Ayer, [5 de junio] se alcanzó un hito en la situación social y política de Grecia, y en toda Europa. Movilizaciones impresionantes retumbaron por todo el país: medio millón en Atenas y manifestaciones de miles de personas tuvieron lugar en Salónica, Patras, Larissa, Volos, Heraklion, etc. Esto coloca a Grecia en la antesala de una situación revolucionaria. Esto significa que, por primera vez en décadas, los países capitalistas desarrollados de Europa se enfrentan a la perspectiva de una revolución de dimensiones continentales.
Medio millón de manifestantes en Atenas – Levantamientos en todo el país
La movilización de ayer en Atenas, además de su impresionante tamaño, contenía muchos elementos nuevos. El atolondramiento y la rabia ciega que caracterizaron los primeros días del movimiento han dado paso al entusiasmo. Las masas han adquirido una sensación de confianza a través de la demostración colectiva de su fuerza. Mientras que los primeros días estaban centrados en la idea de un pueblo enojado y silencioso, ayer el estado de ánimo había cambiado. La gente gritaba consignas ingeniosas contra el Gobierno y la «troika», y en todas partes se formaban grupos de personas espontáneamente en los que todos querían expresar una opinión sobre el movimiento y sobre los próximos pasos a dar.
Al mismo tiempo, en el sector más avanzado de los manifestantes, sobre todo en los jóvenes, era evidente el interés de buscar una solución política para el «día después». Esto explica el enorme interés en participar en la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma, a la que asistieron 10.000 personas, esperando intervenir pacientemente, aunque muy pocos pudieron hablar.
De las 9.30 pm en adelante, la densidad de la protesta hacía imposible siquiera acercarse al lugar de la asamblea. El elemento predominante en la concentración fue la opinión espontánea expresada por trabajadores, desempleados y jóvenes comunes que expresaban la necesidad de continuar la lucha.
Se hicieron muchas propuestas: «sitiar el Parlamento el día en que se someterán a votación las medidas de austeridad «, «luchar por establecer asambleas populares en cada barrio», «poner en práctica la decisión de la Asamblea Popular de declarar la huelga general política por tiempo indefinido», «luchar contra la propaganda de los medios con una campaña organizada en los barrios y plazas”. En un punto todos estaban de acuerdo: «¡que el próximo domingo haya un millón de personas en las calles de Atenas».
La situación se vuelve revolucionaria
Las masas están surgiendo a la escena de manera muy dramática y van al frente de forma consecuente. El clima de esta semana en los barrios destaca el potencial para las asambleas de masas. El entusiasmo de las protestas se está llevando en cada lugar de trabajo, poniendo una tremenda presión sobre los dirigentes de los sindicatos para que tomen medidas. Ya la dirección de la central sindical GSEE se ha visto obligada a convocar una huelga de 24 horas el jueves 9 de junio en todas aquellas empresas que están a punto de ser privatizadas. Por primera vez estos trabajadores participarán en una acción coordinada, mientras que otra huelga general de 24 horas fue anunciada para el 15 de junio.
Es cierto que esta huelga general será diferente a las que vimos el año pasado. Al venir como parte de la escalada general del movimiento de masas que se ha desarrollado en las plazas, tendrá una participación mucho mayor en el sector privado que antes. Y se combinará con las protestas populares más extensas de las últimas décadas. Esta huelga no va a movilizar sólo a una parte de la clase obrera, sino que abarcará a la gran mayoría de la clase obrera y de los sindicatos. Pondrá al proletariado a la cabeza de una lucha que no es una lucha por reivindicaciones económicas, sino una lucha política de las masas en las calles. Esta huelga por lo tanto tendrá una tendencia interna a convertirse en una huelga general duradera, independientemente de las intenciones de la burocracia.
¿Qué es una situación revolucionaria?
En los escritos de Lenin y Trotsky, podemos encontrar la definición de lo que es una situación revolucionaria. En su libro «El fracaso de la II Internacional» (1916) Lenin explicó:
«¿Cuáles son, hablando en general, los síntomas de una situación revolucionaria? Estamos seguros de no equivocarnos al señalar estos tres signos principales:1) La imposibilidad para las clases dominantes de mantener su dominio de forma inmutable; cuando hay una crisis, de una forma u otra, “en los de arriba”, una crisis política en la clase dominante, se abre una grieta por la que irrumpen el descontento y la indignación de las clases oprimidas. Para que estalle la revolución no basta que “los de abajo no quieran vivir” como antes sino que hace falta también que “los de arriba no puedan” vivir como hasta entonces. 2) Una agravación, superior a lo habitual, de las penalidades de la miseria de las clases oprimidas. 3) Una actividad de las masas, que en tiempos pacíficos se dejan expoliar tranquilamente, pero que en épocas turbulentas, son empujadas, tanto por la situación de crisis de conjunto, como por “los de arriba” mismos, a una acción histórica independiente.
«….. La totalidad de todos estos cambios objetivos es lo que se llama una situación revolucionaria. Tal situación se produjo en 1905 en Rusia, y en todos los períodos revolucionarios en Occidente ;…»
Trotsky, en 1940, en el Manifiesto de Emergencia explica las condiciones necesarias para la victoria del proletariado:
«Las condiciones básicas para la victoria de la revolución proletaria han sido establecidas por la experiencia histórica y clarificadas teóricamente: (1) la parálisis de la burguesía y la confusión resultante en la clase dominante, (2) una fuerte insatisfacción y la aspiración a cambios decisivos en la filas de la pequeña burguesía, sin cuyo apoyo la gran burguesía no puede mantenerse, (3) la conciencia de lo intolerable de la situación y la disposición para acciones revolucionarias en las filas del proletariado; (4) un programa claro y una dirección firme de la vanguardia proletaria. Estas son las cuatro condiciones para la victoria de la revolución proletaria. «(Manifiesto de la Cuarta Internacional sobre la guerra imperialista).
Todos estos elementos se han desarrollado en Grecia en la actualidad. La clase dominante empieza a entender que no puede gobernar como antes, para mentir y engañar a las masas; es decir, con los métodos antiguos, gentiles, y «democráticos», se entiende. El sufrimiento y la indignación de las masas han estado creciendo durante un largo período. Las masas ya han comenzado a moverse de forma independiente de la clase dominante.
La clase dominante se encuentra en un estado de confusión sin precedentes debido al callejón sin salida en el que se encuentra. Son absolutamente incapaces de llegar a una estrategia unificada. Algunos dicen: «debemos capitular completamente ante los prestamistas extranjeros y ver a dónde podemos ir a partir de ahí». Otros sugieren que Grecia debería «renegociar con la troika», mientras que otros dicen que debemos «salir del euro ahora para reforzar la competitividad del país.» Algunos dicen: «vamos a formar un gobierno de unidad nacional», mientras que otros instan a Papandreu a que continúe llevando a cabo el trabajo sucio hasta que lo echen. Algunos, están estudiando secretamente, incluso, la posibilidad de un golpe de Estado, en un intento de poner freno al movimiento de las masas. Este escenario fue señalado en un informe de la CIA, filtrado en la prensa burguesa la semana pasada.
La deserción de 16 diputados del PASOK del campo gubernamental en el tema de los nuevos recortes e impuestos, muestra que la presión del movimiento ha desestabilizado al grupo parlamentario del gobierno, para bien. Nueva Democracia y Laos (derecha y ultraderecha, respectivamente) están manteniéndose a distancia del Gobierno por temor a hundirse en el mismo barco que Papandreu, tratando de especular sobre el resultado de elecciones futuras.
El pilar tradicional de la burguesía, las clases medias, se han radicalizado y ahora están en las calles. El proletariado vuelve otra vez a mostrar su disposición a actuar. Todos los elementos básicos de una situación revolucionaria han madurado. Lo único que falta es un programa claro y una dirección firme de la vanguardia proletaria. Eso es todo lo que se necesita para convertir rápidamente la situación revolucionaria en una revolución victoriosa que expropie a los explotadores y elimine el capitalismo, poniendo en marcha un movimiento que puede llevar a la victoria del socialismo en Grecia, el Mediterráneo y en toda Europa.
Los dirigentes de la izquierda están actuando de manera criminal
Desde el comienzo del movimiento de masas en las calles, los líderes de la izquierda han adoptado una actitud inaceptable. La dirección del Partido Comunista envía ultimátums a las personas ubicadas en las plazas, instándoles a que «¡acepten de una vez las propuestas políticas correctas!» (Ver el artículo principal en Rizospastis el 3/6). La tarea de dirección del Partido Comunista no es hacer que el movimiento «acepte las propuestas políticas correctas», sino participar activamente en el movimiento, para tratar de elevar el nivel de conciencia y ayudar a las masas a que formulen las demandas correctas.
El viernes pasado, la dirección estalinista del Partido Comunista hizo el ridículo delante de los ojos de miles de personas que se reunieron en la Plaza Syntagma. Esa tarde, una manifestación del PAME, la fracción sindical del Partido Comunista, terminó en la plaza. Pronunciaron un discurso de 15 minutos, durante el cual el Partido Comunista llamó ex cathedra al pueblo reunido en la plaza «a no confiar en nadie más, excepto el PAME».
Cuando el discurso hubo terminado, a fin de no mezclar a los manifestantes de la plaza con los obreros comunistas, los organizadores de la manifestación del PAME ordenaron inmediatamente a los miembros de la Juventud Comunista que formaran «cadenas» para rodear su manifestación y, de inmediato, los «comunistas» abandonaron la plaza. De esta manera, la dirección estalinista del Partido Comunista ha demostrado elocuentemente su incapacidad orgánica para conectar con el movimiento real de las masas. Han demostrado que lo consideran simplemente un medio para fortalecer la posición del Partido de cara a las elecciones parlamentarias.
Por otra parte, la dirección de SYRIZA se niega a entrar en el movimiento de manera abierta y audaz. Es un error muy grave pedir sólo elecciones, sin hacer ninguna propuesta sobre cómo desarrollar aún más el movimiento, cuando la gente está en las calles, auto-organizándose, dispuesta a deshacerse del Gobierno y de la «troika» al mismo tiempo. También es una actitud incorrecta del CC de Synaspismos (decisión del 29 de mayo) pedir a los miembros del Partido que participen en el movimiento, mientras que se hacen pasar por «no partidistas»: «… En este movimiento participamos como ciudadanos, tratando de escuchar y de aprender, participamos para unir nuestra voz a los miles de enfurecidos en cada plaza del país….».
Las bases de los partidos de izquierda deben responder a esta actitud perjudicial. La actividad del compañero Alexis Tsipras (presidente de Synaspismos) y del camarada Aleka Papariga (Secretario del Partido Comunista) no debe limitarse a las oficinas del partido y a los estudios de televisión. El lugar de los líderes de la izquierda se encuentra en estos momentos en Syntagma y en las demás plazas. Si la izquierda se abstiene de participar abiertamente y con valentía en el movimiento, con las ideas y sugerencias adecuadas que lo ayuden a llevarlo a la victoria y a la caída final del sistema capitalista de esclavitud, el núcleo del movimiento será ocupado por toda clase de pequeñoburgueses y «patriotas» profesionales que están tratando de ocultar el contenido social del movimiento, sustituyendo la lucha de clases con la confusión nacionalista.
¡La clase obrera debe dirigir la lucha!
El estallido de este movimiento de masas en las plazas, encontró al movimiento obrero en un estado de fatiga y frustración, sobre todo por el papel devastador de la burocracia sindical, que hasta ahora imaginaba que podía calmar el ánimo combativo de cientos de miles de trabajadores con huelgas generales de 24 horas ocasionales. Así que, naturalmente, la iniciativa de la lucha contra el gobierno y la «troika», pasó de los sindicatos a sectores más amplios del pueblo, que no habían participado en las movilizaciones de los últimos años.
Graduados universitarios desempleados, desocupados calificados y no calificados, jóvenes sin experiencia laboral, personas de clase media devastadas por los impuestos y robadas por los bancos y el colapso del mercado, trabajadores sin afiliación política ni sindical, estudiantes que apenas están empezando a politizarse, jubilados y amas de casa: personas de todas las capas laborales constituyen la base principal de este movimiento de masas en las plazas.
Estas capas tienen un humor fresco y combativo. No tienen dirigentes burocráticos por encima de ellos que pongan un freno a la movilización y, hasta ahora, han creado un movimiento que ha demostrado ser persistente y de larga duración. Por otra parte, como es perfectamente natural, estas capas, junto con la ira y la combatividad explosivas, faltas de experiencia en las protestas de masas, están buscando desesperadamente consignas políticas apropiadas, métodos adecuados de lucha y demandas políticas específicas.
En estas circunstancias, por lo tanto, es decisiva la necesidad de una contribución especial en la lucha de la clase obrera y del movimiento obrero. Las decisiones de la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma, llamando a una huelga general, reconocen claramente esta necesidad. Sin paralizar los centros económicos del sistema no puede haber ningún cambio fundamental en la sociedad. Pero muy poco se ha hecho hasta ahora para llevar a cabo la demanda de huelga general política.
La mayor parte de la capa dirigente de la Asamblea Popular de la Plaza Syntagma está bajo la falsa impresión de que la huelga general es simplemente un auxiliar de combate de las manifestaciones en las plazas. En realidad, representa una escalada decisiva de la lucha y refleja una nueva etapa, más elevada de esta lucha. Debemos entender que la huelga general no puede ser organizada gritando consignas frente a las sedes sindicales y los lugares de trabajo, sino que se deriva de las exigencias de los propios trabajadores a través de los sindicatos y los centros de trabajo.
En los barrios obreros y los lugares de trabajo tenemos que crear comités de lucha y elegir comités de huelga que preparen la huelga. Esa es la única manera de garantizar su éxito. Por último, es fundamental dejar en claro que una huelga general política dará lugar a la caída del gobierno. No debe llevar al poder a un gobierno de arribistas políticos burgueses, sino más bien a un gobierno de representantes elegidos por el pueblo que salga del propio movimiento.
Por lo tanto, la organización democrática del movimiento es una cuestión crucial, no sólo para el crecimiento de la lucha, sino también para la solución de la cuestión del poder que sirva a los intereses y aspiraciones del pueblo trabajador indignado. Las opiniones presentadas por los diferentes grupos de intelectuales en el movimiento de «procedimientos directos» y «democracia a través de sms y e-mails», que se presentan como «democracia directa», no tienen nada que ver ni con los problemas inmediatos ni con la democracia.
Lo que necesitamos ahora
Lo que necesitamos ahora es:
• Asambleas Populares en cada barrio, con asambleas en los lugares de trabajo para elegir comités de lucha revocables en todas partes.
• Asambleas Populares en las plazas centrales de las ciudades más importantes que se compongan de representantes elegidos y revocables en reuniones de los barrios y lugares de trabajo.
• La creación de un Comité Central de toda Grecia, elegido por los representantes revocables de las asambleas populares de las diferentes ciudades.
Por último, en el corazón de la lucha deben plantearse las dos siguientes demandas:
• ¡Una completa cancelación de la deuda creada por los ladrones y explotadores griegos y extranjeros!
• ¡Para eliminar para siempre la pesadilla de la deuda, la pobreza y el desempleo tenemos que poner el control de los centros financieros y de concentración de la riqueza del país (bancos, compañías de seguros, las infraestructuras de transporte, y las grandes empresas en todas las industrias) bajo propiedad social, a través del control democrático de los trabajadores, como un paso adelante en la victoria de la revolución en toda Europa y el mundo!
Atenas, 6 de junio de 2011.