El día jueves 9 de junio en horas de la tarde, en los alrededores de la redoma de Petare y Palo Verde, fueron saqueados camiones con alimentos, generando una situación de violencia en la zona. Asesinaron de dos disparos a un vendedor de perros calientes en la zona, saquearon una panadería ubicada debajo del Locatel de la redoma de Petare, las rutas de transporte público dejaron de trabajar y cerraron todos los negocios de la zona. Bien entrada la tarde la guardia nacional tomó el control.

Los saqueos en el sector, según los camaradas que presenciaron los acontecimientos, fueron dirigidos por sujetos armados, por lo que insisten en denominar la jornada de ayer más bien como asaltos masivos, en lugar de saqueos, ya que los saqueos se llevan a cabo sin más armas que la arrechera, el hambre y las manos vacías.

Luego, los asaltos pasan a desarrollarse en los abastos del barrio José Félix Ribas, situación que empeoró a partir de las 7 pm, ya que misteriosamente explotó un transformador en el sector Carpintero, lo cual dejó sin energía eléctrica a dicho sector, además de Cuatricentenario, el Morro, Campito, el Nazareno, El Grupo, Mesuca, Las Antenas, Maca, La Línea, la 37, entre otros barrios.

Esta situación facilitó que grupos de motorizados generaran zozobra, robos e incitaran al saqueo. Donde se evidenció con más fuerza el robo de motos fue en el sector Maca. En El Obelisco, en el sector de El Mirador, saquearon una panadería y una carnicería.

Entrada la noche, asaltaron la sede de la Sala de Batalla de la Bombilla, robaron los depósitos del CLAP del sector, la computadora de la oficina de la comuna, una farmacia y dos abastos del sector, y además amenazaron a líderes comunitarios de matarlos si llamaban a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) o Policía Nacional Bolivariana (PNB), se presume que parte de los asaltantes eran policías municipales de vestidos de civil.

Este ataque, a la sede de una organización del poder popular, no es más que una evidencia de la penetración paramilitar denunciada desde hace años por el poder popular, e inclusive, por el intelectual Luis Britto Garcia en varios artículos, y de la escalada en los niveles de violencia de la derecha, para generar las condiciones que les permita facilitar una intervención extranjera, o aumentar la presión internacional a fin de poder acelerar la activación del referéndum revocatorio.

La mañana de hoy viernes 10 de junio, vecinos del sector José Félix Ribas informan que ya hay abastos “marcados” para ser asaltados en la tarde o noche del día de hoy, hay personas pagadas para ello que rondan el sector y sólo esperan la orden para actuar, además, informan que dentro de algunos de esos negocios sus dueños esperan armados, dispuestos a enfrentarse a los asaltantes, lo cual, podría desencadenar en las próximas horas violencia en el sector.

Saqueos, asaltos masivos y lucha de clases

Los acontecimientos actuales no son más que la expresión cruda de la lucha de clases que se libra en el país. Por una parte, la burguesía que ataca a las masas trabajadoras, disminuyendo la producción de alimentos, acaparando, contrabandeando la producción para Colombia a fin de obtener mayores ganancias por el diferencial cambiario, aliándose con sectores criminales que dirigen las mafias de bachaqueo y que revenden a precios ultraespeculativos, productos de primera necesidad en diversos sectores de Caracas y en la mayoría de las ciudades del país.

Y por otra parte, el pueblo trabajador que resiste heroicamente la arremetida de la burguesía, aguantando colas para poder comprar alimentos a precio regulado, o pagando precios escandalosos con el fin de poder acceder a los mismos.

Esta situación crea las condiciones materiales u objetivas para generar un enorme descontento entre las masas trabajadoras, que vienen soportando tres años de la más cruenta guerra económica. Hacia dónde se dirija ese malestar, depende de la capacidad de la dirección del partido y del gobierno de tomar decisiones acertadas, de señalar a las masas los actores de esta guerra económica, y en consecuencia actuar contundentemente contra ellos.

En 2013, inició la escalada de la burguesía contra el gobierno del recién electo presidente Maduro, pensando que era el momento de darnos la estocada final, ante la ausencia física del presidente Chávez. A finales de ese mismo año, el partido y el gobierno actuaron con audacia, llamaron a sus mejores cuadros a la batalla (entre ellos a Eduardo Samán) y al pueblo trabajador, a dar la pelea en la calle para defender los controles de precio, produciéndose lo que popularmente se conoció como el “Dakazo”, que fue la bajada de precios en los establecimientos que especulaban contra el pueblo, lograda mediante una acción masiva de contraloría popular, que llevó adelante el gobierno junto a las FANB, fiscales del SUNDEE y dirigentes obreros y comunitarios. Estas acciones generaron la abrumadora victoria del Psuv y sus aliados en las elecciones municipales de ese año. Era nuevamente el momento de pasar a la ofensiva y completar la revolución.

Lamentablemente, en 2014 el gobierno desperdició esta gran oportunidad de radicalizar la revolución y pasó nuevamente a la defensiva, ya que la burguesía financia e impone “La Salida”, un plan deliberado para generar guarimbas en todo el país, con fines abiertamente insurreccionales, a lo cual el gobierno respondió creando mesas económicas de paz y concertando algunos beneficios para la burguesía, como el incremento de precios de bienes con precio regulado, financiamientos y acceso a más divisas.  

A pesar de los beneficios obtenidos, producto de la mesas económicas de paz de 2014, la burguesía venezolana, que es históricamente parásita, y que aspira desesperadamente a retomar el control de la renta petrolera, arreció la guerra económica en 2015 contra el pueblo trabajador, facilitada por el contexto internacional de crisis del capitalismo global, que generó la disminución de los precios de las materias primas, entre ellas el petróleo, lo cual debilitó el nivel de maniobra del gobierno, manifestándose en una inflación de 180% y logrando desmovilizar a unos dos millones de votantes del chavismo, que apenas en abril de 2013 fueron a votar por el presidente Maduro, pero que el 6 de diciembre se quedaron en casa y no votaron.

De la derrota electoral a la derrota política

Producto de la derrota del 6 de diciembre, y a pesar de los llamados de la vanguardia del movimiento obrero y popular a radicalizar y completar la revolución, la dirección de nuestro partido y de nuestro gobierno decide dar un giro a la derecha, que se expresó en el nombramiento de un empresario como Ministro de Comercio e Industria y Vicepresidente de Economía. Este intento de abierta conciliación de clases, se manifiesta concretamente con los incrementos de precios de los productos regulados, buscando ingenuamente con ello que aparezcan los productos de primera necesidad, la devaluación del bolívar, ya que el Dólar DICOM se ha incrementado rápidamente de 200 a casi 600 Bs. en menos de 4 meses, con la vana esperanza de que los empresarios “patriotas”, traigan los dólares que se robaron, y el dejar a un lado el Plan de la Patria que nos legó el Presidente Chávez para retomar una Agenda Económica Bolivariana (que fue el primer plan de gobierno que presentó Chávez en 1998, cuando aun creía posible una tercera vía entre el Capitalismo y el Socialismo), entre otras medidas.

Esta situación, lo único que ha logrado es envalentonar a la burguesía y aumentar su tasa de ganancia, mientras el salario real de los trabajadores y trabajadoras pierde fuerza día a día.

Por otro lado, vemos al mismo tiempo una ausencia total de decisiones y acciones revolucionarias contundentes, una contradicción entre el discurso y el accionar. Por ejemplo, cuando el presidente anunció la consigna “fábrica cerrada, fábrica tomada”, luego empresas polar y coca cola cerraron sus principales plantas a nivel nacional y sin embargo al final no ocurrió nada. Ello genera desmoralización y desmovilización entre las masas, que día a día ven cómo se agrava la situación económica sin la toma de medidas radicales, constituyendo esto un peligroso caldo de cultivo para facilitar manifestaciones y saqueos espontáneos, que sin duda van a ser aprovechados por la derecha para movilizar a sectores de las masas contra el gobierno, como de hecho ya ha estado ocurriendo durante las últimas semanas.

Pero además, la extrema derecha, encabezada por Primero Justicia y Voluntad Popular y financiada por el imperialismo, ha desarrollado una política mercenaria desde hace más de diez años, de penetración de sectores populares como Petare (donde dirigen la alcaldía del municipio Sucre, la gobernación del Estado Miranda y la Alcaldía Metropolitana de Caracas desde 2008), captación de jóvenes, contratación de delincuentes e infiltración de paramilitares, facilitando así el desarrollo de hechos violentos en esta zona.

El pueblo trabajador en 2013 salió a la calle dirigido por el gobierno y el partido para golpear a los especuladores y acaparadores y lo logró bajando de forma abrupta los precios. En 2014, ante la arremetida de los sectores fascistas de la derecha el gobierno se replegó y pactó con la burguesía provocando la desmovilización del pueblo trabajador. En 2015, la burguesía arremetió ferozmente contra el pueblo y el gobierno a través de la guerra económica, y ni el partido ni el gobierno orientaron a las masas para tomar acciones contundentes contra la burguesía, provocando que éstas se quedasen en sus casas el día de las elecciones. En lo que va de 2016 el gobierno ha movilizado al pueblo en torno al Congreso de la Patria, donde la vanguardia obrera y popular intenta construir políticas revolucionarias dirigidas a romper con las trabas que impone la burocracia del estado burgués, y dirigidas también a derrotar la guerra económica, pero, simultáneamente, éste se reúne con los empresarios en el Consejo Nacional de Economía Productiva, que es donde realmente se están tomando las grandes decisiones del país, que definirán la continuidad o no de la revolución.

Recientemente, el gobierno ha creado los CLAP como mecanismo para enfrentar el desabastecimiento, el cual constituye una medida correcta pero sumamente insuficiente, ya que mientras la propiedad de los medios de producción esté en manos de la burguesía, es poco el control real que pueda tenerse sobre la distribución de los productos de primera necesidad. Como hemos explicado en incontables oportunidades, mientras la burguesía siga teniendo en sus manos la propiedad de los medios de producción, hará uso de éstos para sabotear y recortar la producción, a fin de mantener y agudizar la situación de escasez crónica e inflación desatada que vive hoy el país, y a ello se le suma la enorme campaña mediática para desacreditar a los CLAP, la cual ha adquirido ya dimensión internacional.

Por eso uno de los blancos del asalto masivo en Petare ha sido precisamente la sede de la Comuna de la Bombilla, donde se encontraban los depósitos del CLAP de la zona, con miras a debilitarlo y generar zozobra y desesperanza en el pueblo trabajador.

Pasar a la ofensiva o prepararnos para la derrota

Ante el ataque fascista de la burguesía y sus mercenarios contra el pueblo, ante la campaña internacional contra el gobierno, y ante la amenaza del referéndum revocatorio, la única opción para salir victoriosos de la guerra económica es la expropiación de las principales industrias, de la banca y de los latifundios bajo control obrero y popular, a fin de establecer una economía planificada que permita satisfacer las necesidades del pueblo trabajador. Pero además pasa por una fuerte investigación de la inmensa fuga de divisas en los últimos años, para encarcelar a los responsables y confiscar sus propiedades, a fin de poder recuperar ese capital que contribuiría a apuntalar el reimpulso económico del país.

Seguir intentando conciliar los intereses de los empresarios parásitos con los intereses del pueblo trabajador, tiene solo una única conclusión posible, la derrota del gobierno bolivariano por la vía electoral u otra que intente la burguesía, y luego la persecución y arremetida contrarrevolucionaria dirigida a desmontar las conquistas del pueblo trabajador.

La vanguardia militante del chavismo sigue pie de lucha, en sindicatos, consejos de trabajadores/as y en instancias de base del poder popular y del partido. La clase trabajadora de Brasil y Argentina está resistiendo la arremetida de sus respectivas burguesías. Las masas trabajadoras luchan cada día más en España, Francia y por toda Europa. Lo que pase en Venezuela, tal como ocurrió en la guerra de independencia, será de suma importancia para el desarrollo de la revolución en el continente pero también a nivel mundial, por ello debemos aprender las lecciones de otras revoluciones triunfantes y derrotadas, como la de Chile y Nicaragua en el siglo pasado, a fin de no cometer los mismos errores. Debemos dar un paso al frente y completar la revolución, no podemos fallarle a la humanidad, no podemos fallar como clase trabajadora heroica, que resiste y que ha resistido épicamente por los últimos 17 años, blandiendo en alto la bandera del socialismo. Por ello hacemos un llamado al combate a la dirección de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela y a la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores. ¡Es necesario pasar a la ofensiva contra la burguesía!

¡Basta ya de conciliar, es la hora de luchar!

¡Expropiación de la burguesía bajo control obrero!

¡No tenemos nada que perder, más que nuestras cadenas!

¡Proletarios de Petare, Caracas, Venezuela y el mundos uníos!

¡Únete a la Corriente Marxista del PSUV – Lucha de Clases!