Publicamos éste artículo de miembro de la Campaña por un Partido Laborista de Masas en los EEUU. El artículo fue escrito el 24 de Junio cuando los sindicatos de Madison anunciaron que iban a discutir la convocatoria de una huelga general en respuesta a los recortes y ataques a la negociación colectiva por parte del gobernador.
Tras más de una semana, han seguido las manifestaciones de los trabajadores del sector público defendiendo sus salarios, beneficios, y el derecho a representación sindical. La lucha en Wisconsin se está convirtiendo rápidamente en una lucha a escala nacional, una forma de “Plaza Tahrir” a la americana, un punto de referencia para los trabajadores que están siendo atacados en todo el país.
Las manifestaciones en contra de recortes similares se han extendido a Ohio e Indiana, ambos estados donde los sindicatos han sido tradicionalmente muy fuertes. Se han realizado decenas, sino centenares, de acciones de solidaridad en todo el país. En un desarrollo que no habría parecido imaginable hace unas pocas semanas, los sindicatos en Wisconsin ahora están discutiendo la convocatoria de una huelga general si el proyecto de ley del gobernador Walker se aprueba en la legislatura estatal. Aunque esta lucha apenas haya comenzado y esté lejos terminar, marca en punto de inflexión importante en los EE.UU. – ¡regresó la lucha de clases!
Los trabajadores de Wisconsin también han recibido la solidaridad de un lugar donde la lucha obrera de masas recientemente llevó al derrocamiento de un líder odiado: Egipto. El lunes, Kamal Abbas del Centro de Servicios a los Sindicatos y Trabajadores de Egipto, un participante en la huelga de 1989 de Acería de Helwan que fue brutalmente reprimida por el régimen de Hosni Mubarak, escribió:
“Queremos que ustedes sepan que estamos de su lado. Manténganse firmes y no duden. No pierdan la esperanza de reclamar sus derechos. La victoria siempre pertenece al pueblo que se mantiene firme y reclama sus justos derechos… Hoy es el día de los trabajadores americanos. ¡Les saludamos, trabajadores americanos! Ustedes triunfarán. La victoria pertenece a todos los pueblos del mundo que estén luchando en contra de la explotación, y por sus justos derechos.”
Queda claro que los acontecimientos revolucionarios en el Oriente Medio han tenido un gran impacto en la consciencia de los trabajadores y la juventud en todas partes. El sistema capitalista vincula a todos los países a través del mercado mundial, pero también crea una clase obrera mundial que comparte los mismos intereses. ¡Los triunfos de los trabajadores en un país son una inspiración para los trabajadores en todas partes! La lección principal que nos llevamos de las revoluciones en Túnez y Egipto es que la acción de masas, con la clase obrera a la cabeza del movimiento es la manera de avanzar. ¡Ésta también es aquí la manera de avanzar!
El jueves, unos 3.800 miembros de sindicatos y simpatizantes llenaron el Capitolio del estado de Ohio mientras empezaron las audiencias de un proyecto de ley que eliminaría los derechos de negociación colectiva de los trabajadores del estado. Siguiendo el ejemplo de Wisconsin es posible que estallen otras luchas de sector público en Indiana, Nueva Jersey, Missouri, e Iowa en las próximas semanas. Se ha hecho un llamado a un día de acción nacional el 2 de Marzo en defensa del sector público, que seguramente tendrá un impacto en muchas partes del país.
La legislatura de Indiana está a punto de iniciar la discusión de un proyecto de ley que eliminaría los derechos sindicales de los maestros. El gobernador Christie de Nueva Jersey les ha estado diciendo durante las últimas semanas a los trabajadores de sector público que “tienen que afrontar la realidad” y prepararse ante los recortes. Los Republicanos de Iowa han dicho que los convenios colectivos del estado con los sindicatos del sector público son “demasiado caros.” En Missouri, donde hay un gobernador Demócrata, puede verse pronto un referéndum sobre la ley de “derecho al trabajo” que haría que los trabajadores organizados en sindicatos en los sectores público y privado en empresas sindicalizadas no estarían obligados a pagar las cuotas sindicales, lo que eliminaría la base económica de los sindicatos y debilitaría su capacidad de luchar contra los patrones.
Mientras tanto, la multitud afuera del edificio del capitolio en Madison, Wisconsin aumentó de 40.000 el viernes hasta más de 60.000 el sábado. A pesar del levantamiento colectivo más grande de la clase trabajadora en EE.UU desde hace décadas, Walker y los Republicanos se han negado a retroceder y continúan sus esfuerzos por romper los sindicatos del sector público. El martes, 21 de febrero, la Federación Laboral del Sur Central (SCFL) la organización general de sindicatos del sur de Wisconsin, votó a favor de preparar una huelga general si la legislatura del estado aprueba el proyecto de Walker. Esta es la propuesta que aprobaron:
“Moción 1: La SCFL respalda una huelga general, posiblemente para el día que Walker firme su proyecto de ley presupuestario, y le solicita al Comité de Educación que empiece de inmediato a educar a sus afiliados y miembros acerca de la organización y la función de una huelga general.
“Moción 2: La SCFL declara públicamente que queda en oposición de todas la previsiones contenidas en el proyecto de ley presupuestario de Walker, incluyendo pero no limitado a, restricción de los derechos de negociación colectiva y reducción de sueldos, beneficios, pensiones, financiamiento para la educación pública, cambios de programas de asistencia médica, y la politización de agencias del gobierno estatal.”
Las manifestaciones de masas en Wisconsin están inspirando a otros trabajadores a luchar contra el aluvión de recortes. Sin que se levanten miles y millones de trabajadores a decir, “¡Ya Basta!” nunca cambiarán las cosas. Pero por importante que sean estas movilizaciones, sólo son una parte de la ecuación. La experiencia de la lucha de clases en EE.UU. y en todo el mundo ha mostrado que no es suficiente en sí que las masas de trabajadores y jóvenes salgan a las calles, sino que además es necesario que el movimiento tenga un liderazgo dispuesto a combatir contra los patrones y sus representantes políticos sin ninguna restricción.
El llamado de la SCFL a una huelga general es un inmenso paso adelante. Walker tiene como único objetivo romper los sindicatos del sector público, no de colaborar con ellos, una huelga general es la única manera de vencer a “Hosni” Walker. Una victoria en Wisconsin prepararía el escenario para otras luchas del sector público que están por estallar en todo el país.
El papel de los Demócratas
Sin embargo se debe afirmar que el llamado a una huelga general no lo hicieron los líderes sindicales como reconocimiento de la fuerza del movimiento, sino como último recurso. El viernes, un día antes de que la SCFL anunciara las preparaciones de la huelga general, los dirigentes de dos de los sindicatos más grandes del sector público, Mary Bell del WEAC y Marty Beil del AFSCME Consejo 24, anunciaron que estaban dispuestos a aceptar todas las demandas de Walker que recortaban los salarios y beneficios (un total de $30 millones), si él retiraba su exigencia de desmantelar el derecho a la negociación colectiva. Como era de esperar, y con el apoyo absoluto de los multimillonarios patrocinadores del Tea Party, los Hermanos Koch, Walker rechazó su oferta.
Beil del sindicato AFSCME dijo luego que esta posición “no era un compromiso” sino que fue la posición de negociación original del sindicato. Con decenas de miles de trabajadores y simpatizantes alrededor del Capitolio, ¿por qué se les ocurre negociar concesiones en primer lugar? Con todos los mítines, marchas y eventos que tuvieron lugar ese día, Beil y Bell debieron haber convocado un mitin masivo de trabajadores y simpatizantes para discutir las demandas a presentar a Walker e indicar la manera de avanzar, incluyendo las preparaciones para una huelga general a escala estatal. Pero parece que su compromiso lleno de concesiones fue propuesto sin consultar seriamente a los miles de trabajadores que serían afectados.
Desafortunadamente las concesiones de Bell y Beil muestran que si los trabajadores del sector público son llamados a salir en huelga general, no podrán contar con estos líderes para llevar la lucha hasta el fin. Por eso es absolutamente importante que los participantes de la huelga tengan el control completo, directo, y democrático. La SCFL debe urgentemente convocar un mitin central masivo en Madison de trabajadores de los sectores público y privado, de estudiantes y simpatizantes de la comunidad, para empezar los planes para realizar la huelga general, y para hacer un llamado por la conformación y coordinación de comités de acción en cada fábrica, sitio de trabajo y escuela enlazados centralmente y dirigidos por representantes elegidos democráticamente.
Los dirigentes sindicales están bajo una presión tremenda, no sólo de abajo, por parte de miles de miembros de base de los sindicatos que están en el Capitolio dispuestos a luchar y que empujan adelante al liderazgo, pero también desde arriba, específicamente del Comité Nacional Democrático que ha mandado a decenas de sus miembros y operativos a Madison. La intervención de éstos tiene el respaldo de los medios de comunicación que muestran a Obama hablando en contra de las agresiones de Walker hacia los sindicatos. La línea argumental de Bell y Beil es igual a la de los Demócratas que regresaron tras un boicot de cuatro días para agregar enmiendas al proyecto de ley que mantendrían los recortes de Walker de los salarios y beneficios, pero que preservaría el derecho de negociar colectivamente.
Ni los Demócratas ni los Republicanos representan la mayoría clase trabajadora; ellos representan los intereses de los grandes bancos, las 500 empresas más grandes del país, y los más ricos de la sociedad. A diferencia de la clase obrera en muchos países, a los trabajadores de EE.UU, les falta un partido laborista de masas que pueda representar nuestros intereses de clase. En tal situación, dos partidos que representan la misma minoría minúscula en la sociedad tienen que apoyarse en la gran mayoría de la población para mantener el statu quo. Ambos partidos Republicano y Demócrata emplean formas distintas de populismo para hacer esto, con los Republicanos apoyados en las iglesias conservadoras, el Tea Party, etc. y los Demócratas apoyándose sobre todo en los sindicatos, no en interes de los sindicatos sino en el suyo propio.
Los dos partidos, aunque representen la misma clase capitalista, representan esta minoría minúscula de formas bien distintas. Los Republicanos están aprovechando la crisis presupuestaria como cobertura para atacar directamente a los sindicatos esperando poder debilitarlos tanto en el sector público como en el privado. Los Demócratas por otro lado, acuden en “apoyo” de los sindicatos empujando por llegar a un “acuerdo mutuo” a medio camino. A los Demócratas les gustaría no sólo liderar el movimiento en Madison, sino lo más importante aprovecharse del mismo. Las propuestas de los Republicanos y los Demócratas en la legislatura del estado tienen algo en común: los recortes. Esto es porque la crisis del sistema lo exige. La diferencia es que los Demócratas están buscando una “forma velada” para realizarlos.
Esta ha sido su estrategia durante décadas, y fue visto más recientemente en los rescates de la industria del automóvil cuando la administración de Obama les ofreció a GM y a Chrysler el paquete de rescate financiero apoyándose en el presidente anterior del sindicato UAW, Ron Gettlefinger, para que forzara concesiones de la militancia sindical a cambio. Pero esta vieja relación entre los sindicatos y los Demócratas será cada vez más difícil de mantener, como lo evidencian los acontecimientos de Wisconsin, con la SCFL empujada a convocar una huelga general.
¡Que los ricos paguen la crisis!
En todo el país, oficiales públicos Republicanos y los medios de comunicación han estado chillando histéricamente a los trabajadores del sector público, señalando sus salarios y condiciones como la causa de los déficits presupuestarios de los estados. Después de casi cuatro años en recesión y una “recuperación” sin empleo, con millones aún desempleados, esto no engaña a muchos. Sino que con razón enfurece a mucha gente trabajadora. Como decía la pancarta de un manifestante: “¡Atacar a Trabajadores No Crea Empleos!” Como si no fuera bastante todo el desastre económico, incertidumbre y dificultad sufrido por la vasta mayoría desde que empezó la “Gran Recesión” en 2008. Un artículo acerca de la primera manifestación en el capitolio en Ohio de Bloomberg Online nos da un vistazo a lo que piensen muchos trabajadores del sector público de los ataques de los Republicanos:
“Joe Rugola, el anterior presidente de la AFL-CIO de Ohio y que también es director ejecutivo de la Asociación de Ohio de Empleados de las Escuelas Públicas, dijo que representa a los conductores de autobuses y los conserjes quienes ganan aproximadamente $24.000 al año. ‘Todavía estoy buscando esta clase privilegiada de trabajadores,’ dijo Rugola en una entrevista mientras esperaba para testificar, ‘Esto nomás es parte de un ataque nacional hacia os trabajadores.’”
Casi cada estado de los EE.UU. o está endeudado, o bien pronto estará. Los gobernadores de los estados y las legislaturas presentan la situación como un argumento obvio. Dicen que la única alternativa es entre despidos y recortes a los trabajos, o concesiones masivas en las condiciones, salarios y derechos de los trabajadores. Pero los dirigentes de los sindicatos de sector público ¡no serían buenos “abogados” si aceptaran simplemente los argumentos de la oposición (aunque hagan llamados de manifestaciones e incluso de huelgas)! Los líderes sindicales tienen que responder a todas las mentiras de los grandes empresarios.
La crisis del presupuesto resulta de la debilitad de la economía, gastos militares masivos, y obsequios y reducciones tremendas de impuestos para las corporaciones y los ricos, no de los salarios y beneficios de las trabajadores públicos. Durante los últimos 30 años ha habido una transferencia descomunal en la división de la renta nacional, de la clase obrera hacia la clase capitalista. En 2010, una investigación de Duke University descubrió que los individuos con el 20% de ingresos más altos controlaban más del 84% de la riqueza de la nación. De 1979 hasta 2005, los ingresos después de impuestos del 1% más rico aumentaron un 175%. Entre 1998 y 2009, 57% de todas las empresas de EE.UU. no pagaron impuestos federales por cuando menos un año. A la vez, los gobiernos estatales y de las ciudades se han visto obligados a dar incentivos fiscales y exclusiones de impuestos a las mismas grandes corporaciones para atraer sus negocios a las regiones, las mismas que finalmente despiden a los trabajadores y paran las operaciones cuando se acaban los incentivos. Además, ¡el sueldo promedio de los trabajadores ajustado por la inflación no ha subido desde 1975!
A pesar de las crecientes ganancias y las reservas masivas de dinero de las corporaciones más grandes durante la reciente “recuperación,” estos mismos capitalistas no están invirtiendo y creando puestos de trabajo, sino al contrario están sacándoles más productividad de menos trabajadores. Estas corporaciones tienen más de $2 billones de fondos y activos, pero aún se niegan a invertir. Los bibliotecarios, maestros, y bomberos no causaron la crisis económica – la recesión es resultado de problemas inherentes del sistema capitalista. Si los líderes sindicales van a tratar las causas de fondo de la lucha en el sector público, no pueden ignorar este hecho.
Existen los recursos necesarios para preservar los empleos, salarios y condiciones de los trabajadores de sector público y para seguir proporcionando servicios públicos altamente necesarios. También existen los recursos para proporcionar sueldos y condiciones de calidad como los que tienen los trabajadores sindicalizados para los trabajadores del sector privado. Además hay más que suficiente para dar trabajos a los millones de desempleados, y para la educación gratuita y de calidad para los estudiantes quienes serán los trabajadores del futuro. El problema es que ambos partidos políticos están firmemente atados a los bancos y las grandes empresas y se niegan a enfrentarse a la riqueza y los privilegios de esta pequeña minoría – el 1% más rico – que realmente manda en la sociedad de los EE.UU. El movimiento obrero siempre estará peleando con una mano amarrada atrás de la espalda mientras los líderes sindicales sigan apoyando al Partido Demócrata, que está tan vinculado a los grandes bancos y empresas como lo están los Republicanos.
Seamos claros: los capitalistas, y no los trabajadores tienen la culpa de la crisis. En lugar de apoyar a los Demócratas en espera de tiempos mejores, los sindicatos deben romper con los Demócratas y formar un partido Laborista. En vez de repartir las migajas que sobran de la mesa del 1%, un partido Laborista debería exigir que los ricos paguen la crisis. Un partido Laborista podría luchar en el Congreso y en las legislaturas estatales junto con los sindicatos en las calles y en los puestos de trabajo por un programa masivo de obras públicas, para construir escuelas, universidades, y reparar la envejecida infraestructura del país, lo que podría proporcionar millones de puestos de trabajo. Finalmente, estos trabajos deben ser organizados 100% en sindicatos y que paguen un sueldo decente.
El costo de tal programa no debe ser pagado en forma de impuestos más altos o con la reducción de servicios públicos para la gente trabajadora sino que debe salir del 1% de arriba, los grandes bancos y las 500 empresas más grandes, no sólo en forma de impuestos más altos sino además implementando una política de “abrir los libros de cuentas” para que las finanzas de los bancos y las empresas sean accesibles al público. De esta manera gran parte de la riqueza que ha sido absorbida por esta minúscula minoría a costa de la gran mayoría podría ponerse en manos públicas, para ser democráticamente administrada en interes de todos. Esta es una lucha crucial para el movimiento obrero, en ambos sectores público y privado. La victoria de los trabajadores del sector público fortalecerá a los sindicatos en el sector privado, mientras la derrota de los trabajadores del sector público debilitaría la posición de estos sindicatos.
- ¡Solidaridad completa con los trabajadores públicos de Wisconsin!
- ¡No a las concesiones! ¡Por una huelga general de 24 horas en Wisconsin para poner fin a los recortes!
- ¡Romper con los partidos de las Grandes Empresas! ¡Por un Partido Laborista de Masas basado en los sindicatos!
Fuente: Campaña por un Partido Laborista de Masas http://masspartyoflabor.org/
24 de febrero, 2011