Cuarta y última parte de este análisis sobre los problemas del transporte publico. En este último artículo hablaremos sobre la necesidad del control obrero sobre un sistema de transporte unificado y centralizado. De tal manera que sea controlado de forma democrática por cada uno de los y las trabajadoras.
Índice:
*Primera Parte: El fraude de las cooperativas
*Segunda Parte: La raiz del problema
*Tercera Parte: Estatizacion y Centralizacion
*Cuarta Parte: Sobre el Control Obrero
Sistema socialista de transporte – Conclusión
Si bien, la expropiación de todas las mafias que se han adueñado de las cooperativas y/o líneas privadas del transporte público, para construir un sistema unificado y centralizado de transporte nacional, es un paso correcto, importante y necesario. Esto no basta y no debe llegar hasta ahí. Como explicamos anteriormente, para construir el socialismo es necesario acabar con las relaciones de producción capitalistas (patrono-empleado), por unas relaciones de producción planas, donde todos los trabajadores de forma democrática puedan tomar todas las decisiones importantes.
Quedarnos en solo el primer paso, en solo centralizar todo el sistema de transporte y dejarlo en las manos del estado – de la burocracia – realmente no cambia en absoluto las relaciones de producción. Seguimos teniendo las mismas que en el capitalismo, sólo estaríamos cambiando un patrono privado, por un patrono estatal. Pero esto no es socialismo, aún no.
Para poder trascender la brecha entre capitalismo y socialismo, debemos avanzar hacia el Control Obrero. En el caso que nos ocupa en este análisis, se trata de crear una institución centralizada y planificada, no por la ya demostrada ineficiente burocracia, sino por el contrario, por los mismos conductores y demás trabajadores. A través de estructuras como los Consejos de Trabajadores, donde todas las decisiones sean tomadas de forma democrática por una Asamblea General de todos los trabajadores.
Lo cual a un mediano plazo termina por romper con la división social del trabajo, ya que todos los trabajadores pueden y deben aprender y desempeñarse de forma rotativa, en todo el proceso productivo de la empresa, desde la conducción de las unidades hasta las tareas administrativas, de esta manera también logramos eliminar las estructuras piramidales del capitalismo representadas en los directores, gerentes, coordinadores, etc. ya que la misma asamblea debe y puede cumplir con estas funciones.
Estas tareas deben ser llevadas a cabo a través de grupos de voceros, elegidos democráticamente por la misma asamblea (agrupados en comités, por ej: comité de administración, de operaciones, de seguridad, etc.), a los cuales se le delegan las responsabilidades para la ejecución de las decisiones tomadas por las mayorías, para la planificación de las actividades, y para la resolución de los problemas del día a día de carácter cotidiano y de poca complejidad, ya que cada decisión importante debe ser sometida a votación antes. Todo esto en cada una de las áreas que la asamblea considere necesarias para abarcar en los diferentes comités.
Toda decisión, desde presupuestos y salarios, hasta compra de nuevos vehículos y repuestos, debe ser consultada y aprobada por la asamblea. Pudiendo decidir incluso, de forma conjunta con los consejos comunales, comunas, y el estado en general, en que obras sociales se invierte toda la ganancia que hoy en día se esta quedando en esa burguesía parasitaria que ya describimos. Obras por ejemplo como la construcción de nuevas vialidades públicas – incluso algunas nuevas para uso exclusivo de los vehículos personales, motos y bicicletas – y de mejoras en las ya existentes.
Estos voceros elegidos en los diferentes comités, para asumir las tareas que en las empresas de carácter capitalista realizan las gerencias, no representan un sector privilegiado de los trabajadores, en otras palabras, no merecen sueldos mayores que los de los demás trabajadores, ya que de ser así, algunos solo pretenderían estar en estas posiciones para gozar de los privilegios recibidos y no por el bien común. Lo único que ganan de más los voceros, son responsabilidades.
Además se debe establecer la rotatividad de estos puestos de vocerías en los comités, para que todos puedan ser capaces de hacer su aporte en todas las funciones, para que cada uno de los que estén interesados en participar en estos comités, lo hagan. Y de esta forma impedir que estos voceros se degeneren en prácticas burocráticas, y hagan uso de estos espacios para beneficiarse a si mismos o a una minoría. Como diría el líder ruso Vladimir Lenin “Cuando todos son burócratas, nadie es burócrata”
Cierto, la burguesía intentará utilizar a los conductores para luchar en contra de estas medidas, acusándolas de desmejorar sus comodidades actuales, de atentar en contra de la propiedad privada de los pequeños “emprendedores”. Sin embargo, los únicos que pierden en esta socialización, son las mafias del transporte. El conductor que trabaja día a día en las unidades de transporte público y que es dueño humildemente de un vehículo, ya no tendrá que preocuparse por guardar y gastar enormes sumas de dinero periódicamente para la adquisición de repuestos y realizar mantenimiento a su vehículo.
Contará además con toda la estabilidad y seguridad social que ofrece el estado: pensión por jubilación, utilidades a fin de año, cobro de prestaciones sociales, disfrute de vacaciones anuales, reducción de la jornada laboral, de las más de 12 horas que muchos conductores realizan hoy en día, hasta incluso menos de 6 horas diarias, y demás beneficios que se logren a través de la negociación del contrato colectivo.
Sólo de esta forma y a un corto o mediano plazo, podemos acabar en este sector, con relaciones de producción capitalistas, y construir un sistema nacional de trasporte socialista y realmente público. Que pueda llevar el servicio a rutas comercialmente menos rentables, menos accesibles, aisladas, etc. donde la burguesía por su naturaleza capitalista y parasitaria no se interesa; bajo un carácter socialista, las ganancias extras o plusvalía que se generen en las principales rutas, pueden fácilmente compensar la menor rentabilidad de estas otras. Todo esto nos permitiría de forma clara, precisa y definitiva ofrecer un servicio de calidad para toda la poblacional nacional y en especial para los más desfavorecidos, que residen en las zonas rurales y/o fuera de las principales ciudades del país.