En el siguiente artículo, elaborado por el camarada Rafael Romero de la Corriente Marxista del PSUV en el estado Zulia, se expone de manera resumida y sencilla, una serie de características que explican la naturaleza científica, proletaria, profundamente humanista y revolucionaria de la doctrina marxista, del socialismo científico.
Las características propias de la filosofía Marxista y del Marxismo, como doctrina total y armónica que abarca, no solamente la filosofía sino la economía y la teoría y práctica del socialismo científico, se distingue por lo siguiente:
1. Una estrecha relación entre la teoría y la práctica.
2. Hunde sus raíces en toda la herencia cultural de la humanidad.
3. Es polémico y anti dogmático.
4. Es ciencia; se desarrolla con la ciencia, y sirve de método al desarrollo de las ciencias particulares.
5. Es la única y verdadera doctrina que sirve a los intereses generales de la humanidad, por donde se concluye su profundo humanismo.
6. Es arma ideológica de los trabajadores.
7. Es partidista, pero a la vez, la más objetiva de todas las doctrinas.
1. Relación entre la teoría y la práctica.
Esta característica es indiscutible. Recuerden la tesis de Marx sobre Feuerbach donde dice que “hasta ahora los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, pero lo que se trata es de transformarlo”. En otras tesis afirma que esa transformación sólo se logra mediante la práctica social revolucionaria que actúa sobre el medio y el hombre a la vez.
Precisamente para llevar a cabo esa práctica social revolucionaria fue que Marx y Engels se dedicaron a estudiar profundamente la economía política y a organizar el movimiento obrero de manera que el proletariado estuviera en condiciones, como clase revolucionaria, de tomar el poder y crear la sociedad socialista donde los hombres, dueños de las leyes sociales, fueran, en verdad, los señores de la naturaleza.
El socialismo ha sido producto del desarrollo científico de la humanidad, y hoy, no puede ningún pueblo del mundo, tomar la vía del desarrollo, si no es a base del socialismo.
Dominar la teoría y llevarla a la práctica en cada una de sus actividades. Así se aprenderá Marxismo, en los libros y en la vida y viceversa.
2. El Marxismo es el fruto de toda la herencia cultural anterior.
El Marxismo no es una negación absoluta de todo el pasado. No ha surgido de la cabeza de los clásicos, como dice la mitología griega que nació Atenea ó Minerva de la cabeza de Zeus.
Sobre este tema que estamos considerando Lenin escribió lo siguiente:
“La historia de la filosofía y de la ciencia social enseñan con toda claridad que en el Marxismo no hay nada que se parezca al “sectarismo” en el sentido de una doctrina encastillada, anquilosada, que haya surgido al margen de la calzada real por la que discurre y se desarrolla la civilización universal. Por el contrario, el genio de Marx estriba precisamente en haber dado soluciones a los problemas planteados antes de él por el pensamiento avanzado de la humanidad. Su doctrina surgió como directa ó inmediata continuación de las formuladas por los más grandes representantes de la filosofía, la economía política y el socialismo”.
Las tres fuentes más inmediatas del Marxismo fueron: la Economía política inglesa, especialmente las teorías de Adam Smith y David Ricardo; el socialismo utópico de Saint Simón y Fourier, franceses y Richard Owen, inglés; y la filosofía clásica Alemana, particularmente la de Hegel.
3. El Marxismo es antidogmatico.
Marx, Engels y Lenin fueron ejemplos altos de antidogmatismo. Sus más señaladas ideas se desarrollaron de manera polémica. Todas sus obras filosóficas fueron polémicas. Lo polémico es lo contrario de lo dogmático. El Marxismo, como todas las cosas y fenómenos del universo no se desarrolla sin luchas.
Sólo de modo polémico podemos destruir las falsedades del enemigo, ya sea abierto ó enmascarado. Nuestro combate no tiene efectividad si adoptamos una actitud dogmatica, como existen muchos que dicen “ésta es nuestra verdad y basta”.
La mejor forma de demostrar nuestra verdad – que si, la tenemos, y es verdad verdadera, es confrontarla en la polémica. Por supuesto; con el arma acerada de los principios.
4. Es ciencia; se desarrolla con la ciencia, y sirve de método al desarrollo de las ciencias particulares.
El carácter de ciencia del Marxismo ha quedado probado en las características anteriores. Se ha demostrado que nace con las ciencias y se desarrolla con ellas. Ahora nos toca demostrar, en especial, que el investigador, el científico, el político, en fin, el sabio, en cualquier rama del saber necesita del Marxismo.
No es que seamos tan absolutistas que neguemos que muchos descubrimientos científicos se han realizado sin que sus descubridores conocieran la filosofía de Marx, Engels, Lenin. Pero lo cierto es que cuando tal cosa ha ocurrido, el sabio queriéndolo ó no queriéndolo, conociendo ó no conociendo el Marxismo, ha logrado sus objetivos, aplicando en la práctica, la concepción materialista dialéctica del mundo.
La filosofía Marxista libera al sabio de prejuicios y de todas las sugestiones mal intencionadas de las filosofías que paralizan la investigación y frenan el pensamiento científico, tale como el irracionalismo y sus variantes pragmáticas, positivista e indeterministas.
5. El Marxismo es una doctrina eminentemente humanista.
Existen muchas razones que demuestran el carácter humanista del Marxismo, entre las cuales tenemos:
Primero: desarrolla en el hombre la confianza en si mismo, y no solamente la confianza individualista; sino también (cuando se vincula a los otros hombres que piensan y sienten como él) desarrolla la conciencia de su misión histórica, como factor de liberación de su clase y de todo genero humano.
Segundo: rompe los límites humanistas del humanismo burgués, porque toma como punto de partida la idea definida por Marx de que el hombre es el conjunto de relaciones sociales, no el individuo aislado y abstracto.
Tercero: no es un humanismo de evasión, es decir, un humanismo que lleva al hombre a aislarse de sus semejantes que sufren, sino que es aquel que “echa su suerte con los pobres de la tierra” y “se salva “, salvando al resto de los hombres.
6. El Marxismo es arma ideológica del proletariado.
La filosofía Marxista le señala al proletariado el camino para liberarse de la esclavitud espiritual de la religión, y los prejuicios y supersticiones que estimulan las clases opresoras; lo pone en condiciones de poseer una concepción del mundo certera, científica, que lo conduce a la lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad.
Por otra parte, la economía política científica, del marxismo, enseña a los trabajadores que la propiedad privada, el capital, el trabajo asalariado, y la explotación capitalista son relaciones reales y efectivas de un régimen social que sólo se puede destruir mediante la acción práctica revolucionaria.
Además demuestra a los trabajadores que el socialismo no es una utopía. Les enseña que organizándose en un partido de clase y aplicando la estrategia y las tácticas adecuadas, puedan arrancarle el poder a la burguesía, establecer su propio poder y construir a la nueva sociedad, libre de explotación del hombre por el hombre.
7. El Marxismo es partidista, pero por ser científico, es la más objetiva de todas las doctrinas sociales.
Sabemos, por lo estudiado más arriba, que toda teoría sociológica o económica expresa los intereses de una u otra clase y es por tanto, una teoría partidista; hasta la filosofía.
Las clases explotadoras, interesadas en eternizar su dominio, sólo se fundamentan en la ciencia, eso limitadamente, como ocurrió con la burguesía en su fase ascendente, cuando luchan por el desplazamiento de otra clase. Luego, asentadas en el poder, se esfuerzan por negar todo aquello que entra en contradicción con sus intereses. Su ideología se aparta cada vez más de la ciencia. Así, por ejemplo, el materialismo y el ateísmo de los ideólogos burgueses del siglo XVIII han sido echados al “rincón del olvido” y, en su lugar, proliferan hoy el irracionalismo, el neopositivismo, el pragmatismo, el existencialismo, el personalismo, y otros refritos idealistas en el campo de la filosofía, que no tiene otro fin que “llenar el vacío ideológico” racional del capitalismo.
El imperialismo y las oligarquías que le sirven han lanzado por la borda, también el famoso lema de “libertad”, “igualdad”, “fraternidad” que hoy sólo subsiste como un fetiche ideológico.
De aquí que la clase obrera y su partido, interesados en transformar el mundo, están, necesariamente interesados también en conocer todas las leyes que lo rigen, sin ninguna deformación que estorbe su marcha hacia la sociedad de clases.
Cuando más partidistas somos, más “imparciales” resultamos en los campos de la ciencia; más rigurosamente científicos y objetivos.
Para resumir lo anteriormente expuesto, diremos como ese otro gran revolucionario que fue el Che Guevara: “Teoría y práctica, decisión y discusión, dirección y orientación, análisis y síntesis, son las contraposiciones dialécticas que debe dominar todo revolucionario”.
Fuentes:
V.I Lenin tomo 10, Paginas 76-80, Obras Completas.
F.Engels. Ludwuing Feuerbach y el Fin de la Filosofía Clásica Alemana.
Ernesto Che Guevara. Una síntesis biográfica Marx y Engels.
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