En el pasado mes de abril de este año se comenzaron a dar las reuniones del sector productivo del Estado con el presidente Chávez y la Comisión para la Planificación de la Economía, con el fin de hacerle un seguimiento a las distintas empresas de producción social, entre las que se encuentra Inveval. En el pasado mes de abril de este año se comenzaron a dar las reuniones del sector productivo del Estado con el presidente Chávez y la Comisión para la Planificación de la Economía, con el fin de hacerle un seguimiento a las distintas empresas de producción social, entre las que se encuentra Inveval. El saldo de esta primera reunión resultó positivo para los trabajadores de la empresa fabricante de válvulas, ya que les permitió informarle directamente al presidente de los problemas de producción por los que atravesaba Inveval, en buena parte generados por el escaso apoyo brindado a la empresa por la burocracia gubernamental. La ocasión sirvió para poner al descubierto la ineptitud y falta de compromiso revolucionario de un sector de la burocracia petrolera. Seis meses transcurrieron desde aquella primera reunión hasta esta nueva convocatoria a Miraflores para realizar un segundo encuentro con el presidente y la Comisión de Planificación. En esta ocasión la preocupación de los camaradas de Inveval era aún mayor, pues la situación en cuanto a la producción de la empresa no había mejorado mucho y el apoyo prometido por la burocracia, luego de los señalamientos hechos por Chávez, tampoco se había concretado. Previamente a la reunión que se iba a efectuar en Miraflores, los camaradas fueron informados de los puntos que se iban a tratar en la misma: la empresa socialista, la propiedad y el carácter social en las empresas socialistas, el papel de los trabajadores en la revolución, la escala de salarios en Inveval, el crecimiento del numero de trabajadores en Inveval, los precios de las válvulas, el sistema de distribución, los costos de producción, la relación de ingresos y egresos y la curva de producción.
Reunidos con el presidente Chávez
Tarde en la noche se dio inicio al encuentro con el presidente Chávez, los ministros y la Comisión de Planificación. En un primer momento el presidente destacó la revisión y el incremento del presupuesto de la nación porque existe la necesidad del desarrollo económico, político y social lo cual requiere de un mayor esfuerzo. En ese sentido anunció que ya había enviado a la Asamblea Nacional el “primer plan socialista de la nación”. Acotó que se debe construir el socialismo con decisión, ir desde la anarquía capitalista hacia la planificación centralizada de la economía, para luego definir lo que es el modelo socialista, y que para ello se deben considerar tres categorías fundamentales: 1) el concepto o categoría de la propiedad, en ese sentido la propiedad debe ser social, y que esto no debe confundirse con las cooperativas, ya que éstas no tienen un verdadero carácter social. La propiedad social tiene dos formas: directa, cuando es ejercida por el pueblo e indirecta cuando la ejerce el Estado en representación del pueblo. 2) La distribución. Los productos no se deben considerar mercancías, dedicadas a los que pueden adquirirlas. Se debe establecer la transferencia de productos, basada en el intercambio permanente y en la satisfacción de las necesidades de la sociedad. 3) El consumo. Hay que producir para mejorar la calidad de vida del pueblo.
Luego de esta introducción, el presidente Chávez comenzó a pasar revista a la situación en que se encuentran las diversas empresas de producción social que se hallaban allí representadas.
Inveval, un ejemplo a seguir
Cuando les tocó el turno a nuestros camaradas de Inveval, Chávez centró sus preguntas en lo político diciendo que en este momento ello es más importante que lo productivo. Se interesó por saber cómo manejaban la escala de salarios en la empresa, ya que en todas las intervenciones de las otras empresas se había hecho hincapié en dicha escala de salarios de acuerdo a las posiciones que cada uno ocupa en ellas. Cuando los camaradas le respondieron que en Inveval todos, desde el presidente hasta el que limpia los baños, ganan lo mismo, Chávez pidió un aplauso para ellos diciendo: “Ustedes han comprendido el objeto de este proceso”. También los felicitó por la forma en que están dirigiendo la empresa a través del consejo de fábrica, y nuevamente recalcó que son los únicos que han entendido cómo hay que hacer las cosas y que deben ser un ejemplo para las demás empresas, que hay que difundir su experiencia porque así deben funcionar las empresas socialistas. Luego agregó que Inveval iba a pasar a ser una empresa 100% estatal pero manteniéndose el control obrero sobre la misma a través del Consejo de Fábrica, tal como ha venido funcionando hasta ahora. Dijo que los trabajadores deben ser la vanguardia de la revolución y que las empresas deben ser un espacio de dirección y comando para las actividades y búsqueda de solución con el entorno y las comunidades., debían constituirse en el centro de comando de su entorno comunitario (Consejos Comunales, Consejos de Estudiantes, etc). Finalmente les dio algunas orientaciones: a) de la producción de nuestras empresas debe quedar en libertad un porcentaje para llevarla a las zonas más necesitadas, mediante decreto u otro mecanismo; b) cuando la burocracia entorpezca, tomen decisiones en asambleas, déjenlas por escritos y actúen; c) se deben realizar talleres y métodos de gerencias, evaluaciones y reportes a los gerentes; d) creación de los batallones productivos para el control de la tierra y su producción; e) debates políticos, conciencia, salarios igualitarios, fondo de seguridad social, todo esto en una ley habilitante; f) creación de las milicias obreras en cada fábrica; g) además de producir productos hay que producir hombres nuevos
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Muchas conclusiones se pueden extraer de esta reunión pero, quizás, la más importante se encuentre en la corrección de la caracterización que siempre hemos hecho del presidente Chávez y de la revolución bolivariana: aun en momentos en que Chávez pareciera dar algún bandazo hacia la derecha (más que nada verbal y seguramente bajo la influencia de los ideólogos reformistas que lo rodean) continúa siendo muy sensible a las respuestas que recibe desde el pueblo, en este caso desde los trabajadores, y que si esas respuestas son positivas él está dispuesto a continuar avanzando por el camino correcto. Chávez es un hombre honesto que, al igual que las masas revolucionarias venezolanas, anda a la búsqueda de un rumbo y de ideas para la Revolución, o como bien dijera Trotsky en “La historia de la revolución rusa” refiriéndose a las masas rusas, que no sabían muy bien lo que querían pero que sí estaban claras en lo que no querían. Desgraciadamente Chávez no es marxista, algo que ya hemos dicho en más de una oportunidad, pero es indudable, como quedó demostrado en esta reunión, que al recibir, a través de la experiencia de Inveval, una muestra de que los trabajadores sí son capaces de conducir exitosamente una empresa, toma esta señal con ambas manos y retoma el discurso del control obrero, pero ahora más a la izquierda al aceptar el planteamiento de los camaradas de que la empresa debe ser totalmente del Estado, y desecha el modelo de cooperativa que había sido bandera de los burócratas reformistas. En este sentido, la intervención de los compañeros de Inveval fue muy oportuna, pues si ella no se hubiese dado en los términos en que se dio, en este momento, probablemente, se habría caído buena parte del proceso de las empresas cogestionarias, o en el mejor de los casos se habría distorsionado completamente. Los camaradas dieron, y de qué forma, la cara por el movimiento obrero ante Chávez. Dejaron una impresión muy positiva en el presidente, en contraposición con el triste espectáculo que brinda todos los días el dirigente de la UNT, Orlando Chirino, y compañía, y de los modelos de empresas cogestionarias, con muy escasa participación obrera, que ha montado la burocracia, además de dar la sensación de que son gente seria, con ideas claras y un método correcto para construir. A la vista de estos hechos, cabría preguntarse de qué estaríamos hablando hoy en Venezuela si las organizaciones políticas y sindicales que dirigieron la lucha en Sanitarios Maracay, en vez de dedicarse a resaltar lo negativo de la revolución y a atacar al presidente Chávez, hubiesen empleado una estrategia acertada, un método como el que emplearon siempre Lenin y Trotsky, un método bolchevique.
Otra gran enseñanza que podemos sacar de todo esto es que aún una pequeña organización como la CMR, pero utilizando las ideas correctas del marxismo puede llegar a tener un rol relevante en el proceso revolucionario. Lo ocurrido debe servir de estímulo a todos los camaradas para que redoblemos el esfuerzo: vamos por el camino cierto y estamos construyendo, estos sólo son los primeros frutos de lo que pudiera ser una gran cosecha.