El mes de marzo ha sido múltiples acontecimientos que nos permiten perfilar y constatar el rumbo que la dirección del gobierno nacional y del partido tomarán en adelante. Al tiempo que se denuncia a “reformistas de derecha”, se hacen llamados y concesiones a los empresarios privados y se reniega del comunismo.

En primer lugar, las declaraciones del Presidente Nicolás Maduro sobre una presunta lista de traidores, que anunció que publicaría en cualquier momento, dejó en las masas cierta expectación por saber quiénes serían esos traidores y que sanción les esperaría. Pero además, entre líneas el Presidente asoma muchas contradicciones entre su discurso y la realidad, veamos:

“Han surgido por ahí tendencias reformistas de derecha, algunas encabezadas por traidores abiertos, y tienen asesores de marketing y mucho dinero detrás… ¡Alerta, pueblo! ¡Alerta, chavistas! ¡Alerta, bolivariano, que a Nicolás Maduro le quieren meter una puñalada por la espalda traidores de nuevo cuño para asumir un proyecto reformista para entregar la Revolución bolivariana al capitalismo internacional! No se dejen que yo no me dejo. Vamos a desenmascararlos, vamos a avanzar por el camino de la Revolución que es el camino que nos dejó el Comandante Hugo Chávez. ¡Alerta con la traición, con los traidores!”.

Surgen varias preguntas a simple vista: si han surgido tendencias reformistas de derecha, será que ¿ya  existen tendencias reformistas de izquierda? ¿Y quiénes la encabezan? Esta gente, los “reformistas de derecha”, quieren darle una puñalada a Maduro para “asumir un proyecto reformista y entregar la revolución bolivariana al capitalismo internacional”, pero ¿cuál es el proyecto de gobierno actual? ¿No es la Agenda Económica Bolivariana y los motores productivos? ¿Ese programa de gobierno es revolucionario o reformista? ¿Por qué se dejó atrás el Plan de la Patria, escrito por el Comandante Chávez?

¿Y quién está entregando la revolución al capitalismo internacional? Quien firmó los convenios del arco minero con la Gold Reserve, trasnacional canadiense que el Presidente Chávez expropió. Y ¿quien desarrolló la Expo Venezuela Potencia 2017 en la que se firmaron acuerdos con empresarios privados? ¿Quién financió con millones de dólares a la Nestlé y Heinz?

Es lamentable, pero no existe coherencia entre el discurso y la acción y como revolucionarios tenemos el deber de decir las cosas tal y como son. No se puede un día denunciar al “reformismo de derechas que quiere entregar la revolución al capitalismo internacional” y al día siguiente… hacer todo tipo de concesiones al capitalismo, nacional e internacional. Ni reír, ni llorar, sino comprender… y comprender para transformar.

Esta política del gobierno nacional no es de ahora, ya viene desarrollándose desde hace algún tiempo, sin embargo las declaraciones durante la Expo Venezuela Potencia han sido vistas por militantes de la revolución como un nivel de descaro y cinismo sin precedentes. No tiene sentido que el Presidente Maduro, mientras habla de traiciones y reformismo, lleva adelante un programa de gobierno de conciliación de clases con la burguesía, dándole financiamiento a los empresarios, saludando a los banqueros y entregándole dólares a multinacionales.                                

En el Golpe de Timón y en el Plan de la Patria Socialista, el presidente Chávez explicó claramente que había que avanzar hacia una economía socialista y desmantelar el estado burgués para ser sustituido por un estado comunal ¿Quién está realmente traicionado el legado del Comandante Chávez?

Ya Maduro dice que es una “campaña sucia” catalogar al gobierno de comunista y afirma: “El 90% o más del aparato económico está en manos de empresas privadas, y cómo se han desarrollado esas empresas, con el crédito del sistema financiero, regidos por las leyes de la revolución”, aseveró.

Entonces, si para Maduro ser acusado de comunista es una “guerra sucia” una raya, una mancha, si financia a las empresas privadas, si pacta con las trasnacionales mineras, ¿qué política es la que sigue Maduro hoy entonces? ¿Puede un revolucionario dejar de lado el testamento político del Presidente Chávez, que es el Plan de Patria y aplicando un programa de gobierno de alianza con la burguesía, donde el pueblo trabajador será el único afectado?

A partir del análisis de los hechos planteamos las siguientes constataciones:

         Hay una acelerada agudización de la crisis económica, política y social en el país.

    El gobierno profundiza una política de conciliación de clases que beneficiará finalmente a la burguesía. No hay ningún indicio de que esto vaya a cambiar. La clase trabajadora debe prepararse para la lucha.

La política económica del gobierno del Presidente Maduro, sobre todo en los últimos dos años, ha sido errada. Se ha priorizado el pago de la deuda externa sobre la importación de productos básicos, se han hecho concesiones a la burguesía en el control de precios, la entrega de los dólares, las asociaciones en industrias estratégicas, etc. El que paga y pagará las consecuencias de esta política será la clase trabajadora. La burguesía pidió dólares y se los dieron, pidieron exoneración de impuestos y se la otorgaron. Pronto pedirán mayor “flexibilidad laboral”, o sea despidos, mayor explotación, etc. Pedirán que les devuelvan las fábricas expropiadas. Vienen por todo, no solo por los créditos de la Expo Venezuela Potencia, vienen por PDVSA, CANTV, MOVILNET, SIDOR, BANCO DE VENEZUELA, CAFÉ FAMA DE AMÉRICA, CEMEX, etc, etc.

El gobierno y la dirigencia del PSUV han demostrado que no siguen una política de impulsar el socialismo, al contrario, están sepultando el proyecto histórico sólo para intentar mantenerse en el poder. Con esto, independientemente de sus intenciones, llevan a la revolución hacia una derrota política en la primera oportunidad en que se convoquen elecciones. La llegada al poder de la derecha significaría un asalto frontal a todas las conquistas de la Revolución Bolivariana que todavía existen.

Constatando esta situación debemos plantearnos qué hacer:

Identificar y explicar pacientemente a los sectores de vanguardia y las masas, las contradicciones entre el discurso del gobierno y de la dirección del Partido con su práctica conciliadora y de concesiones a la clase capitalista, que es ajena a los intereses de la clase trabajadora y popular.

Asumir que dentro del PSUV y del movimiento bolivariano en general, los sectores revolucionarios o marxistas somos por ahora minoría y estamos dispersos. Como resultado la primera tarea es una de clarificación y rearme ideológico.

Impulsar un programa revolucionario entre la vanguardia y las masas, que implica la nacionalización de la banca y las principales industrias y tierras bajo control obrero, campesino y popular. ACLARAR a las masas que lo hoy estamos viviendo no es socialismo y que el fracaso de algunas experiencias de fábricas expropiadas es el fracaso del reformismo, que no dejó tomar el poder a la clase trabajadora, que impuso juntas administradoras, ineficaces, ineptas o corruptas. No fracasó la clase obrera, que aún tiene mucho por demostrar, fracasó la burocracia y el reformismo.

Debemos dar la batalla en cada fábrica, sindicato, consejo comunal, comuna, liceo, escuela técnica y universidad donde estemos e impulsar la organización de la juventud y los trabajadores/as para poder luchar por nuestras necesidades materiales más concretas, aprender de nuestro propios errores, fortalecernos, organizarnos y agruparnos.

El programa revolucionario que es necesario en este momento incluye los siguientes puntos:

Ante la arremetida imperialista, confiscación de todas las multinacionales y cese a los convenios y acuerdos con dichas empresas en el arco minero y la faja del Orinoco. Ruptura de relaciones diplomáticas con los EEUU y hacer un llamamiento revolucionario internacionalista a la clase obrera y los campesinos de América Latina y a los trabajadores del mundo (incluyendo los obreros de EEUU).

Luchar por la confiscación de las empresas de los capitalistas que se les asignó dólares y no trajeron los productos a importar y prisión y confiscación de los bienes a los funcionarios corruptos cómplices de esta fuga de capitales. Repatriación de las fortunas en dólares fugadas. Control estatal del comercio exterior bajo control obrero.

Impulsar el control obrero y los consejos de trabajadores en cada espacio de lucha donde intervengamos. Para planificar y controlar los procesos productivos en pro de las necesidades más sentidas de la población, -alimentos, medicinas, entre otras- y no para la obtención de ganancias para los capitalistas.

Denunciar activamente el fortalecimiento del Estado burgués por parte del gobierno actualmente, en contradicción total con lo establecido en la presentación del Plan de la Patria, que establece como una de las tareas del proceso revolucionario es “pulverizar completamente la forma Estado burguesa que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política”.

Para luchar por el necesario cambio de rumbo debemos:

Exigir la renovación total de todas las instancias de dirección parroquial, municipal, estadales y nacionales del PSUV, de manera realmente democrática y participativa.

Exigir la realización de un Congreso Nacional extraordinario del PSUV, sin delegados “natos”. Que todos los delegados sean electos por la base, a fin de discutir el programa de gobierno para lo que resta de periodo constitucional y el programa político del partido y su carácter policlasista, si vamos a ser un partido social demócrata que afilia “empresarios patriotas” y aplica una política de conciliación de clases o si realmente somos un partido socialista que lucha por la transformación revolucionaria de la sociedad mediante la expropiación de la burguesía de los medios de producción bajo control obrero y popular.

Exigir elecciones en los sindicatos, federaciones y en la Central Bolivariana y Socialista de Trabajadores/as, para concretar la rebelión sindical y la renovación de la dirección sindical, a fin de prepararnos para la lucha de clases que se profundiza cada día que pasa.

Prepararnos para las batallas electorales que se avecinan. Elecciones internas en el PSUV para elegir a los candidatos a gobernadores y alcaldes y todos los cargos de elección popular, en condiciones justas, sin imposiciones de candidatos, donde no deberían siquiera participar ningún gobernador y alcalde actual con pésima gestión.

El Libertador Simón Bolívar dijo en su carta de Jamaica, “el velo se ha rasgado: ya hemos visto la luz, y se nos quiere volver a las tinieblas; se han roto las cadenas; ya hemos sido libres; y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos”, nada más vigente hoy día. Ya hemos vislumbrado el socialismo como el camino a la superación de la crisis capitalista global y pretenden ahora sentarnos como buenos amigos con los banqueros y empresarios como si aquí no hay un pueblo trabajador en pie de lucha! Ni derrota, ni claudicación, luchar hasta vencer!