«Hay que optar entre: nuestros intereses, los de quiénes con nuestro trabajo diario producimos la riqueza o el de ellos, la ínfima minoría de empresarios, banqueros y capitalistas que acaparan la riqueza del país y que continúan imponiendo su receta de más y más recortes, con el único y egoísta objetivo de mantener sus privilegios. O ellos o nosotros» Artículo central del extra de Octubre del periódico español Lucha de Clases.
Frente a La dictadura de los Mercados y el Capital
Movilización unitaria de todo el pueblo trabajador
Turbulencia en los Mercados
Transcurridos 4 años de pesadilla desde que se iniciara la mayor crisis capitalista desde el crack de 1929, cada día que pasa se produce un nuevo sobresalto en la economía mundial.
La incertidumbre y falta de confianza, conforman el estado de ánimo de los Gobiernos y expertos de la burguesía en todo el mundo. La idea que se ha extendido como reguero de pólvora entre los “líderes mundiales”, es que todas las recetas y medidas económicas que han probado no han servido para nada, y de que son incapaces de sacar a la economía mundial del marasmo en el que se encuentra sumida.
Día tras día, los titulares de los informativos en prensa, radio y televisión reflejan el pesimismo que atenaza a la clase dominante.
¡No es para menos! Lo que vemos es que la crisis del capitalismo como si de una reencarnación de las cabezas de la Hydra mitológica se tratara, se replica y agudiza en sus diferentes formas.
En el campo más publicitado de la economía se expresa como crisis de la deuda soberana, en las caídas de las bolsas, la subida generalizada del oro, el dólar, el franco suizo… que se han convertido en valores refugio. También vemos devaluaciones competitivas de las monedas y, finalmente, todo ello se concreta en el estancamiento de la economía real.
Todos los organismos internacionales han recortado las previsiones de crecimiento para EEUU, Europa y Japón. Por todas partes los indicadores económicos señalan caídas de la inversión y del consumo privado, desempleo masivo, escasa generación de empleo y una aguda infrautilización de la capacidad productiva instalada.
Lo que la tozudez de los datos objetivos y las estadísticas demuestran es que esta crisis no es algo pasajero. De las 7 mayores economías del mundo (sin contar a China) ninguna ha recuperado aún el nivel de producción del año 2008. Si a esto le sumamos el estancamiento económico generalizado, que es el escenario más optimista para este y el próximo ejercicio que prevén los expertos, a mediados del 2012 se habría superado el récord de los años 30. En las mayores economías del mundo, por tanto, este sería el periodo de depresión de mayor duración, al menos desde el final de la Primera Guerra Mundial.
La tragedia griega y el futuro de la Unión Europea
Los Gobiernos de EEUU, Europa y Japón han enterrado billones de dólares de los impuestos de los contribuyentes en intentar taponar el agujero negro de la crisis bancaria. Lejos de solucionar nada, lo que han conseguido es endeudarse a un nivel sin precedentes en tiempos de paz.
La crisis financiera que se inició en los EEUU, ha devenido en crisis de deuda soberana y su epicentro se ha trasladado a la vieja Europa. Ahora nos enfrentamos a la más que probable suspensión de pagos de países enteros.
El primer anticipo de esto fue la quiebra hace 3 años de la pequeña Islandia, coincidiendo en el tiempo con la de Lehman Brothers. Un año más tarde, el recién elegido Gobierno del PASOK en Grecia publicó las cifras reales del enorme agujero que afrontaban las finanzas públicas del país, con un déficit del 13% de su PIB, quedando al descubierto la falsificación de las cuentas públicas llevada a cabo por el Gobierno anterior.
Desde ese mismo momento, se abrió la Caja de Pandora. Esa fuerza ciega y anárquica que denominan “los mercados”. Es decir: los grandes fondos de inversión y de pensiones, bancos, monopolios, etc. empiezan a dudar sobre si Grecia será o no capaz de devolver una deuda pública que oscila entre 330.000 y 400.000 millones de euros, y que algunos cifran en el 180% de su PIB.
Rápidamente, la desconfianza se tradujo en un incremento usurario de los intereses que debían pagar las autoridades griegas para conseguir financiación. Este interés abusivo, que cínicamente denominan “diferencial “, nada más detonarse la crisis alcanzó el 7% en los bonos a 10 años. Un 4% más del interés al que se subastaba entonces la deuda alemana.
En un intento desesperado por evitar lo peor, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, el BCE y el FMI aprobaron en mayo de 2010 el rescate financiero de un país de la Europa Occidental.
Por supuesto, la condición sine quanon que para librar los fondos impone la sacrosanta alianza de la burguesía europea y griega consiste en descargar todo el peso de la crisis en los hombros de los hombres y mujeres del pueblo griego, traduciéndose esto en despidos masivos, recortes salariales y sociales, ventas a precio de saldo de las empresas estatales rentables…
Hoy, en septiembre de 2011, tras 17 meses de recortes y ataques a los más débiles, lejos de solucionarse, la tragedia griega ha llegado a un punto crítico. Los seguros frente al impago (CDS) de la deuda griega a 5 años reflejan una probabilidad de impago del 95%. Y los intereses que los inversores exigen a los bonos griegos a 2 años están por encima del 70%.
En las cancillerías europeas y americana, en los despachos de los buroeurócratas del BCE, suenan las alarmas, considerándose inevitable la suspensión de pagos de Grecia.Lo que está en discusión es de qué manera se producirá el desenlace, si de una forma controlada, o si será caótica, cuándo se hará efectiva la quiebra del país y, sobre todo, qué efectos tendrá en el resto de la UE.
La punta del iceberg
Por un vida digna – foto: www.luchadeclases.orgMuchos trabajadores nos preguntamos ¿Por qué un pequeño país de 11 millones de habitantes, cuyo PIB representa tan sólo un escaso 2% de la europea está poniendo en cuestión la supervivencia del euro y de la propia Unión Europea?
La primera razón que explica esto consiste en que los problemas que enfrenta la economía helena no suponen ninguna excepción. Grecia, como la economía más débil de la eurozona, ha sido la primera víctima de la crisis de la deuda. Pero la cruda realidad es que el masivo endeudamiento público y privado es un problema que afecta en uno u otro grado a todas las economías desarrolladas, que en su conjunto tienen una deuda estatal media que supera el 80% de su PIB.
El que la crisis se haya iniciado en Grecia indica que, como suele ser usual, la cadena ha empezado a romperse por su eslabón más débil.
Resumiendo: la crisis de la deuda griega es sólo la punta de un iceberg de deudas incobrables cuyo auténtico tamaño nadie conoce.
Empezando con los bancos franceses, que acumulan miles de millones en deuda griega, y continuando por todo el sistema financiero europeo, muchos bancos no van a poder recuperar sus préstamos, entrando por consiguiente en situación de quiebra.
Se suceden las cumbres de los “gestores del Capital” para intentar encontrar una salida. Lagarde, la nueva Secretaria General del FMI, habla de que será inevitable dedicar al menos 300.000 millones de euros a un nuevo “rescate de la banca europea”.
España e Italia, los siguientes en la lista
Al rescate griego le siguieron el de Irlanda y Portugal. Hasta ese momento, el problema, aún siendo serio, parecía manejable puesto que sólo afectaba a las llamadas economías periféricas.
A partir del verano, el contagio dio un salto cualitativo extendiéndose a Italia y España, a las que sólo un paso por detrás les sigue Bélgica.
El diferencial que desde el mes de agosto Italia y España (tercera y cuarta economías continentales), tienen que pagar frente al bono alemán a 10 años, es de entre un 3 y un 4% más. Es decir, se encuentran en el mismo nivel que en el 2010 detonó el primer rescate griego.
De nada ha servido la compra masiva de deuda pública italiana o española, por parte del BCE. La desconfianza y la incertidumbre ya se han instalado como un enorme interrogante, cuestionando la solvencia de las economías del sur del continente, que representan un 30% del PIB europeo.
Un escalofrío de pánico se extiende por todo el planeta. Nadie sabe cuál va ser el siguiente episodio y sí será o no factible mantener la actual configuración de la Europa de los mercaderes.
Debilidad del capitalismo español
En los días de vino y rosas del España va bien, todos los excesos de especulación, los intentos de alargar el ciclo alcista mediante el crédito barato y la búsqueda de beneficios fáciles, alcanzaron aquí niveles estratosféricos. Las grandes fortunas del país se hicieron de oro, generando proporcionalmente la mayor burbuja inmobiliaria del planeta.
En los años álgidos del auge económico (2002-2007) la ocupación en el sector de la construcción (2,7 millones) sumó casi tanto como todo el empleo industrial del país (3,2 millones).
Las cajas y bancos duplicaron el número de sus oficinas, abriendo miles de ellas en aquellas zonas donde más se construía, concediéndose créditos sin límite.
El empleo temporal y de mala calidad que se creó en el sector servicios y la construcción elevó el grado de precarización, hasta alcanzar a una tercera parte de la fuerza de trabajo, el más alto de las economías desarrolladas.
Cuando estalla la crisis, todas las contradicciones salen a la superficie, y vuelve a ponerse de manifiesto la debilidad del capitalismo hispano, su carácter parasitario y atrasado.
En poco más de un año, desde mediados de 2008 a finales de 2009, se destruyen 2,2 millones de empleos y el cáncer del paro afecta ya a casi 5 millones de personas.
Todos los excesos del boom dejaron como legado: estancamiento económico, miseria para millones de asalariados, y un endeudamiento privado de empresas y particulares que, sumado al del Estado, supera los 3 billones de euros, es decir el 300 % del PIB nacional.
De la indignación a la alternativa
Participando activamente en las movilizaciones del 15M, en las huelgas y protestas convocadas por los sindicatos contra los recortes sociales en educación y sanidad, cientos de miles de jóvenes, trabajadores, pensionistas, hemos puesto de manifiesto nuestra indignación y nuestra disposición a luchar contra la Dictadura de los Mercados.
Cada vez somos más trabajadores quienes, en base a nuestra propia experiencia, viendo lo que está ocurriendo en el resto de Europa, empezamos a ser conscientes de que la cascada de contrarreformas que se han venido aplicando por el Gobierno Zapatero, con el apoyo de la derecha y la Patronal, son sólo el principio. Por eso se extiende la idea de que no basta saber lo que no queremos: es necesario dotarnos de una alternativa programática y organizativa viable para la defensa de nuestros intereses.
O ellos o nosotros
Frente a los oráculos de los Gobiernos, Patronal y organismos internacionales, que no se cansan de proclamar que para evitar el Caos, no hay más remedio que acatar los designios del Mercado y apretarnos el cinturón, respondemos: vuestros recortes sólo significan más paro y peores servicios, que a su vez implican menos salarios, reducción del consumo y menos recaudación fiscal. Todo ello, lejos de solucionar el déficit lo agravará, empujando aún más a la economía a la recesión”.
Hay que optar entre: nuestros intereses, los de quiénes con nuestro trabajo diario producimos la riqueza o el de ellos, la ínfima minoría de empresarios, banqueros y capitalistas que acaparan la riqueza del país y que continúan imponiendo su receta de más y más recortes, con el único y egoísta objetivo de mantener sus privilegios. O ellos o nosotros.
La respuesta es clara. Los cientos de miles de familias que tienen a todos sus miembros en paro, los 9 millones de pobres, los jóvenes en precario y sin fututo, no podemos esperar más. Es necesario pelear por reducir la jornada a 35 horas semanales sin reducción salarial, rebajar la edad de jubilación a los 60 años con contrato de relevo para los jóvenes, acabar con los desahucios y llevar a cabo de manera inmediata un Plan masivo de obras públicas y sociales.
¿Nos dicen que no hay dinero para pagar estas reformas?
Las 15 mayores fortunas del país acaparan un capital total de 45.300 millones de euros, habiendo crecido el número de ricos en un 12,5 % tan solo en el año 2009. Se calcula que hay 143.000 familias con patrimonios líquidos de más de 700.000 euros. Sin embargo, en el 2009 sólo 6.829 personas declararon a Hacienda unos ingresos mayores de 601.000€ anuales.
Lejos de que pague más quien más tiene, en los últimos 15 años se ha reducido en un 35% los impuestos que pagan los ricos.
Los ingresos fiscales en España sólo representan un 32% del PIB, mientras que en Suecia son un 52% y la media en la UE supera el 40%. Con otras palabras: se podrían ingresar entre 100.000 y 200.000 millones de euros más sólo por hacer que paguen los más ricos “a niveles europeos”.
Por su parte, el gasto de los intereses de la deuda alcanza ya los 25.000 millones anuales. Se dedican miles de millones del dinero público para sanear las cajas y después entregarlas al mejor postor.
¡¡Ahí están los recursos!! Si se niegan a pagar o, como han hecho en otros países ante Gobiernos de izquierda, llevan a cabo una huelga de inversiones evadiendo sus capitales, tendremos que exigir la nacionalización bajo control de los trabajadores de la banca y de las 100 empresas cotizadas, con indemnización a los pequeños accionistas en casos de necesidad comprobada.
No es la crisis, es el sistema
La conclusión cae por su peso: el capitalismo a nivel mundial se enfrenta a una crisis estructural, habiendo entrado en un periodo descendente que puede durar años o décadas, donde se combinarán años de estancamiento o decrecimiento económico, con otros de crecimiento.
Los Gobiernos de la derecha y socialdemócratas, la Patronal, los banqueros…, están intentando recomponer el equilibrio de un sistema del que derivan sus privilegios y beneficios.
Pero como estamos comprobando en nuestras carnes millones de trabajadores y nuestras familias, para ello tienen que acabar con todos y cada uno de los elementos de civilización que con la lucha de nuestra clase logramos en décadas.
Un sistema incapaz de hacer avanzar a la sociedad, que lo único que nos ofrece es sangre, sudor y lágrimas, sólo merece ser destinado al cubo de basura de la Historia. En base a la experiencia, con derrotas y victorias, momentos de avances y de retroceso, incluso de reacción, esta idea se apoderará de la mente de millones y se convertirá en una fuerza física imparable que construirá un nuevo mundo socialista sin explotadores ni explotados.
Vitoria-Gasteiz, 26 de septiembre 2011