“Socialismo o Barbarie”

Rosa Luxemburgo

Para evitar la catástrofe que nos amenaza no hay atajos: derrotar el golpe de Estado es derrotar el fascismo, es derrotar el imperio, es continuar hacia una sociedad mejor, contraria al capitalismo destructor de la vida. La salida, movilización del poder popular, creando la fuerza que desde las calles, las industrias, las universidades, las empresas del Estado venezolano derroten este proyecto macabro. Si se puede expropiar los medios de producción y la banca privada y construir el socialismo como única salida del salvar la existencia del planeta. En los días en que se escribió este artículo aún no se ha abortado definitivamente el desarrollo de acciones fascistas que tienen como objetivo derrocar al presidente Maduro, y luego aplastar la revolución bolivariana.

El 12 de febrero, en Caracas, un grupo de “estudiantes” con el pretexto de realizar una marcha pacífica salieron a la calle a protestar, por algo, oportunidad que aprovecharon para dar rienda suelta a una serie de acciones violentas frente a la sede de la Fiscalía General. Estas acciones corresponden a un plan subversivo en el que un grupo fascista, según el presidente Maduro, está financiado por el narco-paramilitar colombiano Álvaro Uribe, y dirigido en Venezuela por Leopoldo López, María Machado y Antonio Ledezma. Detrás de los nombrados el gobierno de los Estados Unidos. Quienes ya manifestaron su eterna “preocupación”. Están preocupados por la vida de uno de los entusiastas fascistas Leopoldo López. Pero no se “preocuparon” cuando López asesinó –autor intelectual- al camarada “Juancho” de la combativa parroquia 23 de Enero.

Pero no sólo están preocupados en el Departamento de Estado, sino que dan instrucciones (órdenes) al gobierno bolivariano, como informó el presidente Maduro: “el embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, recibió una llamada telefónica del Departamento de Estado de Washington (EEUU). Un funcionario Alex Lee, subsecretario adjunto para América del Sur, le transmitió un mensaje al gobierno de Venezuela: Le dijo que Estados Unidos le exigía al pueblo de Venezuela que se sentara a dialogar con la oposición; en segundo lugar, que dejáramos en libertad a todos los detenidos por los disturbios recientes; y en tercer lugar, dijo ‘el arresto del señor Leopoldo López podría causar muchas consecuencias negativas con sus ramificaciones internacionales’ y solicitó que se detuvieran las medidas judiciales (en su contra)».

Cuando los monopolios económicos y las burguesías nacionales no ven salida a sus contradicciones internas usan la carta aniquiladora de revoluciones: el fascismo. Cuando los imperios no logran sus objetivos macabros de golpes de Estados dan órdenes y amenazan.

Carlos Marx expuso acerca de los procesos revolucionarios “La revolución a medida que avanza engendra una contrarrevolución fuerte y unida; en otras palabras obliga al enemigo a recurrir a medios de defensa cada vez más extremos y por lo mismo elabora medios de ataque cada vez más poderosos”.

Con la revolución bolivariana hemos aprendido que el socialismo no se decreta. Hemos aprendido que una revolución está expuesta a peligros internos y externos. Como dijo Lenin no es un acto único, ni una única batalla en un frente aislado, sino toda una época de agudos conflictos de clases, una larga serie de batallas en todos los frentes, es decir, batallas alrededor de todos los problemas de la economía y de la política, que sólo puede culminar con la expropiación de la burguesía.

Una revolución en esencia nace débil. Debe confirmar su existencia. ¿Qué significa confirmar su existencia? Significa que la revolución debe avanzar a un ritmo rápido, tempestuoso y decidido -no esperar que la empuje la contrarrevolución-, derribando todos los obstáculos con mano pesada (de hierro) y se debe dar objetivos cada vez más avanzados, o pronto retrocede de ese punto débil de partida –si no sale del mismo- y resulta liquidada por la contrarrevolución.

También Rosa Luxemburgo advertía acerca del carácter del desarrollo de una revolución: “No se puede mantener el ‘justo medio’ en ninguna revolución. La ley de su naturaleza exige una decisión rápida: o la locomotora avanza a todo vapor hasta la cima de la historia, o cae arrastrada por su propio peso nuevamente a su propio punto de partida. Y arrollará en su caída a aquellos que quieren, con sus débiles fuerzas, mantenerla a mitad del camino, arrojándolos al abismo”. 

¡Proletarios del mundo uníos!  ¡Socialismo o barbarie!  ¡Por la revolución socialista en el mundo!

¡Unidad y movilización popular a defender la revolución del imperialismo opresor!

¡Ya no somos el patrio trasero del imperio estadounidense!

Proletarians of all countries, unite!  ¡saludos a la “British Marxist Student Federation”!