El pasado domingo 24 de Marzo, el diario venezolano El Universal publicó un artículo, El chavismo según los chavistas, sobre las tareas a las que se enfrenta el movimiento bolivariano tras la muerte de Chávez. Citan a Alan Woods quien explica que la revolución debe dar un paso audaz hacia adelante para volverse irreversible. A continuación presentamos el texto original y completo de la entrevista, con las preguntas formuladas por el periodista de El Universal y las respuestas de Alan.
¿Cuál sería el futuro del socialismo en Venezuela? ¿Usted cree que el trabajo de Chávez va a continuar?
Espero y confío en que el Movimiento Bolivariano defenderá el legado revolucionario de Chávez y llevará a cabo la revolución hasta el final. De lo contrario, se enfrentará a un retroceso. Creo que estos logros sólo se pueden garantizar si la Revolución da un paso audaz hacia delante, para volverse verdaderamente irreversible. Estoy seguro de que esto era lo que el Presidente Chávez estaba intentando hacer, pero su muerte prematura le impidió llevar a cabo este plan.
Sin duda, la revolución ha logrado muchas cosas para el pueblo. En un momento en el que el Reino Unido y el conjunto de los gobiernos europeos están haciendo recortes profundos en la salud pública y la educación, Venezuela ha establecido un sistema de atención sanitaria pública gratuita que alcanza a los sectores más pobres de la sociedad y ha ampliado de forma masiva el acceso a la educación a todos los niveles. Ha reducido significativamente la pobreza y ampliado de forma masiva el acceso a la vivienda.
Por citar sólo un ejemplo, en Venezuela se construyeron y entregaron 350.000 viviendas en los últimos 2 años, mientras que en España en el mismo período 350.000 familias perdieron sus hogares a través de desahucio por no poder pagar la hipoteca. En España hay ahora seis millones de desempleados, incluyendo el 58% de los jóvenes, mientras que en Venezuela se redujo del 18% al 8% durante la presidencia de Chávez. Sin embargo, ¡se habla de «crisis económica» en Venezuela! Esto es poner la verdad patas arriba.
Acepto que todavía hay muchos problemas, pero estoy seguro de que la razón principal es que una economía planificada genuina es imposible mientras que los puntos clave de la economía sigan en manos privadas. Usted puede tener una economía capitalista de mercado o una economía socialista planificada, pero no se puede tener ambas cosas. No se puede planificar lo que no se controla, y no se puede controlar lo que no se posee.
Con el fin de avanzar hacia el socialismo, primero se tiene que romper el poder económico de la oligarquía que lo utiliza para sabotear el proceso revolucionario. Esto significa ponerse duro con el sabotaje económico, el acaparamiento, la fuga de capitales y la especulación. La única manera de resolver los problemas económicos es mediante la nacionalización de la tierra, los bancos y las principales industrias bajo control obrero.
¿Cuáles son los retos del «chavismo» como movimiento y del Partido Socialista Unido de Venezuela como partido?
Tan pronto como la noticia de la enfermedad del Presidente se hizo pública, se alzaron voces en Washington y en la oposición venezolana a favor de una «transición», que para ellos significaba el abandono de los objetivos socialistas de la Revolución y la conciliación con la burguesía y la oposición. Chávez respondió diciendo que «la única transición que se plantea, y debe acelerarse, es la transición del capitalismo al socialismo». Estoy de acuerdo con él. La Revolución debe sustituir el viejo Estado burgués con nuevas instituciones basadas en consejos de trabajadores socialistas democráticos y revolucionarios, en consejos comunales, etc.
Hay muchos desafíos, tanto externos como internos. La revolución se enfrenta a una constante campaña de sabotaje de la oligarquía y el imperialismo, que se niega a reconocer la voluntad democrática de la mayoría que ha sido expresada claramente en numerosas ocasiones. Para afrontar estos retos es necesario tomar medidas serias.
Las fuerzas que organizaron el golpe de 2002, el sabotaje patronal de 2002-03, las guarimbas en el 2004, que introdujeron los paramilitares colombianos… son las mismas fuerzas que en los últimos dos meses han organizado una campaña de rumores despreciables, insinuaciones, especulaciones y el acaparamiento. Nada ha cambiado.
Pero veo otro peligro de mayor gravedad. Hace unos años, el Presidente Chávez me dijo: «Hay demasiados gobernadores y alcaldes que, después de ser elegidos, se rodean de hombres ricos y mujeres hermosas y se olvidan del pueblo». Mencionó en más de una ocasión a la burocracia contrarrevolucionaria. Esta existe y constituye una especie de quinta columna dentro de la Revolución.
Por desgracia, dentro del PSUV y del movimiento bolivariano hay gente en cargos públicos, gobernadores, alcaldes, etc. que juran por Chávez en cada frase, que visten la camisa roja, pero en realidad son oportunistas, arribistas y burgueses corruptos que no tienen nada que ver con la revolución. Estos elementos han estado bloqueando la iniciativa revolucionaria de las masas, e incluso socavando los decretos del Presidente Chávez.
Los trabajadores y los campesinos de base deberían de tomar una gran escoba y barrer toda esta basura fuera del Movimiento y tomar el control. Mientras esto no se hace, no se puede hablar de socialismo genuino en Venezuela.
En este momento, ¿cómo podemos definir el «Socialismo del Siglo XXI» como ideología?
No creo que se pueda hablar del socialismo del siglo XXI como algo nuevo y único. De este llamado socialismo del siglo XXI sólo se puede decir que nadie tiene la menor idea de lo que es. Se trata de una botella vacía, que puede llenarse con el contenido que le guste a cada uno. El problema es que esta botella vacía ha sido presentada por la burocracia con todo tipo de ideas reformistas acerca de economía mixta, y cosas similares. Chávez dijo muy acertadamente que la «tercera vía» era un fraude.
Hugo Chávez jugó un papel muy importante en la reapertura del debate sobre el socialismo en un momento en que muchos lo habían descartado. Creo que las ideas del socialismo o, más bien lo que yo llamaría socialismo científico –el marxismo–, son esencialmente las mismas que en la época de Marx. El Manifiesto Comunista es un documento muy contemporáneo, y muchos economistas burgueses se han visto obligados a admitirlo, en particular desde el colapso económico de 2008.
Es cierto que en el siglo XXI tal o cual punto tendrían que ser modificados, pero lo que es sorprendente es lo poco que hay que cambiar. El Presidente recomendó con frecuencia la lectura de las obras de Marx, Lenin y Trotsky. Esto fue enormemente positivo.
¿Cuál debe ser el papel de la oposición venezolana en este momento? Hay algunos sectores de la oposición que están realmente preocupados por su supervivencia en estos tiempos.
No veo por qué deberían estar preocupados por la supervivencia. Creo que la revolución bolivariana ha sido extraordinariamente tolerante con sus opositores que, no se olvide, organizaron un golpe ilegal contra un gobierno democráticamente elegido en 2002. Parece que se quejan mucho de supuestos malos tratos, pero no veo ninguna base para estas quejas.
Durante años, a los medios de comunicación pro-oposición se les permitió calumniar al Presidente de la manera más escandalosa, pedir su derrocamiento e, incluso, su asesinato. ¿Cree usted que eso se permitiría en los Estados Unidos? RCTV y Globovisión jugaron un papel muy activo en la organización del golpe de Estado de 2002. Le puedo asegurar que si algún canal de televisión británico hubiera hecho una décima parte de las cosas que hicieron en Venezuela, hubieran tenido su licencia retirada antes de que pudieran decir «David Cameron» y sus propietarios se encontrarían en juicio aplicándoseles las Leyes Antiterroristas.
Se quejan de que las elecciones presidenciales han sido convocadas demasiado pronto. Pero si el gobierno no hubiera convocado elecciones, se quejarían de tener una dictadura. De hecho, es un requisito constitucional que las elecciones se celebren dentro de 30 días. Nadie ha impedido a la oposición a presentarse a las elecciones. El problema es que las han perdido. ¡Pero eso es la democracia! La oposición, si ha de ser verdaderamente democrática, debe comenzar por respetar la voluntad de la mayoría de la gente y no usar sus palancas económicas y el control de los medios de comunicación para sabotear la voluntad democrática del pueblo.
¿Cómo fue su relación con el presidente Chávez? ¿Qué destacaría de él como líder y camarada? Y ¿qué anécdotas recuerda de él?
He conocido a Hugo Chávez durante casi una década, y tenía excelentes relaciones con él desde nuestra primera reunión en abril de 2004. Él me causó una impresión muy profunda, y siempre se refirió afectuosamente a mí como su amigo. Leyó mis libros y tuvo la amabilidad de alabarlos y recomendarlos públicamente en varias ocasiones.
Podría contar muchas anécdotas, pero hay una que aprecio en particular. Fue en el Festival Internacional de la Juventud en agosto de 2005. Fui invitado a participar en una mesa redonda en Caracas, donde el Presidente habló y dio un discurso muy radical, citando a Marx, Trotsky y Rosa Luxemburgo. Al final le di la mano y le felicité por su discurso. Sin soltar mi mano, me dijo mirándome fijamente a los ojos: «No, sólo algunas reflexiones sobre las ideas que he aprendido de ti».
Nuestra relación era por lo tanto de carácter político e ideológico. Sin embargo, los intentos de la oposición de describirme como su asesor y hasta su «gurú» político eran totalmente falsos. Eran un intento mal disimulado de crear una especie de maligna influencia extranjera sobre el Presidente. De hecho, no era fácil influir al Presidente Chávez, que era un hombre muy inteligente e independiente, con una voluntad muy fuerte.
Por mi parte, yo admiraba y respetaba al Presidente, a quien veía como un hombre muy honesto y valiente y un líder excepcional. Pero una revolución no puede depender de un solo hombre. Chávez lo sabía muy bien. Cuando le acompañé durante una campaña electoral, señalaba a la multitud de gente entusiasta en camisas rojas que le aclamaban a lo largo de la carretera. Se volvió hacia mí y dijo: «Esta es la gente que debe tomar el control de esta revolución».
En el día de su muerte, estas palabras siguieron resonando en mi mente. Ahora que Hugo Chávez ya no está con nosotros, el futuro de la revolución bolivariana y su avance hacia el socialismo dependerá de los trabajadores, los pobres, los campesinos y la juventud revolucionaria que han sido la fuerza motriz de la revolución y la han defendido en cada momento clave. Todo depende de esto.