En el presente enlace, publicamos el volante distribuido por los camaradas de Lucha de Clases, sección venezolana de la CMI, durante la marcha del primero de Mayo, a propósito de la denuncia pública efectuada por el presidente Maduro, sobre la existencia de un nuevo plan de golpe de estado contra la Revolución Bolivariana.

Nuevamente hay un plan de golpe en marcha contra la Revolución Bolivariana. El pasado martes 26 de Abril el presidente Maduro lo advirtió al país durante el programa En Contacto con Maduro. Al día siguiente, Diosdado Cabello acusó al ex ministro Hebert García Plaza, traidor a la revolución y prófugo de la justicia venezolana, al respecto de haber organizado y preparado un plan de golpe contra el presidente Maduro, que se ejecutaría a mediados del mes de Mayo.

En efecto, todos los últimos acontecimientos parecen indicar claramente la existencia de un plan de golpe de estado.

En primer lugar, un grupo de diputados de la MUD se encuentra en la sede de la OEA en los EEUU, para solicitar al secretario general de esta organización, Luis Almagro, la activación de la carta democrática al estado venezolano. Adicionalmente, el día de ayerel Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU aprobó por unanimidad un proyecto de ley para extender las sanciones contra funcionarios del gobierno de Venezuela hasta 2019, y todo a lo anterior se añaden las acciones de violencia vinculadas a saqueos y conatos de saqueo, que han ocurrido en el Zulia, Los Teques y algunas zonas de la ciudad capital, al respecto de las cuales, aunque son un reflejo la situación de zozobra y malestar entre la gente, debido a la guerra económica, no puede descartarse del todo el que hayan podido ser promovidas o aprovechadas para generar situaciones de violencia en la calle.

La burguesía venezolana es una fuerza absolutamente reaccionaria y contrarrevolucionaria. A lo largo de estos 17 años, ha tratado una y mil veces de derrocar a la Revolución Bolivariana a través de diversos mecanismos.

En un primer momento, trató de aplastar a la revolución por la vía violenta, a través del golpe de estado efectuado en 2002, y después, ha utilizado el mecanismo que le brinda la democracia burguesa para tratar de derrotarla, es decir, a través de las elecciones y del referéndum revocatorio contra Chávez en 2004.

La victoria del 06 de diciembre, les ha demostrado a los dirigentes de la burguesía, que la táctica de la guerra económica ha sido exitosa para socavar la base de apoyo social y político de la Revolución Bolivariana, y en ése sentido, luego del 6 de diciembre han continuado utilizando la táctica de la guerra económica para seguir golpeando a las masas trabajadora y quebrar el sostén político del gobierno bolivariano, todo ello con miras a utilizar los mecanismos electorales como los instrumentos que le permitirán retomar el control del gobierno y del aparato del estado.

Ahora bien, si el proceso de convocatoria al referéndum se retrasa, hasta el punto en que el revocatorio deba ser pospuesto para el año próximo, entonces seguramente la burguesía utilizará la movilización de masas y la acción violenta de calle para presionar al CNE a realizar el referéndum este mismo año. Más aún, de concretarse ese escenario, que frenaría la posibilidad de que la burguesía tome el gobierno, al menos por un cierto lapso de tiempo, es muy probable que los sectores más derechistas de la clase dominante dejen de un lado los métodos democrático burgueses y traten de asaltar el poder a través de una insurrección de sectores reaccionarios y pro burgueses de las FANB.

Pero esta posibilidad requeriría la preparación de condiciones políticas y sociales favorables a la insurrección. Para ello, la burguesía extremaría los niveles de escasez e inflación, a través de una reducción drástica de la producción, que empuje a sectores de las masas a efectuar saqueos y protestas violentas debido a la situación económica.

La derecha trataría entonces de basarse en estas protestas para generar una situación de violencia muy superior a aquella que se observó durante las guarimbas en 2014, tratando precisamente, de convertir estas manifestaciones populares ante la escasez e inflación, en protestas políticas contra el gobierno.

Por lo tanto, uno de los problemas centrales a este respecto es el cuadro de escasez crónica e inflación desatada que actualmente azota al país, ya que, aunque las masas han venido resistiendo estoicamente, esta resistencia y paciencia tiene sus límites.

Aunque es bastante posible que durante estos días sectores de la derecha estén ya promoviendo posibles saqueos y acciones violentas, como las ocurridas en Maracaibo y Los Teques, estos fenómenos tienen una base material real, lo que significa que las condiciones sociales para que ocurran eventos de este tipo están dadas, y ello constituye un grave peligro, ya que es perfectamente factible un estallido social, que sea aprovechado por la derecha para dirigirlo contra el gobierno.

Es decir que, el meollo del asunto sigue siendo la escasez, la especulación y la inflación. Mientras estos problemas no sean resueltos, el descontento social continuará aumentando y las condiciones para un estallido social seguirán estando a la orden del día.

Ya sea que la burguesía trate de dar un golpe contra el gobierno, promoviendo acciones violentas de calle, o ya sea que busque derrotar a la revolución a través del referéndum revocatorio, el problema de fondo sigue siendo la situación económica.

Por lo tanto, mientras la revolución no logre superar el cuadro económico actual, están dadas las condiciones para que la revolución sea derrotada, ya sea por una vía o por otra.

Como hemos explicado muchas veces, mientras las palancas económicas del país sean dejadas en manos de la burguesía, está hará uso de ellas para sabotear la producción, la distribución y la comercialización de los bienes de consumo fundamentales, con el objetivo de socavar la base de apoyo de la revolución y preparar las condiciones para derrotarla y aplastarla.

Sólo la nacionalización bajo control obrero de las grandes industrias monopólicas, de la banca, del comercio exterior y de los latifundios, permitirá resolver, sobre la base de un plan centralizado de producción, construido a partir de la participación democrática de los Consejos de Trabajadores, Sindicatos, Consejos Comunales y Comunas, la situación de escasez e inflación que hoy azota a las masas trabajadoras y oprimidas del país.

       

¡Radicalizar la revolución para derrotar el plan de golpe!

¡Expropiar a la burguesía para aplastar a la contrarrevolución!