Se inicio la Escuela Marxista Panamericana en México.
El jueves 26 de febrero, la Corriente Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional, convocó un acto en México DF para presentar el último libro de Alan Woods: Reformismo revolución. El marxismo y el socialismo del siglo XXI, respuesta a Heinz Dieterich. A la presentación también asistió Esteban Volkov, nieto de León Trotsky.
El jueves 26 de febrero, la Corriente Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional, convocó un acto en México DF para presentar el último libro de Alan Woods: Reformismo revolución. El marxismo y el socialismo del siglo XXI, respuesta a Heinz Dieterich. A la presentación también asistió Esteban Volkov, nieto de León Trotsky.
El acto se celebró en el centro de la ciudad, no muy lejos de la plaza del Zócalo. Antes de comenzar el salón estaba lleno con trabajadores, estudiantes, jóvenes y veteranos luchadores, el lugar estaba en un edificio de estilo colonial precioso, que está gestionado por el Colectivo Tacuba, un grupo de compañeros de la base del PRD. En el momento de empezar había ya más de 160 personas, todas las sillas estaban ocupadas y había gente de pié en los pasillos, algunos incluso escucharon el acto desde el corredor que une el patio interior con la calle. El ambiente era de expectación.
La reunión estaba presidida por una pancarta anunciando el próximo lanzamiento de América Socialista, la revista y web de la CMI en el continente americano, con la consigna: "Únete a la Corriente Marxista Internacional y lucha por el socialismo". Había otra pancarta con una imagen de Ted Grant y la consigna: "Fuera del movimiento obrero no hay nada".
Rodrigo, uno de los dirigentes de Militante presidía la reunión, empezó anunciado la presencia de muchos compañeros de Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Canadá, EEUU, España e Italia, que están en México para asistir a la primera Escuela Marxista Panamericana. Entre ellos estaba Freddy Leal y Dulce, de la empresa petrolera PDVSA, Francisco Rivero, miembro del PSUV y dirigente de la Corriente Marxista Revolucionaria, Jorge Paredes, dirigente del comité de empresa de Inveval, la fábrica nacionalizada y bajo control obrero, todos ellos de Venezuela; y también de Francisco Buen Abad, periodista e intelectual de izquierdas. Rodrigo también mencionó la presencia de compañeros del combativo sindicato de electricistas SME, del sindicato de profesores y trabajadores de Olympia, una fábrica donde los trabajadores luchan por la defensa de sus empleos. Algunos de los presentes habían viajado cinco o seis horas desde otros estados para asistir al acto. Esteban Volkov, nieto de Trotsky, que ha dedicado su vida a la defensa de la memoria y el legado del revolucionario ruso, abrió la reunión insistiendo en la necesidad de un libro como ‘Reformismo o revolución’. Explicó que las ideas por las que luchó y dio su vida León Trotsky, las ideas del marxismo, hoy son más relevantes que antes y dijo que en su opinión Alan Woods era uno de los "más grandes seguidores de Trotsky". Alan Woods comenzó su intervención señalando irónicamente la portada del reciente número de Newsweek, con el titular: "Todos ahora somos socialistas". "Desde George W. Bush al Papa de Roma, todos somos ahora socialistas, ¡parece que los tiempos han cambiado!" Explicó cómo veinte años antes, la clase dominante estaba eufórica después de la caída del Muro de Berlín. Prometieron un mundo de paz y prosperidad, un nuevo paradigma económico de crecimiento económico ininterrumpido, pero ahora todas esas promesas han demostrado ser falsas. Los últimos veinte años han sido difíciles, dijo Alan, dirigiéndose a los miembros más veteranos de la audiencia, pero debemos dar a Chávez el mérito de haber despertado de nuevo la idea del socialismo. "Esto abrió un debate en Venezuela que no está limitado a pequeños círculos de intelectuales, se está produciendo entre millones, en cada parada de autobús, en cada mercado, en cada fábrica y esto es bienvenido". Sin embargo, poco después del discurso sobre el socialismo de Chávez, los pseudo-intelectuales reformistas se dieron prisa para difuminar el significado de socialismo, diciendo que las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky estaban anticuadas, pasadas de moda y que era necesario desarrollar "ideas nuevas". Entre ellos sobre todo estaba Heinz Dieterich con su llamado "socialismo del siglo XXI". Alan refutó estas pretensiones y respondió que el libro más actual que se podía leer era El Manifiesto Comunista, escrito por Carlos Marx y Federico Engels. "Es un libro escrito hace más de 150 años, que explica lo qué está sucediendo en el mundo ahora, incluidos fenómenos como la globalización y la concentración de Capital en pocas manos", desafió a la audiencia a que fueran a una buena librería en Ciudad de México y encontrasen algún libro burgués escrito hace 150 años: "Simplemente tendrá un interés histórico": Alan explicó que en realidad las ideas de Heinz Dieterich no son nuevas en absoluto, sino más bien las viejas ideas de los socialistas utópicos disfrazadas, ideas pre-marxistas. "Las ideas de los socialistas utópicos realmente iban por delante de su época y merecen todos nuestros respetos. Su limitación fue no ser capaz de comprender el papel de la lucha de clases, aunque principalmente se decía a que en aquella época apenas se había desarrollado la clase obrera, pero no hay excusa para personas como Heinz Dieterich para que repita estas ideas hoy, ¡después de 150 años de desarrollo del movimiento de la clase obrera! El socialismo de Heinz Dieterich es "socialismo" sin lucha de clases y sin expropiación de los capitalistas. Uno de los argumentos de Dieterich es el supuesto "bajo nivel de conciencia de la clase obrera" lo que significa que la revolución no puede avanzar demasiado rápido. "¡Qué más puedes pedir a la clase obrera y las masas" exclamó Alan. Hace casi veinte años, tal día como hoy, las masas venezolanas protagonizaron una insurrección espontánea, sin dirección, sin partido y sin un plan claro. Miles fueron masacrados cuando el gobierno "democrático" del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez ordenó al ejército disparar contra su propio pueblo. Este acontecimiento, conocido como el caracazo, fue el origen del movimiento bolivariano. También en abril de 2002, las masas venezolanas demostrar un nivel de conciencia muy alto, cuando, una vez más, salieron, sin dirección ni partido, para derrotar el golpe de estado reaccionario organizado por los dueños de los bancos, la industria y la tierra, junto con los generales reaccionarios, la Iglesia y el imperialismo. Otro de los argumentos de los reformistas es la violencia, explicó Alan. Pero señaló que el 13 de abril de 2002, la oligarquía reaccionaria huyó como ratas y no hubo ninguna fuerza en Venezuela dispuesta a defender el viejo orden. "Una sola palabra de Chávez y la expropiación de la clase dominante podría haberse realizado de una manera pacífica". Lo que no comprenden los reformistas es el enorme poder de la clase obrera. "No se enciende ninguna bombilla, no gira una rueda, no suena un teléfono sin el permiso de la clase obrera". Los reformistas también hablan de la necesidad del "respeto por la ley". Alan respondió que en primer lugar, si la oligarquía regresa no será tan estúpida como parece ser, no respetarán la ley y querrán enseñar a las masas una lección para asegurarse de que no se levantan de nuevo en cincuenta años. Freddy Leal, de Venezuela, interpuso que en realidad ya habían demostrado cuánto respetan la ley cuando llevaron a cabo el golpe de estado de 2002. Ese día abolieron la constitución, detuvieron a todos los ministros y se preparaban para decapitar el movimiento bolivariano. En segundo lugar, Alan añadió que hay un instrumento legal en Venezuela que pueda ser utilizado para expropiar a la oligarquía, una ley habilitante. Si el movimiento bolivariano ha ganado las elecciones y tiene la mayoría en la asamblea nacional, que podría fácilmente dar poderes a Chávez para expropiar a la oligarquía. Esto se podría hacer con una condición, que Chávez combine la acción legal con un llamamiento directo a las masas para que entren en acción: "debería apelar a los trabajadores para que ocupen las fábricas, a los campesinos para que tomen la tierra, sin esperar decretos, y a los soldados a desarmar a todos los oficiales reaccionarios y ponerse al servicio de la revolución". "Esta medida sería recibida con entusiasmo por la población", dijo Alan, "como ocurrió cuando se anunció la nacionalización de SIDOR. La gente bailaba en las calles". En toda su intervención Alan insistió en que tanto en Venezuela como en México, y en todo el mundo, el problema era la dirección y terminó con un llamamiento a los militantes veteranos para que continúen en la lucha y que pasen su conocimiento a la joven generación, a los jóvenes para que estudien y dominen las ideas del marxismo. "La única causa digna por la que luchar es la emancipación del proletariado mundial", y concluyó con una ovación entusiasta. Durante la discusión se hicieron muchas preguntas. Un compañero de Chihuahua preguntó que clarificara la cuestión de la dirección y señaló que un solo hombre no podría llevar a cabo la revolución, y que el mismo Chávez dijo que "sólo el pueblo puede salvar al pueblo". Hubo también preguntas sobre la forma política de una revolución triunfante en Venezuela, la violencia y la lucha armada, las cooperativas, etc., Miranda, un dirigente de Esquerda Marxista, la sección brasileña de la CMI, dijo que los trabajadores no tienen tierra, tienen un patrón y por tanto la clase obrera es una y su lucha es internacional. Un compañero insistió en la necesidad de tener reuniones similares en otros estados del país, donde son también necesarias estas ideas. Por último habló Jorge Paredes, de Inveval, que hizo una emotiva intervención sobre el control obrero y la lucha por el fascismo. Para acabar, Alan Woods citó a Marx diciendo que la tarea de la emancipación de la clase obrera es tarea de la propia clase obrera. Dijo que algunas veces, pensando sobre la voluntad revolucionaria de las masas en Venezuela, México, Bolivia y otros países, le recordó la frase sobre los "leones dirigidos por burros". La clase obrera tiene un enorme poder pero necesita tomar el control de sus propias organizaciones (sindical y política) y establecer los mecanismos para controlar a sus dirigentes. Utilizando un símil de Trotsky, explicó cómo el vapor se puede disipar fácilmente si se deja por sí solo, pero puede convertirse en una fuerza poderosa si se concentra en un pistón. La relación entre la dirección revolucionaria y las masas es similar a la de una caja de pistones con el vapor. "Descansa una enorme responsabilidad sobre los hombros de cada uno de vosotros para construir la organización revolucionaria que transformará la sociedad" e hizo un llamamiento a todos los presentes para que se uniesen a la CMI. Al final del acto muchos de los presentes hicieron cola para que Alan Woods firmara ejemplares del libro, se vendieron más de 4.700 pesos en material y también se hizo una colecta para apoyar a los trabajadores de Olympia. Los compañeros comentaron que la venta de material fue muy elevada, que demuestra el creciente interés en las ideas marxistas desde hace unos meses cuando empezó la recesión. Cuando abandonamos la reunión pudimos sentir el ambiente de entusiasmo que había generado la reunión, un entusiasmo basado firmemente en las ideas del marxismo revolucionario. |