Cuántas veces hemos podido escuchar en discursos de dirigentes de nuestro partido, a lo largo de estos 14 años de revolución, cómo parafrasean la idea del gran revolucionario ruso Lenin: “Sin teoría revolucionaria no hay revolución posible”. Algunas veces, planteada de manera honesta y comprometida, expresando un hondo sentir revolucionario, y otras, sólo como palabras vacías que no dicen nada. Todas las revoluciones se han enfrentado históricamente al gran reto de la preparación de sus cuadros, y la Revolución Bolivariana no es la excepción. Hay una gran carencia y necesidad de formación política entre los y las militantes del PSUV en general.
“Carlos Marx y Federico Engels lo dicen así, en el Manifiesto Comunista de 1848, el socialismo debe ser científico o no es nada.” Hugo Chávez (Abril-2009)
La importancia fundamental de la formación política dentro del PSUV
Cuántos de nuestros miembros de la estructura del PSUV a todos los niveles han devaluado el tema de la formación política, mientras a la vez dicen “la formación política es indispensable, la batalla de las ideas es fundamental”. ¿Será que no se ha tenido tiempo para consolidar la escuela de cuadros del partido? En su gran mayoría, estos compañeros y compañeras con responsabilidades dentro de la estructura del partido, no se preocupan de manera seria y consecuente, por la formación política de la militancia de base, ni tampoco por su propia formación. A la vez que vociferan sobre la importancia de la formación, ellos son los primeros que muestran una actitud de desdén hacia la teoría, hacia el estudio y la reflexión teórica sobre el socialismo, y en algunos casos, estos compañeros y compañeras con posiciones dirigentes dentro del partido, ni siquiera hablan de la importancia de la formación, sino que públicamente muestran su desdén y desprecio por el estudio científico del socialismo, cayendo en el más burdo pragmatismo.
Cuántas veces hemos podido escuchar en discursos de dirigentes de nuestro partido, a lo largo de estos 14 años de revolución, cómo parafrasean la idea del gran revolucionario ruso Lenin: “Sin teoría revolucionaria no hay revolución posible”. Algunas veces, planteada de manera honesta y comprometida, expresando un hondo sentir revolucionario, y otras, sólo como palabras vacías que no dicen nada. Todas las revoluciones se han enfrentado históricamente al gran reto de la preparación de sus cuadros, y la Revolución Bolivariana no es la excepción. Hay una gran carencia y necesidad de formación política entre los y las militantes del PSUV en general.
La única manera de poder construir el socialismo, es conociendo con profundidad científica el sistema capitalista, el sistema burgués de opresión de la clase trabajadora, el sistema neoliberal que cobra decenas de vidas todos los días o quién sabe cuántas, y por lo tanto, desarrollando en los y las militantes, una verdadera conciencia de clase. Es ésta una tarea de la que no podemos prescindir, si queremos construir una sociedad de iguales, sin oprimidos ni opresores, ya que ello implica a su vez llevar a cabo dos grandes tareas históricas. Por un lado, la abolición del estado burgués y por otro, la expropiación de la burguesía, son tareas trascendentales, que no pueden ser llevadas adelante sin una comprensión profunda del funcionamiento de la sociedad capitalista.
Recordemos que Carlos Marx, el fundador del pensamiento socialista científico, estudió de manera científica el surgimiento, desarrollo y muerte de las sociedades a lo largo de la historia humana, en particular de la sociedad capitalista, y sobre la base de comprender a fondo el funcionamiento de la misma, pudo trazar hace casi 150 años, la perspectiva general de los grandes acontecimientos que vivimos actualmente en el marco de la aguda crisis capitalista actual.
Muchos intelectuales burgueses, se jactaron durante todo el siglo XX, de hablar del fracaso del marxismo en cuanto teoría económica, y de cómo supuestamente, las crisis cíclicas del capitalismo que éste predecía no se repetirían más. Basta sin embargo, con que miremos a Europa, donde los ancianos y no tan ancianos se están suicidando masivamente ante los recortes de pensiones y los desalojos masivos de inquilinos, producto precisamente, de una nueva crisis cíclica del sistema capitalista, que dicho sea de paso, será la crisis más grande en toda la historia del capitalismo y que está comenzando apenas, para darnos cuenta de que el viejo barbudo tenía toda la razón.
Marx, en su obra monumental El Capital, explica con lujos y detalles, como funcionaba el sistema capitalista en Inglaterra; en principio, por ser la nación más avanzada en dicho modo de producción, pero sus tesis y resultados, las elaboró siempre desde una perspectiva general y universal, de manera que los resultados de sus investigaciones nos permiten comprender el funcionamiento del capitalismo no sólo en uno o varios países, sino a nivel global, a nivel de todo el mercado capitalista mundial. Sólo de ésta manera, comprendiendo a fondo el funcionamiento del capitalismo, es que podremos avizorar con más claridad, nuestras verdaderas perspectivas en las luchas del día a día por la abolición de la opresión capitalista.
A los burócratas reformistas no les interesa la formación de la militancia del PSUV
Ahora bien, no seamos ingenuos y preguntémonos: ¿Verdaderamente les conviene a los sectores reformistas de la estructura del PSUV, formar verdaderos cuadros? ¿Les conviene abrirles los ojos a la militancia acerca de que el Partido Socialista Unido de Venezuela, casi funciona, únicamente como una maquinaria electoral?
Un partido revolucionario, es un instrumento político de la clase obrera y de todas las capas oprimidas de la sociedad, para la toma del poder y la transformación socialista de ésta. Ahora bien, el trabajo que se lleva adelante para construir el partido, implica la participación de sus cuadros en las distintas luchas reivindicativas revolucionarias de las masas, para así, a través de la conquista de victorias en tales luchas sindicales, campesinas, estudiantiles, comunitarias y demás (aunque sean pequeñas victorias), lograr acumular un apoyo cada vez mayor entre las masas y poder captar cuadros que fortalezcan y engrosen las filas del partido. Sin este trabajo, un partido no es nada, y por duro que suene, como marxistas debemos plantearlo así.
Sin embargo, en el marco de la sociedad burguesa en la que todavía vivimos, participar en las elecciones burguesas es absolutamente necesario, y es parte de tales luchas tácticas necesarias para la toma del poder. Negarlo sería una locura. Ello nos obliga a tener una participación fundamental en los procesos electorales, pero, no por ello, podemos subordinar la actividad del partido a lo meramente electoral, ello convertiría al partido en lo contrario de lo que debe ser.
Lamentablemente, hay sectores burocráticos que dirigen nuestro partido, y que se han enquistado en las estructuras del mismo, como consecuencia de los privilegios y prebendas que han obtenido, todo ello debido a que han podido asumir cargos de elección popular gracias a la revolución, y que por lo tanto, tienen un claro interés de mantener la política del partido subordinada a lo meramente electoral, ya que a través de las distintas elecciones, nacionales, parlamentarias, regionales y municipales, es que pueden mantener sus privilegios.
A estos sectores no les interesa que nuestra militancia comprenda que la lucha por el socialismo trasciende lo meramente electoral, y que el trabajo del partido debe dirigirse fundamentalmente a la lucha en la calle, a la intervención decidida de los y las socialistas en la lucha de clases en nuestro país, en cada fábrica, en cada universidad, en cada barrio, liceo y campo, para lograr la radicalización de la revolución, y la abolición definitiva del capitalismo.
Ante esta situación, debemos plantearnos la siguiente reflexión: ¿Será que seguiremos aceptando, colocando, eligiendo, reeligiendo en cargos de dirección del partido o en cargos de elección popular, a camaradas que son ineficientes, que son sectarios, que piensan primero en su bolsillo, segundo en su bolsillo, tercero en su bolsillo y de último en el pueblo trabajador y en la revolución? Entre muchos de los factores que determinan y favorecen esta situación, está la falta de educación política de la militancia en general y sobre todo, de la vanguardia del partido.
Hasta cuándo seguiremos aceptando elegir “al que tiene mejor discurso”, porque es el que más dice “Chávez vive la lucha sigue”, “Patria socialista o muerte”, “con Chávez y Maduro el pueblo está seguro”; o todas esas consignas, que en vez de darles vida, y en vez de difundir las ideas de fondo que representan, de lucha y combate contra el capitalismo y el imperialismo, lo que hacen es degradarlas al repetirlas constantemente, porque las plantean de manera vacía y politiquera. Sin explicar el por qué de las mismas, ni las ideas y posturas de fondo que ellas representan. Mostrando una vez más, que en muchos dirigentes no hay interés en que la militancia sepa con claridad lo que es la lucha de clases, y la lucha por el socialismo, sino que sólo interesa que la militancia sea capaz de mover votos en las comunidades durante cada jornada electoral, sin importar la lucha real que se vive en las calles día a día, entre el capitalismo y la revolución. Y para colmo, que no nos extrañe que cuando se pierda una que otra alcaldía se buscará como los propios idealistas el por qué de la derrota. Unos seguramente le echaran la culpa a los otros candidatos o aspirantes a candidatos dentro del propio PSUV, diciendo que al no haber sido estos últimos los candidatos elegidos por el PSUV, entonces no trabajaron en favor de los candidatos oficiales, otros, le echarán burdamente la culpa a la militancia, diciendo que el pueblo no tiene conciencia, etc., etc., pero lo que nunca dirán estos dirigentes reformistas y burócratas, es que la razón de esos resultados radica precisamente en el desgaste de la militancia, que se da como consecuencia de las constantes políticas reformistas y burocráticas que ellos mismos llevan adelante estando en el poder.
O formamos a nuestros militantes de manera permanente y seria, o dejaremos desprotegida a nuestra militancia ante el surgimiento de grandes castas burocráticas dentro del partido y dentro de la revolución, que más temprano que tarde la descarrilarán, y la conducirán al fracaso. Recordemos que el sistema capitalista crea las condiciones para su permanencia y desarrollo, por lo cual obviamente, busca descarrilar y aplastar las revoluciones por los medios que le sea posible, y en la actualidad, el reformismo, que es su agente dentro de nuestro movimiento, dentro del PSUV y dentro del movimiento bolivariano revolucionario todo, busca con todas sus fuerzas de mantener dormida a la militancia revolucionaria, entre elección y elección, entre coyuntura y coyuntura, dejando de lado el trabajo fundamental para la revolución. El reformismo no puede permitir que la militancia comprenda a fondo y asuma un programa de transformaciones revolucionarias para la construcción del socialismo, porque eso significaría, preparar a nuestros cuadros para un enfrentamiento radical contra la burguesía, lo que al fin y al cabo implicaría también una lucha contra los privilegios de la propia burocracia reformista.