En este marco político, la extradición de Fujimori al Perú, se convierte en un dolor de cabeza para la administración García. Fujimori es una papa caliente. En vez de traer estabilidad social, traerá más inestabilidad al debilitado régimen político burgués. "…Hubo un tratamiento correcto (para Fujimori) como corresponde a un país civilizado y democrático, el gobierno ha ofrecido y cumplido con dar todas las garantías no solo en relación con la seguridad de un ex mandatario sino que tenga un trato adecuado…”, son las declaraciones de Luis Gonzáles Posada, presidente del Poder Legislativo y vinculado con la CIA (diario La República, 23-09-07).
1-La extradición de Alberto Kenya Fujimori Fujimori a generado un sismo en la política peruana, Latinoamérica y mundial. El fallo de la Corte Suprema de Chile a favor de la extradición del genocida japonés-peruano por delitos de DD.HH. (matanzas de los penales, estudiantes en la Universidad La Cantuta, etc.), y corrupción agravada, responde a la necesidad del sistema jurídico capitalista de darse un oxígeno, especialmente el chileno (por su complicidad con el no sancionado Pinochet), para aparecer como justo y en busca del bien común.
2-El fujimorismo peruano ha sufrido una derrota política. La globalización del fujimorismo (con razón de la candidatura del ex dictador a una curul en Japón para evitar la extradición), anunciada por Carlos Raffo (parlamentario fujimorista), fue una caricatura de perspectiva política, ahora limitada a las fronteras del capitalismo atrasado peruano.
3-Entonces, el movimiento social y de DD.HH. ha obtenido una victoria política. Las movilizaciones por la “democracia” lideradas por Gisela Ortiz (y los familiares de las victimas del terrorismo de Estado), las organizaciones de DD.HH. y la CGTP han jugado un rol destacado. La sangre derramada por los miles de desaparecidos, asesinados, torturados, a sangre fría, esta comenzando a cobrar justicia. No obstante, todavía falta un largo trecho por caminar.
4-Como bien señala el periodista Raúl Wienner, “…en el Perú hay una ideología dominante que define como buena la economía fujimorista y su concepción del orden, lo que se expresa en las grandes líneas de los tres gobiernos posteriores…”. Y esto es correcto.
5-El Estado capitalista peruano (junto con el paraguayo, chileno y colombiano) es uno de los más reaccionarios. A diferencia del Estado reaccionario y débil de Bolivia (que tiene al dictador de derecha García Meza en la cárcel y que nunca tuvo la experiencia traumática de los grupos de “terrorismo individual”), debido a las tradiciones revolucionarias de la clase obrera y campesina (la revolución del 52), el Estado peruano si tuvo como sus “mejores amigos” a Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA). Sus acciones armadas individuales, aisladas de las masas, en vez de debilitar al Estado, lo fortalecieron, y dieron la justificación política de existencia al fujimorismo hasta la actualidad.
6-Por lo mismo, lo más probable es que el Estado salga en defensa de su agente político más eficaz en imponer el orden de explotación burgués. De esto se valdrá el fujimorismo político y empresarial (de las minas, fábricas, y de los medios de comunicación de las “chichis”) para exigir un “juicio blanco” a su líder (hace siete años atrás, el fujimontesinismo, logro derrotar, a sangre y fuego, al MRTA, cuando esta agrupación tomo la embajada del Japón exigiendo la libertad de sus presos políticos). Esta será la gran muralla que deberán romper los movimientos sociales y de izquierda para exigir la cadena perpetua contra este criminal político del capitalismo peruano e internacional.
5-Por otro lado, es verdad que algunos sectores oficialistas saludan la extradición. Pero no todo lo que brilla es oro. El aprismo burocrático y genocida se encuentra en un dilema. O deslinda con el fujimorismo y exige una drástica sanción para el delincuente Fujimori o consolida su alianza política.
6-El primer caso es muy difícil de avizorar. Un deslinde político-moral con el fujimorismo es como pedirle peras al olmo. El fujimorismo es como un clon político del aprismo. Ambos están unidos por mil tentáculos. Robos millonarios, la misma línea política neoliberal, narcotráfico, grupos paramilitares, genocidio, etc.
7-Una “guerra” del aprismo contra el fujimorismo podría generar una oposición parlamentaria más fuerte contra García. Pero también sería el único camino para que la administración pro yanqui de García tenga un poco más de oxígeno frente a la nueva oleada de protestas sociales que se avecinan exigiendo que el mandatario aprista cumpla con sus promesas.
8-De darse el segundo caso, esta sería unas bodas de sangre. No seria una alianza en línea recta. Tendría sus tropezones y reyertas en las esferas del poder. El fujimorismo querrá no solo un “juicio a su estilo” (ya están exigiendo que se le trate como ex presidente), sino que exigirán que “fujirata” no se presente en un careo con Vladimiro Montesinos (Mientras que los fujimoristas acusan a este de ser el responsable de las matanzas, Montesinos a declarado que Fujimori sabia de las matanzas y actos de corrupción). Del mismo modo, solicitaran la libertad de su líder lo más pronto posible para reintentar las presidenciales del 2011. Pero García no podrá hacer tan evidente el pacto de sangre con su ahijado Fujimori.
9-Si el “padrino” García sale en defensa del ex dictador, su caída en las encuestas será más dramática y estrepitosa. Las masas trabajadoras peruanas todavía tienen muy fresco en la memoria lo que significó la dictadura fujimontesinista en términos de DD.HH., derechos laborales, sociales y políticos.
10-Así las cosas, la agenda política peruana estará marcada por Fujimori y sus geishas. La pandilla de “Fujirata” amenazará con hablar demasiado sobre sus socios y los pactos debajo de la mesa. “Fujirata” puede amenazar con hacer públicos los vladivideos que los tiene bien guardados previendo una situación como esta. Y que podrían implicar a muchas personalidades empresariales y políticas que hasta ahora pasaban “piola”.
11-Como bien dice Wienner, “…nos encontramos en una nueva situación…”. Una situación donde Fujimori se convierte en el centro de la escena política nacional y las fuerzas de derecha mas reaccionarias exigirán un “trato justo” al genocida que los ha enriquecido durante la década de los 90s hasta nuestros días, mediante los contratos de estabilidad jurídica neoliberal (impuesto con sangre obrera, campesina y estudiantil). La burguesía cerrara filas en defensa de “Fujirata”.
11-Pero de lo que no se dan cuenta los “envalentonados” fujimoristas (que salen desesperados a responder por Internet, y en las calles, con unas cuantas centenas de incondicionales inmorales), es que a diferencia de Chile o Paraguay, donde el régimen político se mantiene intacto (mediante una transición ordenada); en Perú, el levantamiento de masas del 2000, generó una nueva etapa en la lucha de clases, que esta marcada por una transición caótica y explosiva, con la intervención de las masas, y que pone en crisis el orden político burgués y sus partidos políticos tradicionales.
12-Los outsiders de la política como el Fujimontesinismo, Toledismo, Castañeda Lossio, etc. no son más que una expresión subjetiva de la pérdida de hegemonía política de la derecha tradicional. Alan García solo pudo ganar las elecciones generales del 2005 gracias a su fraseología izquierdista y las indecisiones de Ollanta Humala. Pero aun ahora, el APRA, ha visto mermado su protagonismo política nacional perdiendo las elecciones regionales y municipales (incluso en su bastión histórico como Trujillo).
13-La irrupción de las masas a la vida política nacional en el 2000, boicoteando las mesas de negociación de la OEA (auspiciada por las burocracias de derecha e izquierda), puso la correlación de fuerzas a favor del pueblo obrero, campesino y originario, y aperturò una etapa que todavía no se cierra. Las sucesivas semiinsurrecciones (como el Arequipazo), y las explosiones sociales posteriores como el Andahuaylazo, hasta las Jornadas de lucha de Julio del 2007 (con epicentro en el 11-J), son una expresión objetiva de la radicalidad del pueblo trabajador.
14-La fuerza, organización y movilización democrática de cientos de miles de trabajadores pobres, subordinando a las FF.AA. en Juliaca, Apurìmac, Cusco, etc. muestran claramente un norte radical que esta alimentado por el proceso revolucionario que vive nuestra Latinoamérica, y que tiene a la revolución bolivariana como una influencia imparable.
15-En este marco político, la extradición de Fujimori al Perú, se convierte en un dolor de cabeza para la administración García. Fujimori es una papa caliente. En vez de traer estabilidad social, traerá más inestabilidad al debilitado régimen político burgués.
16-Dependerá de la unidad dialéctica y principista de la izquierda y los nacionalistas. Y el programa (no al pago de la deuda externa, no al TLC, defensa de los derechos laborales, nacionalización de las empresas privatizadas, minas, fabricas textiles, banca, bajo control de los trabajadores), métodos de organización-lucha realmente democráticos (no acciones heroicas aisladas del pueblo), tácticas, estrategias y perspectivas que elaboren, para empalmar con los movimientos sociales y sindicales, y así poder darle un norte realmente revolucionario y socialista.
17-¡Esta es la única manera de evitar el fortalecimiento del debilitado fujimorismo genocida, degenerado y neoliberal!
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