Jóvenes y trabajadores se concentran en Madrid en apoyo a la revolución venezolana. Esto ocurrió después de que en la madrugada de ayer Chávez se reuniese por varios minutos con el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, donde, entre otras cosas, pudieron intercambiar impresiones sobre la vigencia de la obra de Marx y de las palabras de Rosa de Luxemburgo: “Socialismo o Barbarie”. Jóvenes y trabajadores se concentran en Madrid en apoyo a la revolución venezolana. Esto ocurrió después de que en la madrugada de ayer Chávez se reuniese por varios minutos con el secretario general del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, donde, entre otras cosas, pudieron intercambiar impresiones sobre la vigencia de la obra de Marx y de las palabras de Rosa de Luxemburgo: “Socialismo o Barbarie”.
Por otro lado, la convocatoria de concentración, que se realizó con muy pocas horas de anticipación, reunió a pesar de la premura, a representantes de diversas organizaciones de izquierdas que querían trasladar al Presidente Chávez el apoyo que el proceso bolivariano despierta entre amplias capas de la clase obrera y la juventud en el estado español.
Durante cerca de una hora se lanzaron consignas de apoyo a la lucha revolucionaria, tales como, ¡Alerta, alerta que camina la lucha socialista por América Latina! ¡Uh Ah, Chávez no se va!, ¡Obreros y estudiantes, con Chávez y adelante!, y otras que aludían a la repulsa contra el reciente golpe de estado en Honduras así como apoyos a las tomas de fábricas y el control obrero en Venezuela, haciendo mención de empresas emblemáticas en este sentido como Inveval, Mitsubishi, etc.
También las pancartas hacían referencia a la defensa de los procesos revolucionarios en América Latina, como la que portaban miembros del Sindicato de Estudiantes, Manos Fuera de Venezuela y la Corriente Marxista El Militante que decía “¡Manos Fuera de Cuba y Venezuela!, Por la Federación Socialista en América Latina.”
La concentración transcurrió sin ningún problema y, finalmente, alrededor de las doce del mediodía, el presidente Chávez, salía del Hotel y saludaba durante unos minutos a los asistentes a la concentración.
Un anciano enfadado, un ucraniano trastornado y la Tercera Guerra Mundial
Sí, has leído bien el título. Un anciano enfadado en Washington y un presidente psicológicamente trastornado en Kiev han estado ocupados urdiendo conjuntamente un plan que podría empujar al mundo al abismo.
