El pasado miércoles se dio inicio al Congreso Económico, el cual fue convocado por el presidente Maduro como resultado de la asamblea extraordinaria de delegados y delegadas al Congreso del PSUV, el pasado jueves 10 de Diciembre. Dicho Congreso Económico tiene por objeto definir y precisar las rectificaciones y tareas necesarias para poder derrotar la guerra económica, que en concreto significa erradicar los niveles actuales de inflación y escasez que existen actualmente, y que jugaron un papel de primer orden en la victoria de la contrarrevolución el pasado 6 de diciembre.
En ése sentido, el debate que se desarrolló en el Congreso tiene una importancia capital para la Revolución Bolivariana, y las decisiones que surjan de tal debate, definirán la posibilidad del triunfo o de la derrota de la revolución, de cara al nuevo escenario de lucha que iniciará en 2016, una vez sean juramentados los diputados de la MUD.
Por lo tanto, desde Lucha de Clases – Corriente Marxista del PSUV, saludamos con entusiasmo la convocatoria a dicho Congreso por parte del compañero Maduro, en aras de la necesaria profundización del debate sobre el rumbo que en materia económica, debe tomar la Revolución Bolivariana.
No obstante nuestro apoyo a la iniciativa del presidente, consideramos que la forma como fueron organizados los debates que serán realizados en el marco del Congreso Económico, merecen una muy severa crítica desde el punto de vista revolucionario.
En vez de efectuarse un debate público, abierto a la participación de las más diversas organizaciones revolucionarias de trabajadores, estudiantiles, comunitarias y otras, el debate se efectuó a puertas cerradas en la sede de la Universidad Nacional Experimental de Las Artes, y sólo participaron los ponentes elegidos cooptativamente por el equipo organizador, dirigentes del PSUV e invitados también seleccionados cooptativamente, por parte del equipo organizador del Congreso.
Este carácter hermético que se le dio al Congreso Económico, contribuye poderosamente a que de antemano se burocratice el debate, lo cual favorece claramente que la tendencia reformista que hace vida en el movimiento bolivariano, y que es culpable de los fracasos económicos de la Revolución Bolivariana, sea la que imponga la línea teórica y programática que domine la discusión.
Ello generará como resultado inevitable, que los resultados del congreso no sean otros que versiones nuevas o diferentes, de las viejas ideas reformistas que ya han sido planteadas en la revolución durante los últimos diez años, tales como la propuesta de la economía mixta, que en resumen sostiene la posibilidad de coexistencia entre un sector socialista de la economía y uno capitalista, y cuyo fracaso ha sido demostrado de manera fehaciente e irrefutable por la guerra económica.
Tal es el caso concreto, por ejemplo, de algunos de los economistas participantes en la actividad que llegaron incluso a señalar de manera absurda, que realmente no ha habido una guerra económica en Venezuela, posición que tuvo que ser criticada por el propio presidente Maduro en una alocución presidencial el pasado jueves.
Ahora bien, a pesar del carácter cerrado de la discusión, ha sido informado en diversos medios de comunicación que los resultados del Congreso serán debatidos en las UBCH y en general, entre el conjunto de la militancia revolucionaria. Sin embargo, manifestamos que dicho debate debe tener un carácter realmente participativo y democrático.
Asimismo, consideramos que el movimiento obrero y popular, a través de sus diversos colectivos y organizaciones, debe ser el sujeto político que organice dicho debate a nivel de la militancia revolucionaria de base, de manera que las decisiones y aportes del pueblo trabajador tengan un carácter realmente vinculante, y las discusiones que se realicen no sirvan únicamente de fachada, para darle un ropaje participativo y democrático a la toma de decisiones que la dirigencia del Psuv y del gobierno llevarán a cabo en materia económica, tal y como se ha hecho antes en numerosas oportunidades.
Por otro lado, cabe resaltar que existen diversas posturas confrontadas en los debates del Congreso, un sector de ellas orientadas hacia posiciones de carácter más revolucionario, y otras de carácter más reformista.
Entre las posiciones más conservadoras e incluso reaccionarias, se encuentran las de Víctor Alvarez, ex Ministro de Industrias de la revolución, quien sostiene la necesidad de unificación de los dos tipos de cambio actuales a un solo tipo de cambio, lo que significaría en la práctica, una mayor liberalización del control cambiario o incluso su eliminación, cosa que favorecería únicamente a la burguesía, y no contribuiría tampoco a resolver la situación de guerra económica que estamos viviendo. Este mismo personaje, plantea también la “necesidad” de que la Revolución Bolivariana se oriente hacia un socialismo “de mercado”, inspirado en el modelo chino, claramente procapitalista.
Otros compañeros, como por ejemplo el camarada Tony Boza, sostienen que debe mantenerse el tipo de cambio preferencial para las importaciones en el sector de alimentos, medicinas y otros sectores de primera importancia social. Asimismo, este compañero plantea la necesidad de que sea el poder popular organizado, movilizado en la calle, el que ejerza una política de control popular de precios para luchar contra el acaparamiento, la especulación e inflación, y el desabastecimiento.
Si bien los marxistas del Psuv apoyamos las propuestas del compañero Boza, manifestamos que sólo nacionalizando las grandes palancas económicas de la nación, es decir, la banca, el comercio exterior y los monopolios comerciales e industriales, para poner en marcha bajo control obrero, un gran plan nacional de producción y de desarrollo de las fuerzas productivas, es que podremos salir al paso de la compleja situación económica que vive el país actualmente.
La guerra económica es, como hemos explicado en otras oportunidades anteriores, la consecuencia inevitable de tratar de regular el capitalismo, pero el capitalismo es irregulable. Mientras dejemos las grandes palancas económicas del país en manos de la burguesía, ella utilizará estas palancas como armas económicas contra la revolución.
Con la derrota del Psuv en las elecciones parlamentarias, se abre un período muy complejo para la revolución, que sólo podrá ser superado mediante una profunda radicalización hacia la izquierda en materia económica.
Radicalizar la revolución o perder la revolución. He allí el debate que se nos plantea hoy.
Es urgente y necesario que nuestra dirigencia juegue un papel decisivo frente a las tareas pendientes de la revolución socialista en Venezuela, y lleve adelante la revolución hasta sus últimas consecuencias. No hacerlo significaría preparar las condiciones para la derrota definitiva de la Revolución Bolivariana.