MetrobusContinuando con este análisis sobre la crisis del transporte publico en las principales ciudades del país, presentamos este tercer artículo donde se pone de manifiesto la importancia de la centralización y estatización del transporte publico en general, como única medida posible y real para la planificación del servicio en todo el país, y así resolver los problemas del transporte público.

Índice:

*Primera Parte: El fraude de las cooperativas

*Segunda Parte: La raiz del problema

*Tercera Parte: Estatizacion y Centralizacion

*Cuarta Parte: Sobre el Control Obrero


El sistema estatizado de transporte actual

Si examinamos la cuestión objetivamente, el mejor sistema de transporte en el país, lo vemos manifestado en el transporte controlado por el estado. Tanto los Metrobuses y BusCaracas, como el sistema Metro en general todo el país, así como el Trolebus de Mérida y el recién inaugurado Transbarca en Lara, son una manifestación clara de la mejoría que representa la planificación centralizada del transporte en contraste con la anarquía capitalista de las cooperativas.

En el caso de Caracas, los bajos costos del Metro, sumado al caos en que está sumergido el transporte público superficial, hacen que un sistema que fue planificado para unos 500 mil usuarios al día – un servicio excluyente; planificado para serlo, por los gobiernos derechistas del pasado –, se trasladen actualmente en él más de 2,5 millones de pasajeros diarios. Es por esto que en las horas pico, el sistema subterráneo se congestiona y es imposible ofrecer un servicio de calidad para todos.

Los defensores de la privatización convenientemente olvidan que antes de que la Revolución tomara las riendas del Metro, se transportaban en este, mucho menos de la mitad de los pasajeros que hoy en día se transportan, y que fuera de las horas pico donde no se da a basto el sistema – con algunas excepciones –, actualmente funciona con bastante normalidad. Y que además, los trenes que sufren fallas hoy por hoy, son producto de la falta de inversión, y de la desidia de la burguesía parasitaria de los gobiernos de derecha que lo controlaban anteriormente.

El sistema de transporte superficial en manos del estado: Metrobus, Buscaracas, Metrocable, Cabletren, Trolebus y Transbarca, son una muestra tangible de que los servicios de transporte – así como también, toda la producción de bienes y servicios en general –, bajo una planificación centralizada funcionan mucho mejor. Salvo a los problemas ocasionados por las típicas colas, el transporte superficial funciona también con total normalidad. Mostrando el camino correcto para resolver el problema de transporte de raíz.

Sin embargo, el estado venezolano, producto de la influencia de los sectores reformistas de la dirigencia, intentó en varias oportunidades resolver este problema, otorgando vehículos de transporte público a los consejos comunales, con la intención de involucrar al poder popular, pero sin tocar la propiedad privada de las mafias del transporte. Pero estos ensayos han demostrado ser incapaces de resolver el problema de raíz, ya que, si bien estos consejos comunales pueden decidir en base a sus necesidades reales como, cuando y donde se realiza el servicio, así como que personas de la comunidad pueden operar como conductores, en base a las necesidades de empleo de los vecinos. Lamentablemente al igual que con las cooperativas, no se resuelve el problema de raíz, aun siguen existiendo las relaciones de producción capitalistas, al haber un “patrón / consejo comunal” y un “empleado / vecino”, lo cual a la larga degenera de la socialización del servicio en el progresivo aburguesamiento del mismo.

Además que, sigue abierta la competencia por las ganancias entre las rutas cubiertas tanto por los consejo comunal, como por las cooperativas de transportes, incluso en algunos casos también con otros consejos comunales con los que compartan rutas o parte de ellas. Todo esto impide la real planificación del servicio transporte público, cada consejo comunal, así como cada cooperativa, solo opera según sus propios intereses, y no de los de todo el pueblo en general. Lo cual pone de manifiesto nuevamente la importancia de un sistema unificado y centralizado.

Estatización de todo el transporte público

Metro CaracasEl socialismo significa – entre otras cosas – la socialización plena de los medios de producción, en otras palabras que la propiedad privada de los medios de producción – representado en los medios de transporte en este caso – pasen a ser propiedad de la sociedad, a ser propiedad social. Eliminando de esta forma las relaciones de producción parasitarias del capitalismo, donde unos pocos se apropian de lo que es producido por toda la sociedad en general. Es por esto que los marxistas defendemos que toda la producción que la sociedad elabora, producto de la fuerza de trabajo de la clase mayoritaria, de la clase obrera, debe ser de, por y para la misma sociedad.

En el caso del transporte, debemos erradicar de raíz la propiedad privada sobre las líneas de transporte, no sólo porque esto representa la única forma de acabar con la anarquía capitalista que reina en este sistema en todo el país – así como en la economía en general –, sino que ademas significa acabar con una burguesía, que desde hace años viene prestándose a la desestabilización que la derecha, como brazo político de toda la burguesía del país y del imperialismo, continúa aplicando en contra del proceso revolucionario. Ademas, como hemos visto a través de este artículo, un sistema centralizado funciona mejor que uno disperso en pequeños intereses particulares, representados en las cooperativas, las compañías anónimas o incluso en los consejos comunales, estos últimos actualmente limitados a los intereses de los pequeños territorios donde funcionan.

Debemos descartar de hecho, la posibilidad de que la misma burguesía por sí sola sea capaz de llevar a cabo la tarea de centralizar el transporte público, ni siquiera en un sólo municipio. Debemos entender que la lógica de nuestra burguesía neo-colonial, clientelar y entreguista, es sumamente parasitaria, no opera más que para: ganar mucho invirtiendo poco, o hasta sin invertir nada. Además recordemos que en los gobiernos de derecha arrodillados a los pies de la burguesía, no fueron capaces de hacerlo, mucho menos ahora que tenemos un gobierno que reivindica y defiende los intereses del pueblo llano. Por lo tanto, la única forma de avanzar hacia la planificación del transporte, para solventar de lleno la crisis en que esta sumergida, es precisamente socializando la propiedad privada de la burguesía transportista.

El estado deberá decidir si expropiar los vehículos que operan en las líneas actualmente para utilizarlos en este nuevo sistema de transporte. O simplemente importar otros nuevos y modernos a través de los convenios existentes. En definitiva, sea la opción que se tome, la propiedad de los vehículos que se utilicen debe estar en manos del estado.