Dinero sin Valor

¿Por qué las crisis en el modo de producción capitalista?

Dinero sin ValorEmpecemos afirmando que capital y trabajo tienen carácter internacional. La clase que representa el capital, la burguesía; mientras que al trabajo, lo representa la clase trabajadora. Ambos, capital y trabajo, conforman una unidad antagónica, desde el nacimiento del capitalismo.

Asimismo, comencemos identificando cuál es la razón de ser (naturaleza) del sistema capitalista: la obtención de beneficios. Ahora bien, los beneficios son arrancados a los trabajadores y a las trabajadoras, ya que, éstos y éstas en sus jornadas de trabajos crean dos valores: uno de ellos, sus propios salarios; y el otro valor, que es el que expropia el capitalista a las trabajadoras y a los trabajadores. Este valor extra lo denominó Marx, plusvalía.

Por ello, el capitalista tiene que vender las mercancías que producen las trabajadoras y los trabajadores de su fábrica, y lo hacen en condiciones de competencia con otros capitalistas. Por consiguiente, el capitalista se ve urgido a actualizar constantemente la maquinaría, a fin de abaratar los costos de cada mercancía. Se abarata las mercancías incrementando la productividad. Pero, el incremento de ésta, aumenta la cantidad de mercancías que es posible producir.

Con el incremento de las mercancías surgen las crisis capitalistas porque el ritmo de expansión de la producción no va a la par con el ritmo de crecimiento del mercado, que es más lento. Se produce así una crisis de sobreproducción. Es paradójico, es la abundancia, y no la escasez de mercancías, lo que produce las crisis periódicas económicas, sociales y políticas.

Los ciclos de crisis y de auge se han sucedido en toda la historia del capitalismo. No obstante, no todas las crisis son iguales, se han dado unas más profundas que otras, con repercusiones distintas, ya que las mismas no dependen sólo de factores económicos, sino también de políticos y de sociales.

¿Cómo se produce la crisis económica y social actual?

La utilización del crédito es una manera de resolver el problema de la sobreproducción de mercancías, ampliando el mercado financiero más de sus límites naturales. Con esta política económica-financiera se han endeudado fabulosamente empresas, estados, familias y los propios bancos. Por supuesto, en las crisis, hay acumulación y concentración de capitales, es decir, un grupo minoritario se vuelve más rico. Los banqueros hicieron  grandes negocios con la ruina de los trabajadores y de las trabajadoras, y de empresas pequeñas.

Todo comenzó por el punto más débil de la estructura económica, con el impago de las hipotecas subprime en los Estados Unidos. Luego rebotó en Europa, y posteriormente se extendió por el mundo con distintos grados y características. Pero, la crisis financiera no es la causa fundamental de la crisis, la causa se ubica en la economía real. La crisis financiera y la crisis de la economía real se retroalimentan.

Las medidas implementadas por los gobiernos tanto en Europa como en los Estados Unidos, a fin de superar la crisis capitalista consistió en el rescate bancario con los dineros públicos, que lejos de resolver la crisis la agiganta; y la aplicación de los paquetes económicos de recortes del gasto público, para recortar brutalmente los gastos sociales, elaboran contrarreformas laborales, aumentan la edad de jubilación, reducen los salarios, y privatizan servicios esenciales, como la salud y la educación.

 

Egipto: la marcha hacia la conciencia de los explotados

Egipto tiene una población de 85 millones de habitantes. Una clase obrera de 8 millones de personas y un sector informal de que abarca entre 10 y 17 millones de trabajadores y trabajadoras, estigmatizados como delincuentes y despojados de toda protección social. Es este sector de la clase trabajadora el que ha jugado y sigue jugando un rol fundamental en las revueltas que han sacudido el país, pero continúan hasta el momento sin vanguardia política revolucionaria. Es esta contradicción y el transito del camino hacia la conciencia de los oprimidos, la esencia de todos los acontecimientos políticos de los últimos dos años en Egipto.

Protestas en EgiptoLa realidad social de Egipto se nos presenta como una realidad imposible de seguir viviendo. Un millón de niños son abandonados en las calles de las ciudades. Tres millones de personas habitan los lugares más miserables del Cairo. Ellos son los que se encuentran en las primeras líneas de enfrentamientos contra la policía. También participan los jóvenes de la clase media. También, han participado significativamente en la revolución adultos de edad madura. En el campo industrial, la apertura a la competencia mundial ha llevado a la privatización de las empresas estatales, especialmente la textil, lo que precarizado a los trabajadores y a las trabajadoras.

La revolución en Egipto, no ha sido sofocada por el islamismo, ni se está apagando gradualmente por el desgaste. En el mes de abril de 2013, ocurrieron 1.462 protestas, según datos del Centro de Desarrollo Internacional[*], de las cuales un 62,4% tienen carácter económica y social. Desde que Mohamed Morsi y los Hermanos Musulmanes tomaron el poder, en julio de 2012, las protestas se duplicaron.

Millones de egipcios han tomado las calles exigiendo cambios en sus situaciones de vida miserables, en primer lugar. Luego, las protestas exigieron la salida de Morsi y sus colaboradores en el gobierno. Algunos es su primera experiencia de protesta masiva; otros, en cambio, su participación en las revueltas corresponde a la cuarta o quinta manifestación política. Ya todos tienen más experiencia y  organización de la que nunca tuvieron jamás.

Vamos a ver cómo en los últimos diez meses ha ido evolucionando la lucha de clases en Egipto: la revolución, entre septiembre y octubre de 2012, tuvo la forma de amplios movimientos sociales, cuyo objetivo era de orden económico, por ejemplo, la huelga de médicos y profesores. En noviembre y diciembre, los grandes movimientos de masas, ya habían asumido un objetivo político: ¡Fuera Morsi, dictador y fuera Hermanos Musulmanes!

La movilización del 4 de diciembre de 2012, salieron a las calles del Cairo aproximadamente 750.000 manifestantes, los cuales rodearon el palacio presidencial, obligando a Mohamed Morsi a huir. Pero, fue salvado por la propia oposición que desvió el movimiento insurreccional hacia un referéndum religioso y constitucional. Tan alta fue la abstención que los partidos tradicionales quedaron desmantelados, y en consecuencia, sin ascendencia sobre las masas.

En enero, febrero y marzo las masas se habían recompuesto de la derrota de diciembre, y salieron de nuevo a las calles del Cairo, también salieron los trabajadores y las trabajadoras a las calles de Mansoura y de Mahalla.  De nuevo retaban a la autoridad gubernamental, la policía y a los islamistas con los Hermanos Musulmanes.

Comienza a gestarse formas de organización entre las masas. A partir de enero de 2012, comenzaron a aparecer milicias de autodefensa denominadas por los medios “Bloque Negro” para defenderse de la sanguinaria violencia de la policía (4 millones). También aparecieron embriones de auto organización popular, consejos de ciudad en Mahalla, por ejemplo, grupos incipientes de policía popular y un esbozo de educación. Estas manifestaciones de organización, dan cuenta de la dialéctica del movimiento popular que está buscando su cauce de liberación.

En marzo y abril, hubo un respiro en la crisis política porque la atención de las masas se dirige a luchas de orden política, empezando con una huelga de ferrocarriles, una multitud de movimientos sociales robotizados estallaron contra los aumentos de precios, la escasez de combustible y los cortes de electricidad. A raíz, de estas múltiples experiencias, las masas populares van tomando conciencia paso a paso que lo podría que salvar la revolución es la revolución social.   

Ultimatun de MilitaresHay que resaltar que en 2011, las revueltas o revolución popular no tenían como estrategia la instalación de un régimen alejado del dispositivo de control imperial que controla el Medio Oriente. En los hechos, en 2011, y más allá de las proclamas de la izquierda, en Egipto no hay una revuelta musulmana contra Estados Unidos, sino protesta social para terminar con Mubarak, una marioneta desgastada que ya no le servía al eje EEUU-UE-Israel en su estrategia de control regional. La estrategia es derrocar la marioneta, preservar la continuidad del que controla la marioneta. La “salida democrática” es una medida impuesta es una opción concertada entre la Casa Blanca de Obama, los halcones del Complejo Militar Industrial y la logia bancaria de Wall Street, quienes son los verdaderos dueños de Egipto.

En el marco de la revisión de las crisis económicas históricas del modo de producción capitalista, podemos decir que la fase de decadencia del capitalismo ha creado las condiciones materiales, sociales, políticas y psicológicas para que surjan épocas de explosiones sociales y crisis revolucionarias. También podemos decir que los movimientos de las masas árabes, suramericanas y europeas son expresiones concretas de las condiciones objetivas y subjetivas antes mencionadas. Es importante resaltar, asimismo, que las relaciones económicas entre los capitalistas son en esencia de carácter competitivas, pero son conciliables (fusiones, absorciones) en épocas de crisis. En cambio, las relaciones sociales de producción que se establecen entre la burguesía y la clase trabajadora son por su naturaleza antagónicas e inconciliables. Finalmente, la relación social entre los trabajadores por sus mismos intereses –liberación de la esclavitud capitalista- tiene que fundamentarse en la condescendencia de clases.

¡Proletarios del mundo, uníos!

 ¡Proletarier aller Länder, vereinigt euch!

 ¡Proletarians of the world unite!

 ¡Travailleurs du monde s’unissent!

 ¡Trabalhadores do mundo se unem!      

 

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  [*] Información tomada del artículo “Egipto: la marcha de la clase obrera hacia su conciencia política”, escrito por Jacques Chastaing. PST-Argentina