“Para esta nueva época necesitamos un instrumento político al servicio de la revolución y el socialismo”. En un acto celebrado el viernes 15, en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, para celebrar la victoria electoral y felicitar a todos aquellos qu “Para esta nueva época necesitamos un instrumento político al servicio de la revolución y el socialismo”.
En un acto celebrado el viernes 15, en el Teatro Teresa Carreño de Caracas, para celebrar la victoria electoral y felicitar a todos aquellos que la han hecho posible, Chávez pronunció un discurso muy importante sobre la nueva fase que ha alcanzando la Revolución Bolivariana. Todo el discurso fue un golpe tras otro contra el ala de derechas del movimiento bolivariano, que ha pasado las dos últimas semanas desde las elecciones apelando a la conciliación con la oposición, y fue recibido con entusiasmo por los miles de activistas revolucionarios presentes en el teatro y los cientos de miles que veían el discurso por la televisión nacional.
Comenzó celebrando la victoria electoral e insistiendo en que era una victoria del pueblo venezolano: “al primero que hay que felicitar y es el dueño de la victoria”, explicando que su papel era el de ser “siempre instrumentos de la voluntad popular”.
Algunas de las cifras que dio sobre el alcance de la Victoria eran verdaderamente impresionantes. Los estados con mayor número de votos para Chávez fueron: Delta Amacuro
(77.9 %), Amazonas (77.8 %), Portuguesa (77 %), Sucre (73.7 %) and Cojedes (73.3 %) como parte de una lista de 8 estados donde el voto a Chávez ha superado el 70 %, y otros 11 estados donde los votos fueron entre el 60 y el 70%. Chávez ha ganado en los 24 estados que forman el país, en el 92% de los ayuntamientos y en el 90 % de las parroquias (unidad administrativa en la que se subdivide cada ayuntamiento). En casi la mitad de todos los colegios electorales Chávez recibió más del 70% de los votos (mientras que la oposición sólo consiguió más del 70% en el 3 % de los colegios electorales). Mientras que en 1998 Chávez recibía 3,6 millones de votos, el 3 de diciembre ganó con 7,3 millones (el 63%).
En los días posteriores a las elecciones hubo una campaña orquestada por parte de la oposición y los sectores “moderados” del movimiento bolivariano destinada a socavar la victoria electoral. El argumento más utilizado era: “hay aún un 38% de los venezolanos que se oponen a Chávez”, “deben ser incluidos”, “debemos conciliar y negociar con ellos”. Entendiendo la democracia como en Alicia en el País de las Maravillas, lo que estaban intentando es decir que como muchas personas votaron por la oposición, entonces Chávez, que ha salido elegido con la mayoría de los votos, ¡debía adoptar el programa de la oposición! Esta fue la razón por la que Chávez insistió tanto el enorme alcance de la victoria electoral.
En su discurso Chávez también dejó claro que él consideraba que se había abierto una nueva etapa en la revolución bolivariana. “Ustedes saben que durante la campaña yo lancé algunos lineamientos, algunos de ellos bueno, el principal: socialismo, vamos rumbo al socialismo, yo jamás he engañado a nadie”. E insistió: “El tema más importante es el tema del socialismo”, a lo que añadió: “yo los convoco a construir el socialismo desde abajo, un socialismo endógeno, nuestro modelo que de alguna manera hemos comenzado a construirlo”.
Chávez hizo varias referencias al “modelo venezolano” de socialismo y a aprender del socialismo de las comunidades indígenas. Quería insistir en que el socialismo no es algo ajeno a Venezuela, aunque al mismo tiempo subrayaba su carácter internacional: “el socialismo que soñamos ni siquiera depende sólo de las circunstancias nacionales; depende mucho de las circunstancias internacionales. Pero aquí hemos comenzado, vamos hacia el socialismo, ese es el camino de la salvación de la especie humana”.
Desde que Chávez comenzó a hablar de socialism en el Foro Social Mundial de Porto Alegre en enero de 2005 ( http://www.marxist.com/Latinam/chavez_speech_wsf.htm) los reformistas y moderados dentro del movimiento bolivariano no han tenido otra opción sino hablar también de socialismo, pero intentando diluir su contenido anticapitalista. El viernes Chávez dejó también claro que “no podemos habla sólo de la moral socialista, no, estaríamos cayendo en el tema del socialismo utópico” al que comparó con “amor platónico”. “El socialismo utópico se quedaba en lo contemplativo, no ofrecía soluciones a los problemas hasta que llegó Carlos Marx, Federico Engels y lanzaron el manifiesto comunista y la tesis del socialismo científico, y empezaron a proponer soluciones”. Fue muy claro al decir que “la transformación del modelo económico es fundamental si queremos construir un verdadero socialismo” y añadió que tanto la economía como la tierra debían ser socializadas.
Construir un nuevo partido socialista desde abajo
El punto central del discurso de Chávez fue el llamamiento a la formación de un nuevo partido, propuso que debería llamarse Partido Socialista Unido de Venezuela. Desde que Chávez sugirió por primera vez la idea del partido único de la revolución, ésta fue recibida con un apoyo cauteloso. Apoyo porque existe un extendido sentimiento de rechazo a la burocracia dentro del movimiento bolivariano, los arribistas y burócratas, los contrarrevolucionarios con boinas rojas, los funcionarios ni responsables ni elegidos de los diferentes partidos bolivarianos (MVR, PPT, PODEMOS). Pero este apoyo fue cauteloso porque muchos temía que un nuevo partido, una nueva estructura, inmediatamente fuera tomado por la misma vieja burocracia.
Una vez más, Chávez asestó otro golpe contra los burócratas, y no estaban demasiado contentos, como ha describo muy acertadamente Michael Lebowitz ( http://mrzine.monthlyreview.org/lebowitz171206.html). En primer lugar insistió en que este iba a ser un partido unido, no una mezcla de los partidos existentes, en el que cada uno conseguiría una cuota de poder. De ser así, dijo, “sería contar mentiras y engañar al pueblo”. Criticó abiertamente a los líderes de los principales partidos bolivarianos que habían aparecido en televisión intentando atribuirse su parte en el triunfo electoral. Visiblemente enfadado respondió: “Los votos no son de ningún partido, esos votos son de Chávez y del pueblo, no se caigan a mentiras”. Y añadió: “en verdad, ya lo dije, no votaron por Chávez votaron por el proyecto socialista que Chávez viene pregonando desde hace varios años”.
Hizo un llamamiento directo, pasando por encima de los funcionarios del partido, a la base del movimiento revolucionario para construir este nuevo Partido Socialista Unido, “aquellos partidos que estén establecidos y que no quieran, están en total libertad de seguir su camino”. La burocracia de los principales partidos bolivarianos debió quedarse absolutamente aterrorizada y, en los días que siguieron al discurso, hubo una enorme prisa por ver que partido era el primero en declarar su disolución y unión al nuevo Partido Socialista Unido.
Chávez recordó a la audiencia los enormes esfuerzos de organización llevados a cabo para ganar la Batalla de Santa Inés, el referéndum revocatorio presidencial en agosto de 2004. En aquel momento cientos de miles de personas, probablemente más de un millón, consiguieron organizar pelotones electorales y Unidades de Batalla Electoral. Esta fue una genuina expresión de la organización revolucionaria y de la base, y de los intentos de la burocracia reformista de aprovecharse de esta organización e imponer dirigentes no elegidos y nombrados por la burocracia para dirigir estas estructuras por arriba, que llevaron a enfrentamientos serios en los barrios revolucionarios.
Chávez dijo que había sido un error desmantelar estas organizaciones y que a pesar de su llamamiento a lo contrario, la mayoría habían dejado de existir. “No debemos permitir que ocurra lo mismo ahora con la gran victoria del 3 de diciembre”. Apeló directamente a “ustedes allá donde me estén oyendo, por radio, o viendo y oyendo por televisión, pero ustedes vayan a llevar este mensaje, que en ninguna parte se desmonte ni una sola escuadra”. Para crear el nuevo partido “a partir de mañana los comandantes de las patrullas, es decir las escuadras; los comandantes y las comandantas de los pelotones y de los batallones, a reunir a la tropa, la tropa buena, que es el pueblo” y comenzar la discusión. “Para esta nueva era que comienza, una estructura política, un instrumento político que se ponga al servicio no de parcialidades ni de colores, al servicio del pueblo y la Revolución, al servicio del socialismo”.
El mensaje era claro: el MVR debía desmantelarse: “cumplió ya su etapa, debe pasar a la historia”. El nuevo partido no puede estar formado con las “mismas caras de siempre, las mismas direcciones de los partidos que se sumaron allí, se sumaron y entonces ese es el partido, no, sería un engaño”. El nuevo partido debería construirse desde abajo: “comandantes de batallones, pelotones y escuadras a mantener la estructura existente, ya que éstos serán la estructura básica nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela”.
Chávez también criticó el modelo estalinista del partido. “El modelo bolchevique tuvo éxito relativo en el nacimiento de la Unión Soviética, en la revolución de octubre de 1917… el partido que logró llevar o impulsar aquel pueblo a la revolución fue el partido bolchevique del Vladimir Illich Lenin. Luego eso sufrió una desviación, es la desviación estalista que Lenin no pudo evitar porque enfermó y murió muy joven (…) aquello terminó siendo un partido antidemocrático y de aquella maravillosa consigna que decía: ‘Todo el poder para los soviets’ terminó siendo todo el poder para el partido y se desnaturalizó, en mi modesto criterio, casi desde el comienzo la revolución socialista”. Y como resultado “vean el resultado 70 años después… Cuando cayó la Unión Soviética qué trabajador salió a defender… porque se elitizó, se convirtió en un régimen elitesco que no pudo construir el socialismo”.
Insistió en que el partido se debería construir desde abajo y con “un criterio muy estricto” apelando directamente a la base revolucionaria: “ustedes son los que conocen allá a la gente en las comunidades, aquí no puede haber ningún ladrón, ningún corrupto”. “aquí el partido socialista unido por supuesto será el más democrático de los partidos de la historia venezolana, ahí se discutirá, se abrirá el compás, se les irá por la base a los verdaderos líderes” y añadió: “ya basta del dedito”.
Como parte de la construcción del Nuevo partido debería haber un debate abierto de ideas por el proyecto socialista en el que todos deberían “leer mucho, estudiar muchos, discutir mucho”, organizar reuniones de los “escuadrones socialistas, pelotones socialistas y leer”. El partido debe ir más allá de la lucha electoral y estar implicado en la batalla de las ideas.
Este discurso de Chávez representa un intento consciente de dar al movimiento bolivariano una estructura organizada, que es claramente democrática y construirla desde abajo. Esto va al meollo de una de las debilidades clave del movimiento revolucionario en Venezuela, la ausencia de una organización revolucionaria de masas a través de la cual las masas puedan generalizar su experiencia, discutir la forma de avanzar y dar al movimiento bolivariano una expresión democrática. Los partidos de gobierno existentes (MVR, PPT, PODEMOS) son correctamente vistos por la base revolucionaria como meras máquinas electorales, llenos de burócratas y reformistas cuyo principal objetivo es detener la revolución a medio camino, y diluir y bloquear la iniciativa revolucionaria de las masas.
Después de las elecciones… la lucha entre la reforma y la revolución
Han pasado ocho años desde la victoria electoral de Chávez existe un sentimiento entre las masas de que ya basta. El 3 de diciembre, para ellas, no fue sólo otra contienda electoral, sino que representa el principio de una nueva fase del proceso revolucionario. Quieren una acción decisiva contra la oligarquía, quieren el socialismo, no sólo en palabras sino también en hechos. Este ambiente se expresa en muchas formas diferentes, la manifestación en Mérida “por Chávez y por el socialismo, contra la burocracia”, organizada por el Frente de Fuerzas Socialistas ( http://venezuela.elmilitante.org/index.asp?id=muestra&id_art=2734), la manifestación del Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora a favor de Chávez y la revolución agraria ( http://www.marxist.com/ezequiel-zamora-march231106.htm), etc.,
El conflicto entre la burocracia reformista y la base revolucionaria también se expresó durante la campaña electoral. Toda la campaña en su mayor parte fue sosa, en parte como una reacción contra la forma en que la estaba dirigiendo la burocracia. Sólo cuando la oposición consiguió reunir a unos pocos cientos de miles de personas en Caracas, las masas chavistas salieron a las calles en masa, en lo que probablemente fue la mayor manifestación revolucionaria hasta ese momento
( http://handsoffvenezuela.blogspot.com/2006/11/largest-demonstration-in-history-of.html), el domingo 26 de diciembre, una semana antes de las elecciones.
Fue en este momento en el que las masas entraron de forma decisiva en la batalla electoral, y se organizaron para defender la victoria el 3 de diciembre contra las provocaciones contrarrevolucionarias. En Caracas, por ejemplo, existía el Plan “Temblad Oligarcas” en el que varias organizaciones revolucionarias (UPV, FNCEZ, CSB, CAV, CMR, FRETECO, entre otras) se unieron en un frente único para organizar a la base para la vigilancia durante las elecciones. Fue precisamente la masiva respuesta de la población el día de las elecciones, no sólo votando masivamente a Chávez, sino también ocupando las calles en masa desde las 3 de la mañana en adelante, lo que convenció a los líderes de la oposición para abandonar sus planes. Una vez más las masas revolucionarias salvaron la situación.
Los activistas revolucionarios recibieron el discurso de Chávez con entusiasmo. La creación del Partido Socialista Unido podría ser la reedición de los Círculos Bolivarianos pero a un nivel superior. Cuando Chávez llamó a la formación de los Círculos Bolivarianos a finales de 2001, un millón de personas se unieron a ellos en el espacio de pocas semanas. En esta ocasión, las masas revolucionarias tienen más experiencia. Han derrotado a la contrarrevolución en tres ocasiones diferentes, han desarrollado un odio sano hacia la burocracia, han adoptado con entusiasmo el debate sobre el socialismo lanzado por Chávez. La burocracia reformista también intentará posicionarse en el nuevo partido y sofocar la iniciativa de las masas una vez más. Del resultado de esta lucha dependerá, en gran medida, el futuro de la Revolución Bolivariana.
El papel de la clase obrera
Desgraciadamente, debido al papel de su dirección, la UNT, y la clase obrera en su conjunto, no jugó un papel independiente durante la campaña electoral. Aunque los trabajadores votaron en masa a Chávez, no tuvieron una presencia distintiva durante la campaña electoral. La responsabilidad de esto reside directamente sobre los hombros de los diferentes sectores de la dirección de la UNT. La división en el congreso de la UNT se debió a una cuestión secundaria (la fecha de las elecciones internas) y fue el resultado de la actitud irresponsable de las distintas alas de la dirección. Ninguna de ellas, ni los moderados ni el ala de izquierdas, se tomaron en serio el llamamiento de Chávez a ocupar las fábricas que habían sido abandonadas. Una medida decisiva en ese frente habría puesto la cuestión de la propiedad de los medios de producción en el centro del debate de la revolución venezolana.
Sólo una organización siguió esta línea de una manera audaz, el Frente Revolucionario de Trabajadores de Fábricas Ocupadas y en Cogestión (Freteco). Con sus fuerzas limitadas intentó coordinar las actividades de los trabajadores en las distintas fábricas, ocupadas, expropiadas o en lucha, consiguiendo una posición dirigente en la lucha de Sanitarios Maracay. Esto representa una nueva etapa cualitativa en la lucha de los trabajadores en Venezuela, ya que por primera vez los trabajadores han ocupado una fábrica y la han puesto bajo control obrero. También destruye el mito del “empresario nacional” como un sector en el que pueden basarse como parte de la revolución. El dueño de Sanitarios Maracay es venezolano y participó en el golpe de 2002. Lo que le llevó a intentar cerrar la fábrica fue la militancia de los trabajadores y su postura audaz en defensa de sus derechos.
Sólo la clase obrera (en alianza con las otras capas oprimidas de la sociedad) puede llevar la lucha por el socialismo hasta el final. Si la UNT hubiera convocado un día nacional de acción por la ocupación de fábricas, la correlación de fuerzas habría girado decisiva en contra de la contrarrevolución y la burocracia reformista, y a favor del socialismo.
Definitivamente hemos entrado en una nueva etapa de la revolución venezolana y sólo hay dos caminos: socialismo (la planificación democrática de la economía por los propios trabajadores) o la contrarrevolución capitalista.
Se puede leer la transcripción íntegra del discurso de Chávez en www.aporrea.org