Las guarimbas

La ola de guarimbas en todo el país ha dejado a la oposición exhausta y desgastada. Hicieron todo lo posible por derrocar a Maduro a través de guarimbas, barricadas, asesinatos, quema de instituciones y bienes tratando de llevar al país entero al caos y la guerra civil. Ciudades como Mérida y Táchira fueron prácticamente tomadas por las bandas armadas del fascismo, hubo conatos de violencia en Valencia y pequeños intentos en las zonas pequeño burguesas de Caracas. Un dato interesante es que los enfrentamientos con grupos revolucionarios se dieron en las principales ciudades obreras: Maracaibo, Valencia, Maracay, Puerto La Cruz. En Puerto Ordáz los trabajadores de las empresas básicas salieron a desmontar las guarimbas y organizaron una marcha en las principales calles y avenidas de la ciudad. La derecha disparó cobardemente desde edificios y casas dejando varios obreros heridos de bala.

Las guarimbas de abril del año pasado fueron sólo en las zonas ricas y de clase media del país tras conocerse el triunfo de Maduro. No consiguieron conectar con el pueblo pobre y trabajador que apoya a la revolución. El resultado fue 11 personas muertas (todas revolucionarias) y destrozos. Capriles sacó duras lecciones de llamar a derrumbar al gobierno, además, llamó al gobierno de Maduro espurio e ilegítimo. Curiosamente se reunió con Maduro en Miraflores dando un fuerte apretón de manos que enfureció las filas más radicales de la derecha. Leopoldo López y Maria Corina Machado llamaron abiertamente a hacer guarimbas en todo el país, empezando por los andes. Tras tres meses de guarimbas, el único resultado ha sido un profundo desgaste y división de las filas de la derecha. Capriles ha intentado varias veces de presentarse en manifestaciones de la derecha siendo abucheado como pasó en la tal marcha de las mujeres en Las Palmas en Caracas. Capriles ha perdido toda credibilidad. Demoraron años en construir un nombre que enfrentase a la revolución y ahora van a demorar más para construir otro.

La ola de guarimbas ha dejado serias fisuras en las filas de la derecha. La desesperación ha llevado a María Corina Machado a seguir con las guarimbas incluso en el carnaval. Hemos visto la desesperación de los fascistas en los últimos sucesos en Caracas y Mérida, donde dispararon a un guardia y a un mototaxista que estaban desmontando barricadas en Los Cortijos (Caracas) y en Pie del Tiro (Mérida) asesinando con un certero tiro en la cabeza a una compañera que estaba luchando contra las barricadas y el caos impuesto por las hordas fascistas. Tal como el golpe del 2002 y el sabotaje petrolero de 2002-2003, la derecha sale de estas jornadas fascistas totalmente debilitada y dividida, incluso para las próximas elecciones parlamentarias del 2015. Pero cuidado…

¿Triunfo de la revolución?

La bancarrota de la derecha fue evidente tras la derrota del referéndum revocatorio del 2004, que hizo que no participaran en las elecciones legislativas del 2005 porque “no existían condiciones”. La verdad es que sabían que no conseguirían mayoría en la Asamblea Nacional. Sin embargo no podemos decir que hagan lo mismo en las próximas elecciones legislativas del 2015. Lo que sí sabemos es que quedaron debilitados producto de la ola de guarimbas y barricadas. La actual debilidad de la derecha debe convertirse en una victoria para los revolucionarios, pero no podemos cantar victoria hasta que el capitalismo siga vivo en Venezuela. El gobierno enfrenta una crisis económica que es una bomba de tiempo y los capitalistas actúan con total impunidad, así como las bandas asesinas de los fascistas.

Hay un dicho que dice que quién no aprende los errores de la historia está condenado a repetirla. Si no se toman medidas para expropiar a los capitalistas y no se arma al pueblo para la autodefensa de los matones fascistas, la derecha conseguirá recomponer sus fuerzas para volver a guarimbear y matar a nuestros militantes como lo han hecho impunemente. Los revolucionarios debemos debatir profundamente estos puntos en el PSUV. No existe ninguna medida capitalista para resolver la crisis. El precio del barril de petróleo a 104 dólares no está resolviendo el problema. La producción industrial y el bienestar social pasa por la expropiación de las palancas fundamentales de la economía.

El desarrollo de la conciencia

Por años se han pedido grandes sacrificios a las masas y nadie puede decir que estas no se han sacrificado. “¡Con hambre y desempleo, con Chávez me resteo!” llegó a ser la consigna en respuesta a la gigantesca campaña de la burguesía tras el golpe de estado y el paro petrolero en el 2002 y 2003 respectivamente. Es un insulto a la clase obrera venezolana y a todo el pueblo decir que “no existe suficiente conciencia”, los burócratas adolecen del más mínimo respeto para un pueblo glorioso que por años ha demostrado una y otra vez que está a la altura del proceso político que vive hoy Venezuela y América Latina en general.

Tras el sabotaje petrolero se llamó en masa a los trabajadores a ocupar las empresas; ¿la respuesta? Los obreros en masa ocuparon cientos (no sabemos si miles) de empresas en todo el país contra los intentos de cierre, crearon consejos de fábricas, las pusieron a producir bajo control obrero, vendieron los productos y en la mayoría de los casos los obreros pidieron la expropiación de sus empresas. Hemos visto el poder creador de la clase obrera en empresas ocupadas y expropiadas donde se ha producido más que cuando estaba el capitalista al frente de la empresa como vimos en Sanitarios Maracay, Inveval, Aceites Diana, subiendo los salarios de los trabajadores y mejorando sus condiciones de vida. Los trabajadores de las empresas ocupadas han mostrado el camino a seguir.

El contacto de Chávez con los obreros se vio minado por el enmarañamiento de la burocracia y las ocupaciones de fábrica chocaron con el aparato de estado burgués. Las decisiones democráticas de los trabajadores se pierden hoy en día en montañas de papeles de los ministerios (en el ministerio del trabajo fundamentalmente). La burocracia ha jugado un nefasto papel, pues mientras los trabajadores esperan a que el estado salga en su defensa y apruebe sus reivindicaciones, éste demora (a veces años) las decisiones ¡que en su mayoría defienden a los patronos! Cuanto más demora la burocracia, más rápido actúa la burguesía tomando medidas fuera de la ley contra los obreros.

Las medidas que se tomaron a favor del control obrero (un gran paso de la revolución y de la clase obrera) se están desmontando de manera descarada. Las direcciones que votaron los obreros para dirigir las empresas de manera democrática, los burócratas las están destruyendo ¡Tal como hizo el ministro Félix Osorio con Aceites Diana! ¡Los revolucionarios debemos impedir éste sabotaje a toda costa! ¡Ésta es una advertencia para todos los militantes del PSUV, dirigentes sindicales, obreros y campesinos! ¡Atentar contra el control obrero es atentar contra una de las más importantes herencias que dejó Chávez! El control obrero debe extenderse a todas las empresas estatales con consejos de fábrica votados democráticamente por todos los trabajadores tal como planteó Chávez.

¿Si los obreros tienen conciencia, entonces porque un grupo de trabajadores está saboteando las instalaciones eléctricas en el país?” Nos preguntan los burócratas constantemente. Éste es un punto importante que debemos desmontar. La burocracia utiliza permanentemente éste argumento contra los obreros para decir que no hay conciencia, pero un minúsculo grupo de saboteadores a sueldo de la derecha no representa a la clase en su totalidad. Es muy fácil tomar una cuestión particular y usarla como si fuese la totalidad de la clase obrera que piensa y hace lo mismo. Es el enfrentamiento entre dialéctica contra lógica formal, marxismo contra reformismo. La revolución se ha mantenido por el coraje y la valentía de la clase obrera y no por los burócratas. La aplastante mayoría de los trabajadores de las empresas eléctricas apoyan a la revolución. Decretar el control obrero en estas empresas permitiría que los obreros revolucionarios expulsen a los elementos saboteadores dentro de ellas, tal como pasó en Sidor. Los trabajadores de las empresas básicas han combatido a las hordas fascistas, como en Puerto Ordáz, donde más de 30.000 obreros salieron a desmontar las guarimbas.

Lo mismo podemos decir de los campesinos. La descarada burocracia vuelve con la misma canción: “no hay conciencia”, pero los campesinos han ocupado miles de hectáreas, se han organizado ¡y han echado a los terratenientes como pasó en la zona del sur del lago de Maracaibo! Los campesinos, a su vez (igual que sus hermanos obreros) han chocado con el estado burgués y sus peticiones se han perdido en montañas de papeles. El asesinato y los homicidios se han vuelto cotidianidad para los campesinos revolucionarios que se juegan la vida por defender un pedazo de tierra.

Hasta la fecha, ni los burócratas, ni los reformistas entienden la complejidad de la lucha de clases y el desarrollo de la conciencia de las masas. Ha sido la necesidad y años de corrupción y privatizaciones de los gobiernos de la cuarta república que llevaron a las masas a votar por Chávez y luchar hasta el fin para cambiar todo el orden de cosas existente.

Las corrientes del PSUV

Desde el nacimiento de nuestro partido hemos luchado por la unidad. El problema es que nuestro partido es como un barco que tiene dos capitanes que pugnan uno a la izquierda y otro a la derecha, donde además ninguno de los dos quiere soltar el timón. El resultado inmediato esa pugna es la crisis económica. Tal como los hemos dicho en nuestros artículos, los reformistas representan las ideas burguesas dentro del movimiento bolivariano, pidiendo “cautela” y “moderación.

La unidad del PSUV debe ser construida sobre la base de un programa y unos estatutos discutidos democráticamente. El PSUV es otra importante herencia de Chávez y la democracia interna es vital para la supervivencia del partido, de lo contrario se convertirá en un club donde los burócratas tomaran las decisiones que quieran. En verdad es esto lo que han hecho tras la muerte del camarada Chávez. Sin consultar a nadie, escogieron a dedo a los candidatos a alcaldes, generando un gran malestar en filas revolucionarias. Algunos oportunistas aprovecharon para irse a la derecha y la burocracia no ha perdido tiempo acusando a todos los que discrepan de las decisiones tomadas, como contrarrevolucionarios.

La política retrograda de la cooptación y las decisiones antidemocráticas que se han tomado a lo interno del PSUV son los verdaderos culpables de dividir al movimiento revolucionario. Como sabemos, el PSUV está compuesto por distintas corrientes algunas dirigidas por burócratas y reformistas que usan al partido para poder tener más poder y hacer jugosos negocios a costa de la militancia socialista. Un grupo importante de estos elementos son los que hablan de llegar a acuerdos con la supuesta “burguesía nacionalista” que mencionábamos anteriormente. Es a estos elementos ajenos a los principios de nuestro partido que nos oponemos. Un grupo de reformistas han atacado con fuerza las posiciones de algunos dirigentes revolucionarios acusándolos de “contrarrevolucionarios” “opositores” y otros calificativos innecesarios.

El debate y las posiciones contrarias dentro del movimiento son sanas y abren la discusión política. Es de esa manera que se debe construir el partido. “Las elecciones directas son burguesas” nos dicen los representantes del ala de derecha, ¿quiere decir entonces que las elecciones democráticas y revocatoria de todos los cargos que defendían los comuneros en París de 1871 eran también burguesas? ¿Eran burguesas las elecciones que implementaron los bolcheviques en los soviets después de tomar el poder en octubre en Rusia? ¿Es que acaso el método corporativo de la cooptación es revolucionario? Los marxistas hemos defendido y continuaremos defendiendo la democracia interna del partido. Y esto no es discutible.

Después de la muerte del comandante, Maduro debió haber llamado a un congreso urgente para escoger a los dirigentes, candidatos y abrir el debate para escoger nuevos estatutos y un nuevo programa. La base democráticamente podría poner freno inmediato a los ataques de la burguesía, podría haber tomado decisiones claves contra los capitalistas, terratenientes y banqueros. En lugar de llamar a las masas revolucionarias para discutir el destino de la revolución se han hecho toda una seria de improvisaciones innecesarias como la reunión con Lorenzo Mendoza que mencionábamos, y en la lucha de clases la improvisación se paga cara.

Es de extrema importancia detener las acciones divisionistas del ala de derecha representada por los reformistas, la única manera de hacerlo es a través de las discusiones políticas y las decisiones que se tomen desde las patrullas hasta la dirección del partido. El ala de derecha propone la “alianza estratégica con la burguesía”, “sin el capital privado es imposible”, “hay que detener a los radicales” nos dicen. Los marxistas decimos que la única alianza es la de los obreros con los campesinos y no otra. Sumar a la supuesta burguesía a la alianza revolucionaria es colocar aceite en el agua, es imposible que se junten. La burguesía, enfrentada a la revolución, se ha pasado en masa al campo de la contra-revolución, por tanto no puede haber alianza con la llamada burguesía sino con su sombra tal como explicó Trotsky, es decir una alianza con un sector que no representa realmente a nadie. Una alianza que no suma, sino que resta, porque en aras de aliarse con un sector que no tiene realmente ningún peso social real (la “burguesía productiva”), se mantiene el “respeto” a la propiedad privada, afectando así negativamente a la base social de la revolución, la clase trabajadora y el pueblo pobre. Maduro debe romper con los reformistas totalmente y girar a la izquierda expropiando a los capitalistas.

Concluciones

El triunfo de Franco sobre los republicanos y socialistas no fue producto de “grandes estrategias militares” sino producto de años de vacilaciones en el terreno político, la mayor estrategia estaba al alcance de los diferentes del gobiernos de la República: hacer la revolución social expropiando a los capitalistas. Las revoluciones no son eternas y una clase debe ganar. Pensar que la derecha salió totalmente derrotada de las guarimbas es falso, la derecha se está preparando para la próxima elección de diputados a la Asamblea Nacional para poder tener mayoría y preparar las condiciones para llamar a elección de referéndum revocatorio. El tiempo en verdad juega en nuestra contra. La burguesía sabe que el tiempo le favorece y mientras Maduro demore en expropiar a los capitalistas, estos a su vez, no pierden tiempo intensificado cada vez más la guerra económica.

La revolución venezolana ha inspirado a los obreros en Bolivia, Ecuador, Argentina, Nicaragua, El Salvador y otros países del mundo. El contexto internacional no puede ser más favorable para llevar la revolución hasta el final. Franco contó con la ayuda de Mussolini y Hitler. La derecha sueña con hacer lo mismo que hicieron en Ucrania, sin contar que Maduro no es Yanukóvych, que cuenta con un gran apoyo polular en la clase trabajadora y el pueblo pobre. El imperialismo norteamericano está empantanado en la crisis económica y en la encarnizada guerra en Afganistan e Irak, lo que hace prácticamente imposible que intervengan en Venezuela. Hoy en día las masas se están movilizando en prácticamente el mundo entero.

La derecha sabe que para derrotar a la revolución necesitan la ayuda proveniente de filas revolucionarias ¡y ésta es una importante advertencia para todos los revolucionarios y militantes del PSUV! Debemos organizarnos para combatir a los reformistas dentro del PSUV. El debate de la revolución hoy en día es lo mismo que dijo Rosa Luxemburgo: Socialismo o barbarie.

Dejemos que sea Trotsky quien diga las palabras finales:

La trágica experiencia de España es una amenazadora advertencia, puede que la última ante acontecimientos más grandiosos, dirigidos a todos los obreros del mundo. Según las palabras de Marx, las revoluciones son las locomotoras de la historia, avanzan más rápidas que el pensamiento de los partidos revolucionarios a medias o a cuartas. El que se para, cae bajo las ruedas de la locomotora. Además, y éste es el peligro principal, la propia locomotora descarrila a menudo. El problema de la revolución debe ser meditado hasta el fondo, hasta sus últimas consecuencias concretas. Hay que conformar la política a las leyes fundamentales de la revolución, es decir, al movimiento de las clases en lucha, y no a los temores y a los prejuicios superficiales de los grupos pequeñoburgueses, que se autotitulan Frente Popular, y otro montón de cosas. En la revolución, la línea de menor resistencia resulta ser la de peor bancarrota. El miedo a aislarse de la burguesía conduce a aislarse de las masas. La adaptación a los prejuicios conservadores de la aristocracia obrera, significa la traición a los obreros y a la revolución. El exceso de prudencia es la más funesta de las imprudencias”. Leon Trotsky, Lección de España ¡Última Advertencia!