Publicamos un interesante artículo del camarada Yossi Schartz escrito el pasado 26 de marzo: «El interés de la clase obrera internacional es derrotar los planes de guerra contra Irán.
El viernes pasado los medios de comunicación capitalistas informaron de otro “crimen” iraní. Nos “informaron” de que el estado iraní había secuestrado a 15 marineros británicos de la fragata HMS Cornwall que estaban participando en operaciones rutinarias de abordar barcos mercantes en aguas territoriales iraquíes, cuando habían terminado su inspección de un barco mercante sospechoso de transportar armas a los combatientes anti-norteamericanos en Iraq. Si creemos la versión oficial, de repente fueron abordados por navíos iraníes.
La Secretaria de Exteriores británica, Margaret Beckett, exigió una explicación completa del incidente. Sir Peter Ricketts, un ayudante de la Secretaria de Exteriores, mantuvo una breve reunión con Rasoul Movahedian, después de que el diplomático iraní fuera llamado por el Ministerio de Exteriores británico para rendir cuentas por este incidente.
Un día antes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU
Este incidente ocurría un día antes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en la que se iba a discutir el endurecimiento de las sanciones contra Irán. Y como era de esperar, el sábado el Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad imponer más sanciones a Irán, para obligar a Teherán a capitular ante la exigencia de que suspenda su programa de enriquecimiento nuclear.
Los mismos medios de comunicación capitalistas eran muy sarcásticos con la versión dada por Irán. Según las autoridades iraníes los 15 soldados británicos estaban dentro de las aguas territoriales iraníes, en lo que es una violación clara de la soberanía nacional y lo han confesado en los interrogatorios.
Ninguno de estos caballeros de los medios de comunicación se detuvo por un momento a preguntarse por qué Irán llevaría a cabo esta provocación, el mismo Irán que el mes pasado ofreció ayuda a EEUU para mantener su control sobre Oriente Medio después de que las fuerzas ocupantes estadounidenses tengan que retirarse de Iraq tras su derrota. ¿Qué interés tiene el gobierno iraní en provocar un incidente internacional en vísperas de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Existe alguna conexión entre este incidente y el hecho de que el Congreso de EEUU votara el viernes a favor de imponer el 1 de septiembre de 2008 como fecha para la retirada de todas las tropas de combate norteamericanas de Iraq, y que Bush reaccionaria diciendo que utilizará su poder de veto?
La decisión de acabar con la ocupación el año próximo se consiguió por una estrecha mayoría de 218 a 212 votos, esto demuestra el alcance de la división dentro de la clase dominante norteamericana en esta cuestión, en un momento en que la mayoría de los norteamericanos se opone a la guerra.
El portavoz republicano en el Congreso, John Boehner, de Ohio, advirtió: “No tenemos elección excepto ganar. Si fracasamos en Iraq, veremos el ascenso aún mayor y más rápido del terrorismo radical en todo el mundo”.
No es difícil comprender que Bush, como presidente, como comandante en jefe del ejército y líder del Partido Republicano, está decidido a continuar con la guerra e incluso extenderla a Irán. En ese sentido el incidente con Irán sirve a sus intereses.
El Consejo de Seguridad, apoyando a Bush, aprobó una prohibición de exportación de armas iraníes y la congelación de los activos de 28 personas y organizaciones implicadas en los programas nucleares y de misiles iraníes. La lista incluye a Sepah, un banco propiedad del gobierno. Esta resolución permitirá a Bush en el futuro próximo abrir un nuevo frente militar, en esta ocasión contra Irán.
En interés del imperialismo norteamericano
El cinismo de estos caballeros del Consejo de Seguridad no tiene límites. Están dispuestos a permitir a Bush otra guerra después de lo que ha hecho en Iraq, sobre el terreno es necesario impedir que Irán desarrolle su capacidad nuclear, mientras que EEUU e Israel están armados hasta los dientes con estas mismas armas. EEUU sí que cuenta con historia de utilizar bombas atómicas contra Japón, mientras Israel tiene el récord de utilizar armas biológicas contra los palestinos en 1948, la opresión sistemática de los palestinos ocupados durante décadas y la terrible destrucción provocada en Líbano el verano pasado.
Hay un dato muy interesante: nadie más que Simón Peres de Israel, como viceprimer ministro de Israel, la semana pasada declaró ante la Comisión Vinograd que según su opinión es imposible evitar que otros estados en Oriente Medio desarrollen armas nucleares y que es el momento de conseguir la paz en Oriente Medio. En otras palabras, en la medida que Israel era el único estado con este tipo de armas, estaba en situación de aterrorizar a los pueblos de Oriente Medio, ahora se está repensando la situación.
Y el Consejo de Seguridad de la ONU, bajo la presión de EEUU, rechazó una enmienda de Indonesia y Qatar que querían que la resolución incluyera una frase pidiendo que Oriente Medio estuviera libre de este tipo de armas, incluido Israel.
Pero regresemos al incidente. Hoy, domingo 25 de marzo, los medios de comunicación en Israel comenzaron a admitir que fuera una provocación británica y no iraní. En un artículo aparecido en Haaretz titulado: El presidente iraní Ahmadineyad envía una señal, escrito por Yossi Merman, y en el que dice: “La frontera entre Iraq e Irán sobre el canal de Shatt al-Arab ha estado en disputa durante décadas. Por eso, la posibilidad de que los marineros británicos estaban dentro de las aguas territoriales iraníes cuando fueron capturados no se puede descartar totalmente”.
En el pasado ha habido incidentes similares. En junio de 2004, seis marines británicos y dos marineros fueron capturados, después aparecieron con los ojos vendados en la televisión iraní. Admitieron que habían entrado ilegalmente en aguas iraníes pero fueron liberados ilesos después de tres días.
“En el período reciente Irán ha atribuido varias actividades subversivas, realizadas por grupos de la oposición y separatistas, a la CIA y agentes del MI6. Hace unos meses una unidad de elite norteamericana asaltó el consulado iraní en Irbil, al norte de Iraq, y arrestó a cinco iraníes…”.
Ahora la línea oficial es que si los marines británicos no son liberados en pocos días, como ocurrió en el incidente similar de 2004, la crisis podría profundizarse y empeorar. Por decirlo en palabras sencillas: la incursión británica tenía el objetivo de provocar una reacción por parte de Irán y justificar así la “represalia”.
Mientras tanto el presidente de Irán, Ahmadineyad, canceló su aparición ante el Consejo de Seguridad, donde se suponía iba a presentar la posición de Irán. Se ha especulado sobre las razones de esto, algunos dicen que por cuestiones de seguridad, pero parece que es más un gesto diplomático de desafío por parte del régimen iraní.
Hablan de paz mientras se preparan para la guerra
Desde hace algunos años la línea de los imperialistas ha sido que Irán es una amenaza para el “mundo libre”. De vez en cuando “informan” de la posibilidad de que EEUU e Israel ataquen Irán para “salvar la democracia”. En realidad una clase extraña de democracia, ¡ya que los medios de comunicación la identifican con los crímenes de guerra cometidos por EEUU e Israel en Iraq y Palestina!
Nos han dicho una y otra vez que el programa de energía nuclear de Irán “debe ser detenido” antes de que este “demonio” desarrolle “armas de destrucción masiva” y esto requerirá un masivo ataque aéreo contra Irán.
Gerard Baker, editor estadounidense de Times Online, que apoyó entusiastamente la invasión de Iraq, escribió lo siguiente el 27 de enero de 2006: “La verdad inimaginable pero, en última instancia, inevitable es que vamos a tener que estar preparados para la guerra con Irán… Si Irán consigue el estatus nuclear sin ningún percance y seguro, será un umbral en la historia del mundo, como la Revolución Bolchevique y la llegada de Hitler”.
La justificación de este ataque es el cliché fraudulento y conocido de la “guerra contra el terrorismo” que ha sido utilizado desde el 11 S para justificar cada uno de los ataques de EEUU contra una nación soberana. Bush está soñando demasiado y en sus sueños Dios le dice: “querido hijo desarma a Irán y serás recompensado con todo el petróleo de Irán”.
Irán, por otro lado, pretende que tiene el derecho a adquirir energía nuclear para propósitos pacíficos y no quiere armarse con armas nucleares. Sin embargo, incluso si Irán tiene el objetivo de armarse con armas nucleares, tiene el mismo derecho que EEUU e Israel que están utilizando su arsenal nuclear para aterrorizar al mundo.
Aunque Irán está negando que esté desarrollando armas nucleares, EEUU e Israel no sólo no ocultan que las tienen sino que además están dispuestos a utilizar bombas nucleares. Una y otra vez han avisado de la posibilidad de que puedan atacar las instalaciones nucleares de Irán.
La otra parte de esto es que el régimen iraní está intentando claramente construir un elemento disuasorio para crear un nuevo equilibrio de terror. Vieron que Iraq no tenía armas de destrucción y fue invadida. Por lo tanto para ellos tiene sentido adquirir estas armas para evitar un ataque similar.
Cualquiera que esté familiarizado con la historia reciente de Irán, debe saber que mientras Irán no ha atacado a nadie, fue EEUU el que utilizó a Sadám Hussein para atacar a Irán utilizando armas de destrucción masiva proporcionadas por EEUU en los años ochenta. Y fue una guerra terrible que duró ocho años y que costó la vida a un millón de personas.
Al mismo tiempo, la misma maquinaria propagandística que presenta a Irán como un “estado terrorista” es la que utiliza el racismo para atacar a los musulmanes en general. La campaña de los medios de comunicación del año pasado contra los musulmanes en Europa, presentando al profeta Mahoma como un “terrorista”, es la misma campaña racista que tiene como objetivo justificar las guerras contra los musulmanes en todo el mundo. No tiene nada que ver con la “libertad de expresión” sino que está relacionado con la promoción del odio contra los pueblos oprimidos. Es el mismo tipo de propaganda utilizada por los nazis en los años treinta contra los judíos. No es Irán la que ha creado la pesadilla en Iraq y Palestina, sino los imperialistas norteamericanos e israelíes.
Como resultado de esta propaganda de guerra, muchas personas en occidente, incluso entre aquellos que ahora ponen objeciones a la continuación de la guerra contra Iraq, estadounidenses en particular, han llegado a creer que la guerra contra Irán es necesaria. Se les está haciendo creer que Irán está desarrollando armas nucleares para utilizarlas contra EEUU e Israel.
Los ataques aéreos norteamericanos sobre Irán superarían con mucho los ataques israelíes de 1981 contra la central nuclear iraní de Osiraq, y lo más probable es que fuera como los primeros días de bombardeos contra Iraq en 2003. Utilizando toda la fuerza de los bombarderos B-52, estacionados en la isla Diego García, o volando directamente desde EEUU, posiblemente ayudados por cazas F-117 desde al-Udeid en Qatar o desde Arabia Saudí, el objetivo serían las dos docenas de lugares nucleares sospechosos.
Las sanciones aprobadas ahora demuestran que los 15 miembros del Consejo de Seguridad han actuado al unísono, contrariamente a lo ocurrido con la invasión de Iraq, que tuvo la oposición a nivel diplomático de Francia y Alemania. Washington está construyendo “un consenso” tanto dentro de la OTAN como en el propio Consejo de Seguridad.
Además, varios estados árabes, los llamados “moderados”, Egipto, Jordania, Túnez, Marruecos, Argelia, Mauritania, el gobierno Seniora en Líbano y los saudíes, ahora son socios tácticos de los planes militares estadounidenses-israelíes contra Irán.
La desesperación de Bush se puede ver en el hecho de que incluso ha considerado la opción nuclear. La preparación de esta guerra contra Irán en realidad se basa en la doctrina de la administración Bush de la guerra “preventiva” bajo el Nuclear Posture Review de 2002. Los medios de comunicación han jugado su parte ocultando deliberadamente las consecuencias devastadoras de una acción militar que implique cabezas nucleares contra Irán.
Lo más alarmante de esto, según una decisión del Senado de 2003, es que las últimas armas nucleares tácticas o “mini bombas atómicas de bajo campo” como ellos las llaman (a pesar de tener una capacidad seis veces superior a la de Hiroshima), ahora son consideradas “seguras” ¡porque explotan bajo tierra! Así que son consideradas no sólo armas legítimas sino también como una ¡manera de “construir la paz” y un mundo más seguro!
Lo que agrava más la situación son los lugares que serían bombardeados. Un reciente informe del Oxford Research Group, ha revelado que para atacar las instalaciones nucleares de Irán (que todas las pruebas señalan que tienen un uso civil), EEUU y sus aliados tendrían que atacar la Empresa Eléctrica Kalaye, que produce componentes de centrifugadoras de gas, el reactor nuclear de Bushehr, el reactor de Arak, las plantas de enriquecimiento de uranio de Natanz y las minas de uranio y acerías de Saghand, además del reactor de investigación de Isfahan. Sin embargo, las posibilidades de destruirlos al mismo tiempo son escasas. Este ataque costaría la vida a muchos civiles inocentes.
Lo irónico de esto es que hoy Irán está muy lejos de tener suficiente material para fabricar armas nucleares. El resultado final de estas amenazas de bombardear las instalaciones iraníes de investigación nuclear será empujarlos a que construyen una bomba nuclear a cualquier coste. Y podría hacerlo en un corto período de tiempo, un máximo de dos años.
Mientras EEUU habla de este “estado demoníaco”, en Iraq las fuerzas estadounidenses ocupantes y sus vasallos continúan su campaña asesina. Cientos de miles de hombres, mujeres y niños iraquíes inocentes han sido asesinados por las fuerzas de ocupación. Decenas de miles arrestados, encarcelados y torturados hasta la muerte.
Mientras Bush y Blair hablan de los enormes beneficios que tiene para los iraquíes la eliminación de Sadám Hussein, la economía iraquí ha caído por debajo de los niveles anteriores a la guerra. Las condiciones de vida de los iraquíes han empeorado considerablemente desde la invasión criminal del país en 2003. Iraq, que disfrutaba de un nivel de vida razonable comparado con el de hoy, está en una situación terrible.
Igualmente, mientras Israel es presentado por los medios de comunicación como la “única democracia en Oriente Medio”, continúa saqueando la tierra palestina contraviniendo todas las leyes internacionales y resoluciones de la ONU. Unos dos millones de residentes palestinos en Cisjordania tienen prohibida la entrada en un tercio de Cisjordania, y esto incluye la Ribera del Jordán, la línea costera del Mar Muerto y las laderas orientales de Cisjordania. Al mismo tiempo, los soldados israelíes utilizan la fuerza brutal para asesinar y mutilar a palestinos.
Además, Israel ha aislado Jerusalén del resto de territorios ocupados, haciendo imposible la creación de un “Estado” palestino viable. Más de 3,5 millones de palestinos viven en guettos en un sistema de apartheid insoportable, con controles, bloqueos de carreteras y murallas. Y con la elección de Hamás, Israel ha aumentado su terror contra los palestinos. Miles de hombres, mujeres y niños palestinos son encarcelados por las fuerzas de ocupación sin ningún tipo de acusación. Son enviados a prisión utilizando un sistema judicial militar típico de las viñetas cómicas de Mickey Mouse, lo que en sí mismo es un crimen de guerra.
El Acuerdo de la Meca
A la luz de los preparativos de una nueva guerra, el significado real del Acuerdo de la Meca es cada vez más claro. Es un intento de conseguir que los estados árabes “moderados”, es decir aquellos que actúan como títeres norteamericanos, participen en la preparación de la guerra contra Irán. Simplemente es una continuación de la guerra del Líbano del verano pasado.
Este acuerdo no resolverá la cuestión de la ocupación y la opresión del pueblo palestino, sino que servirá para aislar a Irán de los otros estados árabes. Lo vimos antes de la invasión israelí de Líbano en 1982 cuando Israel y Egipto firmaron un acuerdo de paz que en realidad permitía a Israel atacar Líbano mientras Egipto era neutralizado. La guerra civil entre el sector de Fatah de Abu Mazen y Hamás, que se reinició el pasado miércoles y que ha costado la vida a varios palestinos incluidas dos niñas, no ha caído del cielo. El hecho de que los imperialistas no estén dispuestos a aceptar la semi-capitulación de Hamás ante sus exigencias significa que quieren su sometimiento total.
Esto quedó claro con la visita del Secretario General de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon a la región (hay que recordar que Corea del Sur está en la órbita de EEUU), en la que presionó al nuevo gobierno palestino de coalición para que aceptara las exigencias del “cuarteto”, es decir, reconocer a Israel y renunciar a la violencia, como si la principal fuente de la violencia no se encontrara en la creación del Estado de Israel y posteriormente en los años que siguieron a la ocupación de 1967, como si no fueran las fuerzas norteamericanas y sus aliados que continúan destruyendo Iraq, o el asesinato y la tortura de los civiles iraquíes.
Ban después de hablar con el presidente egipcio Hosni Mubarak, que fue anfitrión de la Secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice y los ministros de exteriores árabes este fin de semana para discusiones sobre el “proceso de paz en Oriente Medio”, dijo lo siguiente: “Esperamos que el gobierno de unidad nacional cumpla las expectaciones de la comunidad internacional para la paz y la seguridad en la región”, además añadió que había discutido con Mubarak la necesidad de impulsar el proceso de paz.
Sobra decir que Ban no se reunió con el primer ministro palestino, Ismael Naniyeh, sino sólo con el presidente Abbas y otros miembros del gabinete, con todos aquellos en los que confía su maestro, George W. Bush, y que son títeres leales.
Está claro que los imperialistas y sus sirvientes sienten la necesidad de liberar las manos israelíes en otras zonas para poder preparar su agresión contra Irán. Parte de la maquinaria propagandística es la necesidad de extender nuevas ilusiones sobre la paz entre israelíes y palestinos. El régimen Saudí está jugando un papel importante en esto. Teme el ascenso de Irán como potencia regional y está intentando ayudar a la consecución de algún tipo de acuerdo entre palestinos e israelíes, no para conseguir la paz en la región, sino para preparar la guerra.
El interés de la clase obrera internacional es derrotar los planes de guerra contra Irán. Porque no servirían a los intereses de los trabajadores de ningún país. En particular provocaría una terrible destrucción y sufrimiento al pueblo de Irán. Consumiría unos recursos enormes, tanto materiales como humanos, por parte de los países agresores, aumentando el sufrimiento de los trabajadores en estos países.
Algunos de los estrategas más perspicaces del imperialismo (ver el Informe Baker) son de la opinión de que en lugar de ir a la guerra contra Irán, este país debería estar implicado en la búsqueda de una solución al caos de Iraq. Ven con pavor como Bush planea el ataque contra Irán. Pero la situación es muy inestable y las contradicciones han alcanzado tal punto, incluidas las contradicciones dentro de la propia clase dominante norteamericana, que un ataque de este tipo parece probable. Una vez comience el ataque sería muy difícil limitar la llamada “operación quirúrgica”. Se podría escalar. En estas circunstancias los intereses de los trabajadores en cualquier parte del mundo sería que los imperialistas y sus lacayos sean derrotados.