La especulación generalizada en los bienes y servicios, y el acaparamiento de alimentos de primera necesidad, dirigida por la contrarrevolución desde noviembre del año pasado, creó una crisis en el pueblo venezolano de orden económico. Como resultado de esta ofensiva de la derecha, comenzó a generarse una crisis política en las masas chavistas, la cual se concretó el 14 de Abril de este año en las elecciones presidenciales.
La ofensiva contrarrevolucionaria continúo acentuándose durante los meses siguientes. Pero el mes de noviembre en curso surge la contraofensiva revolucionaria que se materializa en la fiscalización y control a nivel nacional de algunos establecimientos distribuidores y vendedores de “línea blanca”, “línea marrón”, de repuestos de vehículos, de juguetes, etc.
La ofensiva contrarrevolucionaria tiene como objetivo derrocar el gobierno del presidente Nicolás Maduro, y al mismo tiempo acabar con la revolución bolivariana. La meta es generar una crisis social y política, creando una crisis económica. Con este fin, se inició un plan desestabilizador para herir de muerte la economía, usando las armas de la especulación, del acaparamiento y del incremento del costo del dólar paralelo, provocando finalmente escasez de bienes y servicios e inflación.
A pesar del ataque de la burguesía venezolana y del imperialismo yanqui -contra la economía, contra las masas trabajadoras- no ocurrió lo que la contrarrevolución esperaba, la explosión popular porque el método de lucha de las masas chavistas fue la resistencia popular.
¿Por qué no hubo explosión popular?
Porque en la confrontación entre la revolución venezolana (proyecto socialista) y la burguesía nacional e internacional (capitalismo) el gobierno venezolano y las organizaciones políticas y sociales (PSUV y el Polo Patriótico), ambos defensores del proyecto socialista, denominaron el ataque del imperio estadounidense “guerra económica”, y así lo asumió el pueblo. Pero otra razón más poderosa impidió la explosión social y es la conciencia social de las masas populares chavistas.
Veamos que nos dice la historia con relación a la conciencia social. La historia de la sociedad demuestra convincentemente que con el cambio de la existencia social de las mujeres y de los hombres se modifica también la conciencia, desaparecen las ideas caducas y surgen otras nuevas, correspondientes a las nuevas condiciones y nuevas demandas sociales.
En ese sentido podemos decir que el método de lucha de las masas chavistas –resistencia popular- en este nuevo ataque de la burguesía nacional y del imperio estadounidense es una manifestación en tanto y en cuanto que la revolución bolivariana ha producido cambios en la existencia social de la mayoría de la población venezolana. Congruentemente con ello ha cambiado también las ideas y opiniones de los hombres y de las mujeres que apoyan el proceso revolucionario venezolano. Más allá, la conciencia social de las masas chavistas (duras) tiene carácter de clase, y es sin duda conciencia proletaria, no burguesa.
Huelga decir, que el conjunto de opiniones políticas, morales, culturales y otras constituye una ideología. Mediante un sistema determinado de opiniones, una clase u otra expresa y fundamenta su posición en la sociedad, defiende sus intereses procura alcanzar los fines que persigue.
Ahora bien, la conciencia social tiene una independencia relativa en su desarrollo. La independencia relativa del desarrollo de la conciencia social consiste en que puede ir atrasada del desarrollo de la existencia social o adelantarlo, así como también puede ir a la par del desarrollo de la existencia social.
El atraso de la conciencia social con respecto a la existencia social se explica porque primero cambia la existencia social de los seres humanos y luego su conciencia. Ello va condicionado por una gran vitalidad de las ideas y opiniones caducas. Esta vitalidad no es casual: las clases dominantes emplean todos los medios que tienen a su disposición para que su ideología impregne la mente de todos los miembros de la sociedad.
La burguesía nacional –y la imperialista-, por ejemplo emplea todo el arsenal de influencia ideológica (televisión, prensa, cine, radio, redes sociales, etc.) para envenenar la conciencia de los trabajadores y trabajadoras, desarmándolos ideológicamente.
Entonces podemos concluir que las ideas -contenido de la conciencia- desempeñan un doble papel: pueden bien contribuir al desarrollo de la sociedad, bien frenar este desarrollo. El papel de las ideas se determina por la clase –progresiva o reaccionaria- a la que se pertenezca, por lo acertadamente que reflejen las demandas de la vida material de la sociedad y por el grado en que correspondan a los intereses de las masas populares.
Finalmente, el marxismo ha establecido que cuanto más profundas sean las transformaciones sociales y más serias las tareas planteadas a la sociedad, también mayores serán las masas de gentes que participen en el proceso histórico, tanto más activas serán las masas populares. El proceso revolucionario venezolano ha introducido transformaciones en la existencia social de los oprimidos y oprimidas, y por consiguiente, han ocurrido cambios en la conciencia social en las masas populares de Venezuela.