El presente artículo es una transcripción del discurso sobre perspectivas internacionales que Alan Woods dio el 31 de Julio de 2011 en la pasada Escuela de Verano Internacional de la Corriente Marxista Internacional en Marina de Massa, Italia. Los otros discursos pronunciados en la escuela están disponibles como archivos de audio (en inglés).
Los acontecimientos se mueven a la velocidad del rayo, casi te dejan sin respiración. Pensemos por un momento en los acontecimientos que han tenido lugar desde el principio de este año. Tuvimos la explosión titánica de la revolución árabe, y ahora parece como si hubiera ocurrido hace 10 o 20 años. Pero este terremoto histórico ha tenido lugar tan sólo en los últimos meses, lo cual es un síntoma de la naturaleza de la época actual. Demuestra que algo fundamental ha cambiado en toda la situación.
La revolución en Túnez, en apariencia, se dio de repente, sin advertencia, como un rayo de un cielo azul. Así es al menos cómo le ha parecido a la mayoría de los observadores de la burguesía que no entienden nada de lo que está pasando: los economistas no entienden lo que ocurre con la economía, los sociólogos y políticos no entienden lo que pasa en la sociedad…
La burguesía desciende al desastre con los ojos abiertos
En realidad, los acontecimientos en el mundo árabe representan un punto de inflexión fundamental, no sólo para los pueblos de las naciones árabes, sino también para la historia mundial.
Sólo los marxistas podemos explicar esto; sólo con la aplicación del método del materialismo dialéctico se puede explicar lo que ha pasado en Túnez. La burguesía no puede entenderlo porque son empíricos, están hipnotizados por la apariencia de las cosas. A esto, ellos se refieren como “los hechos”: “los hechos, dadnos los hechos”, dicen, y no ven los procesos que suceden debajo de la superficie, más profundamente. Por encima de todo, la dialéctica nos enseña, y esto es algo que todos los compañeros deben comprender, que más tarde o más temprano, las cosas cambian a su opuesto y así es como pueden darse cambios bruscos y repentinos. Esto es lo que vemos ahora.
Durante décadas parecía que Escandinavia era un lugar del planeta bonito, tranquilo, próspero, y donde nada ocurría. Eso es lo que pensaban en Noruega hasta hace poco, cuando tuvimos esa atrocidad de la matanza de jóvenes en el campamento de verano. Por cierto, este no fue el acto de un hombre loco solitario como nos quieren dar a entender, sino que demuestra las contradicciones de la sociedad y nos muestra que ni un solo país en el mundo puede escapar a las contradicciones que crea el capitalismo, que son insolubles.
Viendo la situación actual del mundo, me viene a la mente la frase de Trotsky en su libro El programa de Transición escrito en 1938. Dijo que los capitalistas estaban descendiendo hacia el abismo con los ojos cerrados. A esa frase de Trotsky debemos hacerle un pequeño cambio: en el momento actual la burguesía está descendiendo al desastre con los ojos abiertos; pueden ver lo que se está acercando, al menos los representantes más inteligentes de la burguesía. Es como imaginarse un coche acelerando en una autopista, de frente le viene un gran camión y no puede hacer nada para esquivarlo. La burguesía puede ver lo que les viene de frente: en Europa puede ver lo que le viene con el euro, en América puede ver lo que le viene con el déficit… Esta es una crisis muy profunda, tienen los ojos muy abiertos, pero no saben qué hacer.
El Financial Times del 16 de julio, tiene un artículo titulado “El abismo que se abre”. Hay una foto de Ángela Merkel a la derecha y de Obama a la izquierda, y hay un enorme abismo que se agranda cuanto más profundo se vuelve y ambos están mirando perplejos hacia el abismo, no saben qué hacer.
La realidad es que no se han recuperado de la recesión del 2008. Hace unos meses empezaron a hablar de brotes verdes, pero no hay recuperación a pesar de que han inyectado miles de millones de dinero, particularmente a los bancos, lo cual ha tenido el efecto de evitar un crack como el de 1929 al menos de momento. A pesar de toda la inyección de dinero en Europa y en EUA, sólo han sido capaces de conseguir que un agujero negro que existía en el sistema financiero, ahora haya pasado a ser un agujero negro en las finanzas de los Estados. Evitaron un colapso inmediato de los bancos, pero, voy a predecir ahora, empezando por Europa, vamos a ver el colapso de un banco tras otro. Prepárense para eso desde ahora. A pesar de la inyección de dinero que han tenido, sí, evitaron el colapso de la banca, pero ¿a qué coste?
Ahora la perspectiva que se abre, y es inevitable, empezando con Grecia, vamos a ver el colapso y la bancarrota de Estados nacionales. Eso ya ocurrió en Islandia. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, empezamos a oír hablar en Europa del colapso de los Estados. Eso se oía de países como Argentina y recordemos que el colapso de ese país hace 10 años tuvo consecuencias revolucionarias. El Presidente argentino tuvo que huir de las masas airadas en helicóptero desde el palacio presidencial. Fue como la derrota de los americanos en Vietnam, que tuvieron que huir desde el tejado de la embajada americana. Hubo cinco presidentes argentinos en dos semanas. Esa fue realmente una situación revolucionaria. Desgraciadamente no había un auténtico partido revolucionario que pudiera aprovechar esa situación. Aunque en Argentina hay grandes sectas que tenían una cierta influencia entre los desempleados, con su locura sectaria ultraizquierdista derrocharon esa oportunidad. Pero esa perspectiva de revolución se está abriendo en Europa en un país tras otro.
¿Por qué no pueden salir fácilmente de la actual crisis?
En cuanto a la situación de la economía mundial, sólo voy a decir unas cuantas palabras porque ya lo hemos discutido anteriormente. Voy a hacer solamente la siguiente observación: Nuestra tendencia esperaba que esta recesión se hubiera dado antes, pero se pospuso y esto tuvo algún efecto en nuestras perspectivas. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿por qué se pospuso? La razón ya la explicamos hace diez años en el documento “En el filo de la navaja”. La burguesía, sobre todo en EEUU, pospuso la recesión utilizando métodos que normalmente se deberían utilizar para salir de ella. Durante un tiempo tuvieron éxito, pero sólo a costa de profundizar las contradicciones y volver la recesión más profunda cuando por fin vino.
Los economistas burgueses no son capaces de explicar esta crisis porque contradice todas las teorías que se han enseñado en las universidades durante los últimos 30 años. La teoría de la “hipótesis del mercado eficiente” –que ni siquiera es una nueva teoría porque ya fue planteada durante la vida de Marx (se llamaba la ley de Say)– dice que si al mercado se le deja a su aire resolverá todas sus contradicciones y al final volverá a funcionar equilibradamente y, por tanto, el gobierno y el Estado no deben intervenir. ¿Qué ha pasado con esa teoría? ¿Dónde está? ¿Cuál es la situación actual? Deberíamos de explicarlo más en nuestra propaganda.
En estos momentos, todos los grandes bancos del mundo, y muchas de las grandes empresas como Ford ó General Motors, sólo existen gracias al apoyo del Estado y a los miles de millones que han recibido de las arcas públicas. ¿Qué explicación dan ahora los economistas? Dicen que es una crisis de crédito. Esa es una explicación que no aclara nada. También usaron esa justificación en tiempos de Marx, pero lo que nunca explican es ¿qué es el crédito?
Marx explica que el crédito es la manera que los capitalistas tienen para expandir el mercado artificialmente a corto plazo, aumentando así la demanda, pero a costa de minarla en el futuro. La política de crédito fácil ha llegado a su límite. Ha provocado un endeudamiento récord: deudas de empresas, de bancos, de Estados… Esto no puede continuar y, por eso, se encuentran en una situación en la que no pueden utilizar los instrumentos que normalmente utilizaban en el pasado, por ejemplo, la reducción de la tasa de interés. En el pasado la habrían reducido para promover la actividad económica, para estimular la demanda y así combatir la sobreproducción.
Pero ahora, ¿cómo pueden reducir la tasa de interés? En estos momentos se encuentra muy próxima a cero. No se puede tener una tasa de interés negativa porque significaría que el banco me estaría dando dinero por tomar un préstamo. Eso no puede ser, aunque sí fue el caso en Japón hace unos años: tenían tasas de interés negativas.
Así, ese instrumento no puede ser utilizado, pero ¿qué otros instrumentos tienen? La expansión del crédito, pero los bancos no están prestando, justo al revés, la gente ahora tiene que pagar sus deudas. Los reformistas, que siempre tienen una respuesta simple, dicen: “keynesianismo”, “aumento del gasto público”… ¿Cómo se puede aumentar el gasto social cuando el Estado tiene una deuda colosal? Por el contrario, tienen que recortar los gastos, tienen que reducir la deuda. A continuación, caen en una trampa: al reducir los gastos estatales también reducen la demanda, aumenta el desempleo y profundizan la crisis, ese es el caso en Grecia y, por tanto, no hay salida.
En el pasado, en la Edad Media, la Iglesia Católica tenía un dicho: “Todos los caminos conducen a Roma”. Ahora nosotros podemos plantear una consigna diferente: “Todos los caminos conducen a la ruina” porque, hagan lo que hagan, estará mal. Desde el punto de vista del keynesianismo, debería reducirse la tasa de interés para resolver los problemas de Europa, para resolver el desempleo, pero el Banco Central Europeo acaba de subir la tasa de interés a 1,5% y eso va a tener un efecto dañino para la recuperación en Europa. ¿Por qué han hecho eso? La respuesta sería porque hay miedo al incremento de la inflación, ya que si se aumentan las tasas de interés, se aumenta la inflación, pero ¿dónde está la inflación en Europa? No hay inflación en Europa, nada que justifique un miedo a la deflación. La única razón por la que lo han hecho es para salvar al Euro que está en peligro de colapso. Dirigentes europeos hacen esa declaración públicamente ahora.
La Unión Europea en la encrucijada
La crisis en Grecia puede llevar al colapso del euro. ¿Cómo es posible que un pequeño país en las fronteras de Europa pueda amenazar la existencia del euro e incluso de la Unión Europea? ¿Cómo es posible que el presidente Obama hace unos meses llamara a todos los gobiernos de Europa con un mensaje? “Tenéis que resolver el problema de Grecia”. ¿A qué se debe esta repentina atención a los problemas de Grecia? ¿Acaso sienten solidaridad humana con los problemas de Grecia? ¿La misma solidaridad que han mostrado con el pueblo libio? Quieren salvar vidas humanas mediante bombardeos constantes. Esto no tiene nada que ver con razones humanitarias; saben lo que ocurrirá. Grecia declarará la suspensión de pagos.
A pesar de todas las medias que están tomando, la deuda Griega, antes de este último paquete de ayuda, era de un 160% de su PIB. Hay una seria escisión entre los diferentes líderes Europeos, con Alemania por un lado y con el Banco Central Europeo y Francia por otro lado, en cuanto a cómo tratar el tema de Grecia; estaban escindidos y siguen escindidos. No obstante, debido a la profundidad de la crisis han conseguido un acuerdo para evitar un colapso inmediato en Grecia. Pero, ¿qué han logrado? Según las últimas cifras que he visto, después de este último supuesto paquete de ayuda, la deuda pública seguirá siendo el 130% de su PIB y Grecia no puede pagar esa deuda. Así, todo lo que han conseguido, una vez más, es posponer la inminencia del colapso de Grecia. En unos meses nuevamente veremos otra crisis que obligará a la suspensión de pagos y probablemente será expulsada de la zona euro. Eso será una catástrofe para el pueblo griego.
¡Y cuán más torpe se puede ser! La respuesta de la llamada izquierda de Grecia (el llamado Partido Comunista Griego (KKE) y Synaspismos también) es recurrir al nacionalismo: “Salgamos de la Unión Europea, volvamos al dracma”. Lo más probable es que les expulsen a patadas, así que los amigos del Partido Comunista tendrán la bandera griega y el dracma en sus bolsillos. Pero el problema es ¿quién va a querer dracmas? Los mercados financieros no querrán ni verlos, no valdrán nada. Habrá una espiral descendente del dracma, acompañada de un incremento de la inflación, y como resultado los ahorros desaparecerán y habrá desempleo masivo. Si el pueblo griego piensa que las cosas no podrán estar peor que ahora, que se preparen porque estarán mucho peor. Podrían tener una situación como en Alemania en 1923, y eso tendrá consecuencias revolucionarias.
La razón por la que están atemorizados de que Grecia declare suspensión de pagos es porque todos los países están unidos estrechamente. Nosotros creímos, Ted Grant creyó, que en un primer momento ni siquiera iban a ser capaces de formar el euro porque, como Ted señaló, es imposible unificar economías que tiran en diferentes direcciones bajo el capitalismo. Es verdad que durante un periodo tuvieron éxito, pero fue sobre las bases de un boom económico internacional y un boom en Europa. En un documento que escribimos en 1998 titulado “Una alternativa socialista a la Unión Europea”, predijimos que ante una grave recesión como ésta, todos los viejos antagonismos volverían a resurgir y el Euro caería bajo recriminaciones mutuas. Eso es precisamente lo que está ocurriendo ahora; la única diferencia es que en aquel momento creíamos que Italia sería la responsable del actual desorden porque Grecia aún no estaba en la zona euro.
Todos los países van a estar afectados y la idea que tienen de que se podría aislar a Grecia o a Gran Bretaña o a Irlanda, es una tontería. Una vez más, el Financial Times responde a esa idea y explica por qué la cuestión de Grecia es tan importante. Compara la situación a un grupo de hombres atados entre sí escalando una montaña y si uno de ellos cae, arrastrará a todos los demás tras él. Cuando Grecia declare suspensión de pagos, las primeras víctimas serán los bancos franceses y alemanes. Por eso Francia y Alemania han entregado ayuda a Grecia, no para salvar al pueblo griego sino para salvar a sus propios bancos con los que Grecia tiene grandes deudas.
Y aquí es cuando entra en escena el Reino Unido de Gran Bretaña. Los británicos piensan que son muy listos. Dicen: “Esto no nos va a afectar, nosotros no estamos en el euro”; pero les afectará más todavía. Es verdad que los bancos británicos no están tan expuestos como los franceses ó alemanes, pero la banca británica está muy expuesta a Irlanda y después de que Grecia se declare en suspensión de pagos, ¿qué dirá Irlanda?: “Hemos aceptado muchos planes de austeridad y ahora los griegos dicen que no van a pagar, que no pueden pagar. ¿Por qué los irlandeses no deberíamos decir lo mismo? No podemos pagar”.
Los mercados, que son en última instancia el juez y el jurado, están mirando cuáles son los países débiles en Europa para especular contra ellos y derribarles. Eso es lo que ha ocurrido en Irlanda y Portugal. Los gobiernos de estos países han introducido muchos recortes, mucha austeridad y ¿cuál es el resultado? Una empresa calificadora de crédito llamada Moody’s, hace dos semanas ha reducido los bonos irlandeses a nivel de bonos basura. Esto quiere decir en la práctica que si los irlandeses quieren tomar prestado dinero en el mercado, tendrán que hacerlo a tasas de interés enormes y esto significa un peso enorme sobre los hombros del pueblo irlandés.
En Portugal acaban de elegir a un gobierno conservador que está dispuesto a llevar a cabo todos los recortes, toda la austeridad. Moody’s le dijo a Portugal: “Muchas gracias” y también redujo los bonos portugueses a nivel de bonos basura, lo cual es un poco injusto para el gobierno de derechas que acaban de elegir en Portugal. Estaban muy decepcionados casi me daban pena.
¿Qué quiere decir esto? Que todos los sacrificios que han hecho no han servido para nada en Portugal, en Grecia, e Irlanda; todos estos países irán de cabeza a la suspensión de pagos. Pregunta: ¿Quién va a pagar estas deudas? ¡Esa es la cuestión! ¿Quién pagará? La causa de la revolución inglesa y de la revolución francesa del siglo XVIII fue la misma; estos Estados estaban en bancarrota y lo que se planteó fue: ¿quién paga la deuda? En el caso específico de Francia, la nobleza y el clero se negaban a pagar impuestos. Esa es la gran cuestión ahora no sólo en Europa, sino también en los EEUU.
Divisiones en el imperialismo
En un par de días los EEUU, a menos que hagan algo rápidamente, serán empujados a la suspensión de pagos porque tienen una deuda pública masiva de 14,4 billones de dólares. Hay una grave escisión entre las dos alas de la clase dirigente americana. Como saben EEUU es una democracia: tiene dos partidos; y Gore Vidal, el mejor escritor vivo de los EEUU, dijo: “Nuestra república es un Estado de un partido, el partido de la propiedad, con dos alas de derecha”. Creo que eso lo describe muy bien. No es verdad decir que no hay diferencias entre los demócratas y los republicanos, porque aunque los dos defienden los mismos intereses de clase, sí tienen diferencias de cómo pueden defenderse mejor los intereses de esa clase. La crisis en EEUU es muy severa y se demuestra con una abierta escisión pública que se ve tanto en el Congreso como en el Senado.
Como saben Obama es un demócrata; un hombre bueno que no golpea a su mujer, ayuda a las viejitas a cruzar las calles, no patea a su gato… Es un hombre bueno y quiere hacer cosas buenas para el pueblo americano, no quiere hacer recortes a medicinas, pensiones, etc. También es un hombre de principios, así que dice: “Si no os gustan mis principios, los cambiaré”. Los republicanos son el partido malo, quieren recortes profundos y violentos, entonces Obama dice: “Soy un hombre razonable, así que acepto llevar a cabo algunos recortes, pero si los llevamos a cabo la gente va a molestarse, va a irritarse. ¿Por qué no incrementar los impuestos a los muy muy ricos?”. Pero los republicanos, que tienen muchos diputados del Tea Party, están opuestos a cualquier tipo de impuestos a los ricos, así que ahí hay una pequeña dificultad.
La revista The Economist describe esto como una pantomima. Dice que el congreso estadounidense es un circo, pero esto es un asunto muy serio, no es una broma. Es una escisión profunda que refleja la seriedad de la crisis del capitalismo en EEUU. Yo creo que llegarán a un acuerdo. Tienen que llegar a un acuerdo; lo han hecho muchas veces anteriormente. En la última década han incrementado el techo de la deuda unas diez veces y lo volverán a hacer, pero esto va a tener un efecto muy grave en los mercados. El mercado finalmente va a decir que el dólar no vale ni el papel en el que está impreso. Si estos tipos en Washington no hacen algo, más tarde o más temprano el mercado actuará descargándose de dólares y eso podría provocar internacionalmente un crack financiero. Todo esto nos lleva nuevamente a la pequeña Grecia: ahora todos los mercados internacionales le prestan atención a Europa, pero más tarde o más temprano tornarán su atención a los EEUU y al dólar.
¿Va a salvar Asia a la economía mundial?
La idea de que Asia va a salvar al mundo es una idea totalmente errónea. En el pasado, Japón era una de las potencias más poderosas. En la década de 1980 se decía que Japón podría sobrepasar a los EEUU. Lo mismo se dice ahora de China. Estaban equivocados acerca de Japón y están equivocados acerca de China. ¿Saben cuál es el país del mundo con la deuda pública más grande? No son los EEUU, no es Italia, no es Grecia, no es Irlanda… es Japón, cuya deuda es un 225% de su PIB. Solamente en los primeros meses de este año Japón ha sufrido una caída en sus exportaciones de 12,5%, parte de esto fue debido al Tsunami.
China también está ralentizándose. No podría ser de otra manera, porque ésta se basa en las exportaciones, y con la situación actual, ¿a dónde va a exportar? Hay una caída de la demanda en EEUU, en Europa, ¿adónde van a vender sus productos? Los economistas burgueses están muy preocupados de que se dé una caída brusca de la economía china. Miren donde miren no ven una salida y la auténtica perspectiva es, y cada vez más economistas burgueses están llegando a esta conclusión, que la supuesta recuperación actual sea muy débil. En Inglaterra se ha calculado que esta es la recuperación económica más débil desde 1830, que es desde cuando tienen estadísticas, y esta recuperación tan débil va a desembocar en un colapso de la economía. Esta es la real situación y este es el trasfondo en el que estamos hablando de perspectivas internacionales.
Lenin dijo que la política es economía concentrada. Nosotros no estamos interesados en la teoría económica como tal, aunque es importante, pero más importante que esto son los efectos de esta situación económica en la conciencia de la clase obrera, en la lucha de clases.
Crisis económica y conciencia de clase
Dijimos al principio de la crisis en 2008 algo que ya se expresó en el II Congreso de la Internacional Comunista en los años 20, que todos los intentos de la burguesía de establecer un equilibrio económico iban a destruir el equilibrio social y político: esa es precisamente la descripción de la situación actual.
Tomemos los acontecimientos del último año, eso no es mucho tiempo; en la historia es un periodo muy breve. En octubre de 2010, en Francia 3,5 millones de trabajadores estaban en las calles contra los planes de Sarkozy de recortar las pensiones. En Portugal hemos tenido la huelga general más grande desde la revolución de los claveles en 1974. En Italia tuvimos una gran manifestación convocada por el sindicato metalúrgico y en Grecia, donde la crisis ha sido más profunda, creo que ha habido doce huelgas generales en los últimos doce meses, la última de las huelgas convocadas fue de 48 horas. Hemos tenido movimientos masivos espontáneos de la juventud, y no sólo de la juventud.
En España tuvimos en septiembre de 2010 una huelga general, seguida de este magnífico movimiento de la juventud que está teniendo lugar ahora. El pasado domingo en Madrid, oí que había un cuarto de millón de personas en La Puerta del Sol. Este movimiento está inspirado directamente por la revolución árabe de la plaza Tahrir y que a su vez inspiró a Grecia, un movimiento no sólo de jóvenes sino de trabajadores, que ocupó 20 plazas en distintos puntos del país. Creo que en la plaza de Sintagma había un cuarto de millón de personas en algún momento, pese a la brutalidad del aparato del Estado, de la policía, que demuestra el pánico de la clase dirigente. No sólo golpeaban a la gente con sus porras en la bonita y democrática Grecia, con su bonito y social demócrata gobierno de Papandreu, sino que el centro de Atenas estaba tan lleno de gases lacrimógenos que se extendió fuera de la plaza a los barrios de la clase media con gente que no podía respirar. Todos estos son acontecimientos muy importantes que tenemos que analizar.
Hablemos del tema de la conciencia. Algunas veces me canso de estas tonterías; es algo que he oído durante los últimos 50 años. Después de los primeros 45 años se vuelve un tanto monótono: “la baja conciencia de la clase trabajadora, de las masas…”, pues miremos el tema de la conciencia.
A veces tengo la impresión de que algunos compañeros no son dialécticos, de que no entienden cómo cambian las cosas. ¿Cómo miran a la situación actual? Miran a la realidad y dicen: “Todo sigue igual, nada cambia”. La conciencia humana, lo hemos dicho muchas veces, no es revolucionaria, es profundamente conservadora. A la gente no le gusta el cambio, se agarran a la situación actual porque se sienten mas cómodos con ella: la constitución actual, los partidos actuales, los políticos actuales, la actual religión… Se agarran a esto de manera testaruda, hasta el último momento, hasta que los acontecimientos les golpean y les obligan a cambiar de ideas. Eso es lo que se requiere en la situación actual: acontecimientos, acontecimientos, acontecimientos… Y acontecimientos es lo que se está preparando.
Preguntémonos: ¿Qué es una revolución? Una revolución es precisamente ese punto crítico en el que cantidad se transforma en calidad y se da un salto repentino en la conciencia. No ocurre de una forma gradual, en una línea recta ascendente. No es que un día, por ejemplo, los trabajadores italianos sean reaccionarios, al mes siguiente sean conservadores, después se vuelven liberales, luego se vuelven socialdemócratas de derecha, después se mueven un poquito más a la izquierda de la socialdemocracia, gradualmente se vuelven centristas y el lunes a las 9 de la mañana todos hacen su afiliación de militancia a la CMI. Esto es un cuadro muy reconfortante y bonito, pero no tiene nada en absoluto que ver con la realidad. Muestra una ignorancia profunda de la dialéctica y una profunda ignorancia de la historia.
¿Cuál era el grado de conciencia de los trabajadores rusos en 1917? ¿Creen que todos se habían leído los tres volúmenes del Capital de Marx? No creo. Cuando la clase trabajadora rusa apareció por primera vez en la escena de la historia en enero de 1905, ¿cuál era la conciencia del obrero promedio en San Petersburgo? En primer lugar, era un campesino que había dejado la tierra y se trajo todos sus prejuicios con él a la ciudad. Era profundamente religioso, bebía mucho y políticamente era monárquico, apoyaba al Zar. Cuando las huelgas comenzaron en la fábrica de Putílov en 1904, estas fueron dirigidas no por los mencheviques o los bolcheviques sino por un cura, el padre Gapón, que además era un agente de la policía. Cuando los bolcheviques repartían panfletos diciendo “abajo la monarquía y a favor de la república”, los trabajadores en huelga rompieron los panfletos y a menudo golpearon a los bolcheviques.
Imaginaos a toda esa gente, ¿qué hubiera podido decirse acerca de la conciencia de los trabajadores rusos en 1905? “Mira el bajo nivel de conciencia”, “esto es inútil”. No obstante, cuando se dio la masacre del 9 de enero de 1905, los mismos obreros que habían golpeado a los bolcheviques se acercaron a estos con una reivindicación: “Dadnos armas, nosotros ya no tenemos Zar”. Así es como cambia la conciencia y, por eso, en todos los países sin excepción debemos prepararnos para cambios bruscos y repentinos en la situación; y cambios bruscos y repentinos en la conciencia. No debemos ser tomados por sorpresa, como Ernest Mandel fue tomado por sorpresa en mayo de 1968 en Francia. Poco antes de esos acontecimientos declaró que la clase trabajadora francesa no iba a moverse en los próximos 20 años y a continuación surgió la huelga general más grande de toda la historia.
Es verdad que en estos momentos, en todos los países, excepto quizás en Grecia, la mayoría de los trabajadores no han comprendido la gravedad de esta crisis; piensan que es una aberración temporal, que si se hacen sacrificios, si se aceptan ciertos recortes, si se aceptan imposiciones, quizás esto permita regresar a la normalidad. En The Economist hace seis meses, había un artículo muy interesante que decía lo siguiente: “Más tarde o más temprano se volverá a la normalidad, pero será una normalidad diferente”.
Ataques sin precedentes
Todas las conquistas sociales de los trabajadores americanos y europeos conseguidas durante los últimos 50 años están siendo amenazadas porque se oponen directamente a la necesidad de recortes que tiene la burguesía.
Ante esta crisis, que ha sido de las más largas de los últimos 150 años y que todavía no ha acabado, el auténtico programa de la burguesía a nivel internacional es el de austeridad permanente, recortes permanentes en los niveles de vida. Las cifras hablan por sí mismas, pero no tienen alternativa; los reformistas tampoco, porque nos dicen, “estos son recortes ideológicos” ó “hacen estos recortes porque los gobiernos actuales son horribles…”. Nada tiene que ver con eso. No hay alternativa sobre bases capitalistas.
Hace un par de semanas hablé en la Festa Rossa organizada por los compañeros italianos de la CMI e hice la siguiente pregunta: “¿Habéis tenido ataques sobre los niveles de vida?” Todos dijeron que sí. Yo les dije: “Compañeros, estáis equivocados, en Italia no ha habido ataques serios. Lo que habéis tenido hasta ahora es una pequeña manicure. Desde el punto de vista del capitalismo italiano, lo que se requiere no es una manicure sino cortar un brazo y una pierna”. Tendrán que hacer esto. El problema es que Berlusconi no es suficientemente fuerte para hacerlo, está demasiado preocupado por mantenerse fuera de la cárcel como para preocuparse por los problemas económicos de Italia. La burguesía entregará el poder, pero no a los fascistas. Seamos claros en relación a esto: No hay posibilidad en absoluto en ningún país europeo de bonapartismo o fascismo en el futuro inmediato y subrayo eso de “en el futuro inmediato”.
Por supuesto esto puede cambiar, pero en este momento esa no es la situación; por el contrario, en Italia como en cualquier otro país, la burguesía tiene que gobernar a través de los reformistas, a través de los sindicatos. Es por eso que en Italia le van a pasar la patata caliente al centro izquierda; van a enviar a los trabajadores italianos a la escuela del reformismo que llevará a cabo o intentará llevar a cabo recortes. Pero si alguien piensa que los trabajadores italianos o los trabajadores belgas, porque Bélgica va a ser la siguiente, o los trabajadores de cualquier otro país, van a sentarse con los brazos cruzados cuando las conquistas de los últimos 50 años están siendo sistemáticamente destruidas, la persona que piense eso vive en el planeta Marte y no en este.
Ahora vamos a pasar a Grecia, pero antes quiero hacer una observación general. La conciencia, en general, va por detrás de los acontecimientos, eso es verdad. Incluso los trabajadores más avanzados no han entendido totalmente la gravedad de la situación, pero las organizaciones de masas tanto las socialdemócratas como las ex estalinistas no es que vayan por detrás, se encuentran a 50 años luz de distancia de la realidad; son realmente la fuerza más conservadora de la sociedad.
Es un hecho monstruoso que las organizaciones que fueron creadas por la clase obrera para transformar la sociedad, debido a la degeneración burocrática de los últimos 50 años, se hayan convertido en obstáculos monstruosos en el camino de la clase trabajadora. Los reformistas de derecha han llevado adelante los dictados de la burguesía, pero los reformistas de izquierda no son mucho mejores. Ambas alas están de acuerdo en que hay que llevar a cabo recortes, y por lo tanto, en última instancia, traicionan.
El movimiento de los indignados
Mirad a Zapatero en España. Se supone que era de la izquierda, pero está llevando a cabo los dictados de la burguesía, ¡por supuesto! ¿Qué otra cosa puede hacer? Una vez que aceptas la existencia del capitalismo tienes que llevar a cabo las leyes del capitalismo. Como resultado hemos tenido este movimiento espontáneo. Por cierto, la Izquierda Unida no es mucho mejor que los otros reformistas. De ahí que surjan movimientos espontáneos como el de los indignados en España o el movimiento espontáneo en Grecia. Algunos dicen: “Estos son los anarquistas”. No son anarquistas en el sentido de que están opuestos en general a la política. Son muy confusos. ¿Quién va a darles ideas claras?, ¿de dónde van a tomarlas? Lo que demuestra la confusión es que el movimiento se encuentra en las primeras etapas.
Es verdad, se oponen a los partidos existentes diciendo: “Vosotros no nos representáis”, ¿no es acaso verdad? Por supuesto que sí, 1000% cierto. Por eso debemos tener unas tácticas flexibles para llegar a este movimiento. ¿Está esto en contradicción con nuestra orientación general hacia las organizaciones de masas? No, por supuesto que no está en contradicción.
En la guerra tenemos la táctica y la estrategia. La estrategia es a largo plazo, pero táctica y estrategia no son lo mismo. La táctica debe ser flexible; deberíamos ser capaces de cambiar de táctica en 24 horas. La táctica no puede ser resultado de observaciones generales o perspectivas generales, sino que está determinada por las circunstancias concretas. Tenemos que ser capaces de intervenir y poder ganar a estas nuevas capas que están surgiendo. También tenemos que comprender las limitaciones de la espontaneidad.
Me imagino que la mayoría de las sectas se han intoxicado con este movimiento, particularmente los mandelistas, que son como una hoja muerta que se mueve de un lado para otro según se mueva el viento. Está muy bien sentirse entusiasmado por los movimientos en Grecia y España; hay que estar entusiasmados, pero no podemos intoxicarnos y perder la cabeza con estos movimientos. Tienen limitaciones y estas van a salir a la luz muy pronto.
¿Por qué etapa estamos pasando?
Trotsky escribió un artículo en los años 20 titulado ¿Por qué etapa estamos pasando? Es una pregunta muy importante que tenemos que plantear aquí. Lo que tenemos en muchos países de Europa en la etapa actual es una sensación de ira, de enojo, de frustración e indignación que se ha ido acumulando durante tiempo entre las masas, la juventud y la clase trabajadora. Pero esta indignación no se refleja en lo más mínimo en las organizaciones de masas tradicionales. Hasta un cierto nivel sí se refleja en los sindicatos, pero en los partidos políticos ustedes me dirán. Por lo tanto, en esta etapa no hay un giro hacia los partidos de izquierda, en su lugar se está dando una oleada de huelgas, de huelgas generales, de manifestaciones, de movimientos espontáneos de la juventud que están teniendo lugar al margen de las organizaciones de masas.
Hay dos razones para esto. En primer lugar: ¿Cómo podrían orientarse los jóvenes hacia estas organizaciones que, por supuesto, no les representan en absoluto? Por ejemplo, en Gran Bretaña, tenemos a un payaso de circo como representante laborista, Ed Miliband –le llamo payaso y ni siquiera es gracioso–. Se está desarrollando un odio hacia los conservadores pero muy en particular hacia los liberales. Esto en algún momento determinado se va a expresar en un giro hacia el Partido Laborista, no hay duda en eso. Pero en este momento, en la adormecida, tranquila, pacifica Gran Bretaña de la que se dice que en ella nunca ocurre nada, vimos a finales del año pasado un levantamiento de jóvenes estudiantes que nadie esperaba, en la que nuestros compañeros intervinieron de una forma muy eficaz, seguido de la manifestación sindical más grande de toda la historia en el mes de marzo último, seguida en junio por la huelga del sector público más grande desde la huelga general de 1926.
¿Qué quiere decir todo esto? Que los trabajadores y los jóvenes están intentando cambiar las cosas a través de manifestaciones y huelgas. Este es también el significado de las grandes manifestaciones y huelgas en Grecia.
Hay ciertas circunstancias en la historia en que huelgas generales y manifestaciones pueden forzar a los gobiernos a cambiar de política. Pero esta no es una situación de ese tipo. La burguesía no puede cambiar su posición, va a continuar recortando porque no tiene alternativa. Esa es la limitación de los movimientos espontáneos. Son muy importantes desde un punto de vista sintomático, pero no tienen comprensión ni perspectivas y, por lo tanto, en un momento determinado este movimiento espontáneo entrará en declive. Quedaremos con las organizaciones de masas que están ahí permanentemente, sobre todo los sindicatos, pero incluso también los partidos de izquierda. Todas estas organizaciones entrarán en crisis en el próximo periodo y habrá escisiones masivas que culminarán en la cristalización de una corriente de izquierda en su seno. De ahí que nosotros no cambiamos nuestra perspectiva, no tenemos razón para hacerlo. Todos los intentos de las sectas de establecer partidos revolucionarios han estallado en su cara, han fracasado. El movimiento tendrá lugar en el próximo periodo a través de las organizaciones de masas establecidas, aunque nuestras tácticas a corto plazo deben ser flexibles.
Revolución en Grecia
Como dije, en esta etapa Grecia es el país de Europa donde la lucha de clases ha ido más lejos. Todos los ojos están puestos en Grecia y voy a hacer una pequeña predicción: en los próximos 6 meses todos los ojos estarán puestos en Italia, que es el siguiente país donde la crisis está preparándose. En Grecia todas las condiciones para la revolución han madurado. Hay una escisión abierta entre la clase dirigente; no saben cómo resolver la crisis. Todos los partidos desde la izquierda a la derecha están en crisis. Esa era la primera condición de Lenin para una situación revolucionaria.
La segunda condición, según Lenin, es que la clase media se encuentre en una situación de fermento y vacile, girando de derecha a izquierda y vuelta a la derecha; pero ese no es el caso en Grecia. El partido de la extrema derecha es muy pequeño y en estos acontecimientos no ha aumentado su influencia. La clase media en Grecia está apoyando claramente la revolución en este momento. El otro día había una manifestación en Atenas de 30 mil taxistas. Estos son hombres de pequeños negocios, autónomos golpeados por la crisis y no tengo duda de que esta gente votó en las últimas elecciones a Nueva Democracia o, incluso, a LAOS, el partido de extrema derecha. Tampoco tengo ninguna duda de que si en esa manifestación les hubiéramos preguntado: “¿Estás a favor de la revolución en Grecia?”, 99% hubiera dicho: “sí, estoy por la revolución”. Es la única respuesta, es una situación excepcional. Finalmente, Lenin decía que la clase trabajadora tiene que estar dispuesta a hacer sacrificios por la causa última. Doce huelgas generales en el lapso de doce meses, manifestaciones masivas, choques con la policía… Compañeros, les pregunto: ¿Qué más puedes esperar de los trabajadores griegos? ¿Qué más pueden hacer?
El único factor que falta, y que es una auténtica tragedia, es la ausencia del factor subjetivo, la ausencia de dirección. Si el KKE fuera un auténtico partido revolucionario, leninista, la cuestión del poder ya se hubiera planteado hace mucho tiempo en Grecia. Pero no son comunistas, son estalinistas, burócratas de la peor calaña.
Según las encuestas de opinión, 81% de la población apoya la revolución. Esto quiere decir que la cuestión del poder está planteada. Es una situación mucho más avanzada que la de Rusia al inicio de 1917, excepto que no hay soviets. Nuestro programa en esta situación es, en primer lugar, por una huelga general indefinida, ya que en Grecia una huelga de 24 horas, no sólo es un desperdicio de oportunidades, sino incluso es reaccionaria. Las direcciones sindicales han usado esta consigna como una válvula de escape para desviar al movimiento, y por eso se ha vuelto completamente vacía.
Mientras que para Gran Bretaña esta consigna sería completamente adecuada, en Grecia el movimiento ha ido mucho más allá de eso. La única consigna posible es huelga general indefinida. No obstante, una huelga general indefinida plantea la cuestión del poder. ¿Quién es dueño de la casa, ustedes o nosotros? Eso es lo que se plantea, y por tanto, no se puede jugar con esa consigna; tiene que estar vinculada a la cuestión del poder obrero, a los soviets. Existe el embrión de los soviets en las asambleas populares, pero en estos momentos está todavía en una etapa embrionaria. Éstas deben estar ligadas claramente a los sindicatos.
Toda revolución pasa a través de etapas. Y es increíble: son siempre las mismas etapas, en la revolución inglesa, francesa, rusa, española y vemos lo mismo ahora en Túnez y en Egipto. La primera etapa es como un gran carnaval. Las masas salen a las calles, no solo la clase obrera, sino también la clase media; hay un sentimiento de euforia y particularmente después del derrocamiento de Ben Ali y Mubarak había una gran euforia, un sentimiento de creer que “hemos ganado” e, indudablemente, ha sido una gran victoria que demuestra el potencial de la clase obrera.
Pero hablando claramente, ¿qué ha cambiado realmente en Túnez y Egipto? Fundamentalmente, nada ha cambiado. Por eso los campesinos, los jóvenes, los estudiantes y los trabajadores irán a una segunda etapa, similar a los días de julio de la revolución rusa. Empezando con los elementos mas avanzados, sacarán la conclusión de que “aquí no ha cambiado nada, las cosas siguen tan mal como antes, el mismo desempleo, la misma falta de viviendas, la misma falta de democracia…” y el movimiento entrará en una nueva etapa.
Hace un par de semanas hubo una gran manifestación en la plaza Tahrir. Una revolución no es un drama de un solo acto, pasa por muchas etapas y eso es verdad para la revolución en Grecia y en Europa. Este drama se desarrollará durante años, quizás décadas. Bajo bases capitalistas no hay solución. Por cierto, ¿sabéis en dónde han salido miles de jóvenes y estudiantes a las calles? ¡En Israel! Es tal el poder de la revolución de Túnez y Egipto que va saltando de frontera en frontera y el movimiento en Israel contradice la idea de que el bloque judío es algo reaccionario. Si eso fuese así, la causa palestina no tendría solución. La revolución palestina está condenada al fracaso a menos que podamos dividir en líneas de clase a la clase trabajadora judía, y esto es totalmente posible.
La primera conclusión que debemos sacar es que el capitalismo se encuentra en una crisis muy profunda y no tiene salida fácil a esta crisis, pero tenemos que tener mucho cuidado de cómo planteamos esto, porque Lenin ya explicó que no existe una crisis final del capitalismo. Este sistema puede encontrar una salida a la crisis más profunda, a no ser que sea derrocado por la clase trabajadora. La cuestión es cuánto tiempo va a costarle salir de esta crisis, a qué coste y cuáles van a ser los efectos políticos y sociales.
¿Se avecina una nueva guerra mundial?
En el año 1929 encontraron finalmente una salida a la crisis. Fue la guerra y no el Keynesianismo la que resolvió la crisis. Los compañeros preguntan: «En ese caso, ¿va a haber de nuevo otra guerra?» La respuesta es no. No puede haber una guerra en el sentido de una guerra mundial, pequeñas guerras sí. Tenemos pequeñas guerras todo el tiempo como la de Afganistán, la de Irak… pero una gran guerra entre grandes potencias es una cuestión muy concreta: ¿quién va a luchar contra quién? ¿Van a luchar los europeos contra los americanos? Es una broma. En una guerra convencional, ningún poder en la tierra puede oponerse a los EEUU. Las guerras de liberación nacional son totalmente distintas. Se pueden ver las limitaciones del imperialismo americano ya en las guerras de Irak y Afganistán. ¿Quizás EEUU vaya a invadir Rusia? ¿Cómo, si ni siquiera puede ganar en Irak y Afganistán? ¿Podría Japón invadir China como en los años 30? ¡Que lo intenten! China no es la de aquella época. Esa avenida está bloqueada y, por lo tanto, la lucha se volverá una lucha interna entre las clases.
Vemos la crisis del capitalismo en toda esa erupción de escándalos políticos en Italia con Berlusconi, en el Fondo Monetario Internacional con Dominique Strauss-Kahn… En Inglaterra tenemos escándalos que afectan a todos los sectores: la policía, los banqueros, los políticos, la prensa, la monarquía –que son un escándalo permanente– y la Iglesia Anglicana. Esto escándalos todavía no han terminado y podrían producir una crisis del régimen.
El viento comienza a cambiar en EEUU
Mires a donde mires hay una crisis y la revolución árabe no es un acontecimiento aislado; es parte del mismo proceso que vemos en Europa. Tiene las mismas causas como, por ejemplo, el desempleo juvenil, que también está reflejado en los EEUU. Después de todo, en Wisconsin, donde hemos tenido una lucha de clases feroz durante meses, y tengo entendido que continúa, tiene las mismas causas. El gobierno republicano quería recortar el presupuesto y restringir los derechos sindicales. Hubo una manifestación masiva en la capital, Madison, con más de 130 mil, mientras que la población es de un cuarto de millón. Esto quiere decir que la mitad de la población estaba en las calles. Tomaron el Capitolio, que es la sede del gobierno; y en la manifestación plantearon consignas como: “Hay que luchar como un egipcio”. El gobernador local mandó a la policía para dispersar a los manifestantes que habían ocupado el edificio. La policía llegó y leyó una declaración que decía más o menos así: “Somos la policía y por lo tanto los servidores del pueblo. Nuestro deber es defender al pueblo y, por eso, no vamos a desalojar a nadie de este local sino que vamos a unirnos”. En sus uniformes, la policía había escrito la siguiente consigna: “La policía a favor del movimiento obrero”.
Esto no es el Cairo, compañeros, ni Petrogrado de 1917, ni Caracas… es Madison, EEUU, en el año 2011 de nuestro Señor. ¿Qué es lo que estoy diciendo? ¿Que vamos a ver mañana por la mañana la bandera roja ondeando en Washington o que vamos a proclamar los Estados Unidos Soviéticos de América del Norte? Creo que es todavía un poco prematuro para eso. Lo que estoy diciendo enfáticamente es que los vientos están comenzando a cambiar en los EEUU; la conciencia está empezando a cambiar y el mismo proceso existe a escala mundial. El mismo proceso va a ocurrir en un país tras otro, en un continente tras otro a diferente velocidad y a diferente intensidad, eso es obvio. Esto abre unas oportunidades colosales para la Corriente Marxista Internacional, pero con una condición: que nuestros compañeros sean educados y entrenados correctamente en las ideas del marxismo y que muestren la suficiente flexibilidad en nuestras tácticas para conectar con el auténtico movimiento de la clase obrera y de la juventud.
Flujos y reflujos
Una última palabra de advertencia. Compañeros, la revolución socialista no es una marcha triunfal, no es algo fácil, es difícil. Cualquiera que se una a este movimiento no tendrá una vida fácil, porque este es el momento de más turbulencia de la existencia humana, es un periodo de revolución y contrarrevolución. El movimiento pasará por alzas y bajas. Las masas en Grecia no van a estar todo el tiempo en las calles, incluso ahora ya habrá síntomas de cansancio entre las masas y, por lo tanto, el movimiento irá en descenso. Habrá momentos de luchas gigantescas, pero también periodos de cansancio, de desesperación, de derrotas. Derrotas, e incluso periodos de reacción, son inevitables con la dirección que tiene el movimiento.
En la Revolución Rusa desde febrero hasta octubre, hubo dos meses de reacción negra. Lenin tuvo que huir a Finlandia; pero bajo tal situación revolucionaria aquella derrota sólo fue el preludio de una nueva oleada revolucionaria. Vimos lo mismo en España en su revolución que duró siete años desde 1930 a 1937; pero en este tiempo tuvimos un periodo de reacción negra después de la derrota de la Comuna de Asturias en 1934 que duró hasta 1936. Miles de obreros fueron asesinados y encarcelados; pero eso sólo fue el preludio para una nueva explosión en 1936 con el Frente Popular que llevó a la guerra civil.
Tenemos que prepararnos para revoluciones y grandes acontecimientos en todos los países sin excepción. Nuestros cuadros también tienen que endurecerse para poder resistir los acontecimientos. De una cosa podéis estar seguros: tanto en las alzas como en las bajas del movimiento, tanto en las victorias como en las derrotas, los trabajadores avanzados y la juventud aprenderán unas lecciones muy duras. Y si trabajamos correctamente, a través de estas experiencias -porque la clase trabajadora sólo puede aprender a través de su experiencia- empezando por sus elementos más avanzados, empezarán a sacar conclusiones revolucionarias, terminarán entendiendo la necesidad del marxismo, la necesidad de una organización marxista y de una internacional marxista que defienda firmemente las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Estas son las únicas ideas, el único programa y los únicos métodos que pueden llevar a la clase trabajadora a la victoria socialista en Europa y a través de todo el mundo.
Los acontecimientos se mueven a la velocidad del rayo, casi te dejan sin respiración. Pensemos por un momento en los acontecimientos que han tenido lugar desde el principio de este año. Tuvimos la explosión titánica de la revolución árabe, y ahora parece como si hubiera ocurrido hace 10 o 20 años. Pero este terremoto histórico ha tenido lugar tan sólo en los últimos meses, lo cual es un síntoma de la naturaleza de la época actual. Demuestra que algo fundamental ha cambiado en toda la situación.
La revolución en Túnez, en apariencia, se dio de repente, sin advertencia, como un rayo de un cielo azul. Así es al menos cómo le ha parecido a la mayoría de los observadores de la burguesía que no entienden nada de lo que está pasando: los economistas no entienden lo que ocurre con la economía, los sociólogos y políticos no entienden lo que pasa en la sociedad…
La burguesía desciende al desastre con los ojos abiertos
En realidad, los acontecimientos en el mundo árabe representan un punto de inflexión fundamental, no sólo para los pueblos de las naciones árabes, sino también para la historia mundial.
Sólo los marxistas podemos explicar esto; sólo con la aplicación del método del materialismo dialéctico se puede explicar lo que ha pasado en Túnez. La burguesía no puede entenderlo porque son empíricos, están hipnotizados por la apariencia de las cosas. A esto, ellos se refieren como “los hechos”: “los hechos, dadnos los hechos”, dicen, y no ven los procesos que suceden debajo de la superficie, más profundamente. Por encima de todo, la dialéctica nos enseña, y esto es algo que todos los compañeros deben comprender, que más tarde o más temprano, las cosas cambian a su opuesto y así es como pueden darse cambios bruscos y repentinos. Esto es lo que vemos ahora.
Durante décadas parecía que Escandinavia era un lugar del planeta bonito, tranquilo, próspero, y donde nada ocurría. Eso es lo que pensaban en Noruega hasta hace poco, cuando tuvimos esa atrocidad de la matanza de jóvenes en el campamento de verano. Por cierto, este no fue el acto de un hombre loco solitario como nos quieren dar a entender, sino que demuestra las contradicciones de la sociedad y nos muestra que ni un solo país en el mundo puede escapar a las contradicciones que crea el capitalismo, que son insolubles.
Viendo la situación actual del mundo, me viene a la mente la frase de Trotsky en su libro El programa de Transición escrito en 1938. Dijo que los capitalistas estaban descendiendo hacia el abismo con los ojos cerrados. A esa frase de Trotsky debemos hacerle un pequeño cambio: en el momento actual la burguesía está descendiendo al desastre con los ojos abiertos; pueden ver lo que se está acercando, al menos los representantes más inteligentes de la burguesía. Es como imaginarse un coche acelerando en una autopista, de frente le viene un gran camión y no puede hacer nada para esquivarlo. La burguesía puede ver lo que les viene de frente: en Europa puede ver lo que le viene con el euro, en América puede ver lo que le viene con el déficit… Esta es una crisis muy profunda, tienen los ojos muy abiertos, pero no saben qué hacer.
El Financial Times del 16 de julio, tiene un artículo titulado “El abismo que se abre”. Hay una foto de Ángela Merkel a la derecha y de Obama a la izquierda, y hay un enorme abismo que se agranda cuanto más profundo se vuelve y ambos están mirando perplejos hacia el abismo, no saben qué hacer.
La realidad es que no se han recuperado de la recesión del 2008. Hace unos meses empezaron a hablar de brotes verdes, pero no hay recuperación a pesar de que han inyectado miles de millones de dinero, particularmente a los bancos, lo cual ha tenido el efecto de evitar un crack como el de 1929 al menos de momento. A pesar de toda la inyección de dinero en Europa y en EUA, sólo han sido capaces de conseguir que un agujero negro que existía en el sistema financiero, ahora haya pasado a ser un agujero negro en las finanzas de los Estados. Evitaron un colapso inmediato de los bancos, pero, voy a predecir ahora, empezando por Europa, vamos a ver el colapso de un banco tras otro. Prepárense para eso desde ahora. A pesar de la inyección de dinero que han tenido, sí, evitaron el colapso de la banca, pero ¿a qué coste?
Ahora la perspectiva que se abre, y es inevitable, empezando con Grecia, vamos a ver el colapso y la bancarrota de Estados nacionales. Eso ya ocurrió en Islandia. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, empezamos a oír hablar en Europa del colapso de los Estados. Eso se oía de países como Argentina y recordemos que el colapso de ese país hace 10 años tuvo consecuencias revolucionarias. El Presidente argentino tuvo que huir de las masas airadas en helicóptero desde el palacio presidencial. Fue como la derrota de los americanos en Vietnam, que tuvieron que huir desde el tejado de la embajada americana. Hubo cinco presidentes argentinos en dos semanas. Esa fue realmente una situación revolucionaria. Desgraciadamente no había un auténtico partido revolucionario que pudiera aprovechar esa situación. Aunque en Argentina hay grandes sectas que tenían una cierta influencia entre los desempleados, con su locura sectaria ultraizquierdista derrocharon esa oportunidad. Pero esa perspectiva de revolución se está abriendo en Europa en un país tras otro.
¿Por qué no pueden salir fácilmente de la actual crisis?
En cuanto a la situación de la economía mundial, sólo voy a decir unas cuantas palabras porque ya lo hemos discutido anteriormente. Voy a hacer solamente la siguiente observación: Nuestra tendencia esperaba que esta recesión se hubiera dado antes, pero se pospuso y esto tuvo algún efecto en nuestras perspectivas. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿por qué se pospuso? La razón ya la explicamos hace diez años en el documento “En el filo de la navaja”. La burguesía, sobre todo en EEUU, pospuso la recesión utilizando métodos que normalmente se deberían utilizar para salir de ella. Durante un tiempo tuvieron éxito, pero sólo a costa de profundizar las contradicciones y volver la recesión más profunda cuando por fin vino.
Los economistas burgueses no son capaces de explicar esta crisis porque contradice todas las teorías que se han enseñado en las universidades durante los últimos 30 años. La teoría de la “hipótesis del mercado eficiente” –que ni siquiera es una nueva teoría porque ya fue planteada durante la vida de Marx (se llamaba la ley de Say)– dice que si al mercado se le deja a su aire resolverá todas sus contradicciones y al final volverá a funcionar equilibradamente y, por tanto, el gobierno y el Estado no deben intervenir. ¿Qué ha pasado con esa teoría? ¿Dónde está? ¿Cuál es la situación actual? Deberíamos de explicarlo más en nuestra propaganda.
En estos momentos, todos los grandes bancos del mundo, y muchas de las grandes empresas como Ford ó General Motors, sólo existen gracias al apoyo del Estado y a los miles de millones que han recibido de las arcas públicas. ¿Qué explicación dan ahora los economistas? Dicen que es una crisis de crédito. Esa es una explicación que no aclara nada. También usaron esa justificación en tiempos de Marx, pero lo que nunca explican es ¿qué es el crédito?
Marx explica que el crédito es la manera que los capitalistas tienen para expandir el mercado artificialmente a corto plazo, aumentando así la demanda, pero a costa de minarla en el futuro. La política de crédito fácil ha llegado a su límite. Ha provocado un endeudamiento récord: deudas de empresas, de bancos, de Estados… Esto no puede continuar y, por eso, se encuentran en una situación en la que no pueden utilizar los instrumentos que normalmente utilizaban en el pasado, por ejemplo, la reducción de la tasa de interés. En el pasado la habrían reducido para promover la actividad económica, para estimular la demanda y así combatir la sobreproducción.
Pero ahora, ¿cómo pueden reducir la tasa de interés? En estos momentos se encuentra muy próxima a cero. No se puede tener una tasa de interés negativa porque significaría que el banco me estaría dando dinero por tomar un préstamo. Eso no puede ser, aunque sí fue el caso en Japón hace unos años: tenían tasas de interés negativas.
Así, ese instrumento no puede ser utilizado, pero ¿qué otros instrumentos tienen? La expansión del crédito, pero los bancos no están prestando, justo al revés, la gente ahora tiene que pagar sus deudas. Los reformistas, que siempre tienen una respuesta simple, dicen: “keynesianismo”, “aumento del gasto público”… ¿Cómo se puede aumentar el gasto social cuando el Estado tiene una deuda colosal? Por el contrario, tienen que recortar los gastos, tienen que reducir la deuda. A continuación, caen en una trampa: al reducir los gastos estatales también reducen la demanda, aumenta el desempleo y profundizan la crisis, ese es el caso en Grecia y, por tanto, no hay salida.
En el pasado, en la Edad Media, la Iglesia Católica tenía un dicho: “Todos los caminos conducen a Roma”. Ahora nosotros podemos plantear una consigna diferente: “Todos los caminos conducen a la ruina” porque, hagan lo que hagan, estará mal. Desde el punto de vista del keynesianismo, debería reducirse la tasa de interés para resolver los problemas de Europa, para resolver el desempleo, pero el Banco Central Europeo acaba de subir la tasa de interés a 1,5% y eso va a tener un efecto dañino para la recuperación en Europa. ¿Por qué han hecho eso? La respuesta sería porque hay miedo al incremento de la inflación, ya que si se aumentan las tasas de interés, se aumenta la inflación, pero ¿dónde está la inflación en Europa? No hay inflación en Europa, nada que justifique un miedo a la deflación. La única razón por la que lo han hecho es para salvar al Euro que está en peligro de colapso. Dirigentes europeos hacen esa declaración públicamente ahora.
La Unión Europea en la encrucijada
La crisis en Grecia puede llevar al colapso del euro. ¿Cómo es posible que un pequeño país en las fronteras de Europa pueda amenazar la existencia del euro e incluso de la Unión Europea? ¿Cómo es posible que el presidente Obama hace unos meses llamara a todos los gobiernos de Europa con un mensaje? “Tenéis que resolver el problema de Grecia”. ¿A qué se debe esta repentina atención a los problemas de Grecia? ¿Acaso sienten solidaridad humana con los problemas de Grecia? ¿La misma solidaridad que han mostrado con el pueblo libio? Quieren salvar vidas humanas mediante bombardeos constantes. Esto no tiene nada que ver con razones humanitarias; saben lo que ocurrirá. Grecia declarará la suspensión de pagos.
A pesar de todas las medias que están tomando, la deuda Griega, antes de este último paquete de ayuda, era de un 160% de su PIB. Hay una seria escisión entre los diferentes líderes Europeos, con Alemania por un lado y con el Banco Central Europeo y Francia por otro lado, en cuanto a cómo tratar el tema de Grecia; estaban escindidos y siguen escindidos. No obstante, debido a la profundidad de la crisis han conseguido un acuerdo para evitar un colapso inmediato en Grecia. Pero, ¿qué han logrado? Según las últimas cifras que he visto, después de este último supuesto paquete de ayuda, la deuda pública seguirá siendo el 130% de su PIB y Grecia no puede pagar esa deuda. Así, todo lo que han conseguido, una vez más, es posponer la inminencia del colapso de Grecia. En unos meses nuevamente veremos otra crisis que obligará a la suspensión de pagos y probablemente será expulsada de la zona euro. Eso será una catástrofe para el pueblo griego.
¡Y cuán más torpe se puede ser! La respuesta de la llamada izquierda de Grecia (el llamado Partido Comunista Griego (KKE) y Synaspismos también) es recurrir al nacionalismo: “Salgamos de la Unión Europea, volvamos al dracma”. Lo más probable es que les expulsen a patadas, así que los amigos del Partido Comunista tendrán la bandera griega y el dracma en sus bolsillos. Pero el problema es ¿quién va a querer dracmas? Los mercados financieros no querrán ni verlos, no valdrán nada. Habrá una espiral descendente del dracma, acompañada de un incremento de la inflación, y como resultado los ahorros desaparecerán y habrá desempleo masivo. Si el pueblo griego piensa que las cosas no podrán estar peor que ahora, que se preparen porque estarán mucho peor. Podrían tener una situación como en Alemania en 1923, y eso tendrá consecuencias revolucionarias.
La razón por la que están atemorizados de que Grecia declare suspensión de pagos es porque todos los países están unidos estrechamente. Nosotros creímos, Ted Grant creyó, que en un primer momento ni siquiera iban a ser capaces de formar el euro porque, como Ted señaló, es imposible unificar economías que tiran en diferentes direcciones bajo el capitalismo. Es verdad que durante un periodo tuvieron éxito, pero fue sobre las bases de un boom económico internacional y un boom en Europa. En un documento que escribimos en 1998 titulado “Una alternativa socialista a la Unión Europea”, predijimos que ante una grave recesión como ésta, todos los viejos antagonismos volverían a resurgir y el Euro caería bajo recriminaciones mutuas. Eso es precisamente lo que está ocurriendo ahora; la única diferencia es que en aquel momento creíamos que Italia sería la responsable del actual desorden porque Grecia aún no estaba en la zona euro.
Todos los países van a estar afectados y la idea que tienen de que se podría aislar a Grecia o a Gran Bretaña o a Irlanda, es una tontería. Una vez más, el Financial Times responde a esa idea y explica por qué la cuestión de Grecia es tan importante. Compara la situación a un grupo de hombres atados entre sí escalando una montaña y si uno de ellos cae, arrastrará a todos los demás tras él. Cuando Grecia declare suspensión de pagos, las primeras víctimas serán los bancos franceses y alemanes. Por eso Francia y Alemania han entregado ayuda a Grecia, no para salvar al pueblo griego sino para salvar a sus propios bancos con los que Grecia tiene grandes deudas.
Y aquí es cuando entra en escena el Reino Unido de Gran Bretaña. Los británicos piensan que son muy listos. Dicen: “Esto no nos va a afectar, nosotros no estamos en el euro”; pero les afectará más todavía. Es verdad que los bancos británicos no están tan expuestos como los franceses ó alemanes, pero la banca británica está muy expuesta a Irlanda y después de que Grecia se declare en suspensión de pagos, ¿qué dirá Irlanda?: “Hemos aceptado muchos planes de austeridad y ahora los griegos dicen que no van a pagar, que no pueden pagar. ¿Por qué los irlandeses no deberíamos decir lo mismo? No podemos pagar”.
Los mercados, que son en última instancia el juez y el jurado, están mirando cuáles son los países débiles en Europa para especular contra ellos y derribarles. Eso es lo que ha ocurrido en Irlanda y Portugal. Los gobiernos de estos países han introducido muchos recortes, mucha austeridad y ¿cuál es el resultado? Una empresa calificadora de crédito llamada Moody’s, hace dos semanas ha reducido los bonos irlandeses a nivel de bonos basura. Esto quiere decir en la práctica que si los irlandeses quieren tomar prestado dinero en el mercado, tendrán que hacerlo a tasas de interés enormes y esto significa un peso enorme sobre los hombros del pueblo irlandés.
En Portugal acaban de elegir a un gobierno conservador que está dispuesto a llevar a cabo todos los recortes, toda la austeridad. Moody’s le dijo a Portugal: “Muchas gracias” y también redujo los bonos portugueses a nivel de bonos basura, lo cual es un poco injusto para el gobierno de derechas que acaban de elegir en Portugal. Estaban muy decepcionados casi me daban pena.
¿Qué quiere decir esto? Que todos los sacrificios que han hecho no han servido para nada en Portugal, en Grecia, e Irlanda; todos estos países irán de cabeza a la suspensión de pagos. Pregunta: ¿Quién va a pagar estas deudas? ¡Esa es la cuestión! ¿Quién pagará? La causa de la revolución inglesa y de la revolución francesa del siglo XVIII fue la misma; estos Estados estaban en bancarrota y lo que se planteó fue: ¿quién paga la deuda? En el caso específico de Francia, la nobleza y el clero se negaban a pagar impuestos. Esa es la gran cuestión ahora no sólo en Europa, sino también en los EEUU.
Divisiones en el imperialismo
En un par de días los EEUU, a menos que hagan algo rápidamente, serán empujados a la suspensión de pagos porque tienen una deuda pública masiva de 14,4 billones de dólares. Hay una grave escisión entre las dos alas de la clase dirigente americana. Como saben EEUU es una democracia: tiene dos partidos; y Gore Vidal, el mejor escritor vivo de los EEUU, dijo: “Nuestra república es un Estado de un partido, el partido de la propiedad, con dos alas de derecha”. Creo que eso lo describe muy bien. No es verdad decir que no hay diferencias entre los demócratas y los republicanos, porque aunque los dos defienden los mismos intereses de clase, sí tienen diferencias de cómo pueden defenderse mejor los intereses de esa clase. La crisis en EEUU es muy severa y se demuestra con una abierta escisión pública que se ve tanto en el Congreso como en el Senado.
Como saben Obama es un demócrata; un hombre bueno que no golpea a su mujer, ayuda a las viejitas a cruzar las calles, no patea a su gato… Es un hombre bueno y quiere hacer cosas buenas para el pueblo americano, no quiere hacer recortes a medicinas, pensiones, etc. También es un hombre de principios, así que dice: “Si no os gustan mis principios, los cambiaré”. Los republicanos son el partido malo, quieren recortes profundos y violentos, entonces Obama dice: “Soy un hombre razonable, así que acepto llevar a cabo algunos recortes, pero si los llevamos a cabo la gente va a molestarse, va a irritarse. ¿Por qué no incrementar los impuestos a los muy muy ricos?”. Pero los republicanos, que tienen muchos diputados del Tea Party, están opuestos a cualquier tipo de impuestos a los ricos, así que ahí hay una pequeña dificultad.
La revista The Economist describe esto como una pantomima. Dice que el congreso estadounidense es un circo, pero esto es un asunto muy serio, no es una broma. Es una escisión profunda que refleja la seriedad de la crisis del capitalismo en EEUU. Yo creo que llegarán a un acuerdo. Tienen que llegar a un acuerdo; lo han hecho muchas veces anteriormente. En la última década han incrementado el techo de la deuda unas diez veces y lo volverán a hacer, pero esto va a tener un efecto muy grave en los mercados. El mercado finalmente va a decir que el dólar no vale ni el papel en el que está impreso. Si estos tipos en Washington no hacen algo, más tarde o más temprano el mercado actuará descargándose de dólares y eso podría provocar internacionalmente un crack financiero. Todo esto nos lleva nuevamente a la pequeña Grecia: ahora todos los mercados internacionales le prestan atención a Europa, pero más tarde o más temprano tornarán su atención a los EEUU y al dólar.
¿Va a salvar Asia a la economía mundial?
La idea de que Asia va a salvar al mundo es una idea totalmente errónea. En el pasado, Japón era una de las potencias más poderosas. En la década de 1980 se decía que Japón podría sobrepasar a los EEUU. Lo mismo se dice ahora de China. Estaban equivocados acerca de Japón y están equivocados acerca de China. ¿Saben cuál es el país del mundo con la deuda pública más grande? No son los EEUU, no es Italia, no es Grecia, no es Irlanda… es Japón, cuya deuda es un 225% de su PIB. Solamente en los primeros meses de este año Japón ha sufrido una caída en sus exportaciones de 12,5%, parte de esto fue debido al Tsunami.
China también está ralentizándose. No podría ser de otra manera, porque ésta se basa en las exportaciones, y con la situación actual, ¿a dónde va a exportar? Hay una caída de la demanda en EEUU, en Europa, ¿adónde van a vender sus productos? Los economistas burgueses están muy preocupados de que se dé una caída brusca de la economía china. Miren donde miren no ven una salida y la auténtica perspectiva es, y cada vez más economistas burgueses están llegando a esta conclusión, que la supuesta recuperación actual sea muy débil. En Inglaterra se ha calculado que esta es la recuperación económica más débil desde 1830, que es desde cuando tienen estadísticas, y esta recuperación tan débil va a desembocar en un colapso de la economía. Esta es la real situación y este es el trasfondo en el que estamos hablando de perspectivas internacionales.
Lenin dijo que la política es economía concentrada. Nosotros no estamos interesados en la teoría económica como tal, aunque es importante, pero más importante que esto son los efectos de esta situación económica en la conciencia de la clase obrera, en la lucha de clases.
Crisis económica y conciencia de clase
Dijimos al principio de la crisis en 2008 algo que ya se expresó en el II Congreso de la Internacional Comunista en los años 20, que todos los intentos de la burguesía de establecer un equilibrio económico iban a destruir el equilibrio social y político: esa es precisamente la descripción de la situación actual.
Tomemos los acontecimientos del último año, eso no es mucho tiempo; en la historia es un periodo muy breve. En octubre de 2010, en Francia 3,5 millones de trabajadores estaban en las calles contra los planes de Sarkozy de recortar las pensiones. En Portugal hemos tenido la huelga general más grande desde la revolución de los claveles en 1974. En Italia tuvimos una gran manifestación convocada por el sindicato metalúrgico y en Grecia, donde la crisis ha sido más profunda, creo que ha habido doce huelgas generales en los últimos doce meses, la última de las huelgas convocadas fue de 48 horas. Hemos tenido movimientos masivos espontáneos de la juventud, y no sólo de la juventud.
En España tuvimos en septiembre de 2010 una huelga general, seguida de este magnífico movimiento de la juventud que está teniendo lugar ahora. El pasado domingo en Madrid, oí que había un cuarto de millón de personas en La Puerta del Sol. Este movimiento está inspirado directamente por la revolución árabe de la plaza Tahrir y que a su vez inspiró a Grecia, un movimiento no sólo de jóvenes sino de trabajadores, que ocupó 20 plazas en distintos puntos del país. Creo que en la plaza de Sintagma había un cuarto de millón de personas en algún momento, pese a la brutalidad del aparato del Estado, de la policía, que demuestra el pánico de la clase dirigente. No sólo golpeaban a la gente con sus porras en la bonita y democrática Grecia, con su bonito y social demócrata gobierno de Papandreu, sino que el centro de Atenas estaba tan lleno de gases lacrimógenos que se extendió fuera de la plaza a los barrios de la clase media con gente que no podía respirar. Todos estos son acontecimientos muy importantes que tenemos que analizar.
Hablemos del tema de la conciencia. Algunas veces me canso de estas tonterías; es algo que he oído durante los últimos 50 años. Después de los primeros 45 años se vuelve un tanto monótono: “la baja conciencia de la clase trabajadora, de las masas…”, pues miremos el tema de la conciencia.
A veces tengo la impresión de que algunos compañeros no son dialécticos, de que no entienden cómo cambian las cosas. ¿Cómo miran a la situación actual? Miran a la realidad y dicen: “Todo sigue igual, nada cambia”. La conciencia humana, lo hemos dicho muchas veces, no es revolucionaria, es profundamente conservadora. A la gente no le gusta el cambio, se agarran a la situación actual porque se sienten mas cómodos con ella: la constitución actual, los partidos actuales, los políticos actuales, la actual religión… Se agarran a esto de manera testaruda, hasta el último momento, hasta que los acontecimientos les golpean y les obligan a cambiar de ideas. Eso es lo que se requiere en la situación actual: acontecimientos, acontecimientos, acontecimientos… Y acontecimientos es lo que se está preparando.
Preguntémonos: ¿Qué es una revolución? Una revolución es precisamente ese punto crítico en el que cantidad se transforma en calidad y se da un salto repentino en la conciencia. No ocurre de una forma gradual, en una línea recta ascendente. No es que un día, por ejemplo, los trabajadores italianos sean reaccionarios, al mes siguiente sean conservadores, después se vuelven liberales, luego se vuelven socialdemócratas de derecha, después se mueven un poquito más a la izquierda de la socialdemocracia, gradualmente se vuelven centristas y el lunes a las 9 de la mañana todos hacen su afiliación de militancia a la CMI. Esto es un cuadro muy reconfortante y bonito, pero no tiene nada en absoluto que ver con la realidad. Muestra una ignorancia profunda de la dialéctica y una profunda ignorancia de la historia.
¿Cuál era el grado de conciencia de los trabajadores rusos en 1917? ¿Creen que todos se habían leído los tres volúmenes del Capital de Marx? No creo. Cuando la clase trabajadora rusa apareció por primera vez en la escena de la historia en enero de 1905, ¿cuál era la conciencia del obrero promedio en San Petersburgo? En primer lugar, era un campesino que había dejado la tierra y se trajo todos sus prejuicios con él a la ciudad. Era profundamente religioso, bebía mucho y políticamente era monárquico, apoyaba al Zar. Cuando las huelgas comenzaron en la fábrica de Putílov en 1904, estas fueron dirigidas no por los mencheviques o los bolcheviques sino por un cura, el padre Gapón, que además era un agente de la policía. Cuando los bolcheviques repartían panfletos diciendo “abajo la monarquía y a favor de la república”, los trabajadores en huelga rompieron los panfletos y a menudo golpearon a los bolcheviques.
Imaginaos a toda esa gente, ¿qué hubiera podido decirse acerca de la conciencia de los trabajadores rusos en 1905? “Mira el bajo nivel de conciencia”, “esto es inútil”. No obstante, cuando se dio la masacre del 9 de enero de 1905, los mismos obreros que habían golpeado a los bolcheviques se acercaron a estos con una reivindicación: “Dadnos armas, nosotros ya no tenemos Zar”. Así es como cambia la conciencia y, por eso, en todos los países sin excepción debemos prepararnos para cambios bruscos y repentinos en la situación; y cambios bruscos y repentinos en la conciencia. No debemos ser tomados por sorpresa, como Ernest Mandel fue tomado por sorpresa en mayo de 1968 en Francia. Poco antes de esos acontecimientos declaró que la clase trabajadora francesa no iba a moverse en los próximos 20 años y a continuación surgió la huelga general más grande de toda la historia.
Es verdad que en estos momentos, en todos los países, excepto quizás en Grecia, la mayoría de los trabajadores no han comprendido la gravedad de esta crisis; piensan que es una aberración temporal, que si se hacen sacrificios, si se aceptan ciertos recortes, si se aceptan imposiciones, quizás esto permita regresar a la normalidad. En The Economist hace seis meses, había un artículo muy interesante que decía lo siguiente: “Más tarde o más temprano se volverá a la normalidad, pero será una normalidad diferente”.
Ataques sin precedentes
Todas las conquistas sociales de los trabajadores americanos y europeos conseguidas durante los últimos 50 años están siendo amenazadas porque se oponen directamente a la necesidad de recortes que tiene la burguesía.
Ante esta crisis, que ha sido de las más largas de los últimos 150 años y que todavía no ha acabado, el auténtico programa de la burguesía a nivel internacional es el de austeridad permanente, recortes permanentes en los niveles de vida. Las cifras hablan por sí mismas, pero no tienen alternativa; los reformistas tampoco, porque nos dicen, “estos son recortes ideológicos” ó “hacen estos recortes porque los gobiernos actuales son horribles…”. Nada tiene que ver con eso. No hay alternativa sobre bases capitalistas.
Hace un par de semanas hablé en la Festa Rossa organizada por los compañeros italianos de la CMI e hice la siguiente pregunta: “¿Habéis tenido ataques sobre los niveles de vida?” Todos dijeron que sí. Yo les dije: “Compañeros, estáis equivocados, en Italia no ha habido ataques serios. Lo que habéis tenido hasta ahora es una pequeña manicure. Desde el punto de vista del capitalismo italiano, lo que se requiere no es una manicure sino cortar un brazo y una pierna”. Tendrán que hacer esto. El problema es que Berlusconi no es suficientemente fuerte para hacerlo, está demasiado preocupado por mantenerse fuera de la cárcel como para preocuparse por los problemas económicos de Italia. La burguesía entregará el poder, pero no a los fascistas. Seamos claros en relación a esto: No hay posibilidad en absoluto en ningún país europeo de bonapartismo o fascismo en el futuro inmediato y subrayo eso de “en el futuro inmediato”.
Por supuesto esto puede cambiar, pero en este momento esa no es la situación; por el contrario, en Italia como en cualquier otro país, la burguesía tiene que gobernar a través de los reformistas, a través de los sindicatos. Es por eso que en Italia le van a pasar la patata caliente al centro izquierda; van a enviar a los trabajadores italianos a la escuela del reformismo que llevará a cabo o intentará llevar a cabo recortes. Pero si alguien piensa que los trabajadores italianos o los trabajadores belgas, porque Bélgica va a ser la siguiente, o los trabajadores de cualquier otro país, van a sentarse con los brazos cruzados cuando las conquistas de los últimos 50 años están siendo sistemáticamente destruidas, la persona que piense eso vive en el planeta Marte y no en este.
Ahora vamos a pasar a Grecia, pero antes quiero hacer una observación general. La conciencia, en general, va por detrás de los acontecimientos, eso es verdad. Incluso los trabajadores más avanzados no han entendido totalmente la gravedad de la situación, pero las organizaciones de masas tanto las socialdemócratas como las ex estalinistas no es que vayan por detrás, se encuentran a 50 años luz de distancia de la realidad; sonrealmente la fuerza más conservadora de la sociedad.
Es un hecho monstruoso que las organizaciones que fueron creadas por la clase obrera para transformar la sociedad, debido a la degeneración burocrática de los últimos 50 años, se hayan convertido en obstáculos monstruosos en el camino de la clase trabajadora. Los reformistas de derecha han llevado adelante los dictados de la burguesía, pero los reformistas de izquierda no son mucho mejores. Ambas alas están de acuerdo en que hay que llevar a cabo recortes, y por lo tanto, en última instancia, traicionan.
El movimiento de los indignados
Mirad a Zapatero en España. Se supone que era de la izquierda, pero está llevando a cabo los dictados de la burguesía, ¡por supuesto! ¿Qué otra cosa puede hacer? Una vez que aceptas la existencia del capitalismo tienes que llevar a cabo las leyes del capitalismo. Como resultado hemos tenido este movimiento espontáneo. Por cierto, la Izquierda Unida no es mucho mejor que los otros reformistas. De ahí que surjan movimientos espontáneos como el de los indignados en España o el movimiento espontáneo en Grecia. Algunos dicen: “Estos son los anarquistas”. No son anarquistas en el sentido de que están opuestos en general a la política. Son muy confusos. ¿Quién va a darles ideas claras?, ¿de dónde van a tomarlas? Lo que demuestra la confusión es que el movimiento se encuentra en las primeras etapas.
Es verdad, se oponen a los partidos existentes diciendo: “Vosotros no nos representáis”, ¿no es acaso verdad? Por supuesto que sí, 1000% cierto. Por eso debemos tener unas tácticas flexibles para llegar a este movimiento. ¿Está esto en contradicción con nuestra orientación general hacia las organizaciones de masas? No, por supuesto que no está en contradicción.
En la guerra tenemos la táctica y la estrategia. La estrategia es a largo plazo, pero táctica y estrategia no son lo mismo. La táctica debe ser flexible; deberíamos ser capaces de cambiar de táctica en 24 horas. La táctica no puede ser resultado de observaciones generales o perspectivas generales, sino que está determinada por las circunstancias concretas. Tenemos que ser capaces de intervenir y poder ganar a estas nuevas capas que están surgiendo. También tenemos que comprender las limitaciones de la espontaneidad.
Me imagino que la mayoría de las sectas se han intoxicado con este movimiento, particularmente los mandelistas, que son como una hoja muerta que se mueve de un lado para otro según se mueva el viento. Está muy bien sentirse entusiasmado por los movimientos en Grecia y España; hay que estar entusiasmados, pero no podemos intoxicarnos y perder la cabeza con estos movimientos. Tienen limitaciones y estas van a salir a la luz muy pronto.
¿Por qué etapa estamos pasando?
Trotsky escribió un artículo en los años 20 titulado ¿Por qué etapa estamos pasando? Es una pregunta muy importante que tenemos que plantear aquí. Lo que tenemos en muchos países de Europa en la etapa actual es una sensación de ira, de enojo, de frustración e indignación que se ha ido acumulando durante tiempo entre las masas, la juventud y la clase trabajadora. Pero esta indignación no se refleja en lo más mínimo en las organizaciones de masas tradicionales. Hasta un cierto nivel sí se refleja en los sindicatos, pero en los partidos políticos ustedes me dirán. Por lo tanto, en esta etapa no hay un giro hacia los partidos de izquierda, en su lugar se está dando una oleada de huelgas, de huelgas generales, de manifestaciones, de movimientos espontáneos de la juventud que están teniendo lugar al margen de las organizaciones de masas.
Hay dos razones para esto. En primer lugar: ¿Cómo podrían orientarse los jóvenes hacia estas organizaciones que, por supuesto, no les representan en absoluto? Por ejemplo, en Gran Bretaña, tenemos a un payaso de circo como representante laborista, Ed Miliband –le llamo payaso y ni siquiera es gracioso–. Se está desarrollando un odio hacia los conservadores pero muy en particular hacia los liberales. Esto en algún momento determinado se va a expresar en un giro hacia el Partido Laborista, no hay duda en eso. Pero en este momento, en la adormecida, tranquila, pacifica Gran Bretaña de la que se dice que en ella nunca ocurre nada, vimos a finales del año pasado un levantamiento de jóvenes estudiantes que nadie esperaba, en la que nuestros compañeros intervinieron de una forma muy eficaz, seguido de la manifestación sindical más grande de toda la historia en el mes de marzo último, seguida en junio por la huelga del sector público más grande desde la huelga general de 1926.
¿Qué quiere decir todo esto? Que los trabajadores y los jóvenes están intentando cambiar las cosas a través de manifestaciones y huelgas. Este es también el significado de las grandes manifestaciones y huelgas en Grecia.
Hay ciertas circunstancias en la historia en que huelgas generales y manifestaciones pueden forzar a los gobiernos a cambiar de política. Pero esta no es una situación de ese tipo. La burguesía no puede cambiar su posición, va a continuar recortando porque no tiene alternativa. Esa es la limitación de los movimientos espontáneos. Son muy importantes desde un punto de vista sintomático, pero no tienen comprensión ni perspectivas y, por lo tanto, en un momento determinado este movimiento espontáneo entrará en declive. Quedaremos con las organizaciones de masas que están ahí permanentemente, sobre todo los sindicatos, pero incluso también los partidos de izquierda. Todas estas organizaciones entrarán en crisis en el próximo periodo y habrá escisiones masivas que culminarán en la cristalización de una corriente de izquierda en su seno. De ahí que nosotros no cambiamos nuestra perspectiva, no tenemos razón para hacerlo. Todos los intentos de las sectas de establecer partidos revolucionarios han estallado en su cara, han fracasado. El movimiento tendrá lugar en el próximo periodo a través de las organizaciones de masas establecidas, aunque nuestras tácticas a corto plazo deben ser flexibles.
Revolución en Grecia
Como dije, en esta etapa Grecia es el país de Europa donde la lucha de clases ha ido más lejos. Todos los ojos están puestos en Grecia y voy a hacer una pequeña predicción: en los próximos 6 meses todos los ojos estarán puestos en Italia, que es el siguiente país donde la crisis está preparándose. En Grecia todas las condiciones para la revolución han madurado. Hay una escisión abierta entre la clase dirigente; no saben cómo resolver la crisis. Todos los partidos desde la izquierda a la derecha están en crisis. Esa era la primera condición de Lenin para una situación revolucionaria.
La segunda condición, según Lenin, es que la clase media se encuentre en una situación de fermento y vacile, girando de derecha a izquierda y vuelta a la derecha; pero ese no es el caso en Grecia. El partido de la extrema derecha es muy pequeño y en estos acontecimientos no ha aumentado su influencia. La clase media en Grecia está apoyando claramente la revolución en este momento. El otro día había una manifestación en Atenas de 30 mil taxistas. Estos son hombres de pequeños negocios, autónomos golpeados por la crisis y no tengo duda de que esta gente votó en las últimas elecciones a Nueva Democracia o, incluso, a LAOS, el partido de extrema derecha. Tampoco tengo ninguna duda de que si en esa manifestación les hubiéramos preguntado: “¿Estás a favor de la revolución en Grecia?”, 99% hubiera dicho: “sí, estoy por la revolución”. Es la única respuesta, es una situación excepcional. Finalmente, Lenin decía que la clase trabajadora tiene que estar dispuesta a hacer sacrificios por la causa última. Doce huelgas generales en el lapso de doce meses, manifestaciones masivas, choques con la policía… Compañeros, les pregunto: ¿Qué más puedes esperar de los trabajadores griegos? ¿Qué más pueden hacer?
El único factor que falta, y que es una auténtica tragedia, es la ausencia del factor subjetivo, la ausencia de dirección. Si el KKE fuera un auténtico partido revolucionario, leninista, la cuestión del poder ya se hubiera planteado hace mucho tiempo en Grecia. Pero no son comunistas, son estalinistas, burócratas de la peor calaña.
Según las encuestas de opinión, 81% de la población apoya la revolución. Esto quiere decir que la cuestión del poder está planteada. Es una situación mucho más avanzada que la de Rusia al inicio de 1917, excepto que no hay soviets. Nuestro programa en esta situación es, en primer lugar, por una huelga general indefinida, ya que en Grecia una huelga de 24 horas, no sólo es un desperdicio de oportunidades, sino incluso es reaccionaria. Las direcciones sindicales han usado esta consigna como una válvula de escape para desviar al movimiento, y por eso se ha vuelto completamente vacía.
Mientras que para Gran Bretaña esta consigna sería completamente adecuada, en Grecia el movimiento ha ido mucho más allá de eso. La única consigna posible es huelga general indefinida. No obstante, una huelga general indefinida plantea la cuestión del poder. ¿Quién es dueño de la casa, ustedes o nosotros? Eso es lo que se plantea, y por tanto, no se puede jugar con esa consigna; tiene que estar vinculada a la cuestión del poder obrero, a los soviets. Existe el embrión de los soviets en las asambleas populares, pero en estos momentos está todavía en una etapa embrionaria. Éstas deben estar ligadas claramente a los sindicatos.
Toda revolución pasa a través de etapas. Y es increíble: son siempre las mismas etapas, en la revolución inglesa, francesa, rusa, española y vemos lo mismo ahora en Túnez y en Egipto. La primera etapa es como un gran carnaval. Las masas salen a las calles, no solo la clase obrera, sino también la clase media; hay un sentimiento de euforia y particularmente después del derrocamiento de Ben Ali y Mubarak había una gran euforia, un sentimiento de creer que “hemos ganado” e, indudablemente, ha sido una gran victoria que demuestra el potencial de la clase obrera.
Pero hablando claramente, ¿qué ha cambiado realmente en Túnez y Egipto? Fundamentalmente, nada ha cambiado. Por eso los campesinos, los jóvenes, los estudiantes y los trabajadores irán a una segunda etapa, similar a los días de julio de la revolución rusa. Empezando con los elementos mas avanzados, sacarán la conclusión de que “aquí no ha cambiado nada, las cosas siguen tan mal como antes, el mismo desempleo, la misma falta de viviendas, la misma falta de democracia…” y el movimiento entrará en una nueva etapa.
Hace un par de semanas hubo una gran manifestación en la plaza Tahrir. Una revolución no es un drama de un solo acto, pasa por muchas etapas y eso es verdad para la revolución en Grecia y en Europa. Este drama se desarrollará durante años, quizás décadas. Bajo bases capitalistas no hay solución. Por cierto, ¿sabéis en dónde han salido miles de jóvenes y estudiantes a las calles? ¡En Israel! Es tal el poder de la revolución de Túnez y Egipto que va saltando de frontera en frontera y el movimiento en Israel contradice la idea de que el bloque judío es algo reaccionario. Si eso fuese así, la causa palestina no tendría solución. La revolución palestina está condenada al fracaso a menos que podamos dividir en líneas de clase a la clase trabajadora judía, y esto es totalmente posible.
La primera conclusión que debemos sacar es que el capitalismo se encuentra en una crisis muy profunda y no tiene salida fácil a esta crisis, pero tenemos que tener mucho cuidado de cómo planteamos esto, porque Lenin ya explicó que no existe una crisis final del capitalismo. Este sistema puede encontrar una salida a la crisis más profunda, a no ser que sea derrocado por la clase trabajadora. La cuestión es cuánto tiempo va a costarle salir de esta crisis, a qué coste y cuáles van a ser los efectos políticos y sociales.
¿Se avecina una nueva guerra mundial?
En el año 1929 encontraron finalmente una salida a la crisis. Fue la guerra y no el Keynesianismo la que resolvió la crisis. Los compañeros preguntan: «En ese caso, ¿va a haber de nuevo otra guerra?» La respuesta es no. No puede haber una guerra en el sentido de una guerra mundial, pequeñas guerras sí. Tenemos pequeñas guerras todo el tiempo como la de Afganistán, la de Irak… pero una gran guerra entre grandes potencias es una cuestión muy concreta: ¿quién va a luchar contra quién? ¿Van a luchar los europeos contra los americanos? Es una broma. En una guerra convencional, ningún poder en la tierra puede oponerse a los EEUU. Las guerras de liberación nacional son totalmente distintas. Se pueden ver las limitaciones del imperialismo americano ya en las guerras de Irak y Afganistán. ¿Quizás EEUU vaya a invadir Rusia? ¿Cómo, si ni siquiera puede ganar en Irak y Afganistán? ¿Podría Japón invadir China como en los años 30? ¡Que lo intenten! China no es la de aquella época. Esa avenida está bloqueada y, por lo tanto, la lucha se volverá una lucha interna entre las clases.
Vemos la crisis del capitalismo en toda esa erupción de escándalos políticos en Italia con Berlusconi, en el Fondo Monetario Internacional con Dominique Strauss-Kahn… En Inglaterra tenemos escándalos que afectan a todos los sectores: la policía, los banqueros, los políticos, la prensa, la monarquía –que son un escándalo permanente– y la Iglesia Anglicana. Esto escándalos todavía no han terminado y podrían producir una crisis del régimen.
El viento comienza a cambiar en EEUU
Mires a donde mires hay una crisis y la revolución árabe no es un acontecimiento aislado; es parte del mismo proceso que vemos en Europa. Tiene las mismas causas como, por ejemplo, el desempleo juvenil, que también está reflejado en los EEUU. Después de todo, en Wisconsin, donde hemos tenido una lucha de clases feroz durante meses, y tengo entendido que continúa, tiene las mismas causas. El gobierno republicano quería recortar el presupuesto y restringir los derechos sindicales. Hubo una manifestación masiva en la capital, Madison, con más de 130 mil, mientras que la población es de un cuarto de millón. Esto quiere decir que la mitad de la población estaba en las calles. Tomaron el Capitolio, que es la sede del gobierno; y en la manifestación plantearon consignas como: “Hay que luchar como un egipcio”. El gobernador local mandó a la policía para dispersar a los manifestantes que habían ocupado el edificio. La policía llegó y leyó una declaración que decía más o menos así: “Somos la policía y por lo tanto los servidores del pueblo. Nuestro deber es defender al pueblo y, por eso, no vamos a desalojar a nadie de este local sino que vamos a unirnos”. En sus uniformes, la policía había escrito la siguiente consigna: “La policía a favor del movimiento obrero”.
Esto no es el Cairo, compañeros, ni Petrogrado de 1917, ni Caracas… es Madison, EEUU, en el año 2011 de nuestro Señor. ¿Qué es lo que estoy diciendo? ¿Que vamos a ver mañana por la mañana la bandera roja ondeando en Washington o que vamos a proclamar los Estados Unidos Soviéticos de América del Norte? Creo que es todavía un poco prematuro para eso. Lo que estoy diciendo enfáticamente es que los vientos están comenzando a cambiar en los EEUU; la conciencia está empezando a cambiar y el mismo proceso existe a escala mundial. El mismo proceso va a ocurrir en un país tras otro, en un continente tras otro a diferente velocidad y a diferente intensidad, eso es obvio. Esto abre unas oportunidades colosales para la Corriente Marxista Internacional, pero con una condición: que nuestros compañeros sean educados y entrenados correctamente en las ideas del marxismo y que muestren la suficiente flexibilidad en nuestras tácticas para conectar con el auténtico movimiento de la clase obrera y de la juventud.
Flujos y reflujos
Una última palabra de advertencia. Compañeros, la revolución socialista no es una marcha triunfal, no es algo fácil, es difícil. Cualquiera que se una a este movimiento no tendrá una vida fácil, porque este es el momento de más turbulencia de la existencia humana, es un periodo de revolución y contrarrevolución. El movimiento pasará por alzas y bajas. Las masas en Grecia no van a estar todo el tiempo en las calles, incluso ahora ya habrá síntomas de cansancio entre las masas y, por lo tanto, el movimiento irá en descenso. Habrá momentos de luchas gigantescas, pero también periodos de cansancio, de desesperación, de derrotas. Derrotas, e incluso periodos de reacción, son inevitables con la dirección que tiene el movimiento.
En la Revolución Rusa desde febrero hasta octubre, hubo dos meses de reacción negra. Lenin tuvo que huir a Finlandia; pero bajo tal situación revolucionaria aquella derrota sólo fue el preludio de una nueva oleada revolucionaria. Vimos lo mismo en España en su revolución que duró siete años desde 1930 a 1937; pero en este tiempo tuvimos un periodo de reacción negra después de la derrota de la Comuna de Asturias en 1934 que duró hasta 1936. Miles de obreros fueron asesinados y encarcelados; pero eso sólo fue el preludio para una nueva explosión en 1936 con el Frente Popular que llevó a la guerra civil.
Tenemos que prepararnos para revoluciones y grandes acontecimientos en todos los países sin excepción. Nuestros cuadros también tienen que endurecerse para poder resistir los acontecimientos. De una cosa podéis estar seguros: tanto en las alzas como en las bajas del movimiento, tanto en las victorias como en las derrotas, los trabajadores avanzados y la juventud aprenderán unas lecciones muy duras. Y si trabajamos correctamente, a través de estas experiencias -porque la clase trabajadora sólo puede aprender a través de su experiencia- empezando por sus elementos más avanzados, empezarán a sacar conclusiones revolucionarias, terminarán entendiendo la necesidad del marxismo, la necesidad de una organización marxista y de una internacional marxista que defienda firmemente las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Estas son las únicas ideas, el único programa y los únicos métodos que pueden llevar a la clase trabajadora a la victoria socialista en Europa y a través de todo el mundo.
Marina di Massa, 31 de julio de 2011.