El siguiente manifiesto de la Corriente Marxista del PSUV, al respecto de las nuevas medidas anunciadas y ya puestas en marcha por el presidente Maduro, frente a la guerra económica, tiene por objeto exponer de manera detallada ante el conjunto de la militancia revolucionaria y del movimiento bolivariano, la posición de los marxistas del PSUV, desde el punto de vista del socialismo científico, al respecto de tales medidas y su papel en el marco de la feroz guerra económica que actualmente enfrenta la revoluciòn. El mismo será publicado por partes, dada su extensión, y constituye una continuación y desarrollo, de las ideas centrales que fueron expuestas en la primera declaración de la Corriente Marxista del PSUV ante la guerra económica, publicada el día martes de la semana pasada. 

La guerra económica y las nuevas medidas del Gobierno Bolivariano para combatirla

 Manifiesto de la Corriente Marxista del PSUV

Parte I

Introducción

Nuestra revolución se encuentra en la crisis más difícil de su historia, y esta crisis, no es precisamente un episodio más de agudización de la lucha entre la revolución y la contrarrevolución. En estos momentos, la revolución bolivariana se encuentra en la más compleja y difícil encrucijada en sus catorce años de historia.

De lo que resulte de tal encrucijada, del camino que tome la revolución en estos próximos meses, ya sea hacia radicalizar la revolución en líneas socialistas, expropiando a la burguesía y desarrollando el control obrero en los centros de producción y en los centros de trabajo en general, para poner fin a la situación de desabastecimiento, acaparamiento e inflación, o, por el contrario, implementando políticas económicas de mera reforma, subordinadas y limitadas al estrecho marco de la propiedad privada burguesa y del régimen capitalista de producción, dependerá el futuro de la revolución en Venezuela en los próximos meses y años.

Más aún, como marxistas podemos decir con toda seriedad, responsabilidad y firmeza, que, de las decisiones que sean tomadas por la dirigencia de nuestra revolución en estos meses, y el rumbo que la misma tome sobre la base de tales decisiones, acciones y medidas, dependerá, o bien la victoria definitiva de la revolución sobre las fuerzas de la contrarrevolución, y la posibilidad de continuar por la senda de la profundización y radicalización revolucionaria hacia el socialismo, o, por el contrario, la posibilidad real de un fracaso futuro de la Revolución Bolivariana frente a las fuerzas de la contrarrevolución burguesa e imperialista.

Para la gran mayoría del pueblo trabajador, no es un secreto, que tal encrucijada, tal situación de aguda crisis, se remonta a finales del año pasado, desde cuando, se ha venido ejecutando de manera feroz e implacable, una brutal guerra económica contra la Revolución Bolivariana, ello, debido a que las fuerzas de la reacción, al tener conocimiento durante el mes de Diciembre, de que la enfermedad del comandante presidente se había agravado, y al considerar como cercana, la posibilidad de su desaparición física, vieron ése momento como su oportunidad de oro para arreciar de manera brutal la guerra económica contra el pueblo trabajador, por medio de la especulación, el acaparamiento y el desabastecimiento, buscando de esa manera, acelerar un colapso de la Revolución Bolivariana.

Es decir, la guerra económica que estamos enfrentando actualmente, no es otra cosa, que un nuevo mecanismo de golpe lento que dirigen y llevan a cabo las clases dominantes, para tratar de derrotar y aplastar de una vez por todas al proceso bolivariano revolucionario. Por lo tanto, frente a tales acciones, se requiere desde el campo revolucionario, desde el lado del pueblo trabajador y las masas revolucionarias, acciones contundentes que pongan freno y acaben con la guerra económica de manera definitiva, de lo contrario, más bien, podrá entonces la burguesía, mediante tales acciones de guerra económica, ponerle freno a la revolución y, trágicamente, acabar con ella en un futuro próximo.

Todo depende de las acciones que sean tomadas desde las fuerzas revolucionarias. Acciones contundentes contra los capitalistas son absolutamente necesarias e imprescindibles en estos momentos. La situación actual es, sin ningún riesgo de sonar extremistas o exagerados, de vida o muerte para el futuro de la revolución bolivariana, y cómo decía el comandante presidente parafraseando al prócer y mártir de nuestra independencia, José Félix Ribas: “¡¡No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer!!”.

En éste sentido, el anuncio a todo el país, realizado por el camarada presidente Nicolás Maduro, durante el último mes, de la preparación de un plan especial de medidas contra la guerra económica, así como también, los reiterados anuncios realizados desde el mes de Septiembre, en los que ha hecho pública su voluntad de querer llevar la lucha contra la guerra económica hasta sus últimas consecuencias, golpeando de manera contundente a la burguesía e incluso expropiando a empresas que acaparen productos para generar desabastecimiento, han generado una profunda expectativa durante los últimos días entre la militancia revolucionaria, y sobre todo, entre su capa más comprometida y combativa, su vanguardia, por conocer finalmente cuáles serían el conjunto de nuevas medidas que lanzaría el gobierno bolivariano para golpear de manera contundente y decisiva a la burguesía venezolana.

El siguiente manifiesto de la Corriente Marxista del PSUV, al respecto de las nuevas medidas anunciadas y ya puestas en marcha por el presidente Maduro, frente a la guerra económica, tiene por objeto exponer de manera detallada ante el conjunto de la militancia revolucionaria y del movimiento bolivariano, la posición de los marxistas del PSUV, desde el punto de vista del socialismo científico, al respecto de tales medidas y su papel en el marco de la feroz guerra económica que actualmente enfrenta la revoluciòn. El mismo será publicado por partes, dada su extensión, y constituye una continuación y desarrollo, de las ideas centrales que fueron expuestas en la primera declaración de la Corriente Marxista del PSUV ante la guerra económica, publicada el día martes de la semana pasada. 

 

La ofensiva económica contra la oligarquía ha comenzado con éxito. ¡Es necesario radicalizar las medidas hacia la izquierda!

Durante los últimos días, los acontecimientos políticos en nuestro país, en el marco de la cada vez más aguda lucha de clases, entre la clase capitalista por un lado, y la clase trabajadora por el otro, se han desarrollado con una impresionante velocidad.

El pasado Miércoles 06 de Noviembre, fueron anunciadas a todo el país las nuevas medidas que llevaría adelante el gobierno bolivariano contra la guerra económica, y, desde el día siguiente al anuncio de las medidas hasta el día de hoy, hemos podido observar por parte del gobierno bolivariano, una fuerte ofensiva contra la especulación en distintas ramas de la producción, importación y sobre todo, en la distribución de bienes de consumo necesarios para las familias trabajadoras venezolanas.

Comenzando por la ahora muy conocida importadora y comercializadora de electrodomésticos DAKA, en la que se detectaron márgenes de sobreprecio de hasta 1000%, pasando luego a otras distribuidoras de electrodomésticos como JVG y SAMIRA en las ciudades capitales del país, para posteriormente iniciar la ofensiva contra la especulación en distribuidoras de repuestos para camiones y autobuses como SUVALCAR, debido a la especulación detectada, con sobreprecios en diversas mercancías desde 150% hasta 1000% y llegar luego hasta las distribuidoras de productos ferreteros y tiendas de productos de la rama textil y del calzado en las más diversas ciudades y pueblos de todo el territorio nacional, el camarada presidente Maduro, ha trazado una línea de acción política contra la especulación y la inflación inducida en todas las ramas de la economía.

Este tipo de acciones han tenido un impacto muy positivo sobre las masas trabajadoras a lo largo y ancho de nuestro país. Más aún, podemos decir con absoluta certeza, que la clase trabajadora esperaba desde hace largo rato medidas y acciones de este tipo, que golpearan con contundencia a la burguesía parásita en favor de los sectores oprimidos de nuestra sociedad, sobre todo ante la oleada brutal de acaparamiento, especulación, inflación, huelga de inversiones y en fin, de implacable saboteo a la producción de bienes de primera necesidad y de bienes de consumo en general, por parte de la burguesía venezolana.

Desde la Corriente Marxista del PSUV, y la Campaña internacional de solidaridad con la Revolución Bolivariana, “Manos Fuera de Venezuela”, declaramos nuestro rotundo y total apoyo a las acciones tomadas por el presidente obrero Nicolás Maduro, el primer proletario presidente de Venezuela, en contra de la burguesía parásita venezolana, que ha vivido durante todo el siglo XX y todavía vive, de la captación de las divisas que provienen de la renta petrolera, sin impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas en nuestro país, sino por el contrario, apropiándose de ganancias cada vez más jugosas, obtenidas a costa de la histórica explotación, opresión y miseria de las masas trabajadoras venezolanas.

Ya era hora de que se tomaran medidas de esta naturaleza. El pueblo trabajador, que es quien ha sido golpeado con la mayor brutalidad, por la guerra económica llevada a cabo por la oligarquía, esperaba desde hace meses esta contraofensiva del gobierno bolivariano. Recalcamos nuestro total apoyo a ella, y a la vez, hacemos un llamado al camarada presidente Maduro, y a todo el conjunto del movimiento bolivariano, a no limitar esta contraofensiva revolucionaria únicamente al ámbito de la especulación.

Detrás de la especulación y el acaparamiento, se encuentra el poder económico de la oligarquía. Para poder acabar para siempre, cualquier intento de sabotaje económico contra la Revolución Bolivariana, derrotando de manera definitiva a la oligarquía, y garantizando la irreversibilidad de la revolución, es necesario e imprescindible arrancar de las manos de la burguesía las grandes palancas de la economía.

He ahí el debate medular de este momento histórico para la Revolución Bolivariana. O por el camino de las reformas, que conducirá al proceso revolucionario hacia una derrota futura, o por el camino de la radicalización revolucionaria, hacia el triunfo definitivo del socialismo sobre la contrarrevolución burguesa e imperialista. ¡Reforma o Revolución!

¿Es posible regular el capitalismo y domarlo para que responda a los intereses de la revolución?

Desde los inicios de nuestra revolución, toda una capa de dirigentes e intelectuales, han defendido la tesis nada nueva, de regular las ganancias y operaciones del capital privado, como una alternativa para defender al pueblo trabajador y a las masas empobrecidas de los embates y golpes que les profiere el capitalismo. Esta tesis, asimismo ha estado casi siempre acompañada de la errónea idea de que es posible trabajar con un sector “patriota” y “honesto” de la burguesía, a fin de desarrollar las fuerzas productivas del país, es decir, a fin de poder desarrollar la producción agrícola e industrial nacional, sin necesidad de expropiar ni nacionalizar al resto de la burguesía venezolana, históricamente parasitaria y pitiyanki.

En líneas generales, el planteamiento de la regulación del capitalismo, sostiene que es posible regular la tasa de ganancia de las empresas privadas, es decir, poner límites a la tasa de plusvalía que obtiene cada empresario como fruto de la explotación de la fuerza de trabajo de la clase obrera, todo ello, en defensa de las masas trabajadoras, al mismo tiempo que, puede irse construyendo de manera gradual y pacífica una economía socialista, sin necesidad de chocar con la economía capitalista y sin necesidad de que hayan cambios bruscos en la sociedad, vale decir, cambios revolucionarios.

Estas ideas, que con toda seriedad debemos decir, son de carácter absolutamente reformista, fueron planteadas en la Revolución Bolivariana, bajo la refrita forma de la “economía mixta”, pero vendidas como algo nuevo e inédito, a la luz de la opinión general de que nuestra revolución, era precisamente un suceso absolutamente «nuevo e inédito» en la historia revolucionaria, y por lo tanto no podía someterse a esquemas y moldes previos para ser analizada, etc., etc., etc., cuando en realidad dicha tesis, que estaba siendo planteada por ciertos intelectuales como eje programático de la Revolución Bolivariana en materia económica, es algo totalmente desgastado, refrito y sobre todo, fracasado.

La tesis de la economía mixta, como su nombre lo indica, en pocas palabras plantea la coexistencia paralela de una economía estatal y social, junto a otra de carácter privado y al servicio del capital, en el seno de un mismo país. Podríamos resumir dicha propuesta en la unión y coexistencia pacífica de Socialismo y Capitalismo.

Los trágicos intentos de regular el capitalismo en América Latina: Las lecciones de Chile y Nicaragua 

Esta propuesta programática y teórica, fue aplicada con anterioridad en Chile y Nicaragua, donde en efecto, se mantuvieron de manera paralela sectores estatales y públicos de la economía frente a sectores en manos de la burguesía.

En el caso de Chile, fueron nacionalizadas sólo partes importantes de la economía, tales como la industria del carbón, las minas de hierro y de nitratos, la industria textil, ITT (telefónica), INASA (baterías eléctricas), y un importante sector de los latifundios, y en el caso de Nicaragua, fueron nacionalizadas la totalidad del comercio exterior, de la banca y el sector financiero, así como una parte pequeña de los latifundios y la industria, pero al mismo tiempo, en ambas revoluciones, fue dejada en manos de la burguesía chilena y nicaragüense, la inmensa mayoría de la producción, comercialización y transporte de bienes y servicios, así como otras ramas fundamentales de la economía. El resultado de ello, fue que la burguesía pudo retener en sus manos los grandes medios de producción, que eran el motor de la economía de ambos países, por medio de los cuales, pudieron sabotear hasta al cansancio la producción y distribución de bienes de primera necesidad, como parte de una implacable y devastadora guerra económica contra ambas revoluciones.

Al final, los resultados fueron trágicos. En el caso de Chile, poco tiempo antes del golpe, la inflación llegó a alcanzar el 300%, al mismo tiempo que había acaparamiento y desabastecimiento de bienes de primera necesidad a niveles altísimos en todo el país. En el caso de Nicaragua, la inflación acumulada al final de la década de los 80, alcanzó la increíble cifra de 37.000%. Luego obviamente, el impacto sobre los sectores menos politizados de las masas obreras y campesinas que apoyaban al sandinismo, y que no comprendían a fondo las causas de la situación económica, fue terrible, llegando una parte de estos camaradas a pensar que todo se trataba simplemente de una “mala” política económica de los sandinistas.

Haciendo comparaciones, se dio algo absolutamente similar a lo que hoy en día vemos en la Revolución Bolivariana, entre aquellos camaradas, que ante la ofensiva económica desatada desde finales del año pasado, lo que sin duda alguna, ha impactado de manera muy negativa sobre su poder adquisitivo y sobre la situación económica de sus familias, han terminado por simplemente culpar al gobierno bolivariano de todo ello, sin mirar más allá. He ahí una grave amenaza para el proceso revolucionario en Venezuela.

Nada más recordemos los 700.000 camaradas que votaron a favor de la Revolución Bolivariana en Octubre del año pasado, y que, luego de la desaparición física del comandante presidente, votaron por el “cambio” que, frente a la difícil situación económica (basada en el feroz sabotaje a la economía), proponían Henrique Capriles Radonsky y la MUD.

Por lo tanto, las lecciones que debemos extraer de estos dos trágicos ejemplos, es fundamentalmente, cómo la burguesía es capaz de todo para defender sus intereses de clase, es decir, su propiedad privada, y cómo las revoluciones no pueden dejar en manos de la burguesía las grandes palancas de la economía, de hacerlo, se permite que existan las condiciones para que la burguesía lleve a cabo una ofensiva económica contra la revolución y el pueblo trabajador, entendiendo por supuesto, que tal ofensiva es un medio, una herramienta de lucha que la misma utiliza para derrotar de manera definitiva a la revolución y poder luego aplastar de manera contundente a las masas trabajadoras.

En el caso de Chile, el feroz sabotaje económico fue la antesala preparatoria del golpe sangriento del 73, y fue utilizado para radicalizar contra el gobierno Allende a las capas medias de la sociedad, a la pequeña burguesía, así como a sectores desclasados del proletariado, que entraron en desesperación por el alto costo de la canasta básica y el desabastecimiento. En el caso de Nicaragua, la guerra económica, unida a la guerra militar de los famosos “Contras”, organizada y dirigida por el imperialismo norteamericano contra la Revolución Sandinista, sirvió de herramienta fundamental para derrotarla por los métodos de la democracia burguesa, en las elecciones presidenciales de Febrero de 1990, una vez que, después de diez años de guerra económica, un sector de las masas trabajadoras agobiado en extremo por ésta y por la guerra civil, dejó de votar por Daniel Ortega y prefirió probar con Violeta Chamorro como “alternativa” a su penuria y pobreza, que a sus ojos, es decir, a los ojos de este sector de las masas empobrecidas, al final la revolución nunca resolvió. En Chile, la burguesía y el imperialismo dieron un golpe, en Nicaragua les fue suficiente con esperar al desmoronamiento de la revolución para recuperar el poder político mediante las elecciones presidenciales.

Ante estas reflexiones, debemos preguntarnos: ¿Y con la Revolución Bolivariana, qué “solución final” esperan utilizar el imperialismo yanqui y la burguesía? Ya el golpe lo utilizaron en Abril de 2002, y fueron derrotados por el bravío y heroico pueblo trabajador de Venezuela, luego ejecutaron un sabotaje general a la economía de gigantescas proporciones, empezando por PDVSA, y también fueron derrotados. Ahora están llevando a cabo, después del paro sabotaje patronal de 2002-2003, la ofensiva económica más grave y severa de los últimos diez años. ¿Será que vienen con un nuevo golpe, o esta vez esperarán a que lentamente se acumule descontento entre las masas trabajadoras que apoyan a la revolución, para derrotarnos en unas elecciones nacionales futuras, tales como un referéndum revocatorio o unas elecciones parlamentarias?

Queremos dejar abierta esa reflexión a nuestras y nuestros camaradas lectores, sin embargo, trataremos de contribuir a darle una respuesta, desde la postura del marxismo, del socialismo científico, en las partes restantes del presente artículo.