Las elecciones del 8 de Diciembre, como cualquier otra elección, no pueden verse como la superación de las contradicciones de clase. Al contrario, la lucha por los verdaderos derechos de los trabajadores, no comienza ni termina con las elecciones, la verdadera lucha se libra denunciando a los enemigos de los trabajadores y oprimidos, como lo son el empresariado apátrida y rentista, agrupado en Fedecámaras, Consecomercio y Venamcham, y denunciados ampliamente por el Presidente Nicolás Maduro, durante la ofensiva económica revolucionaria de Noviembre y Diciembre pasado
La Revolución Bolivariana
¿Es posible desarrollar el capitalismo en Venezuela, en el marco de la revolución bolivariana, cuando ésta nació precisamente de la crisis del bipartidismo, de las políticas neoliberales que oprimieron aún más a las mayorías explotadas de la nación? La revolución bolivariana nace de la crisis y la incapacidad del capitalismo mismo, con lo cual, podemos decir que la burguesía y las transnacionales han evidenciado su parasitismo, que le castra y le hace incapaz históricamente, de proporcionar crecimiento de las fuerzas productivas, lo que a su vez le imposibilita de crear nuevos puestos de trabajo, generar bienestar, servicios de calidad, salud, vivienda y alimentos para todos y de calidad. Sólo los trabajadores pueden y están en la condición histórica de abrir las compuertas de la historia y desarrollar todas las potencialidades de la sociedad.
¿Qué significan las últimas tres elecciones en Venezuela?
Lo mismo que las que se han realizado desde 1989, éstas últimas tres elecciones expresan una decisión inquebrantable de vencer. Las masas que han votado por la izquierda lo han hecho con la intención de instaurar un gobierno de los trabajadores y oprimidos. Las masas han hablado, no quieren mas reformas, no quieren que se sigan favoreciendo a sus enemigos de clase, a la burguesía y el imperialismo.
El aumento de la gasolina
Las inspecciones o visitas de los funcionarios del gobierno a las tiendas importadoras, en la gran mayoría de los casos nos han demostrado que los empresarios reciben dólares con los cuales no compran ya. Así quedó comprobado al haberse encontrado mercancía comprada hasta el 2010 y 2011, así como también lo demostraron, las mercancías inspeccionadas en los puertos. Habrán sus excepciones no lo vamos a dejar de decir, pero la realidad, es que incluso un sector importante del empresariado es el responsable de organizar el negocio de los “raspacupos”, haciendo uso de las tarjetas de créditos de sus empleados, y luego pagando un porcentaje a éstos últimos a cambio de la mayor parte de las divisas de sus cupos de viajero.
Mientras todo ello ocurre, al empresariado y a las nuevas figuras que conocimos desde la denuncia del año pasado por parte del presidente del BCV, se les entregaron más dólares que en el 2012. Con esos dólares se pudieron construir más casas, escuelas, hospitales, mejorar los CDI, etc., y al mismo tiempo, se pudieron adquirir electrodomésticos a precios más bajos que los de los empresarios especuladores.
Después de este festín que engorda al empresariado y a los banqueros del país, se escucha muy fuertemente venir, un ajuste del precio de la gasolina aplaudido por todos estos mismos empresarios, que aunque se diga lo que se diga desde sectores de nuestra dirigencia revolucionaria, sí va a golpear el bolsillo del pueblo trabajador, y ello debido al impacto que un aumento de la gasolina tendrá sobre el resto de los rubros en la economía. Los argumentos hasta ahora planteados por nuestro gobierno bolivariano, para apoyar dicho aumento, es el de mejorar la calidad de las misiones, de los hospitales, CDI, carreteras, de las gasolineras, pero, ¿Por qué no utilizamos los dólares que sacaron del país estos empresarios, que los solicitaron para importar y que realmente los utilizaron para venderlos en el mercado paralelo? La única solución revolucionaria a la cuestión del mercado paralelo es la nacionalización del comercio exterior. El estado no debe entregar más divisas a los empresarios, sino que debe ser éste mismo quién importe las mercancías y materias primas necesarias, para luego venderlas a la industria nacional. Con un aumento de la gasolina, quienes pagamos el déficit fiscal somos los de abajo, nos los empresarios, que son los que han venido desfalcando y estafando a la nación.
Ya basta, conquistemos el socialismo como gobierno
Marchamos hacia una nueva etapa en la historia de nuestra revolución bolivariana. La victoria del 8 de Diciembre en las elecciones municipales, demuestra la voluntad del pueblo trabajador de Venezuela de lograr la victoria definitiva del socialismo como gobierno. Las masas trabajadoras, la juventud, las mujeres y oprimidos, nuevamente derrotaron a la burguesía nacional y al imperialismo. El voto de los candidatos del PSUV y el Gran Polo Patriótico así lo reafirman, sólo falta entonces el programa y la dirección que gane a quienes hoy votan por el socialismo, para poder realizar un genuino gobierno de los trabajadores, sin burócratas y sin burgueses infiltrados.
Las conquistas sociales logradas bajo la dirección del Comandante Supremo, fueron defendidas por las masas trabajadoras votando a la izquierda, lo que se expresó en la victoria de los candidatos socialistas en las municipales frente a los candidatos de la MUD, que por su defensa de los empresarios, ante la guerra económica desatada por éstos contra nuestro gobierno bolivariano y contra la revolución, les proporcionaron esta contundente derrota, ante la cual incluso aceptaron los resultados del CNE, que en las elecciones de Abril pasado desconocieron, quedando con ello demostrada la voluntad de las masas por eliminar a sus adversarios de clase, los empresarios de maletín.
Las elecciones para los revolucionarios
Las elecciones del 8 de Diciembre, como cualquier otra elección, no pueden verse como la superación de las contradicciones de clase. Al contrario, la lucha por los verdaderos derechos de los trabajadores, no comienza ni termina con las elecciones, la verdadera lucha se libra denunciando a los enemigos de los trabajadores y oprimidos, como lo son el empresariado apátrida y rentista, agrupado en Fedecámaras, Consecomercio y Venamcham, y denunciados ampliamente por el Presidente Nicolás Maduro, durante la ofensiva económica revolucionaria de Noviembre y Diciembre pasado.
Los marxistas saludamos esta victoria, que fue una victoria de los trabajadores, la juventud y el conjunto de los sectores oprimidos de nuestra sociedad, los cuales dijeron: ¡Avanzamos hacia el socialismo!, derrotaron los lemas de supuestos “cambios”, y entendieron que una victoria de la derecha era retroceder hacia las políticas neoliberales impuestas en el pasado por AD y COPEI.
Pero esta nueva victoria también le dice al gobierno bolivariano que no es manteniendo y reformando el actual sistema capitalista hasta humanizarlo, que lograremos emancipar de manera definitiva a nuestro pueblo trabajador de toda opresión y explotación, sino que es necesario y urgente transformar de manera radical este podrido sistema capitalista que existe actualmente.
Hoy todavía escuchamos a los empresarios decir que no tienen dólares con que comprar y sin embargo el gobierno les subasta y les entrega por la vía CADIVI. Lo que sí es cierto es que con tales divisas no compran, sólo utilizan un porcentaje de los dólares adquiridos al estado venezolano para ello, y el otro porcentaje lo ingresan a sus cuentas en el exterior.
Este es el lenguaje de “unidad y dialogo” para la burguesía corrupta, parásita, rentista y proimperialista: Que las mayorías acepten que una minoría especuladora, corrupta e inescrupulosa, se enriquezca a costa del empobrecimiento de las y los trabajadores, mediante la pérdida del valor real de sus salarios, y con la eliminación de todas las conquistas logradas hasta ahora.
Los trabajadores y el socialismo
Sólo con la victoria de la revolución socialista, sólo con la clase obrera rompiendo con la lógica perversa que rige la economía capitalista, se podrá hablar de una Patria Socialista, y se podrá hablar de una economía planificada, en la cual estarán al servicio de las grandes mayorías el potencial productivo, los recursos humanos, técnicos y materiales de la economía nacional, pero, para llegar a esto no se puede seguir conciliando, ni haciendo pactos con los responsables de la guerra económica, el empresariado, los banqueros y latifundistas.
Converger alrededor de estas ideas significa, organizarnos en torno a un programa marxista que nos permita reagrupar a todos los luchadores por el socialismo dentro de nuestro partido, el PSUV, fundado por nuestro Comandante Supremo para acabar con el capitalismo y lograr la victoria definitiva del socialismo frente al capitalismo.
Es por lo tanto una tarea urgente, la construcción de una corriente marxista de masas en el seno del PSUV, que nos permita luchar contra todas las tendencias reformistas que plantean la conciliación de clases con la burguesía parásita y nos permita ganarles esta trascendental batalla política, para poder así impulsar la radicalización socialista de nuestra revolución y alcanzar, de una vez por todas, la irreversibilidad de nuestro proceso revolucionario.