ayudantes en Venezuela garantizando la sanidad primaria”. En los últimos tres años ha habido 117 millones de visitas a cirujanos y 16,8 millones a dentistas. Miles de personas han salvado la vida gracias a estas medidas. Hemos realizado 200.000 operaciones de cataratas, una operación de 15 minutos que permite a la gente ver bien. He tenido a personas llorando frente a mi porque pensaban que nunca verían de nuevo la luna o el amanecer”. La salud es un derecho tanto para los pobres como para los ricos. ¿Por qué no debería ser así? No debemos privatizar la salud. ¡La salud es un derecho para todos!”
Las reservas internacionales del país han crecido de 10.000 millones de dólares hace tres años a los 30.400 millones actuales. El desempleo se ha reducido ala mitad y pronto tendrá una sola cifra. La inflación ha pasado del 100 por ciento a aproximadamente el 10 por ciento. El PIB lleva nueve trimestres consecutivos creciendo, demostrando un crecimiento vigoroso y no sólo en el sector petrolero. Hay proyectos importantes relacionados con la infraestructura que necesitaban inversión internacional.
No sabemos si este discurso llevará mucha inversión de los capitalistas británicos a Venezuela. Esto depende de que sea más fuerte: su sed de beneficios o su temor a la revolución. A la salida se escuchó a un hombre vestido con un traje caro decir que su dinero estaría más seguro en cualquier otra parte. En cualquier caso, el presidente Chávez no debe tener ninguna ilusión en que los verdaderos amigos de la revolución bolivariana se encuentren en esta pequeña audiencia en el Banqueting Hall, sino entre los trabajadores, sindicalistas y jóvenes de Gran Bretaña.
Después de la reunión Chávez salió del edificio en medio de los gritos de sus seguidores. De este modo terminaba una visita exitosa que sin duda ha servido para consolidar el movimiento de solidaridad, especialmente Manos Fuera de Venezuela, y fortalecer las fuerzas de la izquierda en el movimiento sindical y obrero británico. Ha puesto la cuestión del socialismo en el orden del día del movimiento obrero británico de una manera que hace años no se podía prever. La historia no ha terminado, sólo acaba de comenzar.
Fotos en www.marxist.com