El día miércoles 19 de febrero, los obreros de las Empresas Básicas de Guayana en estado Bolívar al sur de Venezuela, demostraron su fuerza ante los ataques de fascismo para derrocar la revolución bolivariana, cerca de 30.000 mil obreros marcharon hacia el centro de Puerto Ordaz donde días antes los fascistas habían tomado posiciones de tranca de vías y quema de espacios públicos.
Algo quedó claro luego de esta concentración, una de las más grande que se ha convocado por sectores revolucionarios en Guayana, y es que los sectores de bases dejaron de un lado sus diferencia y se emprendieron en un único frente a defender la revolución bolivariana contra los ataques del fascismo. Los trabajadores están claros en tomar partida en la lucha de clases, ellos ven con peligro que si la derecha tiene éxito en sus planes, todos los avances que se lograron bajo el gobierno del presidente Hugo Chávez estarían en peligro inminente.
Los ataques del fascismo
La marcha de trabajadores transcurrió de una manera pacífica y sin violencia durante toda la ruta, mas no fue así cuando la marcha finalizó. En alta vista, un pequeño barrio de clase media, donde principalmente tienen las barricadas los sectores fascistas de la región, los trabajadores tomaron posiciones firmes en contra de, lo cual ocasionó que 9 trabajadores fueran heridos por armas de fuego, disparados desde los edificios del sector. Mas tarde, luego de ser apresados los pistoleros, se supo que estos tenían un marcado acento colombiano, lo cual implica que pudiera tratarse de paramilitares pagados por la derecha para tratar de generar caos en Guayana.
Ante estos ataques, los sectores revolucionarios deben de plantear una estrategia de organización popular obrera en las barriadas y fábricas, que permitan dar un impulso en respuesta ante las arremetidas de los grupos contrarrevolucionarios, quienes cuentan con enormes presupuestos y logística suministrado por la burguesía y el imperialismo norteamericano. Es el momento para continuar con la aplicación de la política de las milicias obreras, campesinas y comunales en un frente único que permitan defender la revolución y las agresiones por parte de estos grupos.
El fascismo posee, a diferencia de otras formas de la contrarrevolución, una base de masas, compuesta por la pequeña burguesía arruinada y enloquecida y el lumpen proletariado, cuyo objetivo es aniquilar a las organizaciones obreras y revolucionarias tal es el caso de los colectivos de motorizados estigmatizados por la derecha.
En palabras de Trotsky: «El fascismo es el producto de dos factores: una crisis social aguda, por una parte, y la debilidad revolucionaria del proletariado». Por lo tanto debemos consolidar el movimiento de la clase trabajadora, en la revolución, para impedir que se siga fortaleciendo el fascismo.