A continuación publicamos la editorial del nuevo número de la prensa marxista Lucha de Clases, que estará a la venta a partir de la semana entrante. En la misma analizamos brevemente la coyuntura actual, las perspectivas para la revolución en 2017 y las perspectivas para el diálogo entre el gobierno y la MUD, de cara a la reunión del día de mañana, 11 de noviembre, a propósito de la cual Capriles Radonsky lanzó un últimatum al gobierno, a la vez que recalcamos nuestra posición de la necesidad urgente de radicalizar la revolución en Venezuela, como única salida a la crisis económica, social y política actual. Por razones económicas hemos tenido serias dificultades para la publicación de nuestra prensa en físico durante 2016, por ello ofrecemos disculpas a nuestras y nuestros lectores. También en los próximos días estaremos publicando la versión digital del mismo.
Editorial Prensa Lucha de Clases Noviembre
¡Ni diálogo ni conciliación! ¡Radicalización de la Revolución!
Toda la experiencia de la lucha del movimiento obrero internacional a lo largo del siglo XX, demuestra de manera irrefutable que no puede hacerse una revolución a medias. La crisis que hoy vive la revolución es consecuencia de haber tratado de regular el capitalismo sin nacionalizar bajo control obrero los medios de producción. Mientras la burguesía tenga en sus manos los medios de producción, hará uso de estos para sabotear la producción y provocar desabastecimiento y especulación, a fin de poner a las masas contra el gobierno.
La burguesía venezolana está resuelta a derrotar la revolución, por la vía que sea necesario. Una y otra vez, ha tratado de hacerlo por la vía violenta, pero en cada caso se encontró con el muro indestructible de las masas movilizadas de defensa de la revolución. Sin embargo, durante los tres últimos años, la guerra económica le ha permitido socavar profundamente la base de apoyo social y político de la Revolución Bolivariana, provocando una profunda desmoralización y desmovilización entre las masas trabajadoras y logrando que por primera vez en 17 años, el gobierno no tenga un respaldo mayoritario entre el pueblo trabajador, lo que ha preparado el terreno para que la contrarrevolución triunfe sin necesidad de la violencia, a través del mecanismo electoral, como ya ocurrió el pasado 6 de diciembre.
En efecto, la burguesía veía en el referéndum su oportunidad para derrotar de manera definitiva a la revolución por la vía electoral. Ahora bien, una vez que el mismo ha sido suspendido, los sectores más derechistas de la MUD retomarán sin duda alguna la agenda golpista, a la vez que la burguesía arreciará su sabotaje económico, como lo constata claramente el aumento extraño y desenfrenado del dólar paralelo casi al doble del techo de mil Bolívares por dólar, que había mantenido hasta finales de Octubre. No obstante, el establecimiento del diálogo ha permitido ganar tiempo al gobierno para maniobrar frente a la posibilidad de una nueva arremetida violenta de la burguesía.
Ahora bien, sectores de la MUD ya han amenazado claramente con levantarse de la mesa de diálogo y retomar las acciones de calle si en la reunión del día 11 de noviembre no es aprobado un cronograma electoral que contemple la realización del referéndum o la convocatoria a elecciones generales. Aunque al momento de escribir estas líneas aún no se ha efectuado dicha reunión, no es difícil prever su resultado. El gobierno no cederá ante ninguna de las exigencias de la MUD, y por lo tanto esta no tardará en retomar la senda insurreccional contra el gobierno.
Por otra parte, tampoco puede negarse totalmente la posibilidad de que el diálogo se extienda por más tiempo, sobre la base de acuerdos que se establezcan entre los sectores más conciliadores de la MUD, y los sectores más oportunistas y burocratizados de nuestro gobierno, como por ejemplo la liberación de más terroristas, guarimberos y militantes de oposición detenidos actualmente, o el otorgamiento de mayores concesiones económicas a la burguesía, tales como nuevos aumentos en productos regulados, mayor acceso a divisas u otros.
No obstante, estas medidas sólo aplazarían por un tiempo limitado la necesaria confrontación que ocurrirá entre la revolución y la contrarrevolución en el marco del proceso de agudización de la lucha de clases.
Sin embargo a pesar de las mil y un pruebas irrefutables de las históricas intenciones golpistas de la MUD, y de la participación de la gran burguesía en la guerra económica, nuestra dirigencia continúa llamándolas vanamente al diálogo, para que cesen en sus intenciones golpistas y contrarrevolucionarias, abandonen su participación en el sabotaje de la economía y levanten la producción nacional en beneficio del país, pero los últimos 17 años de historia, demuestran irrefutablemente que la burguesía nunca descansará hasta dar la estocada de muerte a la Revolución Bolivariana.
En consecuencia, esta lamentable posición reformista y conciliadora por parte de nuestro gobierno, está preparando las condiciones para la derrota definitiva de la revolución.
Nuestra dirigencia considera que con la suspensión del referéndum se ha ganado tiempo, no obstante, en primer lugar ello provocará que tarde o temprano la burguesía retome la senda golpista, y en segundo lugar, la desmoralización y desmovilización de las masas trabajadoras continuará agudizándose como consecuencia de la guerra económica, lo que trágicamente permitirá a la burguesía obtener la victoria en los próximos comicios regionales y municipales de 2017, con lo cual la MUD tendrá más que buenos argumentos políticos para poner en marcha un nuevo plan de acciones de calle violentas, exigiendo elecciones generales o la renuncia del presidente Maduro. Una nueva confrontación violenta con la burguesía está por lo tanto, en el horizonte.
Por último, a pesar de la vacía retórica optimista y entusiasta que utilizan muchos de nuestros dirigentes actualmente, hablando de victoria sobre la guerra económica, diciendo a viva voz que la situación económica del país mejorará, o como explicó el día de ayer Jesús Farías, diciendo que la inflación ha comenzado a retroceder o disminuir, la situación económica del país no hará otra cosa sino empeorar y recrudecerse en 2017. En la medida en que la burguesía siga teniendo las palancas económicas del país en sus manos, no dejará de sabotear la producción de alimentos y bienes de primera necesidad hasta ver derrotado por completo al gobierno bolivariano, y hasta que un nuevo gobierno de la MUD no tome el poder político y ejecute un plan de medidas neoliberales en beneficio del empresariado.
El año 2017 será por lo tanto, el año de las batallas que decidirán el destino de la Revolución Bolivariana. Es necesario que los dirigentes sindicales, delegados de prevención y voceros de consejos de trabajadores den un paso al frente para radicalizar la lucha en defensa de la salud y la vida en los centros de trabajo, por la defensa y mejora continua de las reivindicaciones socioeconómicas contenidas en las contrataciones colectivas ante el crecimiento desenfrenado de la inflación, por la aplicación del control obrero dentro de las empresas que participan en actos de sabotaje económico, por la democratización de los sindicatos y organizaciones obreras burocratizadas, y finalmente por la construcción de una nueva dirigencia obrera revolucionaria que supere a la actual dirigencia sindical burocratizada.
Así mismo, el movimiento obrero y popular debe organizar comités en defensa de la revolución en cada barrio, fábrica, campo, universidad, centro de trabajo y cuartel. Estos comités deben organizar la ocupación de todos los establecimientos comerciales y fábricas que estén participando en actos de sabotaje económico, contrabando o especulación, y poner su funcionamiento bajo control obrero, articulándose a nivel local, regional y nacional, como paso para la organización de un poder obrero y popular revolucionario que apuntale hacia el desmantelamiento del estado burgués y la expropiación de la banca, los latifundios y los monopolios industriales y comerciales bajo control obrero. Vacilar es preparar las condiciones para la derrota de la revolución. Mantener la política reformista sólo conducirá a la revolución a la derrota. Es la hora de pasar a la ofensiva revolucionaria.
Caracas, 9 de Noviembre de 2016.