Otra vez los trabajadores pagan con su vida el fracaso de la privatización del sistema ferroviario.
En el día 13 de junio, se produjo un choque de trenes que dejó el lamentable saldo, al menos por ahora, de 3 muertos y 315 heridos.
El hecho se produjo cuando una formación del ferrocarril Sarmiento que hacía el recorrido hacia Moreno impactó a otra que estaba frenada entre las estaciones Morón y Castelar.
Una vez más los trabajadores, que somos los únicos usuarios del tren junto a jóvenes y estudiantes, dejamos la vida en los andenes debido al estrepitoso fracaso de las privatizaciones del sistema ferroviario impuesto durante la década de los 90 y que ningún gobierno fue capaz de revertir en su totalidad hasta la fecha.
La empresa TBA de Cirigliano antes, y la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento (UGOMS) ahora, son dos caras de la misma moneda: la falta de inversiones necesarias y el material obsoleto, desde los vagones y locomotoras hasta las vías y los sistemas de señalizaciones son una constante en ambas administraciones.
La parte de responsabilidad del gobierno en esta nueva tragedia es inocultable. Mas allá de las inversiones y las mejoras realizadas tras la Tragedia de Once, los trenes siguen estando en manos de quienes lucran con lo que debería ser un servicio publico eficiente y de calidad.
Por otro lado es vergonzosa la actitud hipócrita y cínica de la oposición política y mediática de la derecha que busca «usar» los muertos para atacar al gobierno. Son justamente estos personajes nefastos los que aplaudieron y apoyaron el aniquilamiento del sistema ferroviario durante la orgía neoliberal. Juegan y manipulan el dolor de esta tragedia mientras que son férreos opositores a la reestatización del servicio. Una bajeza política de la peor calaña.
Desde la Corriente Socialista Militante seguimos insistiendo con firmeza que la única solución al desastre de los ferrocarriles es la reestatización completa del sistema ferroviario nacional bajo control obrero y popular.
Sólo quitando el lucro de por medio y pensando el sistema de trenes como un bien publico al servicio de las mayorías populares podremos pensar en impulsar un gran plan de inversiones que tenga como objetivo mejorar el servicio, modernizarlo y ampliar el tendido de los ramales.
Creemos que un gobierno cuyo principal sostén son los trabajadores debería de inmediato proceder a anunciar la nacionalización completa de los ferrocarriles así como impulsar un investigación seria y profunda, de la que deberían participar los propios trabajadores del Sarmiento, para determinar las responsabilidades especificas de los funcionarios del área de transporte y determinar las responsabilidades empresariales.