Al rededor de 470 trabajadores de la planta de PESCALBA ubicada en Cumaná, han decidido llevar a cabo una protesta pacífica en los portones de las instalaciones, producto de una serie de irregularidades y casos de corrupción en la empresa estatal, que han venido siendo reclamados con antelación, sin ver mejorías, ni pronunciamientos oficiales por parte de gobierno estatal ni nacional, esto los ha llevado a declararse en paro indefinido hasta que se solucionen los problemas.
Los trabajadores denuncian el atraso en al menos una quincena en el pago de sus salarios, el no cumplimiento de los compromisos contractuales con los trabajadores como las condiciones mínimas de salud laboral, establecidas en la LOPCYMAT, y el pago de sus respectivas pólizas de seguros (HCM), por lo que más de 470 familias se encuentran desprovistas de este servicio. A esto se le suma la falta de inversión, la escasa o nula productividad, y la negativa de la directiva puesta por el estado de escuchar las peticiones de los trabajadores.
En estos donde la guerra económica ha llevado a la inflación especialmente en los productos alimenticios, a niveles desconcertantes, los trabajadores reafirman su compromiso en llevar adelante la producción de la empresa, para aportar su grano de arena en contra del sabotaje a la economía por parte de la burguesía. Sin embargo, sectores de la burocracia estatal, como en el caso de PESCALBA, producto de la corrupción y el sabotaje a la producción, se suman de forma consciente o no, al plan de la burguesía nacional y el imperialismo, de derrocar al gobierno Bolivariano, por medio de un golpe suave, a través del descontento que produce la escases, el acaparamiento y la inflación.
Esto demuestra, como hemos explicado en muchos artículos anteriormente, que la consigna «sólo el pueblo salva al pueblo», es una realidad en los trabajadores de las empresas del estado. Mientras los sectores burocráticos sabotean el control y participación de los trabajadores en las empresas de propiedad estatal, llevando la productividad al subsuelo. Los trabajadores comprometidos con el pueblo venezolano y con la revolución deben asumir la dirección de las empresas del estado, de forma demócratica, a través de los Consejos Socialistas de Trabajadores, de tal manera que sea el mismo pueblo, a través de los trabajadores que dirijan y controlen la producción de estas empresas, acabando con la corrupción y el sabotaje de la burocracia contrarrevolucionaria.
Desde «Lucha de Clases» hacemos un llamado al gobierno nacional y/o regional, a presentarse en las instalaciones de la planta, para llamar mesas de negociación, ya no con la burguesía que sabotea abiertamente la economía del país, sino con los trabajadores, comprometidos con el proceso revolucionario, y con la seguridad alimentaria de los venezolanos.
Contra la burocracia contrarrevolucionaria Control Obrero y democrático en las empresas del estado
Contra la guerra económica, planificación democrática de la economía por parte de la clase trabajadora
Por el Legado de Chávez, todo el poder a los trabajadores