En las primeras semanas de este año fueron presentadas ante la militancia del PSUV las 5 líneas estratégicas de acción política, documento que según lo planteado por la dirección nacional del partido y por el propio camarada presidente Chávez, servirá de líneas programáticas para la acción política hacia adentro y afuera nuestro partido desde la actual fecha hasta las próximas elecciones presidenciales del 2012.
Dicho documento contiene un diagnóstico bastante franco sobre la situación interna del PSUV, en donde se plantea claramente la existencia de una fuerte cultura capitalista en su seno, que se caracteriza por la utilización del aparato del partido para fines de lucro personal.
Textualmente el documento plantea que «esta «cultura capitalista» se expresa en el hecho de considerar que pertenecer a un partido equivale a «invertir» en él, a través de sus contribuciones financieras o con su trabajo militante, y que esa «inversión» debe ser «recompensada» o «remunerada» con puestos, cargos, prebendas o influencias en el Estado, en el terreno de los negocios o en el mismo partido».
Asimismo, el documento plantea más adelante que «… algunos sectores lo conciben (al PSUV) como un medio para el «ascenso social» de los y las militantes con responsabilidades de dirección a distintos niveles».
Reconocer con franqueza estos hechos es un paso muy importante en el proceso de rectificación y reimpulso dentro de nuestro partido, sin embargo, de no tomarse las medidas correctas para luchar contra este flagelo, el diagnóstico al que hemos hecho referencia será sólo un simple saludo a la bandera y nada más que eso. En ese sentido, desde el marxismo haremos un breve aporte a este debate tan trascendental para el futuro de nuestra revolución.
En los años 1845-46 C. Marx y F. Engels escribieron juntos una obra de importancia colosal en el campo de la filosofía de la historia y del estudio científico de la historia. Dicha obra lleva por nombre «La Ideología Alemana», y en la misma ambos autores plantearon y demostraron por primera vez que la conciencia de una clase o capa social (es decir, su compresión del mundo y de la sociedad), está determinada en última instancia por las condiciones materiales de existencia de dicha clase o capa social.
En palabras sencillas esto quiere decir que la forma como cada individuo y cada grupo social entienden a la sociedad está determinada por la forma como cada individuo o grupo social vive dentro de la sociedad. Es por ello que un capitalista, un banquero o un terrateniente nunca va a entender ni ver al sistema capitalista como lo ve y entiende un obrero industrial, agrícola o un trabajador de cualquier empresa.
Para un burgués o un latifundista el sistema capitalista es maravilloso ya que es la fuente de su riqueza, lujo y opulencia, en cambio, para un trabajador el sistema capitalista es la causa de su miseria y opresión, y de la de todo el pueblo. La gran diferencia entre ambos puntos de vista radica precisamente en la tesis que Marx y Engels plantearon. La veracidad de dicha tesis es algo bastante obvio y fácil de entender, sin embargo, para muchísimos dirigentes de nuestro partido, no lo es tanto así. ¿Y por qué pasa esto? ¿Es algo casual?
La tesis que acabamos de plantear se aplica perfectamente al caso de la burocracia, que también es un grupo o capa dentro de la sociedad. Si bien la burocracia no es propietaria de fábricas, latifundios o bancos (como lo es la burguesía), sí está compuesta por trabajadores y funcionarios del estado burgués con altos salarios y muchos privilegios, por lo tanto, estas condiciones de vida que posee le dan una visión y comprensión de la sociedad y de la revolución muy distinta a la del pueblo.
En la gran mayoría de los casos, las condiciones de vida de un burócrata que trabaja dentro del estado y además posee un cargo de dirección dentro del partido, determinan totalmente su conciencia y visión de la revolución, al punto que, si en algún momento luchó y trabajó de forma honesta y desinteresada por el socialismo, éste llega a dejar totalmente de hacerlo, para dedicarse únicamente a luchar por sus propios privilegios y no por el bienestar del pueblo, es por ello que los marxistas sostenemos que un dirigente cualquiera del partido no debe ganar más que lo que un trabajador calificado.
Los groseros salarios equivalentes a 10, 12, 15 o más salarios mínimos que ganan muchos funcionarios del estado que a su vez son dirigentes del partido son la fuente de su burocratización. Es ésta la forma como los comuneros de parís construyeron en 1871 un nuevo estado sin burocracia al tomar el poder en sus manos, y fue este el principio establecido por los bolcheviques en la Revolución Rusia para construir un estado socialista y para construir un partido revolucionario.
Si un dirigente del partido gana 12 salarios mínimos, el partido debe establecer la parte que al camarada le corresponde para vivir dignamente como un trabajador más, y el resto debe ir dirigido a las finanzas del partido. Si no se toman medidas en este sentido no se podrá frenar ni evitar la burocratización de nuestro partido, con las fatales consecuencias que eso puede acarrear en el 2012.
¡A un dirigente del pueblo trabajador, debe corresponder un salario de pueblo trabajador!
¡Queremos un partido socialista liderado por dirigentes que vivan como el pueblo y no como burgueses!
¡No más burócratas como dirigentes del PSUV!