El 31 de julio en un programa de televisión emitido para todo el país, el presidente Chávez anunció la nacionalización del Banco de Venezuela, el banco venezolano propiedad de la multinacional bancaria española Grupo Santander. «Vamos a nacionalizar el Banco de Venezuela. Hago un llamado a los señores dueños para que vengan por aquí y empecemos a negociar».
El 31 de julio en un programa de televisión emitido para todo el país, el presidente Chávez anunció la nacionalización del Banco de Venezuela, el banco venezolano propiedad de la multinacional bancaria española Grupo Santander. «Vamos a nacionalizar el Banco de Venezuela. Hago un llamado a los señores dueños para que vengan por aquí y empecemos a negociar».
Además añadió: «Nos enteramos hace varios meses por fuentes de inteligencia de que los propietarios españoles iban a vender el banco, que había estado privatizado durante años; que existía un acuerdo firmado entre el Grupo Santander y un banco privado venezolano, el banquero venezolano necesitaba el permiso del gobierno para comprar el banco, no se trata de una operación pequeña (…), entonces envié un mensaje al banquero español y al venezolano, para decirles que el gobierno quería comprar el banco, queremos recuperarlo. Entonces uno de los propietarios dijo: ¡no, no queremos venderlo’. Así que yo digo: ‘no, lo compraré, ¿cuánto cuesta? Vamos a pagar por ello y vamos a nacionalizar el Banco de Venezuela'». El presidente continuó: «A partir de este momento comenzará la campaña de los medios de comunicación españoles e internacionales. Van a decir que Chávez es un autócrata, que Chávez es un tirano, no me importa, a pesar de todo, vamos a nacionalizar el banco». «Ladran, luego cabalgamos», dijo, citando El Quijote.
«Hay algo oscuro allí porque sus dueños primero estaban desesperados por vender el Banco de Venezuela, incluso trataron de presionarme. Ahora, de repente, no quieren venderlo. Pero ahora estoy interesado en comprar y vamos a nacionalizar el Banco de Venezuela para ponerlo al servicio del pueblo venezolano» Añadió que el banco controla millones de bolívares que pertenecen al «pueblo venezolano y también al gobierno venezolano».
«Necesitamos un banco de ese tamaño. Porque este es el Banco de Venezuela, este banco genera unos beneficios masivos pero éstos se van al extranjero».
Chávez también aseguró que los depósitos de los ahorradores estarán garantizados así como los empleos de los trabajadores, cuyas condiciones mejorarán «como ocurrió con la nacionalización de Sidor».
Chávez agradeció a los gestores privados del banco el haberlo convertido en una institución muy eficiente, pero añadió que el banco dejaría de ser un banco capitalista para convertirse en uno socialista: «la ganancia no será de un grupo, sino para invertirlas en el desarrollo social-socialista. ¡El socialismo, cada día con más fuerza!»
Super-beneficios
El Banco de Venezuela es uno de los bancos más importantes de Venezuela, con un 12 por ciento del mercado de préstamos y consiguió unos beneficios de 170 millones de dólares en la primera mitad de 2008, un 29 por ciento más respecto al mismo período de 2007, después de que los beneficios ya hubiesen aumentado un 20 por ciento. Tiene 285 sucursales y tres millones de clientes.
El Banco de Venezuela fue nacionalizado en 1994 después de una masiva crisis bancaria que provocó la bancarrota del 60 por ciento del sector bancario, sólo para ser privatizado en 1996 y comprado por la multinacional bancaria Grupo Santander por sólo 300 millones de dólares. En sólo nueve meses, el Grupo Santander recuperó su inversión original. Los activos del banco se calcula que ahora están en los 891 millones de dólares. Sólo en 2007 consiguió unos beneficios de 325,3 millones de dólares, más de lo que pagaron por el banco.
Este no es sólo el único ejemplo de negocio escandaloso por parte de los banqueros españoles en Venezuela. El Estado venezolano también se hizo cargo del Banco Provincial en 1994 y después lo vendió en 1996 a la multinacional bancaria española Grupo BBVA. Como resultado de estas operaciones, el sector bancario venezolano está dominado por cuatro grupos: dos multinacionales españolas, BBVA y Santander, y dos bancos venezolanos, Mercantil y Banesco. El español Grupo Santander ahora es el mayor banco de América Latina con 4.500 sucursales y un tercio de sus beneficios en 2007 procedían de esta región. Este es sólo un ejemplo de cómo las multinacionales extranjeras están saqueando los recursos del continente.
Hipocresía manifiesta
Este es un ejemplo excelente de la hipocresía manifiesta de los defensores de las grandes empresas. ¿Cómo pueden hablar estos caballeros de la presunta eficiencia de los banqueros privados cuanto todo el mundo sabe que los grandes bancos en EEUU y en otros países llevan décadas implicados en una masiva y criminal especulación que ha llevado al colapso de un gran banco tras otro en los últimos doce meses, amenazando con el colapso todo el sistema financiero mundial?
No hace mucho, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York tuvo que entregar 29.000 millones de dólares a Bear Stearns Companies Inc., un importante banco de inversión en EEUU, para facilitar así su compra por parte de otro gran banco, JP Morgan Chase & Co. Este es el ejemplo perfecto de la «eficiencia» de los banqueros privados, que han conseguido beneficios fabulosos durante años de especulación criminal en el mercado inmobiliario norteamericano, y que piden ayuda al Estado para que les de miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes. En lugar de enviarles a la cárcel por sus crímenes, que sólo en el mes de mayo han provocado que 77.000 familias estadounidenses sean desahuciadas, estos ricos parásitos son generosamente recompensados por sus amigos de la Casa Blanca y Wall Street.
Cuando el presidente Chávez anuncia la nacionalización de un banco es acusado de cometer un crimen contra la propiedad privada. Pero los gobiernos burgueses de EEUU y Europa han estado nacionalizando también bancos. La Reserva Federal, después de haber metido dinero a raudales en los bolsillos de los banqueros en el caso de Bear Stearns, ahora han nacionalizado dos grandes gigantes hipotecarios, Fannie Mae y Freddie Mac, a costa del dinero de los contribuyentes norteamericanos, con otros 25.000 millones de dólares. George Bush y su administración no tienen dinero para sanidad o pensiones, pero sí tienen mucho dinero para llenar los bolsillos de sus ricos amigos. En palabras del famoso escritor estadounidense Gore Vidal, es un ejemplo de «socialismo para el rico y libre empresa para el pobre».
¿Qué nos dice este ejemplo sobre la «eficiencia» de los banqueros privados en EEUU? Fannie Mae y Freddie Mac, que cuentan por lo menos con el 50 por ciento de todas las hipotecas de EEUU, han emitido 5 billones de dólares en deuda y bonos de titulización hipotecaria. De esa cantidad, más de 3 billones de dólares están en poder de instituciones financieras norteamericanas y más de 1,5 billones de dólares en manos de instituciones extranjeras. Su implicación en una estafa y especulación masivas representan una amenaza seria para la estabilidad de la economía global. Por eso las autoridades norteamericanas tuvieron que nacionalizarlos en la práctica. Pero nadie puso en duda estas operaciones.
Vimos exactamente lo mismo el año pasado en Gran Bretaña, donde el quinto banco más grande, Northern Rock, fue nacionalizado por el gobierno para detener su colapso. Estos banqueros privados eran tan eficientes que provocaron la primera crisis de un banco en Gran Bretaña en más de 150 años, con largas colas de ahorradores preocupados esperando toda la noche para retirar su dinero. La nacionalización de Northern Rock costó a los contribuyentes británicos 20.000 millones de libras (40.000 millones de dólares). Al mismo tiempo, el primer ministro Gordon Brown, le dice a los trabajadores británicos que no hay dinero para aumentos salariales y que todos deben hacer sacrificios, ¡todos excepto los banqueros privados!
Comiendo entra la gana
Los trabajadores de Venezuela y de todo el mundo darán la bienvenida a la nacionalización del Banco de Venezuela. Comprenderán que los ataques y calumnias contra Hugo Chávez están dictados por la hipocresía, la avaricia y el odio a la revolución venezolana. Los banqueros españoles, que han estado saqueando de modo vergonzoso Venezuela, estaban dispuestos a vender el Banco de Venezuela a un banquero privado venezolano, es decir, un compañero de crimen, pero no estaban dispuestos a permitir que el banco sea recuperado por el Estado y utilizado para los intereses del pueblo venezolano.
Para los marxistas, la cuestión de la compensación por sí misma no es una cuestión de principios. Hace tiempo Marx defendió la compensación a los capitalistas británicos como una manera de minimizar su resistencia a la nacionalización, y Trotsky contempló una posibilidad similar con relación a EEUU. Sin embargo, la idea de los reformistas de que la propiedad de los capitalistas se debe comprar a precios de mercado es totalmente falsa e imposible en la práctica. Nuestra política debe ser una compensación mínima sólo en caso de necesidad comprobada. En otras palabras, consideraríamos la compensación para los pequeños accionistas de clase media, pensionistas, etc., pero no sumas enormes para los super-ricos que ya han conseguido grandes fortunas del saqueo de países como Venezuela. El Grupo Santander compró el Banco de Venezuela por un precio ridículamente barato de 300 millones de dólares. Esta suma de dinero se ha recuperado con creces, no hay justificación alguna para pagarles ni un solo bolívar más.
No obstante, la cuestión real aquí no es la cantidad de la compensación. Es el hecho de que un gran banco sea arrebatado de manos privadas. Lo que realmente temen los capitalistas y los imperialistas es que la tendencia de la revolución venezolana a realizar incursiones en la propiedad privada se vuelva irresistible. La crisis del capitalismo significa que un número cada vez mayor de bancos y otras empresas privadas entrarán en crisis y cerrarán en los próximos meses, provocando un profundo aumento del desempleo. En Venezuela la inversión privada ya se ha hundido. La economía venezolana sólo se mantiene gracias a la inversión del Estado y del sector público. Esto representa una amenaza seria para la revolución y puede tener resultados adversos en las elecciones de noviembre, especialmente si se tiene en cuenta el aumento de la inflación.
El argumento de los reformistas y estalinistas de que la revolución debe formar una «alianza estratégica con la burguesía nacional» es una estupidez peligrosa. Todo el mundo sabe que la burguesía es el enemigo de la revolución y el socialismo. No es posible formar una «alianza estratégica» con la burguesía nacional progresista porque no existe. A los reformistas y los estalinistas les gustaría crear una burguesía nacional con dinero público. ¿Cuál es la lógica de esta propuesta absurda que presentan como presunto realismo? En lugar de arrojar dinero a los capitalistas privados que lo enviarán inmediatamente a cuentas bancarias en Miami, el Estado debería tomar en sus manos las fuerzas productivas y utilizar sus recursos para crear una economía planificada verdaderamente socialista. La condición previa es que las fuerzas productivas deberían estar en manos del Estado y el Estado debería estar en manos de la clase obrera.
A pesar de todas las exhortaciones, los capitalistas privados no invertirán en Venezuela. La única manera de avanzar es la nacionalización. La expropiación de Sidor a principios de este año fue el resultado del movimiento de los trabajadores desde abajo. La amenaza de cierres de fábricas en los próximos meses sin duda llevará a una nueva oleada de ocupaciones de fábrica y exigencias de nacionalización. La nacionalización del Banco de Venezuela dará un nuevo impulso a la reivindicación de los trabajadores de expropiación y control obrero. ¡Comiendo entra la gana! Por eso los propietarios del Banco de Santander quieren a toda costa evitar que su propiedad pase a las manos del Estado, incluso aunque el presidente se ha ofrecido a pagarles.
En el programa de televisión donde le presidente Chávez anunció la nacionalización del Banco de Venezuela, mencionó a Marx y Lenin, hizo referencia a la importancia de reducir la semana laboral, también analizó la crisis mundial del capitalismo. Dijo que sólo con el socialismo las sociedades pueden conseguir su emancipación. Eso es absolutamente cierto. Pero el socialismo sólo es posible cuando la clase obrera toma el poder en sus manos, expropia a los banqueros, terratenientes y capitalistas, cuando comienza a gestionar la sociedad en líneas socialistas.
La revolución venezolana ha comenzado a tomar medidas contra la propiedad privada. Los marxistas darán la bienvenida cada paso en dirección a la nacionalización. Al mismo tiempo, señalamos que las nacionalizaciones parciales no son suficientes para resolver los problemas fundamentales de la economía venezolana. La nacionalización de todo el sector bancario y financiero es una condición necesaria para el establecimiento de una economía socialista planificada, junto con la nacionalización de la tierra y de todas las grandes empresas privadas, bajo el control y gestión de los trabajadores. Esto nos permitiría movilizar todos los recursos productivos de Venezuela para resolver los problemas más apremiantes de la población.
Por lo tanto, damos la bienvenida a la nacionalización del Banco de Venezuela como un paso adelante. Pero el objetivo principal aún no se ha alcanzado: la eliminación del poder económico de la oligarquía y el establecimiento de un verdadero estado obrero socialista. La batalla continúa.