Los primeros 26 días de gobierno parecen una agonía, la indignación y la rabia se acrecenta rápidamente entre las masas. Las única meta de las madres y padres es conseguir el pan de cada día. La legitimidad del gobierno desparece rápidamente y a la vez que éste envejece aceleradamente. Los días que anteceden al 27 preparan el gran día de los oprimidos contra los opresores, es el comienzo clásico de la revolución.
¿A dónde va Venezuela? El 27 de febrero de 1989
Los primeros 26 días de gobierno parecen una agonía, la indignación y la rabia se acrecenta rápidamente entre las masas. Las única meta de las madres y padres es conseguir el pan de cada día. La legitimidad del gobierno desparece rápidamente y a la vez que éste envejece aceleradamente. Los días que anteceden al 27 preparan el gran día de los oprimidos contra los opresores, es el comienzo clásico de la revolución.
Revueltas, saqueos, tomas de carreteras y manifestaciones están a la orden del día, la burguesía que había disfrutado del paquete económico, su ministerios temen a la tormenta, esta clase parasitaria llegó tarde a la historia y nació odiando mortalmente a la revolución que consagro la independencia. Traicionó al Libertador Simón Bolívar, al que desterró en 1830 y proscribió su nombre hasta 1845, cuando le convierten en el héroe reconocido por los oprimidos como símbolo que les sirva para unificar a los oprimidos bajo su poder. La burguesía venezolana odiaba a Simón Bolívar que era su sangre, pero no compartieron su programa. Esta burguesía nunca hizo nada para estar a la altura de las ideas de los libertadores; se escondieron en los enemigos del libertador para tratar de construir su edificio donde se les defendieran sus intereses y riquezas. Páez fue su mejor aliado. Esta es la clase odiada por las masas oprimidas y explotadas de Venezuela, que poseen grandes tradiciones revolucionarias. En el curso de la historia han demostrado, toda su voluntad, su impulso y audacia al servicio de acabar con la explotación capitalista. El 27 de febrero estará enmarcado en una lucha más por acabar con la explotación de las clases dominantes. Sigue siendo tarea de quienes militamos en el marxismo, construir una vanguardia revolucionaria que lamentablemente no existió en esas horas y en esos días, para intentar el derrocamiento del capitalismo. La construcción de la organización revolucionaria es una tarea impostergable para los revolucionarios que militamos por la victoria del socialismo.
La mañana del 27 de febrero, en todos los terminales hay malestar por el aumento del pasaje, que los dueños de autobuses han aumentado por encima del anunciado por el gobierno. Las cargas que han venido acumulando las masas durante años y años de desmejoramiento de sus condiciones de vida, y los sectores marginales, invisibles ante el Estado Burgués y ante la sociedad porque ni siquiera tienen cédula de identidad, que han vivido de manera ininterrumpida en situación de extrema pobreza en los llamados “cerros”, como despectivamente lo señalan los arquitectos, los sociólogos y urbanistas, están a punto de explotar.
Las primeras protestas son en reclamo del precio del pasaje, frente a la repuesta mayor es la decisión de la protesta la revolución da otro paso, ella no se precipita, ni anuncia como se va a desarrollar, está inspirada por acción de las masas revolucionarias.
Una revolución como explica Trotsky en la historia de la revolución rusa señala: es una situación donde las masas comienzan a tomar el destino en sus propias manos, este es el caso de Venezuela en ese momento. El despertar de las masas y su participación activa es la característica preponderante del 27 de febrero. Sin ningún plan, ni programa, ni guía de acción, las masas entran en la escena histórica. Indignadas frente a la actitud de los dueños de los autobuses toman la entrada del terminal y colocan una barricada. Un oficial de la Guardia Nacional obliga al chofer a cobrar el pasaje estipulado por el aumento legal, pero éste dice que hará “lo que le dé la gana” y en respuesta el guardia dispara a los cauchos. El disparo es el detonante. Se inicia la toma de la autopista que va a Caracas y viceversa. En un instante se desbordan los cauces naturales en los que la democracia burguesa limitó la acción de las masas durante 30 años.
Se inicia la ruptura con los partidos que defienden el orden de la propiedad privada, como no tienen nada que ofrecer, el capitalismo los arrastra. Lo mismo que se observa en Guarenas en ése momento, se vive en el Nuevo Circo de Caracas, que está ubicado en el centro de la ciudad. Llegan estudiantes del politécnico “Luis Caballero Mejías” para repartir un volante contra el aumento del pasaje estudiantil. Se sientan en las avenidas y su protesta detona la furia contenida por las masas en contra del paquete económico. Los estudiantes van a encontrar inmediata solidaridad, aparecen las barriadas y en pocos minutos se extienden las tomas de las avenidas del centro para luego paralizar la avenida Francisco Fajardo vía oeste. Un grupo de policías evita la toma de la autopista en un primer momento, pero el grupo avanza bajo la consigna: “estamos protestando contra el paquete no contra ustedes, no disparen, estamos desarmados”. Los policías no bajan la guardia pero los manifestantes no retroceden y avanzan hacia su objetivo. Finalmente rebasan el contingente policial y toman la autopista. Este éxito le da más fuerza a los manifestantes a partir de ese momento. Trotsky explica: “es imposible detener con palabras a esta gran masa gigantesca”. A cada éxito en la calle son más los que se incorporan a luchar contra el paquete económico; los trabajadores no regresan a su trabajo, la huelga general es el paso siguiente, sin ser convocada el país comienza a paralizarse por completo.
El martes 28 la huelga es total. Las fuerzas de la historia se manifestaban arrollando todo a su paso sin tener quién las dirigiese. Tampoco podían esperar más. Ante la política de hambre que imponía el capitalismo decadente a nivel mundial, intentaban una vez más transformar sus condiciones de vida. Esa era su guía, con ella enfrentaban a la burguesía y sus partidos, el gobierno burgués no reaccionaba, los ministros corrían, abandonaban sus puestos, las instituciones del estado estaban siendo abandonadas apresuradamente, como lo hicieron el 13 de abril cuando huyeron de Miraflores, o como lo hicieron el año pasado los diputados de la derecha en la Asamblea Nacional cuando el pueblo tomó el capitolio.
La burguesía salía nuevamente del país, siempre le han temido a la furia de los de abajo, a las doce del día no existe gobierno, el ministro de interior Alejandro Izaguirre sale en las cámaras de televisión y debe suspender su declaración por que se desmaya por una baja de tensión. Los rumores entre la clase dominante, de que todo está perdido, hace que varios burgueses vacilen y otros huyan.
El saqueo
Fue una forma de reacción de las masas para responder a la especulación, el acaparamiento de los empresarios y comerciantes. Este se generalizó a todo el país. El 27 de febrero las manifestaciones, bloqueos de autopistas, enfrentamientos y desbordamientos de las fuerzas de seguridad estaban dirigidas por los trabajadores y la juventud. Son los que llevan adelante las acciones de protesta, permiten los saqueos, invitan a los barrios a incorporarse a la lucha. Nada es extraño ese día y el 28 de febrero cuando la huelga se ha convertido en general, no hay otro camino que preguntar, de quién es el poder en ése momento, y quién debe gobernar. Se abre una crisis revolucionaria en el país.
¿La espontaneidad y la anarquía existieron o existía una organización que dirigió el 27 y 28 de febrero estas acciones? El pueblo trabajador y la juventud ayudaron a dirigirlas y a organizarlas no hay duda, pero sin ninguna tradición de luchas dirigidas por partidos obreros. Sin embargo, si hubo una vanguardia que el 28 de febrero, antes del anuncio de la suspensión de garantías, había sido asumida por la juventud de los barrios, que dirigieron los hechos.
Sobre estos acontecimientos podríamos ubicar el pensamiento revolucionario de Engels cuando dice: “los hombres hacen su propia historia, cualesquiera que sean los rumbos de estos, al perseguir cada cual sus fines propios con la conciencia y voluntad con que la hacen, es precisamente la historia”.
El 27 y 28 de febrero, y el 1, 2 y 3 de marzo, el pueblo trabajador, los explotados y los oprimidos, sin esperar la aparición de un partido, no pudiendo soportar más las condiciones de pobreza que les imponían las políticas de recortes fiscales, la corrupción, el ajusticiamiento y la represión policial en los barrios, y ahora, el recientemente anunciado programa del FMI, fue más allá del yugo que le imponía la sociedad, que le había negado hasta la identidad, por lo que desbordaron los cauces y empezaron a escribir la historia de este presente que aún no ha terminado.
Sin un programa revolucionario, sin partidos obreros, sólo con las tradiciones de lucha por borrar la opresión de la sociedad burguesa, el movimiento terminó derrotado bajo la bota asesina del aparato de estado Burgués. La burguesía en sus periódicos, cuando terminaban las masas por replegarse bajo la sangrienta represión que siguió a la suspensión de garantías, así decían: se acabó la semana más larga de nuestra historia, pero esta afirmación era falsa, luego vendría el 4 de febrero y el 26 de noviembre que señalaba que aún su miedo está latente, temor que los llevó a decidir tanto a las clases dominantes como a sus partidos AD y COPEI, entregar al hombre que había venido a salvarlos de sus perdición, a Carlos Andrés Pérez. El sistema nacido el 23 de enero se venía a pique, destituían a Pérez como presidente y lo llevaban a la justicia por corrupto. Su mejor carta, su hombre salvador era llevado al purgatorio, tratando de calmar el odio social que se acrecentaba contra un régimen podrido y una clase explotadora que en nuestra época es incapaz, esta castrada por la historia para que tenga un rol protagónico, el único que tiene es el de ser reaccionario, así lo demuestra en la actual crisis que vive el país. Sólo saben dirigir el sabotaje económico para garantizar sus privilegios.
Después del Caracazo
Las masas explotadas después de haber puesto sobre la mesa la cuestión de ¿quién gobierna? durante esos días, sin tener un partido que los hubiese curtido y enseñado en las luchas revolucionarias, su movilización, su impulso que derrumbaba a su paso las instituciones del Estado Burgués, también hacia trisas las teorías del fin de la historia que levantaban los académicos y los periodistas en defensa de una regeneración del capitalismo como sistema, surgida después de la caída del muro de Berlín y posterior al derribamiento de la Unión Soviética, como fruto de la política de coexistencia pacífica, acordada por la burocracia estalinista y el imperialismo.
El 27 y 28 de febrero fue una insurrección sin dirección política, pero sus principales actores fueron los trabajadores, que se dirigían a sus trabajos y al conseguir la paralización del transporte, cuando sus dueños aumentaron el pasaje se lanzaron a luchar contra el plan de ajuste y de miseria del FMI, y al gobierno de Carlos Andrés Pérez que representaba a una de sus instituciones partidistas, AD.
La decadencia del capitalismo
Los hechos de 1989 demuestran que este sistema no tiene ni capacidad, ni repuesta, ni oxígeno para satisfacer las demandas de los trabajadores, que su única repuesta es imponer su crisis a los trabajadores para así obtener mayores ganancias, como lo que observamos hoy en el sabotaje, boicot y especulación de la economía del país. En aquel momento a través de un programa económico y hoy con la guerra económica, la burguesía en ninguna parte del mundo tiene otra salida si no la de trasladar su crisis al pueblo trabajador y a los oprimidos del país, con esta política también sentenció de muerte a sus partidos políticos de ayer AD, COPEI y proyecto Venezuela. Hoy todas las organizaciones políticas que representan los intereses de la burguesía, no tienen nada que ofrecer al conjunto de las masas explotadas, por eso temen radicalizar el sabotaje económico y no están dispuestos a vivir de nuevo las experiencias de los saqueos, cada vez que han intentado avanzar para salir del compañero Presidente Maduro.
Las contradicciones de la sociedad
Cada vez se agudizan más, no hay institución después del 27 y 28 de febrero que garantice la estabilidad. El parlamento como toda la institucionalidad burguesa estaba paralizado, la ruptura está firmada por los acontecimientos, por la insurrección que arrastró el podrido Estado Burgués. Nada ha podido conciliar desde ese entonces las contradicciones de clases y garantizar la marcha pacífica de la sociedad, ni siquiera en un supuesto retorno de la derecha podrían mantener el caudal social sin que éste se desborde. El sistema capitalista parasitario del país y las las instituciones burguesas cada vez serán más débiles a pesar de un retorno de la burguesía al poder.
Los trabajadores, la juventud, las mujeres y los oprimidos no tienen otra salida que barrer con el sistema de opresión capitalista y organizar la sociedad sobre las bases de una economía planificada, bajo la organización y control de los obreros en todas las fábricas del país, para concretar el sueño del camarada y comandante Chávez de que sólo en el socialismo hay esperanza de salvar a la humanidad de la decadencia y descomposición del capitalismo.
¡Viva la revolución de los de abajo!
¡Viva la memoria heroica de El Caracazo!
¡Abajo la burguesía y la burocracia!
¡Expropiación de los saboteadores de la economía!
¡Chávez vive, la lucha por el socialismo continúa!
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Únete a la Corriente Marxista Lucha de Clases!