Compañeros, acabo de hablar por teléfono con el compañero Lal Jan quien ha visitado a Riaz en el hospital de Karachi. La buena noticia es que sobrevivió milagrosamente a los disparos y a la operación quirúrgica, y ahora está fuera de peligro y en situación estable. A pesar de que se nos dice que se encuentra fuera de peligro, todavía se encuentra en mal estado. Está en estado semi incosciente y aún no ha podido hablar.
Puedo informar que el llamamiento de solidaridad internacional, lanzado el sábado inmediatamente después de que recibimos la noticia del tiroteo, ya ha tenido una respuesta excelente y ha proporcionado un impulso moral de valor incalculable al compañero Riaz. Lal Jan me dijo que cuando nuestro mensaje de solidaridad le fue leído, aunque no podía hablar, brotaron de sus ojos lágrimas de felicidad y gratitud.
Los médicos ahora dicen que son optimistas de que pronto podrá abandonar la unidad de cuidados intensivos para llevarlo a una sala general. Sin embargo, dada la gravedad de las heridas, probablemente pasarán varios meses antes de una recuperación completa – por lo menos en la medida en que eso sea posible. Contrariamente a lo que se informó originalmente, fue alcanzado no por tres balas, sino por cinco. No le alcanzaron el corazón, pero sí le dañaron el pulmón, y no está claro qué tan graves serán los efectos a largo plazo.
Algunas personas han estado especulando sobre la causa de este intento de asesinato del compañero Riaz y sobre la identidad de sus ejecutores. Tal especulación es completamente inútil. Sólo una persona podría arrojar luz sobre este misterio, y es el mismo Riaz, y él todavía no puede hablar. Según su familia no hubo amenazas de muerte denunciadas antes del ataque.
Aunque no podemos estar seguros de la identidad de los hombres armados, ciertas cosas son obvias. El hecho de que ninguno de los cinco tiros recibidos por Riaz le alcanzara ningún órgano vital claramente excluye la clase de asesinos profesionales entrenados por el Estado. Tales hombres no suelen fallar tan miserablemente en su obra de verdugos. Sin embargo, no se puede descartar algún grado de participación por parte del Estado. Tal es el grado de desintegración del Estado de Pakistán, que está desgarrado en conflictos internos intestinas, y ha habido una proliferación de todo tipo de grupos y bandas vinculadas por una parte a las diferentes facciones del ejército y del Estado, y por otra al tenebroso submundo del terrorismo, la delincuencia y el fanatismo religioso y sectario.
El compañero Riaz Lund ha pasado toda su vida luchando contra la corrupción y la injusticia. Eso lo convirtió en blanco de criminales y reaccionarios de todo tipo. Pero esta lucha incansable le valió el apoyo entusiasta de los trabajadores y de los pobres de Karachi, como vimos en las elecciones parlamentarias de febrero de 2008. Presentándose bajo las siglas del Partido del Pueblo de Pakistán, pero con un programa socialista revolucionario, Riaz Lund recibió no menos de 46.085 votos. El anuncio inicial en la televisión declaró que había ganado, lo que era indudablemente cierto. Sin embargo, el partido fascista-fundamentalista MQM, con la connivencia de las autoridades, manipuló descaradamente los resultados para negarle la victoria.
Por estas razones, muchos podrían llegar a la conclusión de que este crimen tuvo un móvil político. Hay más que suficientes fanáticos religiosos y terroristas en las calles de Karachi que estarían felices de ver muertas a personas como Riaz Lund. Pero no se puede excluir que pudo haber sido otro de los muchos crímenes que se cometen a diario a causa de robos, secuestros o extorsiones. Los suburbios de Karachi son un caldo de cultivo para los elementos criminales desclasados que son responsables de muchos asesinatos cada día. Por último, pero no menos importante, puede haber sido una combinación de ambas cosas, ya que el mundo del hampa de Karachi está estrechamente vinculado a los partidos políticos y religiosos de una coloración o de otra.
Puede que nunca sepamos la verdadera identidad de los autores de este crimen. Pero refleja la horrible realidad de la vida de Pakistán hoy. La desintegración del Estado y de la sociedad es una expresión gráfica de la enorme corrupción del caciquismo y del capitalismo en Pakistán. El crimen florece a todos los niveles, comenzando por arriba. La Asamblea Nacional es la mayor reunión de canallas, que participan en el saqueo sistemático del pueblo. Pero los grandes delincuentes nunca son castigados. Sólo los pequeños alevines son golpeados, detenidos y asesinados.
No se puede curar el cáncer con una aspirina. Lo que se necesita es la aplicación del hierro candente de la revolución para eliminar la enfermedad de la corrupción y de la delincuencia. Pakistán sólo puede ser salvado por una transformación de raíz de la sociedad. Los trabajadores y campesinos de Pakistán tendrán que tomar una gran escoba y barrer de la sociedad toda la basura acumulada de la corrupción, la esclavitud feudal y la explotación capitalista que está arrastrando a Pakistán por el fango.
El PTUDC [Campaña en Defensa de los Sindicatos de Pakistán] está en la vanguardia de la lucha por los derechos de los trabajadores, por condiciones de vida decentes y contra la barbarie. Los camaradas de Pakistán han organizado protestas en todo el país en contra de esta acción bárbara. Pedimos a todos nuestros lectores y amigos que muestren su apoyo mediante el envío de mensajes de solidaridad y que intensifiquen la campaña de solidaridad del PTUDC, planteándola en los sindicatos de todo el mundo. Ver el sitio web del PTUDC para el llamamiento de solidaridad actualizado. Por favor distribúyanlo ampliamente y envíen mensajes de protesta y solidaridad a las direcciones indicadas.
Que nuestra consigna sea: ¡Un ataque contra uno es un ataque contra todos!
¡Trabajadores del mundo uníos!
Alan Woods, Londres, 15 de septiembre 2014
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Aquí está un video de Riaz hablando (en inglés) y un informe de su campaña de 2008 para la Asamblea Nacional