A tres años de los atentados del 11 de Septiembre publicamos nuevamente este excelente artículo del camarada Alan Woods, escrito el mismo día que se conocía la noticia. El martes 11 de septiembre de 2001 el mundo se ha visto sacudido por l El martes 11 de septiembre de 2001 el mundo se ha visto sacudido por las noticias del ataque terrorista más devastador de la historia. Se teme la muerte de cientos de personas y miles de heridos después de que dos aviones chocaran contra las torres World Trade Centre en el corazón del distrito financiero de Nueva York.
Los aviones eran de pasajeros y uno pertenecía a American Airlanes, un Boeing 767 que volaba desde Boston. El primer avión chocó contra la primera torre poco antes de las nueve de la mañana. Se podía ver una gran columna de humo saliendo de la torre de ciento diez pisos que después quedó completamente destruida. Poco después ocurrió lo mismo con la segunda torre. Se podía ver a las personas saltando desde la ventanas en una escena de espantoso terror. En las torres trabajaban aproximadamente 50.000 personas, aunque parece que en el momento del ataque había 6.000 personas, muchas han muerto o han resultado heridas.
Los edificios, los más altos de Nueva York, eran una popular atracción turística, había oficinas de empresas financieras y el ataque ocurrió en el momento que trabajadores y turistas empezaban a llegar al edificio. Ya en 1993 sufrieron otro ataque terrorista en el que murieron seis personas y otras 1.000 resultaron heridas. Ahora ya no existen, han quedado reducidas a ruinas.
Pero los ataques no terminaron aquí. En otro incidente, un avión chocó contra el Pentágono en Washington. En Pensilvania, los oficiales del aeropuerto Somerset County informaron que otro avión se había estrellado al norte, aproximadamente ochenta millas al sureste de Pittsburg.
También se decía que había otros aviones secuestrados que se dirigían hacia Washington. Las calles de Washington y Nueva York eran presas del pánico. Los puentes y túneles de Nueva York estaban colapsadas llenas de personas que temían nuevos ataques. Las tragedias asombraron a todo el país y las autoridades temían nuevos ataques, así que evacuaron el Capitolio, la Casa Blanca, el Departamento de Estado y otros departamentos federales. En los aeropuertos de EEUU se cancelaron todos los vuelos. Después se informó de una explosión en el Capitolio, el gobierno federal ordenó el cierre de todos los edificios en el área de Washington. Una hora después el gobierno federal ordenó el cierre de todos los lugares conocidos del país, incluido el monumento a Washington o la estatua de la libertad.
Los oficiales estadounidenses rápidamente describieron el incidente como un ataque terrorista. Parece que el FBI antes de los choques investigaba los informes de un avión secuestrado. El presidente George Bush regresó a Washington y se convocó una reunión de seguridad nacional. Dijo que las explosiones eran un “aparente ataque terrorista” y “el terrorismo contra nuestra nación no quedará impune”. Por primera vez en la historia de EEUU el presidente ordenó la paralización del país.
El presidente Bush ha ordenado una investigación a gran escala para “encontrar a los culpables”. “He ordenado que todos los recursos del gobierno federal se dediquen a la ayuda de la victimas y sus familias”, después pidió una oración por las víctimas.
Este acto terrorista tiene un carácter completamente criminal y hay que condenarlo, aunque no por razones hipócritas como hacen Blair y Bush. Los marxistas nos oponemos al terrorismo individual porque es contraproductivo y sólo es un arma que sirve a los sectores más reaccionarios de la clase dominante. Y este es un claro ejemplo: esta atrocidad sangrienta sólo será útil para las grandes empresas y el imperialismo estadounidense. Dará a Bush mano libre para hacer todo lo que quiera en Oriente Próximo y en todo el mundo. La opinión pública estadounidense ahora estará dispuesta a aceptar una política reaccionaria, dentro y fuera de sus fronteras.
Tendrá un efecto similar sobre la opinión pública estadounidense al que tuvo el ataque de Pearl Harbour, que Roosevelt en público condenó y en privado se alegró. La población estadounidense ahora estará dispuesta a aceptar todo tipo de atrocidades contra la insurgencia, actividades contraterroristas en el extranjero, y también permitirá al gobierno aplicar una legislación reaccionaria y antidemocrática en EEUU.
¿Quién está detrás de los ataques?
Hasta ahora ningún grupo se ha responsabilizado de los ataques, pero muchos observadores han culpado a grupos de Oriente Próximo. Al principio señalaron al Frente Democrático para la Liberación de Palestina, después esta organización negó cualquier responsabilidad y seguramente es verdad. Este ataque tan ambicioso implica el secuestro simultaneo de cuatro aviones diferentes en suelo estadounidense, ha tenido que contar con mucha planificación y organización, que habrá costado meses o incluso años. La realidad es que ninguno de los grupos de resistencia palestinos tiene el grado de organización necesario, ni el respaldo financiero e infraestructura necesaria para este tipo de ataque. No es posible decir exactamente quién está detrás de estos ataques. En atentados anteriores se culpó al “terrorismo de Oriente Próximo” y al final fueron obra de organizaciones estadounidenses de extrema derecha.
“Este es quizá el ataque terrorista más audaz ocurrido en el mundo”, estas son palabras de Chris Yates, un experto en aviación de Jane’s Transport en Londres. “Necesita una gran operación logística, sólo unos pocos grupos terroristas en el mundo pueden hacerlo y el primero en la lista es… Osama Bin Laden”.
Es obvio que este ataque está dentro de los objetivos y métodos de Bin Laden y que cuenta con los medios necesarios para realizarlo. Bin Laden ha pedido a los musulmanes de todo el mundo a que ataquen y asesinen a estadounidenses. Hace tres semanas anunció un “ataque sin precedentes” contra los intereses USA debido al apoyo de Washington a Israel. Este hombre y su movimiento no tiene nada en común con el socialismo o con cualquier objetivo progresista, es el representante de la reacción más rabiosa. Pero no basta con acusar a Bin Laden. Es necesario también explicar quién es y por qué surge.
No debemos olvidar que Bin Laden originalmente fue financiado, armado y respaldado por el imperialismo USA y es una criatura de la CIA. Cuando a Washington le convenía utilizar el fundamentalismo islámico como arma contra la Unión Soviética, no tuvo ningún escrúpulo en apoyar a estos reaccionarios y asesinos de masas. Mientras los muertes estuviesen lejos de su país, en Afganistán o en Oriente Próximo, estos hipócritas cerraban los ojos. Ahora de repente descubren que Bin Laden y otros como él son los “enemigos de la civilización”. Pero en ese caso, la amenaza de la civilización lleva un sello impreso: “made in USA”.
Es evidente que hay muchos elementos enigmáticos en esta carnicería. ¿Cómo pudieron los terroristas dirigir este ataque sin alertar a las agencias de inteligencia estadounidense? En este ataque han participado varias personas, un aparato complejo y mucho tiempo de preparación. ¿Cómo todo esto ha escapado a la inteligencia estadounidense?
Dicen que es difícil penetrar en las organizaciones terroristas. En realidad, es todo lo contrario. La CIA tiene informes detallados de todos estos grupos y sin duda tiene espías y confidentes en sus filas, incluidos provocadores que se caracterizan por su actitud extremista.
En el pasado los servicios secretos han conseguido grandes éxitos a la hora de evitar ataques terroristas. En esta ocasión, un ataque tan masivo y asombroso demuestra el fracaso de toda la red de inteligencia. Los expertos británicos han comentado que el fracaso de la inteligencia estadounidense ante este ataque resulta asombroso, en realidad es inexplicable.
¿Cómo es posible que la CIA sea tan ignorante e inepta para permitir este ataque en el sistema nervioso de la nación? Hay una posibilidad que no se ha mencionado, y es que este ataque sea el resultado de un provocación fuera de control. El mundo sombrío de intrigas, provocaciones y contraprovocaciones que caracterizan las actividades de los servicios secretos, plantea la posibilidad de que un sector del establishment militar estadounidense permitiera a los terroristas lanzar un ataque dentro de EEUU como una forma de incrementar el apoyo público a una política más agresiva y al rearme. Esto explicaría el sorprendente fracaso de la inteligencia USA, aunque la naturaleza devastadora del ataque sugiere que la provocación se les ha ido de las manos.
Una cosa es cierta. La consecuencia del ataque será fortalecer el imperialismo y el ala de derechas en EEUU. Una vez más vemos las consecuencias reaccionarias del terrorismo individual, que los marxistas condenamos incondicionalmente.
Los efectos económicos
Los efectos económicos del ataque han sido inmediatos y dramáticos. La bolsa de Nueva York se cerró indefinidamente. Rápidamente cayeron las bolsas de Londres y todo el mundo, el 80% de Internet quedó paralizada y los teléfonos móviles fuera de cobertura, añadiendo más pánico.
El mercado de futuros USA también cerró indefinidamente antes de sonar la campana del martes. Las bolsas en Europa cayeron rápidamente más del 6%, el índice paneuropeo FTSE Eurotop 300 cayó un 4,5%.
Se espera que mercados estadounidenses se hundan cuando abran. “Cuando el mercado abra se hundirá”, estas son las palabras de Stanley Nabi, Credit Suisse First Boston, que supervisa 110.000 millones de dólares. “Creo que nada más abrir perderá doscientos puntos. Esto es absolutamente increíble”.
Mike Lenhoff, un broker, decía lo siguiente: “Es un desastre. Hundirá los mercados en el caos. El Pentágono bombardeado y nadie sabe cual va a ser la respuesta estadounidense, es un duro revés”.
Las bolsas y el dólar se hundieron y los inversores buscaban los bonos seguros, buscan un cielo seguro en un mundo de incertidumbre, subieron los precios del oro y el petróleo. En la ecuación hay un nuevo elemento de volatilidad.
La fortaleza del dólar, teniendo en cuenta la debilidad de la economía USA, ha desafiado las leyes de la gravedad. Ahora está lejos de ser un lugar seguro en un período de inestabilidad global. Era inevitable que en determinado momento los inversores extranjeros retirarían sus fondos de EEUU, provocando un aumento de los tipos de interés USA y empujando a la economía USA hacia la recesión. El proceso ya ha comenzado.
Casi diez años después del inicio del boom en EEUU, la economía mundial está al borde de una seria recesión. La realidad de la globalización se ha convertido en una crisis global del capitalismo. La causa subyacente de la crisis capitalista es la sobreproducción. Una vez que el ciclo económico llega al punto crítico en que la cantidad se transforma en calidad, cualquier accidente sirve para que llegue la recesión. Este fue el caso con la subida de los precios del petróleo en 1973-74. Es necesario recordarnos que el aumento del precio del petróleo estaba vinculado a los acontecimientos en Oriente Próximo. Ahora es posible que la historia se repita.
Nuevo desorden mundial
De la noche a la mañana la mayor superpotencia del mundo se ha convertido en un coloso con pies de barro. El estado militar más poderoso del mundo se ha visto impotente frente al terrorismo. Antes de la Segunda Guerra Mundial Trotsky pronosticó que los EEUU emergerían victoriosos y conseguirían la hegemonía mundial, pero además añadió que tendría dinamita en sus cimientos. Estas palabras proféticas ahora son literalmente verdad. Hace diez años, después de la caída de la Unión Soviética, el Presidente Bush padre prometió un nuevo orden mundial. Ahora la realidad se ha cobrado una cruel venganza.
El saqueo del planeta por parte de las grandes empresas ha creado una enorme miseria, guerra y caos, que ahora ha impactado en el corazón del imperialismo mundial. Esta es la verdadera causa de la actual atrocidad. El terrorismo del hambre mundial, la enfermedad, la miseria, la explotación y la opresión que atormenta a millones de hmbres, mujeres y niños durante todos los días de sus vidas, es la verdadera causa de la agitación e inestabilidad que recorre el planeta al principio del siglo XXI.
En ninguna otra parte es tan obvio como en Palestina, donde la población de la Banca Occidental y Gaza diariamente sufre los ataques sangrientos del imperialismo israelí. ¿Alguien se puede asombrar que sectores de jóvenes palestinos sean presas de la desesperación? ¿Sorprende que exista un odio feroz hacia el imperialismo USA que apoya a Israel y guarda silencio ante todas estas atrocidades? ¿Dónde están las condenas del presidente Bush cuando hace poco murió asesinado por un misil israelí un dirigente del FDLP? ¿Dónde están todas las palabras de “ataque a la civilización” cuando cientos de civiles palestinos son asesinados por el ejército israelí?
Todo esto tiene unos efectos terribles sobre la conciencia de las masas palestinas. Horas después de los ataques salían imagines de celebraciones en las calles de Nablus en la Banca Occidental. El terrible sufrimiento infringido sobre el pueblo palestino por el imperialismo israelí, con el respaldo de Washington, es lo que provoca esta reacción. Pero es una profunda equivocación. Las escenas de jóvenes palestinos en la televisión manifestándose en apoyo del asesinato de cientos de civiles estadounidenses, causarán un gran daño en la causa palestina en EEUU y en todo el mundo. La simpatía que habían conseguido ganar entre los trabajadores de EEUU y otros países se volverá en su contrario, y será utilizado por los reaccionarios estadounidenses para crear un sentimiento antiárabe y antipalestino. Esto a su vez pavimentará el camino para nuevos actos de represión contra los palestinos.
Los estadounidenses lanzarán un ataque contra algunos países árabes, probablemente Irak. Para ello contarán con la colaboración de la inteligencia israelí. Esto fortalecerá a Israel, no lo debilitará. Perjudicará la causa palestina, no la ayudará. Aquí reside el carácter reaccionario del terrorismo, hay que estar ciego para no comprender esto.
A pesar del espectacular impacto, incluso los ataques terroristas mejor organizados nunca consigue destruir o debilitar seriamente al imperialismo. George Robertson, secretario general de la OTAN, rápidamente pidió aumentar el poder militar de la OTAN. Las consecuencias de este ataque serán reaccionarias. Ya han intentado culpar a Irak de esta atrocidad. La respuesta será más bombas y devastación, aumentado la espiral de asesinatos y contra asesinatos.
Después del ataque terrorista en Africa, los imperialistas estadounidenses bombardearon Libia y Sudán, aunque ninguno de estos países tuvo nada que ver. Lo más probable es que vuelvan a bombardear al indefenso pueblo iraquí, como si un crimen sangriento justificara otro. En este sentido se agravarán las contradicciones a escala mundial, creando nuevas víctimas y nuevos odios, la gasolina para nuevos actos de terrorismo. Esto es lo que llaman “defensa de la civilización”.
Lenin dijo en una ocasión que el capitalismo es horror sin fin. En los últimos años los estadounidenses y europeos se han armado hasta los dientes con la intención de intervenir contra las masas en Africa, Asia, Oriente Próximo y América Latina. Esta atrocidad acelerará este agresivo programa de rearme. No aporta nada positivo para los trabajadores y campesinos de todo el mundo, es sólo otra manifestación de la crisis convulsiva del capitalismo mundial. En palabras del historiador romano Tácito: “Y cuando ellos crearon el desierto, le llamaron paz”.
Traducción de US Suicide Bombing – Terrorism Aids Reaction