El abierto movimiento revolucionario en Oaxaca ha entrado en un punto de no retorno; la amenaza de enviar militares vestidos de gris (PFP) para “salvaguardar el estado de derecho” de la burguesía sólo podrá llevarse a cabo a sangre y fuego; Oaxaca es El abierto movimiento revolucionario en Oaxaca ha entrado en un punto de no retorno; la amenaza de enviar militares vestidos de gris (PFP) para “salvaguardar el estado de derecho” de la burguesía sólo podrá llevarse a cabo a sangre y fuego; Oaxaca es ahora mismo la posición más avanzada de la revolución mexicana, en donde los procesos de lucha y organización de los trabajadores han alcanzado su punto más alto, por lo que la represión del movimiento sería un ataque directo todo el movimiento de masas a nivel nacional, un ataque contra toda la clase trabajadora de nuestro país y una cuestión que puede ser de vida o muerte para el conjunto del movimiento aglutinado en torno a la Convención Nacional Democrática (CND).
Por ello, no sólo es obligada la solidaridad sino que se trata de una cuestión de sobre vivencia de la lucha en contra de el golpe de estado anticipado (en última instancia de la lucha contra el capitalismo); la estrategia, la táctica y el programa que defienda tanto la APPO como la CND cobran cada vez mayor relevancia, la unidad completa de ambos movimiento se convierte en la pertinencia de la unidad entre los brazos y las piernas de alguien que necesita boxear varios asaltos. Sólo con la toma del poder por parte de la CND de manera organizada mediante una huelga general podría llevar al triunfo a las masas de la manera más corta y menos dolorosa posible; de otra manera el riesgo es el de vivir un régimen autoritario con una burda careta democrática.
En Oaxaca hablamos de una verdadera insurrección popular con más de 70 mil trabajadores en huelga (maestros y trabajadores de la salud) representados por la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) que esta desafiando el poder del las instituciones burguesas y de hecho sustituyéndolas y demostrando que el trasto inútil de la institucionalidad burguesa puede ser sustituido por el poder democrático de los trabajadores; de hecho la APPO representa un organismo de poder obrero que esta asumiendo tareas de interés publico (bandos) que tradicionalmente corresponden al gobierno burgués.
La APPO ha tomado el control de la seguridad pública, el transporte, edificios públicos, el control de los suministros alimenticios, etc.; ante este poder obrero el gobierno burgués (representado por Ulises Ruiz y el parlamento) ha tenido que huir como un verdadero forajido sólo sostenido por las fuerzas represivas como policía y ejército, con el apoyo del PRIAN. En la práctica Oaxaca vive una situación de doble poder; se han establecido cientos de barricadas para mantener la seguridad contra las bandas de matones al servicio de Ulises Ruiz ( que ya han asesinado a 8 trabajadores), se han organizado comités de defensa (policía magisterial) para mantener el orden, evitar la violencia y el saqueo y en defensa legítima del movimiento; se ha tomado el control del transporte, se han tomado bajo control obrero canales de radio y televisión, que vomitaban calumnias burguesas contra el movimiento revolucionario, parta convertirlas en instrumentos de información y expresión del pueblo y se ha instalado un magnifico plantón sólo superado por el histórico mantenido en Reforma por más de 40 días.
Romper el aislamiento
En condiciones de normalidad y de estabilidad social en el resto del país dichas medidas (que desafían instintivamente la dominación de la burguesía) hubieran sido suficientes no sólo para derrocar a un gobernante sino para haber derrocado a tres (con medidas similares, aunque en una escala mucho menor, los pobladores de Atenco evitaron el despojo de sus tierras para la construcción de un Aeropuerto para beneficio de las trasnacionales). Pero el hecho es que no estamos en un periodo de estabilidad burguesa sino en uno prerrevolucionario marcado por la descomposición sin precedentes del aparato de estado burgués que arroja detritus por todos los poros y partes (los medios, los tribunales, el parlamento, la cúpula sindical, gobernación, la iglesia) y, por otro lado, una proceso de movilizaciones sin precedentes de las masas en torno a la CND y AMLO sólo comparables a los tiempos de la expropiación petrolera.
En este contexto la caída de Ulises Ruiz significaría la caída del Felipe Calderón (FECAL) quien de tomar posesión sería uno de los gobiernos más débiles y deslegitimado de la historia de México; este hecho incluso lo señalan los diputados priístas como elemento para que el régimen no le corte cabeza a el cadáver político de Ulises Ruiz, el diputado Cavazos Lerma en reunión con FECAL no pudo ser más claro: “si cae el mandatario de Oaxaca el siguiente es Calderón” (La Jornada 11/09/06). Además la caída de Ulises podría romper la endeble unidad del PRI con el PAN, la unidad entre los partidos de la burguesía es fundamental para imponer la contrarreformas por la cuales se ha realizado el fraude “al PAN le gustaría mucho quitar al gobernador de Oaxaca”; afirma el senador perredista Pablo Gómez “pero no la hace porque no quiere un conflicto con el PRI en el momento en que se vive un crisis política en el país, y no va a romper lanzas con el partido que lo sostiene” (La Jornada 20/09/06).
La razón fundamental, sin embargo, es que con la caída de Ulises se podrían abrir las puertas de la revolución a nivel nacional, serviría como un ejemplo al resto de los trabajadores y mostraría la debilidad extrema del régimen y eso es algo que el imperialismo no puede tolerar en su patio trasero – aun cuando existen contradicciones en el seno de la burguesía (hay elementos que preferirían cortarle la cabeza a Ulises)- la burguesía en general y su régimen se aferran al clavo ardiendo de Ulises Ruiz ante el terror de perderlo todo.
Oaxaca marca el camino que debe seguir la CND: a la huelga general, a la construcción desde abajo de la CND (revocabilidad y delegados votados por el pueblo), a la conformación de comités de defensa de la revolución, a el control democrático de los medios y, con ello, el camino a el control democrático de las palancas económicas (industria, tierra, banca) quedaría despejado; el régimen burgués no se sostendría ni una semana y efectivamente mandaríamos al diablo a las instituciones.
En este contexto las negociaciones en gobernación con la APPO, rotas por la intransigencia del gobierno, sólo fueron, para el gobierno, la continuación de la guerra por otros medios; una maniobra para ganar tiempo, desgastar al movimiento y agrupar fuerzas represivas para la hora decisiva; la amenaza de represión es una cuestión bastante real “como ha ocurrido desde el inicio del conflicto” afirmó gobernación después de romper el dialogo “persiste la alternativa de utilizar la fuerza pública” (la Jornada, 21/ 09/06). Ante esta amenaza el movimiento a nivel nacional tiene la fuerza potencial para evitar una matanza en Oaxaca y, al mismo tiempo, profundizar el proceso hacia el derrocamiento del régimen y la instauración de un gobierno popular que liquide al capitalismo.
La clave está en romper el aislamiento de la insurrección oaxaqueña que debe ser la punta de lanza de la revolución nacional; es un hecho que la APPO ha servido como un ejemplo de los métodos necesarios para miles de trabajadores, se ha conformado ya la Asamblea Popular del pueblo de Michoacán y, hace unos días, la Asamblea Popular del Pueblo de Guerrero, estas medidas marcan el paso a la dirección correcta, hay que profundizar este proceso de creación de Asambleas populares estatales para romper el aislamiento, participar en la CND y convertirla en “la madre de todas la APPOS” mediante su democratización para convertirla en un instrumento para la toma del poder.
Un paso adelante en este sentido es la caravana que realizará la APPO a la Ciudad de México, esta Caravana no sólo debe implicar un plantón en la Cámara de Diputados (podría extenderse hacia la plancha del Zócalo), sino, sobre todo, una gira de propaganda y agitación hacia los sindicatos, colonias populares, bases del PRD con la consigna urgente de una huelga general con el programa de la CND y que incorpore la lucha por el socialismo; debe involucrar un claro llamado para que la CND se pronuncia por esta huelga y en contra de la represión en Oaxaca que debe ser vista como un ataque a la CND.
La CND y la APPO deben complementarse
No cabe duda que la CND, en donde participaron mas de un millón de delegados, dio pasos importantes en la dirección correcta y constituye por sí misma una posición ganada para el movimiento de masas: se declaro presidente legitimo a AMLO y con ello, el paso natural siguiente, (independientemente de los deseos de parte de la burocracia del PRD) es la toma del poder para que ese presidente no sea solamente simbólico; se desconoció a FECAL y su eventual gobierno, se acordó tomar las medidas necesarias para que no tome posesión (es decir para que no llegue a la presidencia), ello sólo puede materializarse derrocando al régimen burgués. Se acordaron importantes consignas que abarcan, entre otros, los derechos indígenas y grupos minoritarios, defensa de las conquistas laborales, las lucha contra la pobreza, contra la privatización de lo que queda de los recursos del estado, se rechazó el TLC, el saqueo del IPAB y se acordó la abolición del régimen de corrupción y sus instituciones.
Todo lo anterior es una declaración de guerra para la burguesía porque dichas demandas son imposibles dentro de los marcos del sistema capitalista y deben, para poder llevarse adelante, coronarse con un programa socialista.
No obstante fue un grave error no hacer un llamado a tomar el ejemplo de la APPO dentro de la CND y llamarla a integrarse y no haber acudido en su auxilio mediante la convocatoria urgente a una huelga general (por ejemplo para el 2 de octubre) con ello los ritmos de desarrollo del movimiento se hacen más lentos a nivel nacional mientras que en Oaxaca el desenlace no puede esperar mucho tiempo más, una situación de poder popular efectivo en un sólo estado no puede sobrevivir mucho tiempo en un mar de hostilidad capitalista, de materializarse el golpe contra Oaxaca se podría romper la espina dorsal y la moral del movimiento a nivel nacional. En las revoluciones como en los partos los ritmos pueden ser una cuestión de vida o muerte. Aunque la represión puede, por el contrario, revertírsele al régimen y fungir como el látigo de la revolución al desencadenar todo el descontento popular y abrir totalmente las puertas de la revolución mexicana, el riesgo es demasiado alto y no tenemos ni debemos correrlo, no podemos correr el riesgo de la consolidación del régimen autoritario del PAN-PRI.
Es por ello que los trabajadores debemos mirar cara a cara, además de los logros importantísimos de la CND, sus contradicciones para resolverlas en favor de la lucha general contra es Estado. En primer lugar la CND se debe conformar en una estructura electa desde comités locales que democráticamente elijan comités regionales o municipales y estos a su vez elijan una Asamblea Popular Estatal estas serían la base para formar los comités nacionales de la CND, de esta forma la CND rebasaría el carácter plebiscitario que tiene ahora el cual es insuficiente para afrontar los retos que se avecinan, los delegados deben ser elegidos democráticamente desde los sindicatos, organizaciones populares, los comités del PRD, colonias, escuelas, bases campesinas, etc.
Los organismos de dirección deben tener carácter de revocabilidad inmediata; con ello se aseguraría que en la dirección y en el seguimiento de las medidas votadas democráticamente estuvieran verdaderos representantes populares que impulsen el movimiento hasta el final y convoquen a una Huelga General para la toma del poder; y no tipos corruptos, grises y sin meritos como Imaz y gente ligada a Salinas como Camacho Solís, etc.; quienes en realidad están más cerca del gobierno y los puestos burocráticos que del pueblo. Por tanto aunque participen honestamente del lado de la CND sus propuestas sólo pueden conducir a tratar de domesticar al movimiento, a hacerlo aceptable para la burguesía y por tanto inútil para el pueblo.
Por otra parte, El Frente Amplio Progresista formado por el PRD, el PT (la dirección de Convergencia no tiene nada que hacer en la CND) debe estar bajo el control estricto de las masas por lo que todos los diputados y senadores que formen este bloque deben participar en las asambleas populares semanales, como salario recibir el pago de un obrero cualificado y el resto ir a el mantenimiento de la lucha; entregar informes a las bases cada 15 días; ello implica necesariamente la democratización del PRD y el PT mediante una asamblea refundacional que de a las bases el control del partido y la convocatoria nacional a la formación de comités de base del PRD y PT controlados por las masas trabajadoras. Resulta sintomático que aún con todo el fervor casi religioso con el que las masas en lucha ven a AMLO su apoyo no sea acrítico y que el millón de personas congregadas en el Zócalo hayan gritado “¡Imaz no, Imaz no¡” ante la mirada atónita de parte de la burocracia la que de todos modos hizo oídos sordos ante la demanda. El frente progresista no debe ser un frente por arriba sino básicamente un representante parlamentario de la CND.
Un frente único de trabajadores y campesinos democrático para llevar adelante la revolución mexicana hasta el socialismo. La constituyente, en este contexto, no debe convertirse en un foro de discusión bizantina y escolástica que distraiga a las masas de sus tareas fundamentales, mientras no se tenga el poder por los trabajadores la constitución más democrática y progresista del universo no será más que un piadoso pedazo de papel.
Corrigiendo los errores y profundizando los logros la CND será invencible y los planes de represión sangrienta serán echados abajo como un castillo de naipes.
La APPO debe considerar también que la batalla fundamental no es por la caída de Ulises Ruiz (si a pesar de todo los ritmos no pueden ser acelerados a nivel nacional solamente con la fuerza de la APPO aunque eso esta por verse) sino contra el sistema capitalista, en esta batalla es mucho más importante preservar el nivel de organización y conciencia de las masas que tal o cual títere de la burguesía, mientras exista el capitalismo los individuos son una cuestión secundaria. La APPO ha quemado los barcos, no hay camino de regreso. No obstante debe entender que no pude dar la lucha de forma aislada o confrontándose con la CND sino complementándose, tampoco puede caer en la utopía de una Constituyente estatal como si esta pudiera convivir con el régimen panista a nivel nacional
La Revolución mexicana tocando a las puertas
Al histórico movimiento de masas en torno a AMLO y la CND sólo le falta hacer realidad un frente único democrático a nivel nacional, construir democráticamente la CND y la toma del poder sería totalmente posible; la clave está, como siempre, en el movimiento de masas, su organización y en la discusión fraterna y democrática por un programa socialista. La revolución mexicana toca la puerta y el movimiento tiene la fuerza para tomar el cielo por asalto, destruir el sistema de miseria capitalista y construir un una sociedad más humana, una sociedad socialista entonces podremos dedicarnos a darnos la constitución más progresista de la historia.