Anoche se desarrollaron acontecimientos dramáticos en Brasil, cuando el Congreso votaba el proceso de destitución (impeachment) de la presidenta Dilma Rousseff. El país entero estaba siguiendo el proceso, dividido en dos campos, los reaccionarios burgueses y pequeños burgueses pro-juicio político, y todos los trabajadores y jóvenes que están en contra de la destitución.
Tales eran las pasiones en ambos lados, que las autoridades tuvieron que construir una valla temporal de metal de un kilómetro de longitud y de dos metros de altura, para mantener separados, fuera del edificio del Congreso en Brasilia, a los miles de manifestantes pro y anti-impeachment.
El Congreso votó por una gran mayoría, 367 a 137 por el juicio político, más de los dos tercios necesarios para iniciar el impeachment contra Dilma. Se la acusa de manipular las cuentas del gobierno. En realidad lo que hizo no es criminal. Ella hizo lo que todos los presidentes han hecho en el pasado, es decir, retrasar pagos y adquirir préstamos bancarios para mantener las finanzas públicas en funcionamiento. En sus ausencias por los viajes internacionales, su vicepresidente también firmó estos documentos, pero él no está cuestionado. Esto revela que sólo es una excusa para proceder contra ella, ya que los políticos burgueses han decidido que quieren su destitución. La mayoría de los políticos que actúan en su contra están siendo investigados ellos mismos por corrupción, ¡por lo que la farsa es completa!
El siguiente paso es que el Senado, de 81 miembros, debe votar sobre la misma cuestión el próximo mes. El Senado puede bloquear el procedimiento, pero todo indica que no lo va a hacer y confirmará el voto del Congreso. Una vez que el Senado vote el proceso, Dilma será suspendida como Presidente y comenzará un juicio en el Senado, que puede durar hasta seis meses. En el período de transición será reemplazada por el vicepresidente Michel Temer. Después de un período de seis meses se votará, y si una mayoría de dos tercios la encuentra culpable será destituida definitivamente de su cargo y reemplazada por Temer hasta las nuevas elecciones que se llevarán a cabo en el año 2018. Temer es del PMDB, un socio burgués en la coalición de gobierno.
Los partidos burgueses están explotando el hecho de que Dilma se ha convertido en una líder impopular en medio de la severa crisis económica. Ella no es de ninguna manera tan popular como Lula cuando asumió el cargolo por primera vez. Entonces, Brasil era floreciente a consecuencia de la expansión de China. El capitalismo brasileño podía permitirse el lujo de hacer concesiones. Por ejemplo, entre 2003 y 2015 el ochenta y cinco por ciento de los contratos de trabajo concedían aumentos salariales por encima de la tasa de inflación. Esto es lo que llamaríamos el factor de «sentirse bien» en el que los líderes del Partido de los Trabajadores (PT) se basaban. Pero ahora hay una grave crisis y esas conquistas ya no son posibles.
Ayer por la noche (17 de abril) mientras seguía el voto parlamentario que era transmitido en vivo, publiqué en Facebook mis comentarios, y los reproduzco aquí para dar una muestra del estado de ánimo en el país.
1) Hay un clima de tensión en Brasil. El Parlamento está a punto de votar la destitución de Dilma. Los burgueses están a la ofensiva y no pueden tolerar ni siquiera a este gobierno de centro-izquierda moderada. Sin embargo, en el proceso están desestabilizando a la sociedad brasileña. Revolución y contrarrevolución están marchando juntas. Mientras que las principales potencias imperialistas son de la opinión que la clase dominante brasileña está cometiendo un gran error, desatando fuerzas desde abajo, los burgueses aquí tienen prisa para ir a la ofensiva, ya que sienten la presión de la crisis mundial del capitalismo. Después de años de auge y concesiones a la clase obrera, ahora tienen la peor recesión desde la década de 1930. En todo esto, la clase obrera y la juventud surgirán como una fuerza poderosa. Décadas de crecimiento económico han creado una clase obrera que es mucho más grande y más potente, y ahora la burguesía tiene un gran problema: ¿cómo se gobierna contra una clase así? (En estas condiciones, los compañeros de la Corriente Marxista Inteernacional en Brasil han sido objeto de blanco por parte de reaccionarios de derecha.)
2) Estoy viendo la votación del parlamento brasileño por el juicio político contra Dilma. Hasta ahora 186 diputados han votado a favor del juicio político y 50 en contra. Va a llevar varias horas, ya que cada Diputado da un discurso explicando su voto. Estamos viendo a los partidos burgueses reaccionarios de Brasil, incluyendo partidos que estaban en el gobierno con el PT, expresar su odio contra el movimiento obrero brasileño. Están atacando al PT no por sus recientes políticas de austeridad, sino por las reformas del pasado. Algunos se han referido a la central sindical CUT como una fuerza inaceptable. Ellos están en pie de guerra. Es un verdadero espectáculo lo que está pasando en el parlamento brasileño. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha del PMDB, está siendo investigado por corrupción. Además, 342 de los 503 diputados están acusados o investigados por corrupción y sin embargo, están participando en esta farsa. Y millones lo están viendo, mientras que decenas de miles están en las calles, dejar que destituyan a Dilma y formen su gobierno. Será un gobierno antiobrero rabioso y provocará una reacción violenta de los trabajadores que esclarecerá la verdadera correlación de fuerzas de clase en este país. Y cualquier gobierno formado después de esto será visto como ilegítimo por los trabajadores y la juventud. Brasil se convertirá en ingobernable. Sólo en la región de Sâo Paulo han cerrado 5.000 fábricas, provocando un aumento significativo del desempleo. La sociedad se está polarizando como nunca antes. Un nuevo período se está abriendo.
3) El problema es que los parlamentarios del PT se oponen al juicio político sobre la base de la defensa de la Constitución y la democracia. Deberían estar utilizando esta oportunidad para hablar a los millones de trabajadores y pobres brasileños para plantear cuestiones de clase, es decir lo que está preparando la derecha y movilizar a las masas. Pero son incapaces de hacerlo, ya que son responsables de la austeridad del período reciente. (Hasta ahora el voto es 224 para el juicio político y 77 en contra. Parece que el juicio político será aprobado.)
4) Los ricos son una raza particularmente desagradable. Con los problemas de miles de millones de seres humanos, observar a los ricos con sus lujosos estilos de vida es nauseabundo, pero los ricos en países como Brasil y sus representantes políticos, arribistas y trepadores sociales, son aún más nauseabundos.
5) El nivel de estos parlamentarios burgueses brasileños es increíble. He perdido la cuenta del número de parlamentarios que abrieron sus discursos con las palabras «por mi familia, por mis hijos, por mis amigos y por mi querida ciudad natal …» y luego procedían a votar a favor de la destitución de Dilma. Algunos agregaban «por los evangelistas y todos los cristianos …». Uno señaló algo interesante: «Vamos a recuperar nuestra economía …» lo que significa que van a recuperar el control directo de las cosas y no tendrán que gobernar por medio de estas personas del PT. Cada vez que un miembro del Parlamento votaba a favor de la destitución, la masa de diputados reaccionarios, de pie alrededor de ellos comenzaba a alentar al igual que el público en un ring de boxeo. Son como cerdos, que pueden sentir que están a punto de meter sus hocicos en el comedero. Ellos tienen hambre y no pueden esperar. (Los votos para el juicio político ahora son 334. Se necesitan 8 más y están en un frenesí).
6) ¡Tenemos juicio político! Y los otros están animando como hooligans. Los trabajadores y especialmente los jóvenes de clase obrera estarán disgustados por este espectáculo.
7) Los manifestantes reaccionarios de derecha están animando en las calles. La izquierda está decepcionada, pero también enojada. Dos campos estaban en las calles de las ciudades brasileñas hoy, los que pertenecen al mismo campo que los escuálidos y la derecha oligárquica en Venezuela, los que creen en su derecho divino a vivir a expensas de los trabajadores, campesinos y pobres; y los que representan a esos mismos trabajadores. Como he escrito antes, revolución y contrarrevolución estaban en las calles de Brasil hoy. El Parlamento no representa al pueblo. Se está preparando un período de intensa lucha de clases. El marxismo se encuentra en un terreno fértil en esta situación.
8) Unos pocos parlamentarios se destacaron con una crítica de izquierda más clara. Entre éstos estaban los diputados del partido de izquierdas PSOL, algunos diputados del PT y del Partido Comunista (PCdoB). Denunciaron esto como el comienzo de un ataque contra los derechos de los trabajadores. El PCdoB explicó que esto es sólo el comienzo de la lucha. Estos son los pocos diputados que reflejan el verdadero estado de ánimo de la fuerza de los trabajadores y jóvenes de Brasil.
9) La Esquerda Marxista, la CMI en Brasil, ha salido sistemáticamente en contra el juicio político, pero no apoyando al gobierno, y ha intervenido en el movimiento contra el impeachment. Ha explicado la responsabilidad de los líderes del PT porque han gobernado con los partidos burgueses que ahora votan a favor del juicio político, y por llevar adelante los planes de austeridad en el período reciente.
Últimas noticias (18 de abril 2016)
Las últimas noticias de hoy es que la CUT, otros sindicatos, el MST (campesinos), y otras organizaciones de trabajadores, se unieron a los frentes de masas «Brasil Popular» y «Povo Sem Medo» [un frente del que Esquerda Marxista es parte], y han emitido un comunicado diciendo que «no reconoceremos la legitimidad de ningún gobierno liderado por Temer, producto de un golpe institucional», y «lucharemos contra tal gobierno ilegítimo, y combatiremos cada medida adoptada contra nosotros, contra los niveles salariales y puestos de trabajo, reformas sociales, y derechos de los trabajadores ganados a través de amargas luchas, y defenderemos la democracia y la soberanía nacional».
Esto confirma lo que escribí anoche. Dos campos hostiles entre sí están alineados para la batalla, los trabajadores, los desempleados, los sin tierra y los jóvenes en un lado; y la burguesía y todo lo que es reaccionario en el otro lado. La clase dominante brasileña vivirá para lamentar este desencadenamiento de la lucha de clases.
Algunos ven esto como las maniobras de una clase dominante que se ha vuelto loca. Pero hay una lógica en esta locura. La crisis mundial del capitalismo está intensificando la lucha global por los mercados. Los burgueses brasileños quieren recuperar todo lo que se han visto obligados a conceder en el pasado. Pero al hacerlo, están desatando fuerzas revolucionarias desde abajo.