…o aun estamos a tiempo
El último año ha estado marcado por un feroz ataque económico de la burguesía en contra del pueblo venezolano, con la intención de debilitar la base de apoyo popular, que apoyan al gobierno y en especial al presidente Nicolás Maduro. Hemos visto, desde un sabotaje a la economía, hasta amenazas directas y frontales de parte de los dirigentes de la derecha. Incluso el reciente apagón nacional, una semana antes de las elecciones del 8D. Todo apunta a que, desde meses atrás, la burguesía nacional e internacional han dejado de lado la reglas democrático-burguesas, para embarcarse en el plan de derrocar, de la forma que sea, al gobierno constitucional de Venezuela. Sin embargo, por su parte la dirigencia revolucionaria parece ignorar y/o subestimar esta latente amenaza.
En su obra maestra “Crónica de una muerte anunciada”, Gabriel García Márquez, nos muestra la historia de un personaje de pueblo (Santiago), acusado de acostarse con la hermana de los Vicario, y es condenado a muerte por estos. Sin embargo, lo que resalta de la historia, es como todo el pueblo sabía del asesinato – que efectivamente se comete al final de la obra –, a pesar de esto Santiago, no se entera que lo buscan para darle muerte, sino hasta poco antes de que ocurre el hecho, por lo cual es incapaz de prevenirlo.
De esta novela del “Gabo”, podemos extraer una perfecta analogía con la realidad política venezolana. Donde hay una amenaza directa y explícita de parte de los principales voceros de la derecha; donde una burguesía cada vez más reaccionaria, aplica aumenta permanentemente con más ferocidad el sabotaje económico; donde hay una vanguardia chavista radical, consciente de la amenaza latente. Pero por el contrario los dirigentes del gobierno, cuales Santiagos, ignoran el peligro real, de la amenaza que recae sobre la revolución, y que de no ser atendida oportunamente, significaría el fin de la revolución y la destrucción de todas las conquistas que la clase trabajadora ha conquistado en los últimos 14 años.
Mientras, los sectores afectos a la revolución se prepara sólo para unas elecciones de alcaldes y concejales. La derecha por el contrario, desde hace varios meses ya, viene preparando a su base de apoyo para un cambio en el gobierno nacional. Pero ¿De qué manera se puede cambiar un presidente a través de elecciones municipales? Pues, sabemos que por la vía constitucional y democrática no está en juego el cargo a la presidencia de la república. Entonces ¿Como pretende la derecha llevar a cabo este cambio prometido? Sencillamente a través de un golpe de estado, que con el apoyo del imperialismo, restituya a la burguesía en el poder. Es la única forma por medio de la cual la derecha puede llevar a cabo tales planes.
Por su parte el líder actual de la coalición de partidos de la derecha (MUD), publicó recientemente a través de su cuenta de twitter una clara amenaza en contra del presidente diciendo textualmente: “@nicolasmaduro Te lo digo bien claro para que te lo grabes, después #8D vamos por ti y tu nefasto Gob”. Discursos y amenazas como estas han sido presentadas por muchos otros actores políticos de la MUD y la derecha en general.
Esto no sólo pone de manifiesto claramente como la burguesía nacional y el imperialismo, sólo reconocen la legalidad democrático-burguesa, exclusivamente cuando le beneficia, sino que pretenden radicalizar a sus sectores más movilizables, para que estén prestos a actuar en caso de que se les convoque. Para esto la derecha ha realizado estas supuestamente marchas “autoconvocadas”, con la intención de ir midiendo el grado de radicalización y respuesta de sus bases, además de ir preparando los aspectos organizativos para futuras acciones violentas.
Ciertamente la derecha no cuenta cuantitativamente, con una vanguardia que pueda hacerle frente en la calle a la vanguardia revolucionaria, sin embargo, si cuentan con pequeños sectores fascistas polarizados, que pueden actuar como carne de cañón, mientras encienden en caos al país, y se justifica una intervención imperialista.
El golpe económico en marcha
El papel jugado por la burguesía nacional, también muestran los preparativos para un golpe de estado, donde hemos visto que, especialmente luego de que el presidente Chávez fue hospitalizado por última vez, los precios de todos los bienes y servicios se dispararon en una cadena inflacionaria artificial, en una mayor huelga de inversiones, en más acaparamiento, y en una mucho menor producción (especialmente de alimentos).
La “lucha de clases” nos permite entender que toda clase dominante, siempre y por su propia naturaleza, será contrarrevolucionaria, y se opondrá sin titubeos ante todo proceso de transformación de carácter progresista. Y esto queda comprobado en la práctica, donde por casi 15 años hemos buscado a una supuesta burguesía progresista, e incluso hemos llamado a las burguesías a trabajar en beneficio del país junto con el gobierno, pero de todo esto sólo hemos encontrado golpes de estado, paro petroleros, cierre de empresas, desinversión, acaparamiento, etc. etc. etc. Debemos ya entender que esto no puede ser de otra forma.
Cómo lo hemos explicado una y otra vez los marxistas, las burguesías no pueden jugar un papel revolucionario, y por el contrario se opondrán ante todo avance de la revolución. ¿Y cómo puede ser de otra forma? Si el socialismo significa precisamente acabar con el capitalismo, es inocente e infantil pensar que la burguesía, que los capitalistas, apoyen un sistema económico que acabaría con ellos mismos. Es por esto que en 14 años sólo hemos recibido golpes de parte de ellos. Y especialmente cuando hemos dado pasos firmes hacia la izquierda.
Algunos han calificado este sabotaje económico como un “golpe lento”. Claramente la burguesía, y a través de las federaciones y cámaras de comercio, han llevado a cabo una organizada guerra económica, para desmejorar la calidad de vida de la clase trabajadora, especialmente golpeando nuestra capacidad adquisitiva. Este ataque flagrante en contra de los intereses de nuestra clase, pone de manifiesto que este sabotaje no es más que una clara manifestación de la “lucha de clases”, donde la burguesía defiende sus intereses comunes.
Sin embargo, este “golpe lento”, tiene dos claras intenciones: la primera es desmovilizar a los sectores populares afectos a la revolución de tal manera que en las elecciones municipales, este descontento nos llevara a perder algunas alcaldías y consejalías de importancia; pero la segunda intención es más grave aún, de esta manera buscaban crear las condiciones objetivas, que llevaran a un descontento mayoritario de las masas, que los obligara a salir a las calles en protesta, e incluso llevando a cabo saqueos espontáneos.
De esta forma la burguesía imperialista rápidamente, a través de sus medios de comunicación internacionales, justificaría estas acciones como una muestra del descontento del pueblo en contra del presidente Nicolás Maduro, y se vería clara su oportunidad de intervenir directa o indirectamente en esta “insurrección”, con la única intención de derrocar al gobierno a través de uno de los golpes de estado clásicos, llevados a cabo tantas veces por la CIA y sus agentes.
Las medidas tomadas por el gobierno
Si bien, las medidas tomadas por el gobierno, significan una respuesta clara ante los avances de la guerra económica, y muestran una voluntad de parte de la dirigencia revolucionaria, de avanzar hacia la izquierda, no representan la “panacea”, ante todos los males a los que se enfrenta la revolución en el plano económico, mucho menos aún significa que con esto podamos domar a los capitalistas.
Es cierto que la burguesía ha jugado su papel reaccionario (como es de esperarse), en aumentar artificialmente la inflación del país, etc.; sin embargo, esto no se trata de un sólo sector de la burguesía, por el contrario, todos los sectores (producción, industria, comercio, etc) e incluso de la pequeña burguesía se han sumado de forma voluntaria a este saboteo. Y esto está mucho mejor explicado en el artículo: Sobre las supuestas burguesías progresistas, donde en forma resumidas, se explica que en 14 años no hemos logrado encontrar una burguesía que pueda estar de lado del pueblo, más aún, en contra de sus propios intereses de clase. Por más que sigamos haciendo un llamado a la aparición de este tipo de burguesía, y a que jueguen un papel protagonista, no obtendremos respuesta. ¿Acaso es posible recibir una respuesta de algo que no existe?.
Por su parte las medidas tomadas por el gobierno, si bien pueden frenar, de manera frontal y a corto plazo la espiral inflacionaria a la que nos tiene sometido la burguesía. No tienen capacidad de asegurar que la burguesía no encuentre una nueva forma (legal o ilegal) de seguir metiendo su mano negra, para continuar atacando al proceso revolucionario.
¿Por qué la burguesía sabotea la economía? la respuesta es muy clara, sencillamente porque pueden, mientras le demos la oportunidad de hacerlo, lo harán. Pero, ¿Qué es lo que permite que la burguesía pueda? El único elemento que permite que la burguesía continúe en una perpetua e incansable lucha en contra de la revolución, durante los 14 años y los que faltan, es precisamente la propiedad privada de los medios de producción, que sigue estando en sus manos.
Es sencillo, quien controla los medios de producción, controla el capital, la producción, los mercados y en definitiva la economía, y por consecuencia la vida de todos aquellos que se ven forzados a vender su fuerza de trabajo, a la clase trabajadora. Y en Venezuela, así como en la mayor parte del mundo, los principales medios de producción están en manos de la clase burguesa.
En definitiva las medidas económicas tomadas por el gobierno y anunciadas por el presidente Maduro, no permiten controlar cuánto y cómo se produce, ni cuánto y cómo se importa. Estas decisiones, sumamente importantes para el normal funcionamiento de la economía, y para el desarrollo del país, siguen estando en manos de los dueños de los medios de producción, en manos de la burguesía (nacional e imperialista) que precisamente, de forma consciente y constante han adversado a la revolución por 14 años.