LeninEstá de moda entre la izquierda apologista del reformismo y de la conciliación de clases, utilizar la autoridad de Lenin, comparando la aplicación de la NEP durante el período posterior a la guerra civil en Rusia, para justificar medidas capitalistas durante un gobierno revolucionario. Los reformistas y etapistas tratan de hacer una comparación mecánica a todas las revoluciones, con la idea de que la NEP es parte integrante de la doctrina de Lenin, como Stalin y sus seguidores lo han querido reflejar, y no como es en realidad, un paso controlado hacia atrás, debido a condiciones muy particulares a la Rusia del momento.

Se trata pues, como lo hacen ver estos apologistas, de que sí Lenin, con todo su conocimiento científico de la sociedad y de la doctrina marxista, consideró necesaria la aplicación de medidas capitalistas, luego de la toma del poder, entonces cualquier otro país no sólo puede sino que debe hacerlo, especialmente si se considera bajo la influencia del leninismo.

Sin embargo, nada más alejado de la realidad. Lenin en todos los años previos a la revolución nunca planteó la tesis de la NEP, o de dar pasos hacia atrás luego de nacionalizada la industria y los latifundios. Sino que fue una necesidad particular, producto de las condiciones en que se encontraba Rusia luego de la guerra, en donde se podían tomar estas medidas, aunque existía la posibilidad de que estas medidas llevaran a una restauración hacia el capitalismo, el riesgo era pequeño, debido a condiciones que protegían a la revolución, es decir, una economía en manos de los soviets, con un ejército rojo conformado por obreros y campesinos, y con cuadros del partido bolchevique al frente al estado.

En Rusia, a pesar de estar presente la amenaza del fortalecimiento de las fuerzas reaccionarias y de una futura contrarrevolución, estas medidas no implicaban una amenaza tan feroz, como si ocurre en un país como Venezuela, donde la economía es mayoritariamente capitalista, con pequeños oasis de socialismo y empresas estatales, y sin ninguna participación activa de las masas proletarias y campesinas jugando un rol de controlaría social.

Es por esto que acá enumeramos una serie de hechos que permiten entender por qué se aplica en Rusia, no como una política que era parte del programa de Lenin, sino de un retroceso temporal debido a que no habían más formas de sobrevivir al período posterior a la guerra, pero que al mismo tiempo también permiten ver por qué no es posible tal aplicación en Venezuela:

  1. Luego de la toma del poder por parte de los obreros y campesinos, dirigidos por los bolcheviques, las fuerzas de la reacción se organizaron y llevaron a cabo una guerra civil, que fue seguida inmediatamente de la intervención de todos los ejércitos imperialistas que poco antes luchaban unos contra otros en la I Guerra Mundial, en por lo menos 21 frentes de guerra, lo cual dejó vacías las arcas del estado.
  2. Como el ejército revolucionario estaba conformado por obreros y campesinos que fueron reclutados, cerca de la mitad de la población activa (con capacidad de trabajar) había fallecido o había quedado incapacitada durante la guerra.
  3. Al mismo tiempo los obreros y campesinos que sí podían trabajar veían mermada su capacidad física para laborar, debido a las limitaciones propias de una guerra, especialmente en cuanto a alimentación y salud.
  4. La producción industrial y agraria había sido destruida, por lo que era necesario recuperar y aumentar enormemente la producción como una prioridad inmediata, o se caía en la amenaza de perecer frente a la crisis económica, o ante una nueva intervención imperialista.
  5. Durante la revolución, todas las palancas de la economía fueron nacionalizadas y el capitalismo industrial había desaparecido. Sólo existía de una forma incipiente un capitalismo comercial, por parte de la pequeña-burguesía, y un capitalismo agrario por parte de los campesinos medianos.
  6. Al haber sido nacionalizada toda la industria, la burguesía como clase no existía en Rusia luego de la revolución. Lo mismo ocurría con los señores feudales, ya que todas las tierras en manos de latifundistas fueron nacionalizadas.
  7. A pesar de que el estado había nacionalizado la industria, el control de la producción no estaba en manos de la burocracia del estado, sino de los Soviets – quienes desde antes de la revolución ya tenían tomadas las industrias – aunque también con participación del estado.
  8. Aunque la NEP implicó la privatización de algunas pocas empresas, las grandes industrias esenciales para el desarrollo de la economía Rusa se mantuvieron bajo propiedad estatal. Tal fue el caso de toda la industria pesada, de donde se podían obtener luego los recursos para el desarrollo del resto de los sectores industriales.
  9. El estado no contaba con los recursos para industrializar el campo y mucho menos para producir los tractores y demás maquinarias que pudieran fortalecer la producción del pequeño campesino.
  10. Ya que no había forma de basar el desarrollo del campo en los pequeños campesinos, históricamente arruinados por el latifundismo feudal y el atraso económico, sólo quedaban los medianos campesinos, los Kulaks.
  11. Es por esto que las principales medidas de la NEP, no fueron hacia la pequeña-burguesía como lo hacen ver los etapistas y los apologistas de la conciliación de clases, sino hacia los Kulaks, para fortalecer la producción agrícola.
  12. Una de las concesiones primordiales otorgadas a los Kulaks, fue la restauración del mercado. Se eliminaron las requisas y confiscaciones de la producción excedentaria, medidas que se aplicaron durante el comunismo de guerra, y se legalizó el mercado para vender el excedente de grano, a cambio de impuestos en especie.
  13. En Rusia había una fuerte participación de las masas sobre el control de la economía, pero también de la política, a través de los campesinos organizados, y especialmente de los obreros en los Soviets y sindicatos, quienes podían jugar un papel de freno frente al ascenso de la influencia de los Kulaks en la sociedad, pero también frente al aburguesamiento de la burocracia.

Como vemos, en Venezuela estamos lejos de tener las condiciones que Lenin consideraba que podían jugar un papel de freno frente al ascenso de la influencia de los Kulaks. En nuestro país las  mayorías de las industrias alimenticias están en manos de la burguesía y el imperialismo, la principal fuerza contrarrevolucionaria, pero al mismo tiempo el resto de la economía es mayoritariamente capitalista. Aunado a ello, no hay ninguna instancia del poder popular, que pueda frenar el crecimiento de la influencia pequeña-burguesa dentro del estado, del partido y de la sociedad en general.

Los consejos de trabajadores son meras instancias de organización sin ningún tipo de poder real, ni siquiera para la cogestión, ni tampoco para la sugerencia de ideas dentro de las instituciones e industrias estatales. Por su parte los consejos comunales y comunas fueron diseñados como instancias subordinadas al estado burgués, para pedirle al estado recursos y apoyo logístico, y por lo tanto no existe ninguna independencia política frente a este. Peor aún, no hay ningún mecanismo de control por parte del pueblo organizado frente a la burocracia.

Sobre los consejos comunales en zonas campesinas, o consejos campesinos, poco se puede decir, ya que en la realidad no tienen ningún tipo de participación dentro del sistema de producción, de tal manera que puedan jugar un papel decisivo, ni tampoco tienen funciones que les permitan controlar a los terratenientes y medianos campesinos.

Al mismo tiempo, las medidas que está tomando el gobierno no tienen nada de parecidas a la NEP, la cual como explicamos, se trató de concesiones principalmente a los medianos campesinos, ya que los grandes terratenientes y la burguesía no existían como clase en Rusia. En nuestro caso, se trata sencillamente de un proceso de relajamiento progresivo de los controles sobre el capitalismo, especialmente de los controles sobre el mercado, lo cual pudiera parecerse en ése sentido a las medidas de la NEP, sin embargo va mucho más allá, se trata de concesiones no sólo frente a la pequeña-burguesía, sino también frente a la gran burguesía y al imperialismo.

Conclusión

La NEP no fue una improvisación, sino un proceso temporal producto de las condiciones en que quedó Rusia después de la guerra civil, el cual además fue controlado y planificado, y donde el estado se apoyaba enormemente en las masas trabajadoras, con los obreros de los Soviets y sindicatos y los campesinos organizados, los cuales tenían en la práctica el control de la industria, del estado, y de las grandes tierras.

En Venezuela no hay tal control desde abajo. Se trata de una burocracia permeada por ideas  pequeño-burguesas, que además desconfía de las masas y les impide jugar un papel real de freno frente a la burguesía, la pequeña-burguesía y los burócratas reformistas dentro del estado burgués.

La NEP se trató de pasos hacia atrás que permitieron reorganizar las fuerzas revolucionarias, mientras que las medidas tomadas en Venezuela representan retrocesos que fortalecerán la contrarrevolución y que lejos de ayudar a ganar tiempo, a la larga no pueden sino debilitar a la revolución.

¡Ninguna concesión a la burguesía!

¡Completar las tareas de la revolución!

¡Nacionalización bajo control obrero de la industria, la banca y los latifundios!