Los primeros pasos que ha dado el gobierno nacional en función de activar los 14 motores, sobre todo el de minería, son preocupantes, ya que no eliminan el rentismo, porque la generación de ingresos se realizará a través de concesiones o alianzas con grandes trasnacionales que vendrán a invertir al país, pero todos conocemos cómo opera el capital internacional y qué condiciones pide para invertir, tales como la flexibilización laboral, la garantía de repatriación de capitales, los tratados contra la doble tributación, en resumen, facilidades para sacar la mejor tajada de los países semicoloniales y oprimidos como el nuestro, al menor costo.

Implementación de los 14 motores

 

El Presidente Maduro anuncio la creación e impulso de los 14 motores productivos los cuales son:

1.- Agroalimentario
2.- Farmacéutico
3.- Industrial
4.- Nuevas exportaciones para generación de divisas
5.- Economía Comunal, social y socialista
6.- Hidrocarburos
7.- Petroquímica
8.- Minería
9.- Turismo nacional e internacional
10.- Construcción
11.- Forestal
12.- Militar industrial
13.- Telecomunicaciones e informática
14.- Banca pública y privada

 

Los primeros pasos que ha dado el gobierno nacional en función de activar los 14 motores, sobre todo el de minería, son preocupantes, ya que no eliminan el rentismo, porque la generación de ingresos se realizará a través de concesiones o alianzas con grandes trasnacionales que vendrán a invertir al país, pero todos conocemos cómo opera el capital internacional y qué condiciones pide para invertir, tales como la flexibilización laboral, la garantía de repatriación de capitales, los tratados contra la doble tributación, en resumen, facilidades para sacar la mejor tajada de los países semicoloniales y oprimidos como el nuestro, al menor costo.

El caso más grave es la alianza con la Gold Reserve, empresa a la que el Presidente Chávez en 2009 le había negado la posibilidad de extender la concesión que venció en 2008, y que es la misma empresa que demandó al gobierno de Venezuela ante el CIADI y le ganó la disputa judicial, obligando al país a pagar 740,3 millones de dólares en compensación.

Con esa empresa nuestro gobierno acaba de firmar un convenio por 5000 millones de dólares, de los cuales 2000 millones son en calidad de prestamo, 1000 millones serán para saldar la deuda, y 2000 millones de inversión real, lo que evidencia gravemente, que una de las causas por las cuales se estableció este nuevo convenio con la Gold Reserve, no es propiamente el interés del gobierno en desarrollar el “arco minero”, sino la subordinación de éste ante el poder de las trasnacionales, ante los tribunales burgueses internacionales y en fin, ante toda esa trama de relaciones políticas y económicas de poder, que es el imperialismo.

En realidad, el impulso de los 14 motores sería una política adecuada si se implementara acompañada de medidas revolucionarias, que transformaran las relaciones de propiedad y de producción. La nacionalización de la banca y de los principales monopolios, latifundios y palancas de la economía bajo control obrero, es condición imprescindible para completar la revolución y destruir el capitalismo rentista que ha mantenido al país en una condición de dependencia económica del ingreso petrolero, debido a su vez, a la falta de soberanía política que imperó en Venezuela durante todo el siglo XX.

Lamentablemente, debido al burocratismo y a la corrupción, algunas de las empresas nacionalizadas tienen un bajo rendimiento, lo cual ha generado un miedo y rechazo en amplias capas de la clase trabajadora a las nacionalizaciones. Nosotros somos conscientes que esta situación no es culpa de las y los trabajadores, sino de los dirigentes de estas empresas, que han ejercido políticas de gestión burocráticas e incluso políticas antiobreras, por ello debemos resaltar que las experiencias de empresas nacionalizadas que han sido más exitosas, son aquellas donde realmente los trabajadores y trabajadoras han logrado, a pesar de la burocracia, o contra ella, ejercer el control obrero sobre la producción.

Algunos dirigentes de estas malas gestiones han sido removidos por la fuerte lucha de las y los trabajadores, como por ejemplo los centrales azucareros, donde finalmente sustituyeron a una de las peores directivas que ha pasado por la industria azucarera nacionalizada.

Nueva cultura tributaria

En primer lugar, el incremento del ISLR para las empresas de 36% a 40%, así  como la eliminación del ajuste por inflación, que era un mecanismo muy utilizado por la burguesía para la evasión de impuestos, son medidas que ciertamente buscan pechar con mayor fuerza a los empresarios, en beneficio del resto de la sociedad, y en ése sentido las respaldamos.

Ahora bien, de la misma forma, debemos decir que en el marco del feroz sabotaje de la producción y de la huelga crónica de inversiones que actualmente lleva a cabo la burguesía, mientras los medios de producción continuen en sus manos, el aumento de los impuestos a ésta sólo tendrá un resultado, en la medida en que afecta la tasa de ganancia que ella obtiene del proceso de producción, y que no es otro que la radicalización del sabotaje económico, de la escasez y la inflación.

En segundo lugar, uno de los elementos de los que menos se ha hablado, quizás por la falta de autonomía e independencia de clase de las principales federaciones y centrales sindicales del país, es el referido a la “Nueva Cultura Tributaria”, que, de no haber sido por la rectificación que llevó a cabo el presidente Maduro posteriormente, hubiese tenido repercusiones muy negativas para la clase trabajadora.

Primero, según lo establecido en la reforma parcial de la LISLR del 2014 en su artículo 31, se considera como renta todos los ingresos percibidos por el trabajador durante el año, excepto el bono de alimentación, pero incluyendo aguinaldos, utilidades, bonificaciones, bono vacacional, lo cual incrementará el monto sobre el cual se hará la declaración. Esto contradice y viola el artículo 107 de la LOTTT, que establece que cuando el trabajador esté obligado a cancelar un impuesto, este se calculará considerando el salario normal, y el artículo 104 de la misma ley, que establece al salario normal como la remuneración devengada por el trabajador o trabajadora de forma regular y permanente, entonces, para el cálculo del ISLR debería tomarse en cuenta sólo ese salario.

Esta irregularidad nos causa gran preocupación por dos razones, primero, porque con el ajuste  desfasado de la realidad de la Unidad Tributaria (UT) en el último año, que ha sido el de mayor inflación de la historia del país, se viene incrementando el número de trabajadores que nos veremos obligados a declarar y pagar el ISLR.

Este año la UT se incrementó en 18% al pasar de 150 Bs. a 177 Bs., mientras que la inflación subió 180% (y en el rubro de alimentos más de 300%), por lo que este año iban a pasar a ser contribuyentes todos aquellos trabajadores que llegasen a 1000 UT de ingresos anuales, o sea 177.000 Bs.. Si esta cantidad la dividimos entre 12 meses (sin contar bono vacacional ni aguinaldo o utilidades), todo el que ganara 14.750 Bs. mensual hubiera pasado a declarar y pagar impuesto sobre la renta. Apenas poco más del sueldo mínimo, lo cual iba a arropar a una gran cantidad de trabajadores y trabajadoras.

Al final esta medida fue corregida a tiempo, el ingreso mínimo anual para el pago del ISRL fue fijado en 3000 unidades tributarias, y gracias a ello, la mayoría de los trabajadores y trabajadoras no tendremos que pagar el impuesto sobre la renta. Si se hubiese mantenido en pie dicha medida ello hubiese significado un golpe más a las condiciones de vida de las masas trabajadoras, ya de por sí golpeadas por la guerra económica.

Ya que con el último aumento de salario éste quedó en 11.300 Bs., de haberse mantenido la referida medida, con los próximos aumentos salariales todos los trabajadores y trabajadoras hubiśemos tenido que pagar el impuesto sobre la renta, descargando así el fardo de la actual crisis fiscal sobre la clase trabajadora.

La “nueva cultura tributaria” no puede significar la descarga del peso de la crisis sobre los hombros de las y los trabajadores. Rechazamos rotundamente esta vía para reducir el déficit fiscal. La clase obrera a duras penas puede sobrevivir a esta brutal crisis económica como para que también hubiese tenido que ser sometida a otro impuesto, y decimos otro porque la clase obrera ya paga el impuesto al valor agregado (IVA) todos los días, que es cancelado con cada bien adquirido, pagando el 12% sobre el precio del bien en cuestión, como para que también tuviese que pagar ahora el impuesto sobre la renta.

Aumento del salario y del bono de alimentación

El mismo día del anuncio de las medidas económicas, el Presidente Nicolás Maduro, anunció el aumento del 20% en el salario mínimo y el aumento de la base de cálculo del bono de alimentación de 1,5 unidades tributarias a 2,5 unidades tributarias. Este aumento, más que necesario para las y los trabajadores, lamentablemente será golpeado por la inflación, porque los empresarios van a transferir todo ese “costo” a los productos finales y por ende aumentarán los precios, ya que jamás asumirán una reducción de su tasa de ganancia, más aun, cuando han visto la debilidad del gobierno en la aplicación de controles y la falta de mecanismos por parte de la clase trabajadora, para intervenir en la fijación de precios y controlar la distribución de productos, así como la falta de iniciativa de las federaciones y centrales sindicales para enfrentar en el terreno esta apremiante situación.

Respecto al aumento de la base de cálculo de 1,5 UT a 2,5 UT a fin de subir el ingreso por concepto de bono de alimentación, debemos señalar que es un error. Lo correcto debió haber sido un ajuste de al menos el 100% de la unidad tributaria, para sí poder lograr un bono de alimentación más justo.

La creación de la tarjeta de misiones

Como se ha podido observar durante los últimos días, esta tarjeta está concebida como una ayuda a los sectores más vulnerables, para la adquisición de alimentos y medicinas.

Medidas de esta naturaleza, significan en la práctica seguir aumentando la liquidez monetaria en nuestro sistema económico, lo que se reflejará necesariamente en un aumento de la demanda de bienes de primera necesidad por parte de estos sectores, pero, en la medida en que este aumento de la demanda no se equilibra con un aumento de la oferta, sino todo lo contrario, debido a que la burguesía viene llevando a cabo desde hace ya tres años una política sistemática de reducción de la producción de bienes de primera necesidad, y por lo tanto, de la oferta de dichos bienes, entonces ello contribuirá lamentablemente al aumento de la inflación.

Por otra parte, esta medida no es más que la continuidad del asistencialismo que ha demostrado su ineficacia para resolver los problemas más sentidos de la clase trabajadora.

La Corriente Marxista del PSUV – Lucha de Clases frente a la crisis económica nacional

En primer lugar queremos decirle dos cosas fundamentales a la clase trabajadora venezolana. La crisis actual que vive el país es reflejo de la crisis orgánica del capitalismo a nivel mundial, que ha venido azotando a todos los trabajadores del planeta desde el 2008 y ante la cual, sin romper de manera radical con dicho sistema, era inevitable que nos viéramos afectados por ella. En segundo lugar,  la situación actual no es el fracaso del “modelo socialista”, sino más bien la indefectible consecuencia de no haber llevado a cabo un programa radicalmente revolucionario y socialista. La actual crisis económica que vive el país es por lo tanto, la consecuencia inevitable del reformismo.

Recordemos dos precisiones que hacía el camarada Chávez en el Plan de la Patria: “no nos llamemos a engaño, en Venezuela aún predomina el capitalismo rentista” y “debemos destruir el Estado burgués que aun impera”. La causa de la situación que hoy vivimos, muy lejos de tener alguna causa o razón en el socialismo, es más bien la consecuencia necesaria de no haber roto de manera revolucionaria con el capitalismo parásito que dominó a nuestro país durante todo el siglo XX, lo que en concreto signfica, expropiarle a la burguesía las palancas fundamentales de la economía nacional, a fin de establecer una economía planificada bajo el control democrático de la clase obrera, y destruir el aparato de estado burgués, para reemplazarlo por un estado obrero basado en las comunas, los consejos comunales y los consejos de trabajadores y trabajadoras.

Por lo tanto, independientemente de la coyuntura actual, el socialismo fue, es y seguirá siendo el proyecto histórico de nuestra clase trabajadora.

Propuesta de Lucha de Clases ante la coyuntura económica actual

  1. Nacionalización de la banca, de los principales monopolios (producción y distribución de alimentos) industrias y latifundios bajo control obrero y popular para ponerlos a producir alimentos, bienes y servicios en función de las necesidades del pueblo trabajador y no de la acumulación de riqueza en unas pocas manos.
  2. Nacionalización del comercio exterior y fijación de un solo tipo de cambio, centralización de todas las importaciones bajo una planificación centralizada y democrática para eliminar la fuga de capitales, el desvio de dólares a empresas de maletín, el desabastecimiento y la especulación. Además urge abrir una investigación exhaustiva de la asignación de dólares en los últimos años. Prisión y confiscación de bienes para los implicados en hechos de corrupción. Iniciar un proceso para repatriar los más de 150.000 millones de dólares que se fugaron durante los últimos diez años y poner tras las rejas a los responsables.
  3. Fortalecer el sistema de transporte público nacional, nacionalizarlo bajo control obrero y popular, para planificar el transporte de manera racional, sobre la base de las necesidades reales de nuestra población urbana y rural.
  4. Incrementar la producción de alimentos en las tierras nacionalizadas, en manos de los campesinos, la clase obrera y el pueblo en su conjunto, con créditos preferenciales de la nueva banca en manos del Estado. Investigar hechos de corrupción en tierras ya nacionalizadas o con créditos del Estado. Confiscar y llevar a prisión a los responsables.
  5. Mejorar la distribución de alimentos. Confiscar los bienes y llevar a prisión a los acaparadores. Eliminar el bachaqueo, insertar a los trabajadores/as informales en trabajos dignos y productivos en las industrias y empresas nacionalizadas por la revolución. Encarcelar a los que están detrás de estas mafias y a sus cómplices, civiles y militares.

Estas medidas solo serán posible con una clase obrera consciente, organizada y combativa. La burguesía no renunciará de manera pacífica a sus privilegios, los reformistas tratarán de conciliar entre las clases en pugna y sacar alguna beneficio, pero nosotros, los marxistas del Psuv, seguiremos consecuentemente al lado de los intereses de la clase trabajadora. Nuestra invitación es a incorporarte a la Corriente Marxista del PSUV – Lucha de Clases, a organizarte allí donde estés, hombre y mujer trabajadora, a promover las elecciones de delegados/as de prevención donde no los haya, a constituir sindicatos clasistas o afiliarte en los existentes y dar la pelea frente a las direcciones patronales, a conquistar la dirección de los principales sindicatos para ir por las federaciones y por la dirección de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores/as, que hoy no le hace honor a su nombre, todo lo anterior con el objetivo fundamental de ponerla por fin al servicio del pueblo trabajador, para que éste asuma el rol protagónico y de vanguardia que le corresponde hoy más que nunca.

También es necesario el fortalecimiento de la clase trabajadora a nivel territorial, fortalecer los consejos comunales hermanados con los consejos de trabajadores/as de la fábricas de su sector, para llegar a constituir la comuna obrera, que realmente pueda dar respuesta a las problemáticas de la realidad que vivimos en nuestros barrios, caseríos y comunidades en general.

La crisis económica agudizará las contradicciones de clase en el próximo período, veremos quienes estarán de lado de la clase trabajadora y quienes en contra. ¡Nosotros no tenemos nada que perder, más que nuestras cadenas! ¡Proletarios de Venezuela uníos¡ ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!