italiaportada.jpgEn abril, la victoria de Silvio Berlusconi en las elecciones generales fue aclamada como una aplastante derrota para la izquierda y el movimiento obrero italiano. Muchos dijeron que la lucha de clases había desaparecido de la escena en el próximo período. El propio Berlusconi tenía esta misma ilusión.

Era comprensible que este representantenada inteligente y rudo de la clase dominante italiana llegase a pensareso. Había conseguido una gran mayoría tanto en el Senado como en elParlamento. Se enfrentaba a una oposición muy débil en el parlamento,dividido en tres partidos burgueses (el Partido Democrático, Italia deiValori encabezado por el ex – juez Antonio Di Pietro, y la Unión deDemócrata Cristianos) mientras que la oposición de izquierdas, que sepresentó unida en las elecciones bajo el nombre de Izquierda Arcoíris,había perdido todos sus parlamentarios y senadores con un simple 3 porciento de los votos. Por primera vez desde los años ochenta (a partedel período de la dictadura fascista) en Italia no había ningúnparlamentario socialista o comunista.

 

italia.jpg

En esta situación todas las fuerzas reaccionarias, la Iglesia, losempresarios, todos los partidos de derechas, se frotaban las manos conregocijo: ¡ahora daremos a los trabajadores italianos una lección! Peroesta visión superficial, sobre todo en la situación tan volátil queprevalece en Italia, puede ser muy engañosa.

 

Estos acontecimientos no pillaron porsorpresa a los marxistas. Nosotros explicamos que, dada la situaciónobjetiva y la podredumbre del capitalismo italiano

(http://www.marxist.com/italy/decline-and-fall-romado-prodi.htm),tiendo en cuenta las tradiciones militantes de los trabajadores yjóvenes italianos, la próxima crisis económica y la actitud provocadorade Berlusconi y los políticos de extrema derecha que le rodean, prontolos trabajadores contraatacarían y la situación rápidamente giraría ala izquierda, tanto en el movimiento de masas como en partidospolíticos como Rifondazione Comunista (http://www.marxist.com/italy-berlusconis-victory-prepare-workers-backlash.htm). Y esto es lo que está ocurriendo exactamente ahora.

 

Rebelión en institutos y universidades

 

El ejemplo más destacable de cómo cambian rápidamente las cosas es elmovimiento de masas que se está desarrollando entre estudiantes yprofesores en el momento de escribir este artículo. Están ocupadas lasuniversidades de Bolonia, Cagliari, Florencia, Milán, Roma, Nápoles,Pisa, Lecce, Padua, Turín, etc., En Milán, Palermo, Sassari y Cagliarise han suspendido las clases y se han sustituido por actividadesdestinadas a fortalecer la movilización, discutiendo los detalles de lacontrarreforma educativa que se va a presentar al parlamento. En todaslas facultades de las mayorías de las universidades ha habido asambleasde masas con estudiantes, profesores, investigadores y otrostrabajadores. Se han organizado «lecciones al aire libre» en Bari,Bolonia, Trento y Nápoles. Ha habido manifestaciones de masas en Parma,Génova, Bolonia, Nápoles, Roma, Milán, Pisa, Cosenza, Catanzaro, Siena,Turín, L’Aquila, Venice, Sassari, etc., y en otras ciudades como Pavia,Bergamo y Trieste. Hubo una enorme manifestación desde la Universidadde La Sapienza en Roma que rodeó el Senado.

  

Los estudiantes de secundaria tambiénestán en las barricadas. Sería imposible enumerar todos los institutosocupados ni las manifestaciones que diariamente hay por todo el país.Los colegios y enseñanzas medias también están en lucha, con lossindicatos cooperando con los comités de profesores y padres en laorganización de las protestas contra el gobierno. ¡Hay informes deocupaciones de colegios!

 

Lo que ha provocado este movimiento esel intento del gobierno de la derecha de reducir la financiaciónpública de la educación a unos niveles sin precedentes. Berlusconi ysus ministros, Giulio Tremonti y Mariastella Gelmini, pensaban queestaba maduro el momento para lanzarse en picado, concentrando todoslos planes que tenían. Creían que después de la conmoción postelectorallos sindicatos y la izquierda estarían demasiado confusos como paracontraatacar. Evidentemente fue un serio error de cálculo.

 

italia2.jpg

Los que están particularmente afectados por los recortes son losinstitutos, con recortes que ascienden a 8.000 millones de euros en 3años. El gasto en el sistema universitario se reduciría en 1.500millones en los próximos 5 años. Se privatizarían las universidadespúblicas transformándolas en fundaciones privadas (un proceso que ya seinició hace unos años con la cooperación activa de los gobiernos decentro-izquierda). Se han propuesto varias medidas que reducirían elnúmero de trabajadores empleados en el sistema educativo público, en unpaís donde institutos y universidades tienen una necesidad apremiantede profesorado y, por otro lado, miles de graduados cada año se quedanen el paro, emigran o aceptan humillantes empleos basura. Lasesperanzas y aspiraciones de investigadores y otros jóvenesuniversitarios que intentan convertirse en profesores se ven frustradasuna vez más, esta situación es la que ha creado un ambienteparticularmente combativo entre estos sectores que ahora estánorganizando huelgas y otras formas de lucha.

 

Gelmini, la nueva ministra deeducación, ha propuesto aumentar la ratio de alumnos por clase atreinta alumnos y reducir el número de lecciones y profesores,reduciendo así la calidad de la enseñanza pública. Cerrarán institutosen las ciudades pequeñas y pueblos (debido a las característicasgeográficas del país, hay muchos centros de estudio en este tipo depueblos) y otros centros de estudios se fusionarán y «racionalizarán»,provocando serios perjuicios a las familias obreras y agravando aún másel desempleo.

 

Hasta no hace mucho la mayoría de losniños en las escuelas de primaria sólo tenían clase media jornada. Estocambió en 1971 con la introducción gradual de un exitoso plan deestudios en las escuelas de primaria, donde dos, y desde los añosochenta tres, había tres profesores  porclase. El plan también permitía a las mujeres trabajadoras con hijostener una carrera normal porque lo niños podían permanecer en elcolegio durante toda la jornada laboral. Todo esto fue destruidogracias a la reintroducción de un profesor por clase.

 

La ultraderechista Liga Norte (unaparte influente de la coalición de Berlusconi) ha propuesto unaenmienda que añade contenido populista y racista a este violentoataque: han planteado la idea de clases separadas para los hijos de losinmigrantes, intentando separarles de los niños italianos de «sangrepura». Incluso la Iglesia Católica ha tenido que reconocer que estapropuesta implica la creación de guetos en el sistema educativo.

 

Está bastante claro que todo es unintento del gobierno de reducir el gasto público de una maneradraconiana. Y los estudiantes son cada vez más conscientes de que todoesto es consecuencia de la crisis general del sistema. El vínculo entretodas estas políticas y la actual crisis del capitalismo mundial no hapasado desapercibido para los estudiantes que inscribían en suspancartas: «No pagaremos vuestra crisis».

 

Autoritarismo y represión

 

Los estudiantes tradicionalmentesiempre ha sido un sector rebelde de la sociedad en Italia. Y como enmuchos otros países, los estudiantes de secundaria en Italia tambiénson políticamente activos y con frecuencia los barómetros más sensiblesde los cambios en el clima político.

 

Por lo tanto, atacar a los estudiantesy sus profesores en su primer año de regreso al poder fue unaprovocación muy miope por parte de la camarilla de Berlusconi. Elmovimiento actual que ha estallado probablemente tenga los mismosefectos que las manifestaciones contra el G8 de 2001 en Génova, cuandoel anterior gobierno de Berlusconi acababa de llegar al poder. Como en2001, cuando se produjo el brutal asesinato de Carlo Giuliani, larepresión estatal sólo ayudará a desencadenar un movimiento mucho másamplio que implicará al grueso de la clase obrera.

italia3.jpg

Gelimini intentó dar más poderes a las autoridades educativas parareprimir a los estudiantes incluso antes de que las protestasalcanzaran esta magnitud. No se casualidad que en su «reforma»encontremos el concepto de un estudiante obligado a repetir un año porsus calificaciones anuales en «comportamiento». Eso ocurría en elpasado pero las luchas estudiantiles y las protestas obligaron a lasautoridades a desechar esta idea. En el sistema educativo italiano siun estudiante suspende a final de curso, bien se presenta a losexámenes de septiembre y aprueba o repite. La idea de que un estudiante»suspenda» por su comportamiento es una herramienta represiva en manosde las autoridades educativas. Organizar una huelga, una ocupación ocualquier otro tipo de protesta podría ser considerado «malcomportamiento». La última propuesta de Gelmini simplemente suponeañadir más gasolina al fuego que ya arde en forma de protestasestudiantiles.

 

Sus declaraciones públicas no dejanlugar a duda de su visión reaccionaria y represiva de la educación.»Estoy convencida de que 1968 provocó un enorme perjuicio al sistemaeducativo, daño que debe ser absolutamente reparado. Es de sumaimportancia que restauremos la responsabilidad, la jerarquía, elrespeto por la autoridad y la seriedad. Es mi compromiso y el de todoel gobierno».

 

El 22 de octubre Berlusconi amenazó alos estudiantes: «No dejaremos que se ocupen institutos yuniversidades. Pronto me reuniré con el ministro de interior y le daréinstrucciones para que envíe a las fuerzas policiales para que impidanque eso ocurra».

 

Al día siguiente, como hizo muchasveces en el pasado, dijo que había sido «malinterpretado maliciosamentepor la prensa de izquierdas» incluso aunque sus palabras fuerongrabadas en vídeo en una conferencia de prensa. Por una extrañacoincidencia, la misma mañana el periódico de derechas Libero, llevaba el siguiente titular en su portada: «Llamadaa la policía. Mañana, los estudiantes van a organizar piquetes paradetener a los que quieren estudiar. La policía debe intervenir concualquier medio lícito. Sin vacilaciones». La editorial fueescrita por Renato Farina, conocido como Agente Betulla (Agente Vara),un parlamentario de Forza Italia que admitió trabajar para losservicios secretos italianos, SISMI, y que fue condenado en 2006 y 2007por escribir artículos y entrevistas bajos sus órdenes.

  

Pero una idea aún más extrema laplanteó hace poco en una entrevista, el 23 de octubre, el senadorCossiga, un cristiano demócrata que fue ministro de interior en losaños setenta, más tarde presidente de la república, y ahora senadorvitalicio. Mientras que el Agente Belluta sugería el uso de todo tipode medios lícitos, Cossiga dijo abiertamente que también serían necesarios los medios ilícitos. Los siguientes extractos corresponden a la entrevista donde habla de las tácticas que él sugiere a Berlusconi que adopte:

 

«… dejar sólo marchar a los estudiantes de secundaria, porqueimaginen lo que ocurriría si un joven es asesinado o seriamenteherido…»

 

El entrevistador le pregunta «¿Y qué pasa con los estudiantes universitarios?»

 

Su respuesta fue: «Dejarles allídurante un tiempo. Retirar a la policía de las calles y campus,infiltrarse en el movimiento con agentes provocadores dispuestos atodo, dejar a los manifestantes unos diez días para que devastentiendas, quemen coches y destruyan totalmente las ciudades. Después deeso, tras haber ganado el apoyo de la población, garantizar que elsonido de las sirenas de las ambulancias sea mucho más bajo que el lospolicías y carabinieri, las fuerzas del orden deberían atacardespiadadamente a los estudiantes y enviarlos a los hospitales. Nodetenerlos, porque los jueces los liberarían inmediatamente, golpearlosy también a los profesores que fomentan el movimiento».

 

El entrevistador continúa, «¿También a los profesores?»

 

La respuesta de Cossiga es: «Sobre todoa los profesores… no a los más viejos, sino a los jóvenes. ¿No sonconscientes de lo que está sucediendo? Hay profesores que adoctrinan alos niños y después les sacan a las calles, ¡un comportamientocriminal!»

 

La entrevista sigue: «¿Es consciente delo que dirán en Europa después de este comportamiento? Dirán que elfascismo ha regresado a Italia».

 

Cossiga responde: «Cojones, esta es una receta democrática: apaga la llama antes de que se produzca la conflagración».

 

El periodista pregunta: «¿Qué conflagración?»

 

Cossiga: «No estoy exagerando. Realmente creo que el terrorismo una vez más llenará las calles de este país con sangre».

 

Se podría disculpar si pensáramos queel viejo Cossiga está bajo la influencia de la demencia, pero lo quedescribe en la entrevista son las tácticas utilizadas con frecuenciapor el aparato del estado italiano cuando se ha enfrentado almovimiento de masas de la juventud. En 1977, cuando Cossiga eraministro de interior, la policía asesinó a Giorgiana Masi, unaestudiante de 20 años de edad, durante una manifestación en Roma y aFrancesco Lo Russo en otra manifestación en Bolonia. En aquel momentola policía puso como excusa que eran disparos de advertencia al aire,pero hay muchas pruebas que demuestran que la policía disparódirectamente a la multitud de estudiantes. Cossiga sabe de lo que hablacuando sugiere estas tácticas brutales.

 

Los hechos pronto siguieron a estaspalabras. Varios institutos ocupados fueron atacados por la policíaestos días y los estudiantes (algunos de ellos menores) fuerondenunciados. En algunos casos han atacado las manifestaciones deestudiantes universitarios. Pero ya es demasiado tarde, el fuego estáfuera de control y ninguna «receta democrática» podrá detenerlo ahora.

 

El llamamiento de la ministra Gelmini a un «debate tranquilo con todas las organizaciones de estudiantes, profesores y padres» yo no es creíble y en cualquier caso mientras no den marcha atrás a la actual contrarreforma el movimiento no se detendrá.

 

El movimiento obrero

 

Mientras los estudiantes podrían haberdesencadenado el mayor movimiento de la juventud italiana en losúltimos treinta años, los trabajadores tampoco han permanecido con losbrazos cruzados. El sábado 27 de octubre la mayor confederaciónsindical, la CGIL (con 5.600.000 afiliados), convocó mítines,manifestaciones y concentraciones en las principales ciudades del paíscontra las contrarreformas y recortes propuestos por el gobiernoBerlusconi. La mayoría de las manifestaciones fueron un éxito que diomás confianza a la dirección sindical. Al día siguiente, muchoscomentaristas burgueses, preocupados por este ambiente radical quepuede afectar a los sindicatos, pidieron a la CGIL que se comportase demanera «responsable».

 

Los principales motivos planteados porlos activistas de la CGIL están relacionados con las negociacionessobre el debilitamiento de la negociación colectiva. Actualmente haynegociaciones entre el gobierno, los empresarios y los principalessindicatos. El gobierno y los empresarios están exigiendo limitar elderecho a huelga. Pero también han planteado una idea que esconsiderada escandalosa en un país como Italia donde la inflación haerosionado seriamente los salarios reales durante los últimos años. Laidea es fijar los aumentos salariales a los niveles de inflación que seesperan en el momento de la negociación colectiva, pero la inflación»esperada» es peor que los niveles reales. En la práctica, proponen unsistema que automáticamente reduce los ingresos de millones de familiaspara el próximo período.

 

Estas negociaciones están teniendo losmismos efectos que durante el último mandato de Berlusconi: lasburocracias sindicales están divididas, la CGIL y otros sindicatos máspequeños de izquierdas a un lado, y los otros dos sindicatosimportantes más moderados, la CISL y la UIL, al otro lado. Mientras quela CSIL y la UIL están dispuestos a firmar con los empresarios y elgobierno, los dirigentes de la CGIL están más o menos obligados apermanecer en la oposición debido a la presión desde abajo y también acausa de la posición agresiva del gobierno que intenta aplastarlos.

 

Un ejemplo de esta situación es loocurrido en una industria importante, la industria de venta al pormenor. La CGIL no firmó el nuevo acuerdo nacional mientas que la CSIL yla UIL sí lo hicieron. Lo mismo ocurrió con los funcionarios. Al mismotiempo, los dirigentes de la CGIL también sufren la presión de ladirección del Partido Democrático (parte del cual procede del viejo PDSy antes del PCI, Partido Comunista). Fue el caso recientemente deAlitalia, cuando la intervención directa del líder de los demócratas,Walter Veltroni, convenció a la CGIL que firmara un mal acuerdo.

El 30 de octubre hay convocada unahuelga nacional de personal educativo (profesores y trabajadores noacadémicos). En noviembre los trabajadores de la universidad irán a lahuelga. Estas huelgas serán un éxito y conectarán con lasmovilizaciones estudiantiles. El resultado de las huelgas probablementeanimarán a los trabajadores de otras industrias para que hagan lomismo. Los trabajadores públicos también están bajo ataque yorganizando huelgas, otros sectores importantes les seguirán.

 

La crisis económica, que estáafectamente de manera particularmente dura a la economía italiana, estáteniendo el efecto de incrementar la combatividad sindical. Elmovimiento de la juventud es una prueba de lo que está por venir. Eléxito de las huelgas que hemos visto en el período reciente es otraprueba. Por supuesto, habrá alzas y bajas, pero la dirección general eshacia una intensificación del conflicto de clase.

 

También debemos tener en cuenta laposibilidad de que cuando empiece a subir el paro de una maneraimportante, cuando la economía italiana entre en una profunda recesión,esto podría tener el efecto temporal de hacer que algunos trabajadoresacepten sacrificios para «salvar sus puestos de trabajo», porque ademáslos dirigentes sindicales les dirán que es la única manera. Losdirigentes del Partido Democrático ya han adoptado una postura blandacon las «medidas anti-recesión» anunciadas por el gobierno, dicen queno organizarán ningún oposición (¡cómo si no se estuviera organizandouna oposición seria estos días!).

 

Independientemente de cómo se puedandesarrollar las cosas a corto plazo, lo que está claro es que nada esestable en las relaciones entre las clases actualmente en Italia, quela burguesía italiana en los próximos años no tendrá una paz socialduradera.

 

Sólo a través de la lucha se puede crear una nueva Rifondazione

 

Lo que falta en Italia es un partido ydirección de la clase obrera que sea capaz de desarrollar unaestrategia y programa que pueda aprovechar el potencial revolucionarioque se está acumulando en la sociedad. Como ya informábamos en unartículo anterior (http://www.marxist.com/italy-rifondazione-comunista-turns-left-interview.htm),después de la catástrofe electoral de principios de este año, unterremoto político sacudió Rifondazione Comunista, el Partido Comunistade Italia. Rifonzacione es un partido que nació en 1991 de una escisióndel viejo PCI. El ala de derechas se fue para formar el PDS y despuésse fusionó con una serie de partidos burgueses para formar lo que hoyes el Partido Democrático.

 

En el gobierno Prodi, derrotado en laselecciones generales de este año, tanto el Partido Democrático comoRifondazione Comunista tenían ministros. Rifondazione pagó un preciomuy alto por su colaboración de clase con ese gobierno, perdiendo todoslos parlamentarios y senadores que antes tenía. De hecho se transformóen una fuerza «extra-parlamentaria».

 

Después de la debacle electoral, laantigua dirección del partido se dividió en dos fracciones, el ala dederechas del partido que abocaron a Rifondazione al desastre electoralquedó reducida a una minoría y todas las tendencias de izquierdasdentro del partido, incluida la sección italiana de la CorrienteMarxista Internacional (el grupo FalceMartello), se unieron en unfrente único alrededor del nuevo secretario general, Paolo Ferrero, enel último congreso nacional, expulsado al viejo ala de derechas.

 

Esta situación ha llevado a un giroreal, aunque contradictorio, a la izquierda por parte de la direccióndel partido. Este es el resultado directo de una radicalización de labase del partido. Se han descartado las alianzas a nivel nacional conel Partido Democrático, aunque esta línea con frecuencia esinconsistente cuando se trata de formar coalición a nivel local(ayuntamientos, etc.,). El proceso de disolución de Rifondazione en unasupuesta «Izquierda Arcoíris más amplia» también se ha paralizado, comoconsecuencia, la minoritaria fracción de derechas alrededor deBertinotti y Vendola está enfrascada en una violenta lucha fraccionalpara intentar escindir el partido y crear un nuevo partido más»moderado» junto con otras presuntas fuerzas progresistas.

 

Un elemento decisivo en este «nuevocurso» del partido ha sido la orientación hacia la clase obrera. Estetrabajo fue olvidado durante la era Bertinotti, pero el último congresonacional reconoció la importancia crucial de este trabajo. Loscompañeros de la CMI de FalceMartello son los únicos que han invertidomás en este terreno que cualquier otra tendencia dentro del partido y,por lo tanto, no es sorprendente que estos compañeros ahora sean losresponsables de la reorganización del partido en los centros de trabajoy entre los trabajadores. Ya han demostrado en toda una serie decentros de trabajo y fábricas que se pueden construir grupos deRifundazione Comunista en las empresas. Este trabajó se intensificarábajo la dirección de la corriente marxista del partido.

 

Lo rápido que puede cambiar la suertede un partido obrero como Rifondazione Comunista se pudo ver el 11 deoctubre. Ese día representó un punto de inflexión cuando convocó unamanifestación de masas «contra el gobierno y los empresarios», juntocon el más pequeño PdCi (Partido de Comunistas Italianos, una antiguaescisión por la derecha de Rifondazione Comunista) y otros grupos deizquierda. Como esperábamos, la manifestación fue un gran éxito, conunas 300.000 personas, coreando consignas revolucionarias y llevandobanderas rojas con la hoz y el martillo. Después del 11 de octubrenadie en Italia puede decir que la izquierda ha dejado de existirporque ya no esté en el parlamento.

 

En realidad, lo irónico de la situaciónes que cuando Rifondazione apoyaba lealmente a la coalición de gobiernoy convocaba manifestaciones sólo atraía a un pequeño número depersonas. Sólo cuando estas convocatorias iban en contra de la políticadel mismo gobierno ese tamaño aumentaba de manera considerable. Ahoraque está en la oposición y fuera del parlamento puede agrupar una granfuerza y se está desarrollando una situación que tiene el potencial deagrupar aún a más gente.

 

Este cambio aparentemente repentino ybrusco en la suerte del partido es el resultado de varios factores. Elprimero es que se ha visto obligado a romper con la idea de regresar acoalición alguna con las fuerzas que formaron anteriores gobiernos, ycon eso también llega una fraseología más combativa y radical. Elsegundo es el impacto de la crisis mundial del capitalismo que estáafectando a Italia de una manera muy seria.

 

Sin embargo, debemos también decir quela reconstrucción del partido y su credibilidad no será algo sencillo.Dos años de coalición con Prodi y la burguesía han comprometidoseriamente al partido ante los ojos de muchos. El Partido Democrático,aunque es el partido más grande anti-Berlusconi, juego un papel muyviolento en confundir, desmoralizar y desviar la atención de los que sequieren organizar contra Berlusconi.

 

El sábado pasado el Partido Democráticobajo la dirección de Walter Veltroni movilizó a una enorme fuerza enRoma. La policía dijo que 200.000, mientras que los organizadoreshablaban de dos millones y medio de personas. Independientemente de lacifra, tenía un tamaño considerable. Ante los ojos de una capa de laclase obrera el Partido Democrático está dentro de la tradición delviejo Partido Comunista Italiano.

 

En realidad, los dirigentes del PartidoDemocrático representar un sector de la burguesía italiana, tiene unprograma que corresponde con las necesidades de los capitalistas. Loque ayuda a los dirigentes del PD a confundir a los trabajadores es elhecho de que Rifondazione Comunista también formara parte del gobiernoProdi, haciendo muy difícil para los trabajadores corrientes ver unadiferencia fundamental entre los dos.

 

En realidad se trata de una manifestación de la repulsión que existe contra todos los políticos y las políticas en general.Los trabajadores italianos han visto durante las últimas dos décadas agobiernos de «centro-derecha» (Berlusconi y compañía) y de»centro-izquierda» (Prodi, varios partidos pequeño burgueses, elPartido Democrático y Rifondazione Comunista) y esto ha tenido elefecto repeler a los trabajadores en general, que llegaron a laconclusión de que «son lo mismo».

 

Esto explica el carácter inicialpolíticamente confuso de las movilizaciones estudiantiles, por ejemplo.Una nueva capa fresca de jóvenes está ahora entrando en la lucha enestas condiciones, una capa sin experiencia previa en la política o lalucha. Pero aprenderá rápido. La represión estatal a lo Cossiga y lastraiciones por parte de los partidos de la oposición inevitablementeenseñarán mucho a esos jóvenes que están ocupando las facultades,institutos y tomando las calles, es inevitable la radicalización y lapolitización del movimiento. Esto es precisamente lo que más temeBerlusconi, porque eso fortalecería al movimiento dándole unaperspectiva más clara.

 

Ya el movimiento ha tenido un impacto sobre la «opinión pública» como se pudo ver en las encuestas publicadas ayer por el Corriere della Sera. El título del artículo era: El gobierno, primera caída de su apoyo pero el Partido Democrático no gana con ello.El artículo explica que el apoyo al gobierno de Berlusconi, que hastahace un mes era aproximadamente del 60 por ciento, ahora ha caído a un40 por ciento, un cambio brusco. Lo interesante es que esta caída de lapopularidad de Berlusconi no se corresponde con un giro significativohacia el Partido Democrático. El autor del artículo habla de la «crisisde confianza» hacia todas las fuerzas políticas. Este subraya elpotencial que hay para un partido como Rifondazione Comunista si adoptauna verdadera estrategia, táctica y programa revolucionario.

 

En esta etapa, los activistas de izquierda dentro del movimiento necesitan explicar pacientemente,como decía Lenin, lo que se debe hacer. Luchas que se han desarrolladoaparentemente solas tienen que vincularse con otras y unificar elmovimiento. Los estudiantes necesitan unirse a la clase obrera, laúnica clase que tiene poder para cambiar las cosas. Eso es lo queocurrió en 1968-1969 cuando la radicalización estudiantil se unió a lacombatividad creciente de la clase obrera.

 

Los marxistas y todas las capasmilitantes tanto dentro de Rifondazione como en las JuventudesComunistas tienen el deber de plantear las cuestiones de clase y elevarel nivel de comprensión política. También serán los organizadores másentusiastas y los luchadores más convencidos. Sólo mediante lademostración en los hechos de que pueden jugar un papel decisivo en eldesarrollo y unificación de los movimientos, Rifondazione podráestablecerse junto con las Juventudes Comunistas como un punto dereferencia para las masas que han comenzado de nuevo a luchar. Esa esla tarea de todos los comunistas genuinos y que ya se establecieron en El Manifiesto Comunista en 1848:

 

«Los comunistas, aunque luchando siempre por alcanzar los objetivosinmediatos y defender los intereses cotidianos de la clase obrera,representan a la par, dentro del movimiento actual, su porvenir (…)Resumiendo: los comunistas apoyan en todas partes, como se ve, cuantosmovimientos revolucionarios se planteen contra el régimen social ypolítico imperante. En todos estos movimientos se ponen de relieve elrégimen de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menosprogresiva que revista, como la cuestión fundamental que se ventila(…) Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas eintenciones».

 

Italia de nuevo estará en la primera línea de la lucha de clases enEuropa en el próximo período, como ocurrió a finales de los sesenta ydurante todos los años setenta. La clase dominante italiana se enfrentaa una doble crisis: la crisis especial del corrompido capitalistaitaliano dentro del contexto de la crisis global del sistemacapitalista en general. Como la consigna fraguada en las actualesluchas, no tendrán fácil obligar a los trabajadores y estudiantesitalianos a pagar la crisis.

 

27 de octubre de 2008.