Durante las últimas semanas el presidente Maduro ha efectuado varias denuncias al respecto de la existencia de un nuevo plan de golpe en marcha. Asimismo, líderes de la oposición, como Henrique Capriles Radonsky el día de ayer, pero también Henry Ramos Allup hace meses, han emitido comentarios sobre la posiblidad de un levantamiento militar en el próximo período, lo que puede constituir una señal de que se estén gestando nuevas conspiraciones contrarrevolucionarias en el seno de las Fuerzas Armadas. En el presente artículo plasmamos un análisis marxista sobre las Fuerzas Armadas, su papel en la Revolución Bolivariana, y la posiblidad de un levantamiento militar por la derecha en el futuro.

Las FFAA y la teoría marxista del Estado

Para lograr sostener la dictadura de una minoría sobre la mayoría de la población, la burguesía no solo se vale de medios coercitivos, sino que también trata de establecer consensos y conciliar los intereses antagónicos en el seno de la sociedad, poniendo en marcha un vasto aparato propagandístico e ideológico.

Esto es posible gracias a momentos de auge económico, en los que se pueden dar concesiones a sectores medios de la población y de esta manera formar un muro de contención donde las desigualdades se vean (aunque solo en apariencia) atenuadas. Sin embargo, en momentos de recesión económica (cíclicas e inevitables en el sistema capitalista), ésta busca proteger sus tasas de ganancia al reducir la producción y elevar los precios. Esta caída en la producción se logra al costo de reducir las nóminas, engrosando así las filas del ejército de desempleados que además ven subir los costos de la vida.

Esta situación creada por las propias contradicciones del capitalismo, es de gran inestabilidad política, por lo que se hace necesario a la burguesía, la creación de un ejército regular y de la policía, como guardianes del estatus y de la estabilidad del sistema.

Para Lenin, “El tipo más perfecto, más avanzado de Estado burgués es la república democrática parlamentaria. El poder pertenece al parlamento; la máquina del Estado, el aparato y los órganos de gobierno son los usuales: ejército permanente, policía y una burocracia prácticamente inamovible, privilegiada y situada por encima del pueblo”.

Más adelante, señalara que producto del comienzo de épocas revolucionarias, deberá surgir un nuevo tipo de Estado (superior), este Estado, del tipo de la Comuna de París,  “…sustituye el ejército y la policía separados del pueblo con el armamento directo e inmediato del pueblo…”, lo cual, será una tarea revolucionaria para garantizar la implantación de la dictadura del proletariado, es decir, poner las armas en manos de los trabajadores organizados a fin de impedir la reacción burguesa.

La naturaleza de las FFAA en Venezuela y su papel en la Revolución Bolivariana

En Venezuela, país cuya historia ha estado fuertemente influida por la presencia de militares en política, fuesen estos caudillos (como hasta el siglo XIX), o militares de carrera, se pueden distinguir cambios que representan en algunos casos avance, y en otros retroceso, respecto al ideal revolucionario.

Una de las características positivas, es la composición heterogénea de la oficialidad castrense venezolana, muy diferente de la de otros países como en el caso chileno y argentino, en los que la oficialidad proviene de las clases altas de la sociedad. Esto sin embargo entra en contradicción con el fin mismo de las FFAA, por lo que crea cierta inestabilidad ideológica, pues por un lado debe garantizar la conservación del estado y por otro va cargado de los antagonismos de clase. Es por ello que la sociedad venezolana otorga a sus militares todo tipo de prebendas. Actúa aquí como un mecanismo de auto preservación del Estado, la burocratización de sus componentes, de la cual no escapa el ejército.

Actualmente, el componente castrense goza de gran autonomía en referencia a los demás sectores del Estado Burgués. Si bien, como mencionábamos antes, debido a su heterogeneidad no podemos asignarle un interés clasista, si lo tomamos en cuenta como un grupo de poder y evaluamos su actuación, podemos distinguir los intereses que persigue, los cuales han sido la obtención de puestos en la administración pública y de mayores privilegios. Claro está, no toda la fuerza se comporta de la misma manera, no obstante podemos observar que el número de militares en los puestos públicos, tanto activos como retirados, pasan sobradamente el centenar.

Para los liberales, toda participación de los militares en política es considerada pretorianismo y es condenable. Sin embargo, esta no es más que una posición hipócrita que sólo busca tener en las FFAA un perro guardián dócil a sus intereses, es decir, que sólo busca hacer uso de éstas para reprimir al pueblo, al tratar de conformarlas por seres libres de cualquier pensamiento político, como si el prohibirles pensar políticamente, realmente garantizara que entre ellos no discutan y organicen participaciones extra institucionales en materia política.

Los revolucionarios entendemos el papel de las FFAA como agentes al servicio del Estado Burgués, empero, debemos señalar que durante la Revolución Bolivariana, el grueso de los militares en el ejercicio de cargos públicos no responde a manifestaciones políticas, a excepción del Comandante Chávez, sino que por el contrario, se ha centrado en la concentración de cargos administrativos lo cual acelera no sólo el proceso de burocratización de la FANB, sino también la militarización de la administración del Estado.

Sin embargo, se han hecho esfuerzos por crear organismos paralelos al ejército regular, garantizando la participación obrera con la creación de los denominados Cuerpos Combatientes de la Milicia, ente llamado a garantizar la protección de los espacios laborales y la prosecución de la producción frente a cualquier ataque imperialista u oligárquico. El problema reside en la penetración y subordinación de este cuerpo por la oficialidad del ejército regular, reduciendo así su capacidad de acción frente a eventualidades.

Como vemos, el papel de las Fuerzas Armadas dentro de la Revolución Bolivariana aún está por definirse, y jugarán un papel importante en ello las presiones que puedan ejercer las clases sociales y su vinculación como grupo con intereses propios con el resto del aparato de Estado. Sin embargo, debemos señalar que la confianza de una dirección revolucionaria no puede colocarse en un componente del Estado Burgués, sino en los propios trabajadores quienes son los que en el año 2002 salieron a restituir el orden constitucional roto y quienes a diario, sin poseer ningún tipo de privilegios, se organizan para construir el socialismo.

La posibilidad de un golpe de estado

En ése sentido, durante las últimas semanas el presidente Maduro ha denunciado la amenaza de un nuevo plan de golpe de estado contra la revolución, lo que evidencia claramente, que existe un proceso de polarización política dentro de las FFAA, propio de la tendencia a la agudización de las contradicciones de clase en una situación revolucionaria como la que se vive en Venezuela.

En principio, debido a que las FFAA forman parte del aparato de represión del Estado Burgués, la lógica marxista, que permite comprender y explicar el proceso de la lucha de clases, nos sugiere que en la medida que se agudicen las contradicciones de clase en la revolución, un sector de las FFAA se radicalizará a la derecha, preparando así las condiciones para un inminente golpe de estado en el próximo período.

No obstante, durante los últimos años, el resultado en la práctica ha sido lo contrario. Los grupos conspiradores y golpistas dentro de las FFAA han resultado hasta ahora minoritarios, y cada intento de golpe de estado ha derivado en la detención de los grupos de oficiales golpistas y la derrota de las respectivas intentonas contrarrevolucionarias.

Posiblemente debido a las razones que ya hemos comentado, es decir, a la composición social de las FFAA en Venezuela, así como su fusión con la burocracia estatal y con el gobierno, una mayoría importante de las FFAA ha mantenido hasta el momento su apoyo al gobierno bolivariano y a la revolución. No obstante, este apoyo a la revolución se define de manera bastante subjetiva, y depende de las condiciones materiales propias de las distintas capas que conforman la jerarquía militar.

Los sectores de oficiales altos y medios, que poseen privilegios considerables y acceso a prebendas, tienden a desarrollar una consciencia social pequeño burguesa y hasta burguesa, y por lo tanto tienden a desarrollar posiciones políticas reaccionarias. Entre este sector, el apoyo al gobierno tiene basamentos de carácter clientelar, y por lo tanto, la burguesía encontrará en él no pocos “aliados”, si la MUD llegase a tomar el gobierno en los próximos meses o años. Clásicamente, es decir, en los regímenes burgueses, es entre estos sectores que la clase dominante se apoya para dirigir el aparato represivo del estado.

Por el contrario, los sectores de la tropa, los soldados y oficiales de bajo rango, en cambio, tienden a desarrollar posiciones más cercanas a las del proletariado y las masas oprimidas de la sociedad, debido precisamente a sus condiciones materiales de existencia, ya que en la mayoría de los casos éstos provienen de dichas capas sociales.

Sin embargo, la radicalización de estos sectores no es un proceso mecánico ni automático ya que las FFAA están construidas de tal forma que la ideologización de todos sus miembros es una premisa fundamental, a fin de poder ponerlos al servicio de clase dominante, y por lo tanto depende en buena medida del proceso general de polarización social en el marco de la agudización de la lucha de clases, el que esta radicalización de las capas oprimidas de la sociedad impacte a estos sectores de las FFAA.

En este sector, hay no pocos partidarios honestos que apoyan a la revolución, pero, dado el carácter burgués de las relaciones sociales que estructuran las FFAA, que ha determinado el proceso cada vez mayor de corrupción de las mismas, muchos de estos cuadros han venido degenerándose social y políticamente, a fin de obtener algunas migajas de las prebendas y privilegios que gozan las capas superiores del oficialado, como sucede con los guardias nacionales de rangos bajos y medios que “matraquean” en las alcabalas y cobran por el derecho a traspasar la frontera a ciudadanos colombianos y/o venezolanos en el Edo. Táchira. Por lo tanto, entre estos sectores hay capas que pueden ser también cooptadas por la burguesía.

Por otra parte, la realidad política y social no es estática sino dinámica y cambiante, y en la medida en que la crítica situación económica se prolongue en el tiempo, pero además se intensifique considerablemente, lo que implicaría necesariamente el crecimiento de la impopularidad del gobierno, el fortalecimiento de la oposición y la desmoralización de las bases del chavismo, es bastante factible que se produzca una fractura en el seno de las FFAA, y que un sector de oficiales se deslinden del gobierno y/o puedan ser comprados por la derecha, lo que prepararía las condiciones para un nuevo intento de golpe de estado. No obstante, esto no ocurrirá de un momento a otro, sino que será un proceso e incluso una lucha dentro en el seno de las FFAA, que dependiendo de la correlación de fuerzas en ése momento, y sobre todo, del nivel de combatividad y radicalización de las masas trabajadoras, podría devenir en una victoria de las fuerzas de la contrarrevolución.

Por lo tanto, la única forma de poder derrotar cualquier amenaza golpista de forma definitiva, pasa necesariamente por el desmantelamiento de la estructura actual de las FFAA, que es de carácter eminentemente burgués, y la construcción de un ejército y policía populares, basados en los principios de la Comuna de París, es decir, la rotatividad, elegibilidad y revocatoria de los cargos de dirección de las FFAA y los cuerpos policiales. Sólo sustituyendo la actual fuerza pública por el pueblo organizado en armas, es decir, por las milicias obreras y populares, se podrá derrotar de forma definitiva cualquier intento de golpe militar contra la revolución.