alanwoods
alanwoods

30.11.2010: Actualizada con extracto del Diario Vea: El 4 de noviembre, Ramón Muchacho de Primero Justicia ofreció una conferencia de prensa en la que se refirió a Alan Woods como «el principal ideólogo del partido en el poder» y «el principal ideólogo y asesor del Presidente». Estas afirmaciones se han repetido en los medios de comunicación en las últimas semanas. Hemos recibido este breve comunicado de prensa de Alan Woods que publicamos para su divulgación. Mañana publicaremos además el texto entero de la respuesta detallada de Alan a la oposición venezolana.

Londres, 28 de Noviembre del 2010:

El 4 de noviembre, Ramón Muchacho ofreció una conferencia de prensa en la que se refirió a mí como «el principal ideólogo del partido en elpoder» y «el principal ideólogo y asesor del Presidente». Estas afirmaciones se han repetido en los medios de comunicación en las últimas semanas.

No hay un átomo de verdad en estas declaraciones. Yo no soy, y nunca he sido, un asesor, ya sea formal o informal, al Presidente de la República Bolivariana. No aconsejo al Presidente Chávez ni a ninguna otra persona. Simplemente expreso mis opiniones, que cualquiera puede aceptar o rechazar según le parezca. Y tengo el mismo derecho de expresar una opinión sobre Venezuela, como lo tiene el Sr. Muchacho de expresar una opinión sobre Alan Woods, lo cual ha hecho de una forma muy imaginativa.

alan-diariovea-tn

He escrito mucho sobre Venezuela desde un punto de vista marxista. Siempre he defendido al Presidente Chávez contra los ataques rencorosos y tendenciosos de los imperialistas y la oposición contrarrevolucionaria. Soy un firme partidario de la Revolución Bolivariana, pero mantengo total independencia del gobierno Bolivariano, o de cualquier otro gobierno.

Las mentiras sobre «asesores extranjeros» representan un torpe intento de desviar la atención de los vínculos, bien documentados, que la oposición venezolana tiene con sus asesores en Washington y Miami que son los que deciden todo lo que aquella dice y hace.

El Sr. Muchacho se opone a la Revolución Bolivariana y al Presidente Chávez, al que desea derrocar por cualquier medio posible. La última campaña orquestada en los medios de comunicación es el episodio más reciente de una escandalosa campaña para desacreditar al Presidente y desestabilizar al gobierno democráticamente electo de Venezuela.

Mi único «delito», desde el punto de vista de la oposición, es que he defendido a Chávez y la Revolución Bolivariana contra el imperialismo y la oligarquía contrarrevolucionaria.

Al tiempo que se dedican a difundir la leyenda de los «asesores extranjeros de Chávez», guardan silencio sobre el papel de la CNN y los medios de comunicación burgueses internacionales que todos los días durante más de una década han organizado una campaña violenta de mentiras y difamación contra el Presidente Chávez, incluyendo llamadas a su derrocamiento y asesinato. Este tipo de injerencia extranjera en los asuntos internos de Venezuela cuenta con la aprobación entusiasta de la oposición.

Aprovecho la oportunidad para señalar que si algún periodista en Gran Bretaña o en los Estados Unidos llamara al derrocamiento violento de su gobierno y al asesinato de su jefe de Estado sería rápidamente llevado a juicio.

El Sr. Muchacho dice que yo deseo empujar a Venezuela al «comunismo» como en Rusia. Esa es otra mentira. El pueblo de Venezuela va a adaptar su modelo de socialismo a sus propios deseos, tradiciones, historia y carácter nacional.

Además, es del dominio público que siempre me he opuesto a la caricatura burocrática y totalitaria del socialismo que el señor Muchacho (incorrectamente) llama «comunismo».

Lo que yo defiendo es el socialismo democrático, basado en el control democrático y la participación de la clase trabajadora a todos los niveles. Sin embargo, el apego del señor Muchacho y la oposición a la democracia no es tan claro. Ellos nunca aceptaron la voluntad popular, y siguen sin aceptarla.

La oposición pretende «defender la Constitución», pero en abril de 2002, el primer acto del golpe contrarrevolucionario fue abolir la Constitución y destituir y arrestar a los ministros del gobierno electo. Todo el mundo sabe que este golpe fue apoyado activamente por la oposición y FEDECAMARAS.

El dirigente de Primero Justicia afirma ser defensor de la clase media y dice que los marxistas (y por implicación Chávez) quieren «nacionalizarlo todo». Esa es otra mentira. Hago un llamamiento para la expropiación de los grandes terratenientes, la gran banca, y los grandes capitalistas como la única manera de defender la Revolución. Pero me opongo a la expropiación de las pequeñas empresas.

Estoy de acuerdo con las expropiaciones llevadas a cabo por el gobierno bolivariano. Pero la aprobación de algo no significa necesariamente que yo sea responsable de ello. Estoy de acuerdo con la teoría de la evolución de Darwin, pero no soy responsable de la redacción de El Origen de las Especies.

Todo el mundo sabe que el principal problema de la economía venezolana es la falta de inversión privada. Esto equivale a una huelga de capital, que está teniendo un efecto muy negativo (caída de inversión, fuga de capitales, cierre de fábricas, inflación y desempleo).

Las nacionalizaciones son una medida defensiva para mantener la producción. Lo que he señalado es que las nacionalizaciones parciales no pueden resolver los problemas fundamentales de la economía venezolana porque no se puede planificar lo que no se controla. Y no se puede controlar lo que no se posee.

La oposición no defiende los intereses de la clase media, sino los de los grandes terratenientes, los banqueros y los capitalistas. Esa es la verdadera razón de los furiosos ataques de la oposición contra de la tendencia marxista y contra mi persona.

Al mismo tiempo que los capitalistas están saboteando la economía, sus representantes políticos están tratando de crear una atmósfera de miedo con el fin de desestabilizar al gobierno democráticamente electo. La campaña contra los supuestos «asesores extranjeros» es sólo una parte de esta estrategia.

Creo que la Revolución Bolivariana ha llegado a un punto crítico en el que se verá obligada a tomar decisiones serias. O bien acelera el proceso revolucionario, lo que significa liquidar el poder económico de la oligarquía de una vez por todas, o se enfrentará a graves peligros.

La oposición está tratando de sembrar alarma y pánico. Al mismo tiempo se está esforzando por desviar de rumbo a la revolución, para obligarla a retroceder.

La razón por la que la oposición ha levantado el fantasma del «comunismo» y calumniando a los partidarios más consecuentes de la Revolución es porque está tratando de dividir el Movimiento. Saben que si pueden aislar y destruir el ala izquierda, privarán a la Revolución de su ala más decidida y militante.

El objetivo de estas intrigas es dividir el Movimiento, para que abandone sus aspiraciones socialistas y entre en pactos con la burguesía contrarrevolucionaria.

Si tienen éxito, la balanza de la Revolución Bolivariana se inclinará de forma pronunciada a la derecha, dejando el camino libre para los reformistas, que nunca han estado a favor del socialismo y que sueñan con tomar control de un «chavismo sin Chávez». El verdadero objetivo de estos ataques no es Alan Woods ni la Corriente Marxista Internacional, sino Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana.

Esto debilitaría fatalmente la Revolución y desmoralizaría a su base real: los obreros y los campesinos. Esto garantizaría la victoria de la oposición en 2012 y prepararía el terreno para la contrarrevolución.

Señores, sus maniobras son transparentes. ¡Ustedes no tendrán éxito! Como el Presidente ha dicho: «Esta Revolución no tiene marcha atrás; aquí no hay pacto con la burguesía más nunca». «No debe haber cabida en nuestras vidas civiles o militares para las medias tintas. Una sola línea: radicalizar la Revolución».