Mientras que recurren al «plan de rescate» de la Unión Europea (UE) y el FMI, que es usura de la peor especie, el gobierno, la burguesía y sus marionetas políticas en los medios cultivan un clima de terrorismo psicológico sin precedentes contra la clase trabajadora.
Mientras que recurren al «plan de rescate» de la Unión Europea (UE) y el FMI, que es usura de la peor especie, el gobierno, la burguesía y sus marionetas políticas en los medios cultivan un clima de terrorismo psicológico sin precedentes contra la clase trabajadora.
Todos los días intentan persuadirnos de que la crisis fue causada por el «estilo de vida acomodado de los griegos» y es nuestro deber «reducir nuestro nivel de vida para beneficio del país». Nunca en los 30 años pasados hubo una campaña con tamañas y descaradas mentiras e hipocresía. Es verdad que la crisis fue causada por llevar un estilo de vida acomodado, pero el estilo de vida acomodado de los capitalistas de Grecia y de todo el mundo. Fue la naturaleza codiciosa y explotadora del capitalismo en las décadas pasadas la que hundió a los trabajadores en la miseria a escala global y condujó la economía al desastre actual.
El capitalismo griego está siendo alcanzado más duramente por la crisis porque es el eslabón más débil de la Eurozona. A pesar de los muchos años de crecimiento del PIB que llevó a Grecia a la lista de países más rentables del mundo, el capitalismo se mostró cuán parásito es, haciendo empeorar la competitividad de la economía griega en lugar de mejorarla. Durante todos estos años, la amplia mayoría de los trabajadores griegos no sólo no disfrutaron de un estilo de vida acomodado sino que vieron caer sus condiciones de vida.
Las estadísticas de la central sindical GSEE antes de la crisis hablaban de que las condiciones de vida estaban al nivel de 1984 para los trabajadores del sector privado, mientras que los trabajadores del sector público vieron reducirse sus salarios un 30% en los pasados 30 años. ¿Quién puede olvidar la disminución de las condiciones de vida con continuos programas de austeridad que fueron aplicados desde 1985 en el nombre de un futuro mejor? Pero en lugar de eso, el capitalismo está tratando de llevarnos de vuelta al período de entreguerras (1918-1939).
Y ahora todos los días en los medios de comunicación observamos a un puñado de cínicos, con un estilo de vida realmente acomodado, políticos, ideólogos y economistas apologistas del capitalismo, que los últimos años adquirieron mansiones, piscinas lujosas, autos caros y exenciones de impuestos gracias a sus servicios a los patrones, que están tratando de convencer a los pobres golpeados, a los desempleados y a las masas de trabajadores superendeudados, de que la miseria que ellos padecieron durante años se debió a su estilo de vida acomodado; y que la única salida que tienen ahora es empobrecerse aún más, lo que significa literalmente morir de pobreza. Porque las medidas que esclavizan al gobierno de Papandreu al Capital, con la bendición de la UE y el FMI; es decir, los representantes de los grandes usureros, son convertir las jubilaciones y los salarios en «hojas de parra» de la miseria en masa y la eliminación de todo lo que queda de los ya desmalezados derechos laborales , lo que inevitablemente conducirá a un empeoramiento de las condiciones de vida de las masas trabajadoras por primera vez desde la 2ª guerra mundial.
¡El otro camino es el socialismo!
Todo el énfasis que ponen los tramposos políticos del capital en estos días es intentar persuadir a los trabajadores de que no hay alternativa. Que la sumisión a la voluntad de los especuladores del capital, locales y extranjeros, es la única solución tangible. Que deberían aceptar rápidamente los préstamos para devolver las deudas con su sangre porque si no «el país y su prestigio colapsarán». Que las condiciones que acompaña el plan de la UE y el FMI, y que empeoran las condiciones de vida de los trabajadores, necesitan ser respetadas y que «deberíamos estar felices de que al menos alguien venga a salvarnos y a poner las cosas en orden».
En vista de este aluvión de engaños contra las masas, la izquierda necesita mostrar la verdad. El gobierno y sus controladores internacionales están impulsando medidas antiobreras una detrás de otra, no para salvar al país, sino para salvar al capitalismo en Grecia y Europa de su profunda crisis. Están intentando salvaguardar íntegramente el pillaje de los intereses de los préstamos otorgados por los capitalistas locales y extranjeros y que éstos vean garantizadas e incrementadas sus ganancias, que se redujeron temporalmente como consecuencia de la crisis.
La izquierda necesita señalar que no sólo hay otro camino, sino que nunca antes ese otro camino fue tan relevante y necesario como hoy. Este camino no es otro que el socialismo. Particularmente, los dirigentes de la izquierda y del movimiento obrero necesitan comprender que la conclusión más importante de nuestra época es la confirmación de la posición básica del marxismo: no hay soluciones a esta crisis que beneficien a los trabajadores en el contexto del capitalismo.
En este período histórico se confirma la posición marxista de que la salvaguardia y el mejoramiento de las condiciones de vida de la amplia mayoría de la sociedad se alcanzan con la adopción de medidas revolucionarias. Sin la socialización de los bancos y los monopolios no podemos encontrar los recursos para el avance de la sociedad. Sin la planificación central de la economía no podemos evitar la crisis ni el desempleo. Sin el control democrático de la dirección del Estado y de la economía por los trabajadores, no podemos alcanzar la transparencia y la meritocracia, y derrotar el cáncer de la corrupción y de los escándalos financieros. Sin la prevalencia de estas medidas revolucionarias de un país a otro, no podemos conquistar un futuro fraternalmente humano y socialista para la clase trabajadora y sus hijos. El dilema histórico principal de hoy es el siguiente: o avanzamos hacia el socialismo en Grecia, Europa y en todo el mundo o nos deslizaremos hacia la barbarie. Toda otra advocación de «terceras vías» y caminos, que supuestamente suavizarían los resultados de la barbarie capitalista, significan objetivamente un obstáculo al avance de la sociedad. Cuando el capitalismo vuelve a quedarse con todo lo que fue conquistado por las masas trabajadoras, la única solución que queda es mantener el capitalismo.
Nuestro primer deber: ¡Unidad y más unidad!
Si ideologica y programáticamente la izquierda tiene que extraer sus respuestas de las ideas que la vieron nacer, las ideas del marxismo, el deber político más básico en este período se puede encontrar en las aspiraciones de los militantes de base. Su demanda básica es una: ¡unidad en la lucha!
Las fuerzas principales del movimiento obrero necesitan formar un frente de lucha con el fin de revertir todas las leyes antiobreras. La palanca necesaria para alcanzar esta unidad es la más amplia unidad de la izquierda dentro del movimiento obrero. Sin un frente único de todas las organizaciones de masas del movimiento obrero, políticas y sindicales, y sin un curso común de acción del SYRIZA (coalición de grupos de izquierda) y el KKE (Partido Comunista), la clase obrera no puede alcanzar nada. Los dirigentes que bajo estas condiciones no trabajan pacientemente hacia esta unidad, no importa sus intenciones subjetivas, o saboteen la lucha de los trabajadores, su papel se reducirá a actuar como rompehuelgas.
Segundo deber: Una lucha planificada y de largo alcance
La experiencia de estos años está demostrando que las huelgas generales esporádicas sin un plan particular que incremente la escala de su alcance e intensificación no pueden conducir a victorias. Los capitalistas y el gobierno que les sirve, junto con los funcionarios de los organismos internacionales que lo monitorean, no retrocederán incluso con la huelga general de 24 hs más masiva y combativa que haya, cuando ésta no es parte de una lucha planificada y duradera. Esto es así porque comprenden que si dan algunas concesiones a la clase obrera le darán un ímpetu al movimiento, de manera que la inestabilidad económica de su sistema se combinará con una sacudida revolucionaria que hará peligrar su dominio.
Así que lo que se necesita es un plan de lucha de largo aliento. La lucha de los trabajadores necesita intensificarse y llegar hasta el fin. En todos los lugares de trabajo debería haber discusiones sobre un programa de lucha de un horizonte de, al menos, dos meses, que condujera a una huelga general de larga duración hasta que las medidas antiobreras del gobierno sean retiradas. Es una necesidad vital para todos nosotros la unidad de nuestros sindicatos y meter la máxima presión para derrotar la escandalosa e impermisible pasividad de la dirigencia del GSEE (central sindical que agrupa a los trabajadores del sector privado), y propiciar la unidad de los trabajadores de los sectores público y privado en una fuerza unida de lucha imbatible.
Tercer deber: una solución de poder visible
Las encuestas muestran claramente que los trabajadores comienzan a sacar conclusiones políticas bajo los continuos golpes de la crisis. El clima de tolerancia hacia las medidas del gobierno se ha dado vuelta de una manera espectacular y la ira contra el gobierno, la UE y el FMI está extendiéndose como un fuego salvaje. A pesar de esto, el obstáculo que encuentran los trabajadores en su camino hacia la reconquista de su autoconfianza perdida para ingresar a la senda de la lucha política es la inexistencia de una solución de poder visible.
La dirección del KKE habla de la necesidad de un «cambio en la correlación de fuerzas» que traerá la solución del poder «popular» en un futuro indefinido. La respuesta a este tema de la dirección del SYRIZA es tan indefinida como la del KKE. Pero las necesidades de los trabajadores no pueden esperar y continuar tropezando con las consideraciones y limitaciones de estas direcciones. La única solución de poder tangible puede venir de los dos partidos obreros de masas. Este período está poniendo sobre sus hombros tareas críticas e históricas. Necesitan unirse AHORA y dar a los trabajadores una solución de poder contra la pesadilla del capitalismo.
La alianza política del KKE y el SYRIZA necesita comenzar con la organización de comités de lucha comunes en cada lugar de trabajo y en cada barrio. Una etapa necesaria para forjar esta unidad son las elecciones municipales que vienen. Al mismo tiempo, con la reconstrucción de relaciones solidarias en la lucha, las dos organizaciones de masas representativas de la izquierda necesitan estar preparadas en todo momento para dar una solución socialista de poder a los trabajadores, partiendo del hecho de que las batallas de masas que tenemos por delante de nosotros necesitan poner en la agenda el tema del reemplazamiento del actual gobierno esclavo del capital local y extranjero. De aquí que, empezando desde hoy mismo, las direcciones del SYRIZA y del KKE necesitan dar esta respuesta con la adopción de una declaración en estas elecciones por el objetivo de un gobierno de izquierda y socialista, como centro de su alianza. La dirección del SYRIZA, particularmente en vista del crítico congreso extraordinario de Synaspismos (principal componente del SYRIZA) que aprobó resoluciones en favor de la unidad de la izquierda, tiene ahora el deber de ESPECIFICAR iniciativas en esta dirección.
Original en griego: Μαρξιστική Φωνή